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Reforma, transformación, revolución

Por: Dr. César Hermida

De Enrique Dussel, filósofo argentino (24 12 1934) nacionalizado mexicano, aún vivo, algunas reflexiones para la situación política ecuatoriana actual. En 20 tesis de política (Siglo XXI, México, 2006, P. 127, Tesis 17) asegura: “Entre reforma y transformación, la revolución es un modo radical de transformación. (…) En ciertos grupos de izquierda se piensa que el que no afirma la posibilidad empírica y actual de la revolución es un reformista. (…) Los procesos revolucionarios… duran siglos para presentarse. Es verdad que se los puede preparar, adelantar, pero dentro de tiempos limitados. Pensar que se encuentra hoy América Latina en una coyuntura revolucionaria, como aconteció con la Revolución cubana (porque las revoluciones de Chile con Allende o del sandinismo en Nicaragua, por ejemplo, fracasaron por un cambio de la situación geopolítica), es confundir políticamente las cosas, produciendo errores lamentables. Marx escribe textos para ser meditados al respecto: ‘La articulación del cambio de las circunstancias con el de la actividad humana (…) solo puede concebirse y entenderse racionalmente como praxis transformadora. Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo’”.

Puntualiza (P. 129): “La ‘transformación’ política significa… un cambio en vista de la innovación de una institución o que produzca una transmutación radical del sistema político, como respuesta a las interpelaciones nuevas de los oprimidos o excluidos. La transformación se efectúa, aunque sea parcial, teniendo como horizonte una nueva manera de ejercer delegadamente el poder. Las instituciones cambian de forma (trans-forman) cuando existe un proyecto distinto que renueva el poder del pueblo. En el caso de una transformación de todo el sistema institucional, podemos hablar de revolución, la que a priori es siempre posible. (…) Creer que la revolución es posible antes de tiempo es tan ingenuo como no advertir, cuando comienza el proceso revolucionario, su empírica posibilidad”.

Señala (Tesis 20, P. 151): “El poder no se toma… El poder es una facultad de la comunidad política, del pueblo. El poder que pareciera que se ‘toma’ es solamente el de las mediaciones o instituciones del ejercicio delegado”.

“Cambia la Constitución al comienzo del ejercicio delegado del poder” (Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa). “Conservar lo sostenible, eliminar lo injusto, crear lo nuevo. No se toma el poder en bloque. Se lo reconstituye y se lo ejerce críticamente”.

Políticas públicas para el adulto mayor

Por: Dr. César Hermida

El objetivo en torno a los adultos mayores debe ser el cultivo de una cultura de valores. Cada cultura tiene los suyos propios. La OEA aprobó, por ejemplo, un instrumento jurídico vinculante para los derechos humanos de las personas mayores. Sus premisas: “la igualdad, la no discriminación, la dignidad”. La Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos para las Personas Mayores, aprobada por la Asamblea General de la OEA, el 15 de junio de 2015, es vinculante (El Telégrafo 20-06-15).

La pensión universal, propuesta por el candidato Lenín Moreno (y ojalá acercándose al costo de la canasta básica), es una lucha política crucial. En Ecuador se completaría la cobertura de la pensión del IESS, con el Bono de Desarrollo Humano y con la jubilación del Seguro Social Campesino (pero esta con montos razonables).

Como la mente no envejece como el cuerpo, las prioridades de estas políticas serían: la enseñanza sobre la dieta adecuada, la sexualidad sana, la provisión de vivienda y las condiciones de vida familiar (en unidades de “salud” cuando se hallen solos o no sean autosuficientes), el ejercicio físico (al menos media hora diaria, tres días a la semana), los programas de educación continua (cognoscitivos, de prácticas manuales, de coros, pintura, artesanías, teatro y otros), cine foros (y eventuales actuaciones), grupos de libro leído (y eventuales producciones literarias), actividades lúdicas y de paseos (para socializar y compartir), empoderamiento grupal cultural, de equidad.

“Ecuador cuenta con 300.000 jubilados y son los que más viajan. (…) En Chile, los mayores de 50 años son dueños del 73% de activos financieros del país. (…) Tres áreas de negocios han despuntado en el segmento de la tercera edad: tecnología, educación y entretenimiento” (El Telégrafo 08-08-15).

Hay que implementar centros gerontológicos integrales (promoción, prevención, curación, cuidados paliativos) con modalidad residencial o diurna, atención domiciliaria y espacios alternativos. Al menos tres hospitales especializados en el país. Los asilos para personas sin autonomía ni familiares, o con discapacidades. Todos deben ser integrales: como hogares de derechos, de amor, calidad y calidez.

Los adultos mayores son la memoria de sus pueblos y su cultura. El Buen Vivir, nuevo paradigma en construcción, filosofía de vida, ideal, diferente al actual vivir urbano consumista, propone un cambio civilizatorio para relacionarse con los otros seres vivos y con la naturaleza, de manera más amigable e igualitaria.

La universidad ecuatoriana

Por: Dr. César Hermida

Las universidades ecuatorianas, públicas y privadas, están normadas en el Ecuador desde la Ley Orgánica de Educación Superior, LOES, por la Secretaría Nacional de Educación Superior Ciencia, Tecnología e Innovación, Senescyt y su Consejo de Educación Superior, CES y evaluadas por el Consejo Ecuatoriano de Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, Ceaaces. Las instituciones de Educación Superior, IES, han sido evaluadas y categorizadas y algunas eliminadas en un buen ejercicio de control de los estándares de calidad. Las evaluaciones resultaron ciertamente cruciales, aunque con exceso de centralismo, falta de participación de actores y por ende ausencia de diálogo. En este contexto quedó pendiente un tema de análisis, reflexión y acción, referido a la existencia de universidades exclusivamente de posgrado. Con el afán de coordinar acciones académicas a nivel latinoamericano y andino se fundaron tanto la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso, como la Universidad Andina Simón Bolívar. Las dos, recibiendo el apoyo internacional proveído por los gobiernos correspondientes, y además el apoyo directo del Estado ecuatoriano, pudieron desarrollarse de manera consistente tanto en lo académico con sus programas de doctorados, maestrías y educación continua, como en su notable infraestructura física. Con ellas lograron superar a sus contrapartes de los países correspondientes e incluso a las sedes centrales.

Al proponerse parámetros similares de evaluación de las IES, quedó claro que las dos universidades exclusivas de posgrado resultaron privilegiadas. Les es más factible contar con doctores como docentes, disponer de adecuados espacios para ellos, bibliografía y otros recursos para sus pocos alumnos. Sus presupuestos no son equitativos en comparación con las otras y se han presentado problemas de interpretación legal y de anhelos de autonomía supranacional. No pueden compararse, del mismo modo, con aquellas universidades públicas con decenas de miles de estudiantes y miles de profesores, con restricciones presupuestarias.

Como no puede haber privilegios, debe analizarse la alternativa de equidad para las evaluaciones y asignaciones presupuestarias, para la provisión de becas y otros.

Las universidades regionales deben cumplir las leyes nacionales y optar por ser integrales, con pre y posgrado (acaso asociadas para esto con las públicas integrales). Con docencia, investigación y vinculación con la sociedad. Todo sílabo debe incluir los tres componentes, en pre y posgrado.

No volverán

Por: Dr. César Hermida

No volverán… los pagos al matricular a los hijos en las escuelas y colegios públicos, con diversos motivos o pretextos, muchas veces como cuotas fijadas por los padres de familia. Ni las escuelas con un solo profesor en condiciones rudimentarias de pisos de tierra y goteras en el tejado. Ni las frecuentes huelgas de los maestros por reivindicaciones salariales que impedían la asistencia regular a clases. No volverán… los pagos por las consultas en centros y subcentros de salud y en los hospitales, por las diversas atenciones, exigiendo incluso que los pacientes, para ingresar, compren los insumos para la administración de sueros y otros implementos, sin que nadie supervisara o auditara dichos ingresos por pagos que se consideraban de ‘autogestión’. Tampoco volverán las huelgas sindicales hospitalarias, también por incrementos salariales.

No volverán… los privilegios de los militares, con almacenes exclusivos para ellos, bien provistos de productos libres de impuestos en donde se adquirían baratos aparatos de televisión, de línea blanca, whisky de las mejores marcas y otros. Ni volverán los suntuosos clubes para uso exclusivo de oficiales, a los que la tropa no podía ingresar sino solo para ayudar en el servicio. No volverán… las carreteras de tierra llenas de baches y lodo que provocaban enojos justificados por la destrucción de los vehículos y por triplicar los tiempos de movilización. Ni las oficinas oscuras y empolvadas de los servicios públicos de la justicia o del Registro Civil. Ni las suspensiones de la electricidad por falta de agua en los veranos largos.

No volverán… los casinos en los hoteles, para que los adictos arriesgaran sus patrimonios. Ni los mendigos pidiendo limosnas en las calles y veredas. Ni los atrasos en los pagos mensuales de los sueldos. Ni el desconcierto de no saber a qué número llamar en casos de emergencia.

No volverán… las horribles cárceles, sucias, descuidadas, en donde más que rehabilitarse aprendían nuevas mañas.

No volverá… el olvido de los discapacitados a quienes se los mantenía escondidos porque constituían una suerte de vergüenza. Ni las corridas de toros de una cultura ajena que permitía plantillar, con lenguaje taurino, el consumo de botas de vino y otros ritos extranjeros.

No volverán… el enfoque y el énfasis de los valores de la cultura dominante en los medios al servicio exclusivo de los poderes sociales y económicos dominantes, que nunca mostraban información contrastable, y que no mencionaban los valores y cualidades de las culturas ancestrales.

Ciencia y magia

Por: Dr. César Hermida

La ciencia se sustenta en hechos demostrables del mundo natural. La medicina muestra evidencias para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del cuerpo. Es la vertiente racionalista que ha dominado la cultura occidental de tal modo que obligó a mirar a la fantasía (los libros de Harry Potter, por ejemplo) y a la magia como poesía, en la búsqueda de lúdicos anhelos.

La población aún cree en la magia, milagros, mitos, supersticiones. Las creencias ayudan a soportar los miedos y las desgracias, pero su esencia es sobrenatural, han sido producidas por los propios seres humanos, predicando castigos para la obediencia y resignación, a fin de mantener los mecanismos de poder y opresión. En el pensamiento ancestral la magia es el daño provocado con malas artes por otra persona. Son enfermedades “de los hombres” (subjetivas como el “espanto”, el “ojo”, el “mal viento”). El daño puede evitarse y curarse con ritos (del shaman o yachac) apelando a fuerzas benéficas igualmente sobrenaturales. Otras enfermedades, las “de Dios”, son consideradas castigos, naturales y orgánicas, individuales o epidémicos, que, por la influencia de la cultura occidental “pueden curar los doctores con remedios de botica” (Eduardo Estrella, Medicina aborigen, Quito 1977).

El mal de la pérdida de la juventud (Fausto de Goethe, Dorian Grey de Wilde) o la falta de riqueza (En Mulata de Tal de Miguel Ángel Asturias), siempre pudo combatirse, pero vendiendo el alma al diablo, precisamente al representante del propio mal que oferta engañosamente ese bien. La religión asegura que, con el milagro, el bien corrige el mal, con la imploración a un agente celestial, con o sin intermediario de la divinidad. Así se logra el efecto sobrenatural beneficioso.

El mito es creación subjetiva que se ha tornado histórica, aunque con tintes sobrenaturales, a partir de una realidad, por lo cual se cree en su existencia. El mito de Quijote y Sancho, creado por Cervantes, es propio del mundo fantástico subjetivo, representado por el primero en contraposición al Sancho realista. Los mitos de los dioses del Olimpo, son otros ejemplos. Son como la poesía, una evasión placentera. El mago, que fascina con trucos al auditorio, también puede convertirse en mito. Las supersticiones, en cambio, son temores, prejuicios, supercherías, engaños, muchos transformados en mitos (el No. 13, el gato negro).

Magia, milagros, mitos, son frutos de la imaginación, creados por el poder, paradójicamente para paliar miedos y temores sobrenaturales generados por el propio poder.

Saber lo que es olvido

Por: Dr. César Hermida

Carlos Arcos, que ya ha mostrado su consistente oficio de novelista en obras anteriores, en Saber lo que es olvido (Seix Barral, Bogotá, 2016) logra, con alta calidad, describir varios personajes femeninos en diversos aspectos de sus vivencias afectivas, sus luchas para superar las incomprensiones familiares y del medio, sus sacrificios para salir adelante con sus propósitos, su valentía para expresarse en situaciones y sociedades difíciles, como la tranquila vida de Quito, la angustiosa de la Guerra Civil Española, o la terrorífica de la dictadura pinochetista chilena.

En Un asunto de familia y en Vientos de agosto describía con acierto la provinciana vida cotidiana andina. Y en El invitado mostraba personajes propios de la región andina y sus matices culturales, políticos y coyunturales. Pero es en Memorias de Andrés Chiliquinga en donde logra un aporte crucial, a través de dos personajes, sobre la realidad intercultural ecuatoriana, Andrés, un indígena otavaleño que ha recorrido el mundo europeo, y María Clara, hija de diplomático, con quien Andrés comparte la vida universitaria en Estados Unidos. Justamente María Clara juega un papel estelar, junto con Ximena, en la nueva novela de Arcos.

Con lenguaje sencillo, claro, ameno, la historia de María Clara y Ximena va mostrando los matices de otras vidas femeninas, todas ellas de la clase media y alta de la sociedad capitalina, en donde las atrevidas vidas en afán de liberación de sus mujeres, provoca desconciertos, ocultamientos, fantasmas y finales difíciles, como el de Helena en Chile, de Lolita en España, y las respectivas madres con sus roles permisivos o represivos.

Los hombres están casi ausentes porque el autor quisiera que su voz hablara solo con el lenguaje de las mujeres que viven las dificultades de su género, de su reconocimiento en términos de equidad y justicia, que casi nunca llega. Con esto, el autor, que antes tomó la voz de un indígena, criticando la visión de Jorge Icaza en su Huasipungo, y que podía recibir, justa o injustamente, críticas similares por su propia visión, se cura en salud optando ahora más por la visión reivindicativa de las mujeres.

Carlos Arcos logra una historia bien hilvanada, cargada de misterios familiares, que da gusto leerla, de principio a fin, y que apena concluirla, aunque queda la esperanza de que la relación de María Clara y Andrés continuará.

Magnífica y recomendable obra, que satisface la aspiración de que la novelística ecuatoriana tenga madurez e identidad. Ya hay representantes notables.

Universidad, ciencia y tecnología

Por: Dr. César Hermida

La relación Estado-academia, en tiempos de cambio de matriz productiva hacia la capacidad del conocimiento para el valor agregado, requiere priorizar a las universidades públicas, más allá de las cuatro nuevas. Y apoyar más a las universidades A o B, luego de las evaluaciones que exigieron atender a las de bajas calificaciones.

El reto fundamental es la identidad nacional en el contexto internacional académico, no solo en el campo científico-tecnológico, en donde los jóvenes están consiguiendo importantes logros (como “Ojos en las manos” y “Robot para adultos mayores”), sino también con el binomio Estado-academia, atender, como ya se hace en el Ecuador, a los discapacitados, adultos mayores y otros grupos prioritarios desde el campo científico-social. La universidad lo hace con el trinomio Docencia-Investigación-Vinculación con la Sociedad. Esta última garantiza la pertinencia de la relación entre necesidades sociales y perfiles de las carreras.

En este contexto el Rector de la Universidad Central convocó hace poco a diversas instituciones: MSP, Arcsa, Naciones Unidas, Onudi, OPS/OMS, Senescyt y CES para organizar con sus expertos el Grupo Andino de Trabajo sobre Medicamentos Biosimilares. Se trata de moléculas proteicas como las del ser vivo, obtenidas a partir de ellos (desde bacterias a mamíferos, como la insulina) para tratar enfermedades como diabetes o cáncer.

Los expertos, de universidades y ministerios de salud del Ecuador, Colombia, Venezuela y Perú presentaron la situación actual sobre producción y comercialización de estos productos, a fin de ver la posibilidad de producirlos y comercializarlos, pues miles de millones de dólares se gastan en la importación de los mismos.

Se mostró que las investigaciones bioquímicas son más importantes para las certificaciones que los caros ensayos clínicos. Si las primeras se garantizan, la clínica juega su rol en los controles post registro. En el proceso es indispensable el control de calidad mediante estrictos protocolos. Este es el papel complementario de la academia al control sanitario de las agencias estatales reguladoras. Por eso es indispensable la asociación Estado-academia con alianzas específicas interinstitucionales en el contexto de la integración regional. En la investigación y producción biotecnológica no existe temor, pero tampoco debe actuarse con arrogancia.

Se constituye de esta manera una nueva escuela de pensamiento político autónomo latinoamericano, que lo único que hace es mostrar la soberanía del conocimiento, que es la verdadera autonomía universitaria.

La izquierda

Por: Dr. César Hermida

La izquierda, llamada así desde la Revolución Francesa porque en ese lado se sentaban en la Asamblea quienes defendían al pueblo y sus derechos, está hoy caracterizada en América Latina y en Ecuador por una notable diversificación de posiciones, entre las que se destacan dos.

La primera es la izquierda de los movimientos que han logrado llegar a ser gobiernos progresistas. Es socialista en cuanto defiende un Estado con servicios gratuitos de las instituciones públicas de educación, salud, vivienda y la propiedad social de todos los ciudadanos, del agua, la electricidad (incluyendo las frecuencias radioeléctricas), las vías y medios de comunicación, las tierras baldías, los patrimonios naturales, etc. Entiende al Estado como garante de los derechos y controlador estricto del mercado. Acepta la propiedad privada, pero busca disminuir las diferencias proponiendo la redistribución justa de la riqueza. Considera que es posible hacer cambios revolucionarios, profundos y perdurables, desde el poder ‘democrático’, pero de manera estratégica, estructurada.

La segunda es la izquierda radical, que propone en su discurso similares cambios revolucionarios, pero inmediatos, con actores que hablan o escriben desde cómodos escritorios de la academia o desde viejas y burocráticas organizaciones sindicales (que solo han reclamado modestos incrementos salariales frente al poder de las fuerzas capitalistas). Se ha mantenido con bajos niveles de apoyo popular, solo habituada al discurso de oposición a los gobiernos. Se ha considerado tan pura y dueña de la verdad, que se ha opuesto a los gobiernos progresistas latinoamericanos. Aunque aguda de pensamiento y discurso, ha fracasado en la estrategia revolucionaria de la toma del poder.

En Ecuador los partidos y movimientos de izquierda, Socialista, Comunista, Movimiento Alfaro Vive Carajo y varias organizaciones indígenas, juntan sus fuerzas con Alianza PAIS para la Revolución Ciudadana. Pero los disidentes de los mismos y otros movimientos radicales han tomado el paradójico camino de apoyar al candidato privatizador socialdemócrata.

Como en el actual proceso electoral la derecha capitalista tiene dos candidatos que se pelean el segundo puesto, el candidato socialdemócrata, que ocupa el tercero, resultaría el candidato chimbador que podría impedir al candidato de izquierda triunfar en la primera vuelta. Ojalá reflexionen los de la izquierda radical, y eviten que la derecha capitalista y financiera perjudique eventualmente el triunfo de la izquierda en la primera vuelta.

No volverán

Por: Dr. César Hermida

No volverán… los pagos al matricular a los hijos en las escuelas y colegios públicos, con diversos motivos o pretextos, muchas veces como cuotas fijadas por los padres de familia. Ni las escuelas con un solo profesor en condiciones rudimentarias de pisos de tierra y goteras en el tejado. Ni las frecuentes huelgas de los maestros por reivindicaciones salariales que impedían la asistencia regular a clases. No volverán… los pagos por las consultas en centros y subcentros de salud y en los hospitales, por las diversas atenciones, exigiendo incluso que los pacientes, para ingresar, compren los insumos para la administración de sueros y otros implementos, sin que nadie supervisara o auditara dichos ingresos por pagos que se consideraban de ‘autogestión’. Tampoco volverán las huelgas sindicales hospitalarias, también por incrementos salariales.

No volverán… los privilegios de los militares, con almacenes exclusivos para ellos, bien provistos de productos libres de impuestos en donde se adquirían baratos aparatos de televisión, de línea blanca, whisky de las mejores marcas y otros. Ni volverán los suntuosos clubes para uso exclusivo de oficiales, a los que la tropa no podía ingresar sino solo para ayudar en el servicio. No volverán… las carreteras de tierra llenas de baches y lodo que provocaban enojos justificados por la destrucción de los vehículos y por triplicar los tiempos de movilización. Ni las oficinas oscuras y empolvadas de los servicios públicos de la justicia o del Registro Civil. Ni las suspensiones de la electricidad por falta de agua en los veranos largos.

No volverán… los casinos en los hoteles, para que los adictos arriesgaran sus patrimonios. Ni los mendigos pidiendo limosnas en las calles y veredas. Ni los atrasos en los pagos mensuales de los sueldos. Ni el desconcierto de no saber a qué número llamar en casos de emergencia.

No volverán… las horribles cárceles, sucias, descuidadas, en donde más que rehabilitarse aprendían nuevas mañas.

No volverá… el olvido de los discapacitados a quienes se los mantenía escondidos porque constituían una suerte de vergüenza. Ni las corridas de toros de una cultura ajena que permitía plantillar, con lenguaje taurino, el consumo de botas de vino y otros ritos extranjeros.

No volverán… el enfoque y el énfasis de los valores de la cultura dominante en los medios al servicio exclusivo de los poderes sociales y económicos dominantes, que nunca mostraban información contrastable, y que no mencionaban los valores y cualidades de las culturas ancestrales.

Juana Estrella Aguilar

Por: Dr. César Hermida

Cuenca aporta de manera notable al teatro ecuatoriano, particularmente en el género de los monólogos y la comedia. En esta línea de producción artística, Juana Estrella Aguilar es un ícono. Desde su interpretación en ‘Monólogos de la escoba’, sobre el semanario humorístico cuencano de los años 60 que satirizaba la vida ‘morlaca’ y sus personajes, como sobre las costumbres tradicionales cuencanas de ‘La agüita de vieja’ y ‘Los pristiños de la Miche y la Tomasa’. También interpretó con excelencia y versatilidad a los personajes históricos de las Juanas europeas, con lujo de humor y arte dramático en ‘Juana la loca, loca la Juana’.

Sus presentaciones muestran la pasión que pone en cada actuación, con notable habilidad para interpretar, en la misma obra, los más diversos personajes, con maestría, gracia, y muy austeros recursos escénicos. Ese es el caso de su última presentación ‘Penélope’, con la obra preparada y dedicada a ella por Jorge Dávila Vázquez, en donde la mezcla magistral del humor y el arte dramático produce las emociones que arrancan sonrisas, risas y lágrimas en los espectadores. Allí mezcla la figuración histórica del personaje con las costumbres tradicionales de la ‘Cuenca de los Andes’, para plantear y reclamar los abandonos machistas de quienes migraban dejando a las mujeres solas al cuidado de los hijos. Mezcladas con el humor están las interpretaciones dramáticas, como ‘La Magdalena’, trabajada con la participación literaria de Viviana Cordero. O la interpretación formal de la abuela en la película En el nombre de la hija.

La influencia en su obra viene de los tiempos del Teatro La Pájara Pinta, de Jorge Dávila, de Fabián ‘Choquilla’ Durán. Ella, con sus 30 años de vida artística y 15 viviendo en Quito, se mantiene cuencanísima, “tan cuencana como el mote pillo”. Y dice que “hace teatro porque miente sin culpa”, pero la verdad no es que miente, porque la mentira pertenece a la narrativa, sino que, muy prosuda, se burla de todo y de todos sin ninguna culpa. Por eso asegura que “el humor es la forma más seria de decir las cosas”.

Todos sus trabajos, de notable factura, muestran el exigente trabajo de preparación y ensayo, su constancia y dedicación, para mantener atento al público, sin pestañear, por cerca de noventa minutos. Y esto casi siempre con auditorios llenos, en los teatros de Quito, Guayaquil o Cuenca.

Es un encanto verla y admirarla en el escenario, como lo es tratarla y disfrutar de su simpatía en la vida real, aunque sea difícil diferenciar cuál es, para ella, la vida real.