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La literatura como matriz de cultura

Por: Dr. César Hermida

Los dos tomos con ese nombre corresponden al pensamiento crítico-literario de Alejandro Moreano, publicado por la Carrera de Lengua, Literatura y Lenguajes Audiovisuales, de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad de Cuenca, conjuntamente con el Ministerio de Educación. La selección y estudio introductorio es de Alicia Ortega Caicedo de la Universidad Andina Simón Bolívar.

Es un libro maravilloso, profundo, de agradable lectura, de notable agudeza, que llega a la raíz de nuestra identidad, partiendo del campo de la literatura, perfilando su concepto de cultura como la expresión más acabada de la producción artística.

En el primer tomo habla de América Latina y el Neobarroco, de Borges, de la vanguardia y la modernidad, de la literatura latinoamericana en el siglo XX, y de la mujer y la literatura, del romanticismo y el modernismo, mientras en el segundo sobre Kafka y Dostoievski, elogia el ensayo, habla de Benjamín Carrión, Oswaldo Guayasamín, Agustín Cueva, Bolívar Echeverría, Pablo Palacio, la Generación de los 30, sobre el escritor y la literatura, sobre Quito. Los temas son tratados con sabiduría, sutileza, originalidad, siempre con la claridad de su pensamiento científico de carácter marxista.

El libro es una notable interpretación de nuestra realidad histórica, imprescindible para estudios formales y para el disfrute y clarificación de los aficionados. Es un autor de extraordinaria sapiencia sobre la literatura y su producción nacional, en donde los análisis sobre la generación de los treinta son diseccionados de notable maestría, y sobre lo regional andino y latinoamericano. En este último caso señala la trascendencia de la Revolución Cubana a partir de la década de los 60, para dar a conocer al mundo a Nuestra América (la Abya Yala). Y destacar su influencia en nuestras historias nacionales.

El libro se destaca por la objetividad al señalar el papel de nuestra literatura como matriz de cultura. Junto con el dominio de los temas históricos, establece la diferencia entre el desarrollo de la Costa y la Sierra, en cuanto a su naturaleza y su historia. Otro tema bien tratado es el relativo a las mujeres, su papel en la historia, como personas y como personajes de la literatura.

Moreano, al señalar las características de nuestra naturaleza y nuestra sociedad, de la ‘barbarie’ y la ‘civilización’ (lo nativo y lo europeo), emerge como un baluarte de nuestra propia identidad y cultura.

De economía y política

Por: Dr. César Hermida

Hay quienes creen que si el actual Presidente no tuviera el temperamento que tiene, no hubiera logrado hacer lo que ha hecho. Pero ese temperamento es justamente la razón del odio de sus opositores. Como economista ha manejado bien dicho campo, pero, paradójicamente, entre las críticas de hoy se le atribuye la causa de la crisis económica, generada por la caída de los precios del petróleo y la apreciación del dólar. Se dice que no ahorró para estos momentos difíciles (¿dejando de construir escuelas, hospitales, plantas eléctricas, carreteras?), y que “despilfarró” el dinero del Estado, refiriéndose, obviamente, al “gasto social” que ellos quisieran no existiera (porque es una magnífica vertiente productiva de la actividad privada).

Un sensato antiguo partidario es ahora opositor porque cree que el Presidente ha optado por el neoliberalismo (al enfrentar la crisis con inversión minera). Un político antiguo, exburócrata en este gobierno, ahora es enemigo acérrimo (pues regresó a los activos movimientos radicales de la conspiración y el modus vivendi intrascendente en el que lograban paupérrimos porcentajes electorales). Una dama que desempeñaba un alto cargo en el Gobierno se ha vuelto opositora desde que lo dejó (y critica la gestión gubernamental incluso repitiendo insinuaciones de corrupción que nunca precisa, peor denuncia). Un funcionario jubilado que se reintegró a trabajar y dar aportes en la institución pública, igualmente, desde que dejó nuevamente el cargo, se tornó enemigo del régimen (criticando, ahora, los defectos y errores de dicha institución).

Los grupos políticos se dividieron, los miembros oficiales de los partidos socialista y comunista, muchos del grupo Alfaro Vive, organizaciones indígenas, están con el Gobierno, mientras los disidentes y otras alas, en la oposición, estos asegurando, obviamente, que el Gobierno es de derecha, aunque ellos mismos no tengan ningún reparo en juntarse con los actores ciertamente de la derecha más recalcitrante.

Los medios públicos dan la versión optimista, los privados, como siempre al servicio de la derecha, se encantan propiciando la oposición, fomentando y tejiendo, con los hilos de su ideología, los temores sociales y económicos. En cada orilla se ven y señalan los defectos de la otra, cada orilla dice ser la honesta y tener la verdad. La lucha es ideológica, permanente, las razones de esta lucha son políticas, sustentadas en el fondo por las económicas. Es la economía y la política, es la economía política.

La cultura como arte

Por: Dr. César Hermida

En el imaginario general se suele entender a la cultura como las manifestaciones del arte. Por eso se habla de actos culturales cuando se trata de tales expresiones. Estas son ciertamente las expresiones más refinadas y cultivadas de la cultura de una sociedad en cuanto son creaciones o recreaciones artísticas. Pero la cultura no es solo eso. Ella se refiere a los usos y costumbres, a las creencias, creaciones, interpretaciones, producciones, en fin, a todas las manifestaciones de la vida social y económica. Desde luego esta es la adscripción a una propuesta conceptual, porque si de definiciones se trata existen cientos de acepciones sobre el concepto.

La cultura, al ser todo eso, y al ser las creaciones y recreaciones artísticas su máxima expresión, constituye la identidad de los pueblos o naciones. Y la identidad se va estructurando en la historia, cada día, a partir de ella. En el caso ecuatoriano se basa en todos los componentes interculturales, entre la naturaleza y la sociedad. La historia, como la cultura, es decir la identidad, es un proceso cotidiano. Por eso Octavio Paz sostiene (en Posdata, citado por Fernando Savater en Escritores y ciudades) que “la esencia no es una, sino múltiple y cambiante”. La cultura es todo y la expresión del arte su manifestación más trabajada.

La clase dominante consideraba a su cultura, la dominante, como la única. Creía que sus modales, sus conocimientos y creencias, su lengua, debían ser los únicos. Por eso creía que lo ajeno era inculto. Pero cada una tiene sus propios modales, conocimientos, creencias y lengua.

La cultura de nuestros pueblos ancestrales fue subyugada temporalmente por aquella de la nacionalidad inca, y todas ellas fueron luego subyugadas, durante 500 años, por la europea (aunque esta tuviera diversos estratos entre la nobleza, los hidalgos, la plebe, como existían también estratos entre los indígenas).

Hoy se está comenzando a entender y aceptar a las culturas ancestrales como parte del todo de la identidad ecuatoriana, cuya esencia es múltiple y cambiante. Por eso en el futuro, la Casa de la Cultura Benjamín Carrión debe ser el hogar de todas ellas, de su cotidianidad y de sus expresiones más trabajadas en el arte, como creaciones y expresiones literarias, pictóricas, musicales, escultóricas, etc. Todas las culturas locales deben estar hermanadas en las manifestaciones cotidianas y en las artísticas, pues todas deben nacer de la vida cotidiana y volver a ella.

Don Quijote y Sancho

Por: Dr. César Hermida

En un artículo de investigación sobre alimentación y metabolismo enviado a una revista internacional se incluyó la observación de que la gente pobre tiene la tendencia a quedarse de talla corta y que su mala dieta, por pobres que fueran, les volvía gorditos a muchos, de abdomen prominente, como Sancho Panza, mientras aquellos que se criaban en ambientes propicios, con dietas moderadas, eran altos, flacos, como Don Quijote. También se señalaba en el artículo que los dos prototipos tenían sus obvias diferencias en el sentido de que los pequeños y gorditos son pragmáticos, realistas, mientras los delgados y altos son más idealistas, soñadores, intelectuales. Y se puntualizaba que las dos figuras de Don Quijote y Sancho ejemplificaban y simbolizaban estas observaciones. Uno de los pares a quien la revista encargó la lectura y observaciones del artículo, comentó, acremente, que las referencias a la literatura de ficción no tenían razón de ser en un artículo científico. Como el autor se opusiera a eliminar las alusiones, el artículo no se publicó, pero él inició una colección de criterios calificados que abogan porque la ciencia tome más aportes del arte, y viceversa.

La genial creación de los dos personajes de Cervantes muestra las diferencias en el campo metabólico y lleva, además, a otras reflexiones o inquietudes científicas, como que Don Quijote, a diferencia de Sancho, no tuvo mujer e hijos sino solo la imaginaria Dulcinea. Desde luego las tendencias no son ni parcial ni totalmente matemáticas, pero los fenotipos (la apariencia) están muy ligados a los genotipos y biotipos adquiridos. Otra reflexión sobre la obra de Cervantes es la relativa al trabajo, al lujo que pueden darse los dos saliendo a sus aventuras sin que el lector se explique cómo, en el territorio plano y seco de La Mancha pueden producirse los requerimientos materiales mínimos para la vida. Y, así mismo, la ausencia del Estado, ciertamente feudal, pero Estado al fin, con sus autoridades, sus leyes y servicios. Cervantes vivió graves limitaciones económicas y hasta fue apresado en su propio país, por deudas, pero estas propias vivencias no aparecen explícitas en la obra.

La genial novela, conocida y reconocida en todo el mundo, y su lengua y cultura, es uno de los componentes básicos de una vertiente de la identidad ecuatoriana, que proviene del loco y soñador Quijote y del pragmático y realista Sancho. Al final, en esa vertiente, el Quijote vuelve a la realidad, como el Sancho se inicia como soñador.

Interculturalidad y museos

Por: Dr. César Hermida

Los museos son esenciales para comprender las culturas, pues muestran lo que se ha rescatado, que son los símbolos de sus aportes. Son exposiciones de las evidencias vivas de sus usos, costumbres, creaciones, producciones, creencias, interpretaciones.

Mucha gente suele comentar sobre la sustracción de los huaqueros desenterrando valiosas reliquias, pero pocos de ellos visitan y admiran las piezas recuperadas y expuestas en los museos. Incluso se critica a las colecciones particulares argumentando que la adquisición de esas piezas fomenta la actividad de los mencionados huaqueros, pero quienes trabajan en el oficio saben la importancia de la iniciativa y propiedad privada para la recuperación de las piezas. La compra evita que se venda subrepticiamente a extranjeros, y los sacrificios y esfuerzos de los coleccionistas privados nacionales rescatan muchos tesoros patrimoniales.

Junto con los magníficos museos públicos se hallan algunos privados que cumplen una misión trascendente. Entre otros está el Museo del Alabado en Quito, una maravilla de colección expuesta con buen gusto y elegancia, en la cual se admira el arte ancestral y se siente orgullo por esos antecesores.

Y está el Museo de las Culturas Aborígenes de Cuenca, construido bajo la iniciativa e infatigable trabajo del Académico Juan Cordero y su esposa Anita López, que es la admiración de nacionales y extranjeros. Tiene una soberbia guía didáctica de la arqueología ecuatoriana que pone en el tiempo y el espacio las colecciones. La casa de la entrada en Todos Santos seguramente ya estaba en pie en los años de la Revolución Francesa.

Adentro están las piezas del Paleolítico y Neolítico (13 000 a 1 500 a.C.), del Formativo con la primera cerámica (las Venus, los silbatos, 4000 a 500 a.C.), el período de desarrollo regional (las culturas Tolita, Jama Coaque, Bahía, 500 a.C. a 500 d.C.), la cultura Guangala y Manteña, la de la Sierra Septentrional (Negativo del Carchi), la Interandina Norte, la Interandina Central (Panzaleos y Puruhás, 500 a.C. a 1470 d.C.), las azuayas de Tacalshapa y Cashaloma, y las de la cultura Inca.

En estos museos se aprende, se enorgullece y se entiende mejor la interculturalidad. Pero la loable disposición del gobierno de que los museos sean gratuitos, lo que beneficia el número de visitantes en los públicos, perjudica a los privados que cobraban escasos dólares a los visitantes extranjeros, con lo cual se dificulta el mantenimiento, el pago a los empleados y otros gastos.

El cine ecuatoriano

Por:Dr. César Hermida Bustos

Acaba de estrenarse la recomendable película Vengo volviendo, sobre la migración rural del Azuay. Tiene la participación de actores locales de sus cantones. Es la migración que viene de regreso, de allí su nombre.

Lo nuevo es la iniciativa de trabajar en colectivo con las/os muchachas/os seleccionados en un taller de capacitación que finalmente ha consolidado un grupo solvente que produce la película. Todo esto con el respaldo institucional nacional y local. Con un buen guión, una dirección bien lograda, una producción artística de calidad, una gran fotografía, música local, una edición impecable y las mencionadas satisfactorias actuaciones, la película logra emocionar a los espectadores.

Hace pocos días en Quito, como parte de las actividades de la exitosa Cátedra de Cultura Universal de la Universidad Central, se realizó un panel sobre el cine ecuatoriano, con la presencia de Juan Martín Cueva, director del Consejo Nacional de Cine, la cineasta Tania Hermida, la productora Isabel Carrasco y la crítica de cine y directora de Flacsocine Paulina Simon Torres.

Se concluyó que en 10 años el cine ecuatoriano había cambiado desde un escenario rudimentario hasta una nueva situación con la Ley de Cine (que debe actualizarse), con apoyo económico institucional, una gran variedad de películas (entre excelentes, muy buenas, buenas y otras no tanto), con directores, guionistas, productores, fotógrafos, músicos, actores, sonidistas y otros profesionales con los cuales es posible continuar estos empeños. Pero que no había suficientes espectadores.

Con La Tigra, Ratas, ratones y rateros, Qué tan lejos, En el nombre de la hija y muchas otras magníficas cintas de ficción, Con mi corazón en Yambo, La muerte de Roldós y otras trascendentes en el campo del documental (para solo mencionar algunas y evitar injustos olvidos), el cine ecuatoriano ha logrado ocupar un sitio respetable dentro y fuera del país.

La publicidad genera estereotipos como el modelo Disney para los niños y el de violencia, sangre, sexo y drogas para los adultos. Modelos que corresponden al mundo de Hollywood con el que el mercado crea esas necesidades en los consumidores para la satisfacción de sus ganancias.

El cine ecuatoriano va tomando su propia personalidad. Con calidad habrá más apoyo institucional y las salas comerciales de Quito, como el Ocho y medio, Flacsocine, la Casa de la Cultura, pasarán las películas nacionales. La película Vengo volviendo contribuye, con calidad, a esta nueva realidad del cine ecuatoriano.

Octubre 24 de 2015

Interdisciplinariedad

Por: Dr. César Hermida Bustos

Tomando el concepto de disciplina como el conjunto sistemático de conocimientos coordinados y organizados hacia un fin común, con su propio modelo o paradigma, también sirve para entenderla como el conjunto de ciencias que perfilan una carrera, profesión o facultad. En este contexto, las ciencias occidentales, y por lo tanto las disciplinas de las que forman parte, se han especializado dividiendo cada vez más la realidad, creyendo que al estudiar las partes se entendería el todo. Pero, en la práctica, se olvidaron del todo. Por eso, la corriente del “Pensamiento complejo”, creada, desarrollada y liderada por el francés Edgar Morín, exige que no se pierda de vista el todo. Así lo propone también, desde mucho antes, el ‘Principio de correspondencia’ de la filosofía andina, en el sentido de que “Todo tiene que ver con todo”.

El reto actual es superar la multidisciplinariedad, como numerosas disciplinas juntas, en la que cada una aborda su realidad fragmentada, para pasar a una interdisciplinariedad como campo con nexos teóricos y empíricos que deben aportar nuevas realidades transdisciplinarias.

La interdisciplinariedad no es tarea fácil, pero tiene un par de instrumentos recomendables: el primero la sistematización de elementos de integralidad y el segundo el reemplazo de las dicotomías (que separan) por dualidades (que unen). Ejemplo de sistematización es la correlación de las necesidades humanas del metabolismo, sexualidad y procreación y vida de relación, como herencia biológica animal. Esta muestra los límites de la medicina que deja afuera lo cultural y lo social como la seguridad y soberanía alimentaria, la vida familiar y la vivienda, el trabajo productivo y creativo, la equidad, la justicia. Otro ejemplo es correlacionar el mencionado dominio de las necesidades biológicas con las culturales o subjetivas y las sociales con el rol del Estado con sus servicios generales y sociales.

El segundo instrumento es superar las dicotomías científicas occidentales propiciando las relaciones duales o complementarias ancestrales para entender que no hay cuerpo sin subjetividad, como no hay varón sin mujer, sociedad sin naturaleza, ciencia sin arte. La inter y la transdisciplinariedad, que propician las dualidades, deben estar, en las universidades, en las direcciones de vinculación con la sociedad, como unidad coordinadora para la formación científica profesional. No puede haber docencia sin investigación, y las dos no deben darse sin vinculación con las necesidades de la población.

Redes universitarias y desarrollo local

Por Dr. César Hermida Bustos

Las redes son interconexiones entre componentes o nodos. Las universitarias lo son entre docentes y alumnos en torno al saber, pero deben compartirse con las poblaciones en los territorios de sus necesidades locales. Interconexiones y nodos tienen diversa fortaleza de acuerdo a sus actores.

Entre los criterios que se proponen para evaluar las redes interuniversitarias, para el desarrollo local, están la pertinencia y la crítica.

El criterio de pertinencia se refiere a la relación entre las necesidades de la población y los perfiles académicos de formación. Esta relación está dada por la vinculación de la universidad con la sociedad. Esta vinculación, que detecta las necesidades poblacionales, debe ser la esencia de la docencia y la investigación. Entonces las redes deben ser abiertas, no pueden estar circunscritas a docentes y alumnos, sino incluir a empleados, trabajadores y a la población en general, y no pueden cumplirse solo en aulas, talleres y reuniones de ellos, sino realizarse también en el terreno de las necesidades poblacionales, utilizando un lenguaje adecuado y no exclusivo, para que la población entienda las tareas con un saber compartido y no enclaustrado. La Investigación Acción Participativa (IAP) es una corriente favorable para aplicar este criterio.

El criterio de crítica se refiere al análisis y debate de los conocimientos científicos y tecnológicos de carácter universal, pero ajustados a la realidad nacional, con los cuestionamientos respectivos. No debe entonces enseñarse o investigarse de acuerdo al traslado mecánico de corrientes internacionales o al interés científico de los docentes, sino de la población local. Es decir que el interés de los docentes debe partir de la pertinencia anteriormente señalada para aplicar en ella los conocimientos científicos y tecnológicos universales de las corrientes hegemónicas, pero criticados y digeridos para la identidad local. Estos planteamientos críticos se ejemplifican con la medicalización que debe exigir el conocimiento de la salud y la vida sana, lo que replantea la propuesta de partir de los problemas en lugar de hacerlo desde la vida sana. El Aprendizaje Basado en Problemas, ABP, sería reemplazado por un Aprendizaje Basado en el Sumak Kawsay o Buen Vivir para solo entonces abordar los problemas. Otro ejemplo es el concepto de ‘desarrollo’ que no se refiere solo al económico sino al ‘humano’, a las necesidades de la vida objetiva y subjetiva, y a los derechos garantizados por el Estado.

Quito, octubre 10 de 2015

Prepararse, no aterrorizarse

Por: Dr. César Hermida

Es probable que el Cotopaxi mantenga la situación moderada actual, o que se vuelva leve y su amenaza desaparezca, o que produzca una erupción grave con lahares que bajen por ríos y quebradas. No se puede conocer la probabilidad. Entre los sufridores alarmistas y los optimistas tranquilizadores hay una gama de criterios y actitudes. El pesimista sufre dos veces, en la espera y en el evento, mientras el optimista solo en este último. El papel del optimista suele ser más efectivo porque sus actitudes tranquilizan mientras el sufridor preocupa a los demás. Así como el asustado puede provocar pánico en el colectivo al momento de un problema, un líder sereno puede contribuir a la calma.

En todo caso, ante la probabilidad de una eventualidad grave, todos deben prepararse. Pero como el conocimiento científico de los volcanes, igual que de los terremotos, si bien ha progresado, no tiene posibilidades ciertas de predicción; las reflexiones basadas en la experiencia y la lógica pueden ayudar. Las erupciones del Pichincha y del Tungurahua mantuvieron a la población preocupada por el riesgo de erupciones graves que no se cumplieron. En el primero se aseguraba que el magma estaba por salir y el hongo gigante concluyó con un largo período de calma que dura hasta hoy. Por el Tungurahua se llegó a evacuar a toda la población por una amenaza que nunca llegó. Su actividad, entre leve y moderada, se mantiene por más de quince años. El Reventador y el Sangay, los volcanes más activos, por hallarse en zonas despobladas no preocupan tanto si no cuando exageran con vapores y gases.

Si las nieves del Cotopaxi disminuyeron de manera notable en los últimos tiempos, como se ha informado con insistencia, significa que el agua de sus deshielos convertida en lahares con los incandescentes materiales de la erupción no será tan grave como se teme.

Aun los expertos se ubican como alarmistas o tranquilizadores. Los primeros protegen su prestigio en el caso de un evento grave, los segundos, más valientes, arriesgan el mismo en función de mantener la calma. Lo importante es prepararse en todos los niveles, pero manteniendo la serenidad. Las probabilidades parecen similares entre graves y moderadas, pues no se pueden medir. Como la naturaleza humana es temerosa, el ‘puede ser’ lleva a pensar en lo más grave y no faltan personas empeñadas, sutilmente, en sembrar el miedo y la preocupación, con este y otros motivos, para que ojalá la población se alarme, y se pueda pescar en río revuelto.

Universidad y vinculación con la sociedad

Por: Dr. César Hermida Bustos

La vinculación con la sociedad, junto con la docencia y la investigación, constituyen los pilares de la academia. La primera es fundamental porque establece la pertinencia de las universidades como correspondencia entre las necesidades de la sociedad y los perfiles académicos de la formación de los profesionales. Es una pertinencia con pensamiento crítico y científico, interdisciplinario, de acuerdo a las corrientes mundiales, pero en torno a la soberanía e identidad propias de la sociedad ecuatoriana intercultural y plurinacional.

El CES, el Ceaaces y la Senescyt acaban de organizar en Portoviejo, los días 7 y 8 de septiembre, una reunión de todas las universidades, conjuntamente con la Red Universitaria de Vinculación con la Sociedad.

Es la pertinencia la que permitirá cambiar a la universidad en cuanto a su currículo, sus títulos, sus enfoques interdisciplinarios y sus relaciones interculturales. El paradigma dominante del ‘desarrollo’, que ha sido básicamente económico, debe ser reemplazado por los nuevos paradigmas que corresponden al Buen Vivir, a la vida armónica de los seres humanos entre sí y con la naturaleza, sin hegemonías ni dominaciones. La Universidad debe adecuarse a los planteamientos soberanos de satisfacer las necesidades humanas como derechos, con equidad y justicia.

El mundo académico nacional vive hoy una revolución en el campo del análisis y la evaluación de su calidad. El CES, el Ceaaces y la Senescyt, con sus propuestas de procedimientos normativos y evaluativos, con sus exámenes de ingreso y egreso, con sus becas para formación de pregrado y con aquellas para formar docentes en el cuarto nivel, han provocado un remezón que exige cambios profundos.

Las universidades ecuatorianas tienen debilidades como instituciones del conocimiento por estar al servicio de la cultura hegemónica tradicional de la sociedad de consumo, por lo que deben planificar desde la calidad sustentada en la pertinencia, con valores, para responder a las necesidades humanas como derechos.

El Estado ciertamente había estado ausente de la política sobre las Instituciones de Educación Superior hasta 2007. Hoy, más allá de las críticas y autocríticas (que serán motivo de otro artículo), es menester realizar un trabajo mancomunado entre las instituciones centrales y las universidades, pues, a partir de la pertinencia se clarificaría el concepto de excelencia con indicadores apropiados en el sentido de propios, es decir, pertinentes.

Quito, septiembre 19 de 2015