Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Investigador de la UDLA
El presidente Rafael Correa en su último enlace ciudadano anunció el cambio de la Estrategia Nacional Interseccional de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo de Adolescentes (ENIPLA) por el nuevo programa “Plan Familia Ecuador”, que se preocupará de asuntos menos mundanos, o salud y hedónicos, para priorizar el afecto, el amor y la familia como eje de la sexualidad, control del embarazo de adolescentes, y se supondría que de todas las actividades que según el Presidente fueron mal llevadas por el antiguo ENIPLA. Su directora había mantenido silencio absoluto sobre las actividades y ahora las delineó. Hay algunos planteamientos que aún no se aclaran.
En una carta enviada a la Secretaria del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el Frente Ecuatoriano por los Derechos Sexuales y Reproductivos expresa que “la situación en el Ecuador está vinculada a la falta de información sobre el aborto inseguro y su vinculación con la mortalidad materna, las restricciones en el acceso al aborto terapéutico y al aborto por la causal de violencia sexual, la violación al secreto profesional y la judicialización de mujeres con abortos en curso, que vulneran los derechos de las mujeres ecuatorianas a la salud, la intimidad, la vida libre de violencia, los derechos reproductivos y la igualdad sustantiva, consecuentemente sujetándolas a condiciones discriminatorias”.
Se estima que la mortalidad materna en el Ecuador es de las más altas en Latinoamérica, preocupación expresada por este Comité en su último Informe al Estado Ecuatoriano. Según el Anuario de Estadísticas Vitales del Ecuador, la tasa de mortalidad materna es de 45,7 por cada 100 mil nacidos vivos, lo que significa que el país no podrá cumplir su meta de reducir las muertes maternas según lo establece el Plan Nacional del Buen Vivir.
El Ministerio de Salud Pública de Ecuador, la OPS, entre otras instituciones, reconocen que la problemática de mortalidad materna es compleja. El sub registro es alto; pese a eso, existen 40.256 egresos hospitalarios por abortos y de ellos, 3 de cada 10 mil mujeres mueren. En la última década se incrementaron 75% los embarazos en adolescentes y niñas, 3.600 de ellos fueron “registrados” por violación.
Sobre la aplicación de la nueva ley sobre la punibilidad del aborto, es curioso encontrar un estudio que devela que el 66% de médicos está dispuesto a quebrantar el secreto profesional y denunciar a las mujeres que abortan ilegalmente.
El presidente Rafael Correa en su reciente enlace ciudadano 412 dijo: “La mortalidad materna es la única meta del milenio que nos falta cumplir. Venía disminuyendo, pero en el 2014 se estancó. Lo importante es evitar las muertes de madres. Daremos una lucha frontal en cuatro ejes: prevención, atención obstétrica, manejo de datos estadísticos, auditorías de muerte materna”. Se invertirán 20 millones de dólares para este objetivo, en centros de salud, nuevos médicos y más. La ministra Carina Vance explicó el camino a seguir para reducir la mortalidad materna. Nadie habla ya del ENIPLA; ¿estará vivo o solo en un conveniente silencio? Aquí algunos planteamientos que deberían despertarlo.
En una carta enviada a la Secretaria del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el Frente Ecuatoriano por los Derechos Sexuales y Reproductivos expresa que “la situación en el Ecuador está vinculada a la falta de información sobre el aborto inseguro y su vinculación con la mortalidad materna, las restricciones en el acceso al aborto terapéutico y al aborto por la causal de violencia sexual, la violación al secreto profesional y la judicialización de mujeres con abortos en curso, vulneran los derechos de las mujeres ecuatorianas a la salud, la intimidad, la vida libre de violencia, los derechos reproductivos y la igualdad sustantiva, consecuentemente sujetándolas a condiciones discriminatorias”.
Se estima que la mortalidad materna en el Ecuador es de las más altas en Latinoamérica, preocupación expresada por este Comité en su último Informe al Estado Ecuatoriano. Según el Anuario de Estadísticas Vitales del Ecuador, la tasa de mortalidad materna es de 45,7 por cada 100 mil nacidos vivos, lo que significa que el país no podrá cumplir su meta de reducir las muertes maternas según lo establece el Plan Nacional del Buen Vivir.
El Ministerio de Salud Pública de Ecuador, la OPS, entre otras instituciones, reconocen que la problemática de mortalidad materna es compleja. El sub registro es alto; pese a eso, existen 40.256 egresos hospitalarios por abortos y de ellos, 3 de cada 10 mil mujeres mueren. En la última década se incrementaron 75% los embarazos en adolescentes y niñas, 3.600 de ellos fueron “registrados” por violación.
Sobre la aplicación de la nueva ley sobre la punibilidad del aborto, es curioso encontrar un estudio que devela que el 66% de médicos está dispuesto a quebrantar el secreto profesional y denunciar a las mujeres que abortan ilegalmente.