Por: Dr. César Hermida

Los griegos tenían muchos dioses, todos referidos a las necesidades humanas. La religión judeocristiana separó el cuerpo del pensamiento, cuidando el alma y despreciando al cuerpo como su prisión. El Renacimiento recuperó el valor del cuerpo, pero lo dejó en manos de la ciencia positiva mientras el alma quedó en poder de la religión.

Se supone que el dios de las religiones monoteístas solo está donde está el bien, pues no puede coexistir con el mal, que pertenece al demonio. Para los poderosos, su poder político y económico siempre ha estado protegido por los dioses o por el Dios único.

Mientras la academia sostiene que la subjetividad no puede separarse del cuerpo, y que cuando este fenece, se acaba el alma, Antonio Tabuchi, en su novela Sostiene Pereira (Anagrama, Barcelona, 1999, P. 8), plantea que la ideología cristiana enseña que el alma es eterna, tiene otra vida después de la muerte corporal, y que, de modo admirable, en un futuro incierto vendrá la resurrección de la carne.

Para el cristianismo, el trabajo fue impuesto como un castigo para el hombre, como el parir para la mujer. Pero es una necesidad esencial, como la nutrición o la sexualidad. Como lo subjetivo cognitivo y afectivo. Como la libertad, la protección y el mundo social de la justicia y los derechos. Pero hay aún quienes mandan, porque su autoridad proviene de Dios, y quienes obedecen.

El sentimiento, más que el pensamiento, es hoy el área más susceptible de la influencia ideológica, y del cultivo del odio y la violencia. La gente, por influencia del poder político y los medios, se deja influir por mensajes que buscan tocar sus sentimientos. Los líderes honestos tratan de explicar su verdad, pero la población oye solo en parte sus propuestas y en mayor medida las imágenes, frases, opiniones y mensajes encaminados a cultivar el odio.

Juan José Saer, en Las nubes (Barcelona, 2002), manifiesta: “Como Dios no existe, nos toca a nosotros los hombres corregir las imperfecciones del mundo”. La manipulación de la política, Dios mediante, responde, como siempre, al interés de los poderosos.

Quito,  09 de junio de 2018

Por: Dr. César Hermida

Uno de los pueblos más pobres de Ecuador es San Lorenzo, en Esmeraldas. Los pueblos fronterizos se han mantenido abandonados por las autoridades ecuatorianas y, por Dios, desde tiempos inmemoriales. Parecería no importar su depauperación.

Todos ellos viven la tristeza y desesperanza del abandono. Hoy es más importante la inversión extranjera de las grandes empresas, para felicidad de accionistas, gerentes y presidentes de ellas, que la tranquilidad, no digamos la felicidad (que sería mucho pedir), de los misérrimos pueblos fronterizos.

Las figuras políticas, algunas de las cuales son también figuras empresariales o bancarias, se hallan satisfechas de la nueva política económica, y pronto lo estarán más cuando se inicie el proceso electoral. Pero estos pueblos seguirán en la pobreza porque nunca fueron importantes electoralmente.

Quizá donde no llega la razón podría llegar el arte, pero ciertos novelistas y poetas se han vuelto difíciles de entender y parecen haber perdido su norte. Quizá los poetas regresen los ojos y oídos a Nicolás Parra para que abran nuevos caminos, no solo para liberar las reglas de la lengua, sino para sentir y escribir, libremente, sobre la equidad y la justicia como anhela la gente sencilla en su vida cotidiana.

Y la Iglesia, en silencio. El clero, preocupado por la salvación de las almas. El escritor británico George Orwell (El Tiempo, Cuenca, 16/04/18) dice que “es poco probable que la humanidad pueda salvaguardar la civilización, a menos que pueda evolucionar en un sistema de bien y mal que sea independiente del cielo y el infierno”. Sistema que debe estar bajo responsabilidad de un Estado defensor de la igualdad y los derechos, que no disminuya su tamaño (como quiere la derecha para favorecer la actividad privada).

Un Estado que fortalezca lo público en educación, salud, vivienda, bienestar social. Que apoye la empresa privada, pero no manejada solo con criterios de ganancia. Un Estado con clara política social y económica para atender a los compatriotas de San Lorenzo y otros pueblos fronterizos que esperan, porque la espera es esperanza.

Por: Dr. César Hermida

La autoestima ecuatoriana ha florecido en el contexto de la interculturalidad, que es descubrir ahora la sabiduría de las culturas olvidadas, dominadas, la de los explotados. Lo más difícil es sentirse iguales para aprender juntos, compartir, complementarse, superar las normas morales de los grupos dominantes y establecer una ética solidaria colectiva. Escuchar a los otros, no solo verlos, sino conocerlos, admirarlos, y finalmente aceptarlos y quererlos.

Practicar valores como el de la gratitud que mejora la salud humana. “El ser humano vive en una constante búsqueda por lograr y mantener la felicidad”, para lo cual es menester cultivar la tolerancia y la tranquilidad. “Para alcanzar nuestro bienestar, también es posible articular acciones que nos encaminen al Buen Vivir.  Nuestras mentes y corazones florecen cuando vivimos con emociones positivas” (Fredrickson, EL TELÉGRAFO, 04/10/15).

Había mejorado la autoestima de los ecuatorianos. Se había fortalecido el orgullo nacional en diversos campos. Autoestima y orgullo son mucho más saludables que cultivar el odio entre compatriotas.  Nuestra identidad debe ser la cordialidad y el optimismo.

Las nuevas concepciones de interculturalidad muestran que el 12 de octubre de 1492 no se produjo un descubrimiento, sino que se inició un encubrimiento, el del despojo y la explotación. Aún se desconoce, por ejemplo, la chakana cañari o cruz andina, la figura geométrica simétrica de tres gradas adosadas en contrario horizontal y verticalmente, que muestra con sus doce peldaños, en un círculo, los ciclos de la agricultura y el tiempo.

Cada peldaño corresponde a un mes lunar. Cada cuadrante de tres meses a los períodos de florecimiento (21 de marzo, Pawkar Raymi), de cosecha (21 de junio, Inti Raymi), de siembra (21 de septiembre, Kuya Raymi), de aporque (21 de diciembre, Kapak Raymi).  A cada uno corresponde una gran fiesta. Es la celebración a la Madre Tierra, que nos hermana.

Para que florezca la autoestima hay que volver a mirar la realidad y conocer mejor cada cultura.  La admiración es la primera condición para el cariño.

Por: Dr. César Hermida

Efraín Jara Idrovo, uno de los mejores poetas ecuatorianos, muchos creían que era el mejor entre los vivos, pero hace pocos días partió definitivamente. Su “Sollozo por Pedro Jara”, dedicado a la partida prematura y dramática de su hijo, es un poema de lectura obligada para todos.

Su vida, su poesía, la belleza de sus enamoradas, se quedarán para siempre entre los cuencanos y ecuatorianos. Siempre dijo que solo el trabajo infatigable, construyendo los versos, permitía alcanzar a cabalidad la verdadera poesía, no la llamada inspiración, que era bienvenida como resultado de ese trabajo. En Cuenca se le ha homenajeado como se debe, comenzando con el grupo Casa Tomada, último acto realizado cuando aún vivía.

César Dávila Andrade es otro de los mejores poetas ecuatorianos. Muchos creen que el mejor de todos los tiempos, pero no es conveniente decirlo para evitar susceptibilidades sobre apreciaciones de todas maneras subjetivas.  Su “Boletín y elegía de las mitas” es un poema que todo ecuatoriano debe conocer y en toda escuela debe recitarse.

Su vida fue difícil, entre su producción de mentalidad y corazón llenos de ternura, denuncia rebelde, y la cruda realidad cotidiana. Dejó el país y se perdió en la Caracas tristemente encementada por la riqueza petrolera de aquellos tiempos, y resolvió partir definitivamente allá, lejos del capulí añorado. Cuenca prepara homenajes para recordarlo con sus poemas el 5 de octubre, a los 100 años de su nacimiento.

Mientras en las universidades cuencanas se realizaba, con motivo del Día del Libro, una maratón de lectura de la producción literaria de César Dávila Andrade y de Efraín Jara Idrovo, la Politécnica Salesiana rendía homenaje a Jorge Dávila Vázquez, allí presente, destacado poeta y novelista, con la participación de Felipe Aguilar y Catalina Sojos, como el Grupo La Casa Tomada lo hizo a Rubén Astudillo y Astudillo, ya fallecido, el 15 de mayo, a los 80 años de su nacimiento, con intervenciones de Carlos Pérez y Eliécer Cárdenas.

Cuenca reconoce a sus hijos cultivadores de la magia de las palabras.

Por: Dr. César Hermida

El expresidente del Gobierno español Rodríguez Zapatero viajó de Quito a Cuenca en clase turista, los pasajeros que ingresaban al avión le saludaban, algunos se tomaron fotografías, dos señoras se alegraron de que vaya a conocer “una de las ciudades más bonitas del mundo”. “Así me han dicho”, agregó, con su característica sonrisa de hombre tranquilo, sencillo, simpático. No le pagaron en primera clase, lo que habla bien de los organizadores.

Con 2.500 invitados de 35 países, la 3ª Cumbre Hambre Cero realizada en Cuenca, con varios expresidentes y expertos, fue un privilegio más, académico, político y turístico para una ciudad que se precia de su riqueza intelectual, cultural y natural.

El prefecto Paúl Carrasco trajo a Cuenca dicha Cumbre, y obtuvo 10/10 en su organización. Bien por Cuenca, por Ecuador y por dicha autoridad que, más allá de críticas políticas, siempre muestra un notable liderazgo.

Se dijo que los expresidentes invitados no lograron resolver el problema del hambre durante sus gestiones, y que el costo del evento, no exagerado, pudo haber servido para alimentar temporalmente a grupos prioritarios, o que podía estar presente un mayor número de países, o cualquier otra crítica inútil de los criticones de siempre, pero la verdad es que la idea fuerza de hambre cero, originalmente propuesta por Lula da Silva para Brasil, tiene un inusitado poder de convocatoria que puso a la Cumbre de Cuenca en la palestra del mundo.

También se puede decir que, con ocasión de la Cumbre, el presidente Moreno efectuó desafortunadas declaraciones sobre los pacientes de cáncer y los médicos, y que, asimismo, sobre el tema en esos días el Prefecto respaldó apasionadamente a Solca, entidad eficiente (que nadie quiere perjudicar), pero privada y autónoma, cuando es el Estado el que debe fortalecer lo público a través del MSP y del IESS en este campo para una cobertura universal y gratuita, pero que, por la existencia de Solca, se había descuidado.

Pero esto no opacó el éxito de la Cumbre.

Por: Dr. César Hermida

En los tiempos de crisis y desconcierto es bueno efectuar ciertos ejercicios sobre los valores. Así se recomienda hacer un listado y seleccionar diez de ellos, luego los cinco más adecuados para el momento y concluir con los tres finalistas y de ellos el más importante.

Si tomamos, por ejemplo, en orden alfabético, la amabilidad (o cordialidad), el compromiso (o entrega), la honradez (o integridad), la lealtad (o amistad), el orden (o eficiencia), el reconocimiento (o gratitud), el respeto (o equidad), la solidaridad (o afecto), la tolerancia (o tranquilidad), la veracidad (sinceridad), podemos seleccionar de ellos los cinco prioritarios, por ejemplo: honradez, lealtad, solidaridad, tolerancia, veracidad.

Acaso para el país en estos tiempos los tres más importantes podrían ser: honradez, lealtad, veracidad. De ellos, el lector puede quedarse con el más importante, ¿honradez?, ¿lealtad?, ¿veracidad? No se descarta ninguno, pero, para propiciarlo, ¿con cuál comenzar?

Es difícil dilucidar sobre valores y verdades. Los valores pertenecen a la ética y a la voluntad de ejercerlos. Las verdades se consideran científicas si sus evidencias son demostrables, pero se sabe que hay apreciaciones del investigador que son ilusiones alejadas de la realidad.  Las ilusiones ópticas, por ejemplo, muestran que flechas en dirección opuesta pueden llevar a error sobre distancias: >—-< <—->, y podemos ver estrellas que ya no existen porque desaparecieron hace muchos años. Así mismo, existen ilusiones auditivas, olfativas, del gusto o el tacto, y en el plano subjetivo del pensamiento y los sentimientos. Estas ilusiones subjetivas están marcadas por la cultura y la pertenencia de clase social, saberes y creencias que constituyen la ideología.

Hoy, más allá de los saberes y creencias que pertenecen al mundo cognitivo o de la razón, debemos cultivar los valores del mundo de los sentimientos y la voluntad.  Los dos forman parte de la conciencia. Por los caminos de la razón suele haber extravíos, mientras que por aquellos acuñados por el corazón, nunca hay errores.

Quito, 05 de mayo de 2018

Por: Dr. César Hermida

Se entiende por moral las normas del comportamiento individual establecidas por el poder dominante, político y religioso, es decir por su cultura. Por ética, el entendimiento de los principios universales de conducta colectiva (e individual), de lo adecuado y no adecuado, proporcionado por el estudio y la experiencia de los mayores, generalmente discutido en asambleas; es la voz del pueblo independiente de dominaciones y subyugaciones.

Como la pedagogía (educación en escuelas y colegios) obedece a los poderes dominantes, la andragogía (enseñanza-aprendizaje de los adultos) debe estar en manos de la universidad para el entendimiento libre, con espíritu crítico que clarifique el poder moral y promueva los criterios éticos colectivos. Estos son, por ejemplo, la equidad, la justicia, la libertad, y los valores de honradez y solidaridad. A partir de ellos se establecerían las normas individuales.

La ética es política. El poder político continental ha sido represor, censor, dictatorial. El argentino Ricardo Forster dice que el gran desafío de los gobiernos democráticos está en conjugar igualdad y libertad. “Los Estados de izquierda deberían proponer una ampliación de derechos. Unasur debe llenarse de contenido cultural. Ahora hay una sociedad civil que tiene mucha más capacidad para defender sus derechos” (EL TELÉGRAFO 03.10.15).

El culto al atesoramiento ha demostrado históricamente ser poco ético.  Se cimenta en conductas individualistas, sustenta a los ricos, busca el respaldo estatal, se vale de los pobres (campesinos, obreros, minorías étnicas, emigrantes, refugiados, y otros), se apoya en la institucionalidad religiosa.

La educación superior, que ha enfatizado el área cognitiva en la docencia y la investigación de jóvenes, debe vincularse con la sociedad y contribuir, de modo afectivo y volitivo, a las acciones políticas. Los prometeos y Ph.D. (Pieshdis), todos los docentes y alumnos, con sus capacidades y aficiones individuales, deben salir de las cuatro paredes y comprometerse con las necesidades de la comunidad, con un enfoque ético en la enseñanza y la investigación.

28 de abril de 2018

Por: Dr. César Hermida

Para que los ecuatorianos recobremos la tranquilidad se requiere la paz social. La situación actual no se resuelve con la guerra, la cual destruye países. Por lo tanto, la asesoría de cuatro experimentados generales no parece útil. Como no es posible limpiar con armas la frontera (Colombia no lo ha podido hacer), los militares y policías, que son cruciales en su rol específico, deben constituirse en apoyos, no en la respuesta.

Es crucial diferenciar el rol político militar de las guerrillas de las acciones armadas de los narcotraficantes. Así lo ha hecho el Presidente, pero, paradójicamente, ha suspendido la Garantía para las Conversaciones de Paz con el ELN. Quien primero manifiesta su satisfacción es el expresidente del país vecino, enemigo de Ecuador. Lamentablemente hay interesados políticos en la guerra y otros porque es un gran negocio.

La unidad de los ecuatorianos es la clave, por eso no es conveniente que el Presidente quiera hablar con el periodista publicista vecino que sufre un síndrome obsesivo compulsivo en la misión de atacar a Correa y Santos, asegurar que los líderes guerrilleros son narcotraficantes (y estar hermanado y financiado por alguien ecuatoriano conocido). Ni que hable de la permisividad anterior (peor con el ejemplo de una película), ni hacer otras acusaciones (como volver a mencionar la cámara oculta en su despacho). Reconoce que hubo paz en años anteriores (pero no debería decir que había mal olor interno que él no lo percibía porque estaba lejos, pues aceptó la candidatura).

La única solución es la propuesta académica: priorizar el desarrollo de las zonas fronterizas históricamente pobres. Así se evitará la violencia, el crimen, el tráfico y negocio de los narcotraficantes. Las plantaciones de palma, que reconoce el Presidente, las carreteras asfaltadas (como la que termina en el límite sin que el Estado vecino la continúe), son ejemplo de fuentes de trabajo que crean fronteras activas, complementadas con estrategias educativas, productivas y sociales. Para eso serviría el apoyo de países amigos.

Por: Dr. César Hermida

Gerald Martin, biógrafo oficial de García Márquez, dice que “casi todos los grandes escritores latinoamericanos son primero latinoamericanos y después colombianos, mexicanos, etc.”, y agrega que “en México tienen a un Jorge Volpi que ha publicado un libro llamado El insomnio de Bolívar, que no sabemos si irónicamente o no, pero me temo que no, más o menos argumenta que México debería ser parte de Norteamérica en vez de América del Sur”. En el mismo contexto es indudablemente irónico que el archivo de Gabriel García Márquez quede en manos de la Universidad de Texas en Austin (“Los archivos de Gabo representan la historia cultural y política de América Latina”, EL TELÉGRAFO, 07 12 14).

Los escritores ecuatorianos se caracterizan por deberse enteramente a su identidad nacional. Así, Eliécer Cárdenas, Carlos Carrión, Ernesto Carrión, Jorge Dávila, Iván Égüez, Alejandro Moreano, Abdón Ubidia, Juan Valdano (en orden alfabético, con el perdón de otros) hablan y escriben sobre los temas propios de la identidad nacional. Así lo hicieron los que se fueron recientemente, como Enrique Adoum, Benjamín Carrión, César Dávila, Agustín Cueva, Oswaldo Guayasamín, Efraín Jara, Jorge Velasco Mackenzie, Pedro Jorge Vera, Bolívar Echeverría, Ulises Estrella.

Por sus obras, son nuestros inmortales, porque como una persona muere realmente solo cuando desaparece la última persona que la recuerda, sus libros permanecerán por siempre. La muerte física individual no tiene la trascendencia que tiene el recuerdo subjetivo de familiares y amigos, su grupo cultural y la sociedad.

Novelistas, ensayistas, pintores, músicos, emocionan por siempre con su arte y, ciertamente, para el caso de los novelistas, como dice Javier Cercas (en Soldados de Salamina, Tusquets, Barcelona, 2012), “con su imaginación nos crearon mundos subjetivos, imaginados, que desbordaron la realidad, que la superaron, que la modificaron, que lograron crear otras realidades, ciertamente de ficción, pero que tenían de historia y de cuento, una fascinante mezcla que nos hizo vivir y amar la vida.

Por: Dr. César Hermida

Existe una estrategia política internacional que, lejos de discutir principios, se concentra con sutil habilidad en la conciencia política de la población, para atacar y desprestigiar a los líderes de gobiernos y movimientos progresistas.

Se los tilda de dictadores, vanidosos, dogmáticos, caprichosos, como a Rafael Correa; o de poco preparados, como a Nicolás Maduro; o de atrevidos y radicales, como a Evo Morales; o de permisivos con la corrupción, como a Cristina de Kirchner, Dilma Rousseff, Lula y Rafael Correa. No solo se los desprestigia sino que se cultiva la opinión pública con un odio concentrado, repitiendo y repitiendo mensajes y consignas de calumnias y difamación. Es una estrategia de inteligencia conservadora, sostenida por ciertos gobiernos, medios de comunicación y redes sociales.

Se evade el análisis de principios políticos para propiciar los rechazos emocionales de acusaciones (gratuitas) e insultos que cultivan odios individuales contra los líderes progresistas. Estas reacciones emocionales se tornan comunes sin reflexión alguna. Los más tibios también se vuelven enemigos, y, sin mayor reflexión, reaccionan igual. ¿Alguno de ellos se atreve a pensar que se trata de una estrategia psicológica internacional?

En cualquier conversación social de clase media o alta se repiten las difamaciones y calumnias más increíbles contra líderes, en este caso de la Revolución Ciudadana, y hay ejemplos lamentables, como un gremio médico provincial, en cuya red se insulta y se expresa el más profundo odio político, más allá de la decencia, sin control de autoridad alguna del propio gremio, o de otros miembros cuyas voces llamando a la cordura fueron silenciadas.

La estrategia psicológica internacional conservadora busca reclutar y formar sectarios políticos envenenados. Este triste escenario político de odio hacia los líderes progresistas, individualmente considerados, se ha extendido por el mundo. Ya no se los excomulga, pero se trata de encarcelarlos, destruir su honra con falsas acusaciones, hábilmente fabricadas y repetidas hasta ganar las conciencias de quienes continuarán repitiéndolas.

Quito, abril 7 de 2018