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Plan Familia Ecuador (I)

Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Investigador de la UDLA

Luego de escuchar una entrevista a la directora del Plan Familia Ecuador y leer su proyecto, aún quedan incógnitas sobre la orientación que se dará al tema de la sexualidad de los adolescentes del país.

Se imprime fuerza en la familia como eje de las acciones, pero no se diferencian los tipos de familias que hoy la sociedad reconoce y que toma en cuenta estratos económicos, etnia, ubicación urbana o rural, composición tradicional o alternativa, cultura, etc. Solo se alude a una familia ‘ideal’. El plan -de más de 32 millones de dólares- incluye cursos, talleres, invitación a expertos para impulsar una sexualidad y afectividad en familia.

Para la toma de decisiones del Plan Familia Ecuador es clave partir de realidades. En el proyecto no existe información sobre el uso de anticonceptivos, incluida la píldora del día después, aborto y mortalidad, violación y embarazo, malformaciones congénitas, transexualidad, intersexualidad, género, etc. No se habla de embarazo no deseado, muerte y enfermedad por abortos no atendidos.

La judicialización de médicos y mujeres que han abortado crea temores y profundiza el problema de salud y riesgos de mortalidad. Este drama social ahuyenta de los servicios de salud a las mujeres con problemas. La violación de la confidencialidad médica contraviene los artículos 1 y 9 de la Carta Interamericana de Derechos Humanos. El plan, al omitir los verdaderos problemas de salud y sociales, no plantea soluciones verdaderas.

La salud es una competencia y una obligación del Estado. La no aplicación de la Guía Clínica de Aborto Terapéutico, hecha pública por el Ministerio de Salud, contradice la obligatoriedad estatal de no poner trabas a las mujeres para obtener la mejor calidad de salud y contraviene las Resoluciones 19 y 24 del Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer.

El Frente Ecuatoriano por los Derechos Sexuales y Reproductivos y los ciudadanos tienen interrogantes al plan: ¿Qué medidas tomará para sistematizar el número de registros de aborto en condiciones de riesgo y cómo se vinculan estos con la mortalidad materna, y qué se hará ante esos datos? ¿Cómo se plantea proteger el derecho a la salud bio-psico-social, especialmente de las mujeres? ¿Qué medidas se están tomando para capacitar a los profesionales de salud y sensibilizar a la población ecuatoriana sobre derechos sexuales y reproductivos?

Plan Familia Ecuador y no al ENIPLA

Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Investigador de la UDLA

El presidente Rafael Correa en su último enlace ciudadano anunció el cambio de la Estrategia Nacional Interseccional de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo de Adolescentes (ENIPLA) por el nuevo programa “Plan Familia Ecuador”, que se preocupará de asuntos menos mundanos, o salud y hedónicos, para priorizar el afecto, el amor y la familia como eje de la sexualidad, control del embarazo de adolescentes, y se supondría que de todas las actividades que según el Presidente fueron mal llevadas por el antiguo ENIPLA. Su directora había mantenido silencio absoluto sobre las actividades y ahora las delineó. Hay algunos planteamientos que aún no se aclaran.

En una carta enviada a la Secretaria del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el Frente Ecuatoriano por los Derechos Sexuales y Reproductivos expresa que “la situación en el Ecuador está vinculada a la falta de información sobre el aborto inseguro y su vinculación con la mortalidad materna, las restricciones en el acceso al aborto terapéutico y al aborto por la causal de violencia sexual, la violación al secreto profesional y la judicialización de mujeres con abortos en curso, que vulneran los derechos de las mujeres ecuatorianas a la salud, la intimidad, la vida libre de violencia, los derechos reproductivos y la igualdad sustantiva, consecuentemente sujetándolas a condiciones discriminatorias”.

Se estima que la mortalidad materna en el Ecuador es de las más altas en Latinoamérica, preocupación expresada por este Comité en su último Informe al Estado Ecuatoriano. Según el Anuario de Estadísticas Vitales del Ecuador, la tasa de mortalidad materna es de 45,7 por cada 100 mil nacidos vivos, lo que significa que el país no podrá cumplir su meta de reducir las muertes maternas según lo establece el Plan Nacional del Buen Vivir.

El Ministerio de Salud Pública de Ecuador, la OPS, entre otras instituciones, reconocen que la problemática de mortalidad materna es compleja. El sub registro es alto; pese a eso, existen 40.256 egresos hospitalarios por abortos y de ellos, 3 de cada 10 mil mujeres mueren. En la última década se incrementaron 75% los embarazos en adolescentes y niñas, 3.600 de ellos fueron “registrados” por violación.

Sobre la aplicación de la nueva ley sobre la punibilidad del aborto, es curioso encontrar un estudio que devela que el 66% de médicos está dispuesto a quebrantar el secreto profesional y denunciar a las mujeres que abortan ilegalmente.

El presidente Rafael Correa en su reciente enlace ciudadano 412 dijo: “La mortalidad materna es la única meta del milenio que nos falta cumplir. Venía disminuyendo, pero en el 2014 se estancó. Lo importante es evitar las muertes de madres. Daremos una lucha frontal en cuatro ejes: prevención, atención obstétrica, manejo de datos estadísticos, auditorías de muerte materna”. Se invertirán 20 millones de dólares para este objetivo, en centros de salud, nuevos médicos y más. La ministra Carina Vance explicó el camino a seguir para reducir la mortalidad materna. Nadie habla ya del ENIPLA; ¿estará vivo o solo en un conveniente silencio? Aquí algunos planteamientos que deberían despertarlo.

En una carta enviada a la Secretaria del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el Frente Ecuatoriano por los Derechos Sexuales y Reproductivos expresa que “la situación en el Ecuador está vinculada a la falta de información sobre el aborto inseguro y su vinculación con la mortalidad materna, las restricciones en el acceso al aborto terapéutico y al aborto por la causal de violencia sexual, la violación al secreto profesional y la judicialización de mujeres con abortos en curso, vulneran los derechos de las mujeres ecuatorianas a la salud, la intimidad, la vida libre de violencia, los derechos reproductivos y la igualdad sustantiva, consecuentemente sujetándolas a condiciones discriminatorias”.

Se estima que la mortalidad materna en el Ecuador es de las más altas en Latinoamérica, preocupación expresada por este Comité en su último Informe al Estado Ecuatoriano. Según el Anuario de Estadísticas Vitales del Ecuador, la tasa de mortalidad materna es de 45,7 por cada 100 mil nacidos vivos, lo que significa que el país no podrá cumplir su meta de reducir las muertes maternas según lo establece el Plan Nacional del Buen Vivir.

El Ministerio de Salud Pública de Ecuador, la OPS, entre otras instituciones, reconocen que la problemática de mortalidad materna es compleja. El sub registro es alto; pese a eso, existen 40.256 egresos hospitalarios por abortos y de ellos, 3 de cada 10 mil mujeres mueren. En la última década se incrementaron 75% los embarazos en adolescentes y niñas, 3.600 de ellos fueron “registrados” por violación.

Sobre la aplicación de la nueva ley sobre la punibilidad del aborto, es curioso encontrar un estudio que devela que el 66% de médicos está dispuesto a quebrantar el secreto profesional y denunciar a las mujeres que abortan ilegalmente.

La Academia de Ciencias del Ecuador

Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Investigador de la UDLA

En febrero de 2013, la Senescyt aprobó los estatutos de la Academia de Ciencias del Ecuador (ACE), una asociación sin fines de lucro, de científicos que viven o no en el país, y que tiene el propósito de congregar a personajes destacados en la investigación en las diversas ramas que la conforman: Ciencias de la Vida, de la Tierra, Ciencias Exactas, Químicas y Sociales.

Las academias de Ciencias en general y la ACE en particular tienen como finalidad promover y difundir las investigaciones nacionales, así como el desarrollo tecnológico, también interesa a la Academia y a los académicos intercambiar material científico y tecnológico, colaborar con el sector público y privado, así como promover el talento humano, la implementación de tecnologías, velar por la calidad de la investigación y de su ética, y alentar los eventos científicos.

Una vez conformada la ACE, le toca involucrarse en los temas de interés social. Deberá preocuparse de aspectos de interés nacional y mundial, tendrá que opinar sobre temas complejos que merezcan explicaciones científicas. Una Academia para que tenga presencia y marque diferencias tendrá, por propia iniciativa, pronunciarse en temas, incluso, conflictivos, y tendrá que hacerlo porque el quehacer científico promueve posicionamientos. La ciencia por sí misma es liberadora, destruye mitos, cuestiona tradiciones, fundamenta acciones, por tanto, una Academia y los académicos construyen caminos sociales dentro de la racionalidad lógica de la ciencia y del racionalismo experimental.

Suponer que la aparente neutralidad y apolitismo de la ciencia es una condición necesaria para su progreso no es real. La ciencia toma partido, y lo que se debe propender en una Academia de un país que está haciendo esfuerzos por salir adelante, es que sus miembros y la Academia, en conjunto, tomen posicionamientos sobre las investigaciones peligrosas o para la guerra, sobre la injusticia del poder que impone la tecnología en pocas manos, sobre las finanzas que priman sobre el bienestar humano, sobre los propietarios del conocimiento y todo cuanto sea confuso para la nación y la humanidad. Una Academia deberá buscar el mejor camino para garantizar el acceso al conocimiento de manera comprensible para las personas y luchar porque el derecho al conocimiento sea su visión rectora.

En Ecuador hay muchos temas que gobiernos, instituciones, gremios y personas deberían consultar con las academias y estas deben resolverlos, convirtiéndose en verdaderos asesores y, de alguna manera, líderes del progreso.

Innovar, inventar o investigar

Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Investigador de la UDLA

Las cifras sobre investigación e innovación ecuatoriana reflejan lento progreso; así, el 2014, el Ecuador produjo 0,01% del total de artículos científicos del mundo, y el número de patentes registradas fue 3 (datos de SCOPUS). De acuerdo a estas cifras ¿el país debería innovar, inventar o investigar?

Definamos cada palabra. Innovar significa crear o modificar un producto e introducirlo en un mercado, es mudar algo hacia la novedad. Inventar quiere decir hallar o descubrir algo nuevo o no conocido. Investigar se refiere a realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia, contempla algo que muchas personas no lo entienden y es que la investigación en principio podría no tener aplicación práctica. Un ejemplo muy simple aclara estas diferencias: un investigador trabaja con productos químicos primarios, realiza pruebas con mezclas hasta conseguir un nuevo material, es decir cumple dos procesos, investiga e inventa (podría patentar); este nuevo hallazgo es utilizado para construir un recipiente que contiene un producto determinado, pero alguien utiliza este recipiente no para almacenar, sino como vaso para beber, por lo tanto, está innovando, cambió el uso original. Algo más profundo: se descubre el fenómeno de inducción de calor; para este develamiento se realizan pruebas experimentales hasta describirlo comprensiblemente; este fenómeno puede ser aplicable a varias situaciones, una de ellas calentar metal; luego, se puede aplicar este principio físico a la construcción de cocinas, lo que significa una innovación.

Algunas gigantescas empresas han apuntado al Ecuador como un nicho interesante para transferencia tecnológica e innovar. Queda la pregunta de si estas empresas tienen la intención de involucrar ecuatorianos en sus investigaciones confidenciales, de las que surgirán productos nuevos y comerciales: chips, fármacos, biofármacos, computadoras, nuevos materiales, tejidos sintéticos, órganos artificiales y más.

El país ha entrado en un arduo empeño por la innovación, algo menos en la invención, pero mucho menos en la investigación. Justamente para inventar algo, e incluso para innovar, el único camino es investigar, caso contrario lo que haremos como país es adaptar, modificar, mudar productos hacia aplicaciones novedosas, hasta curiosamente originales, pero no surgidas en la investigación experimental propia. Si no investigamos, solo consumiremos productos existentes, surgidos de investigadores e inventores foráneos.

Ecología del florecimiento de los guayacanes

Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Ivestigador de la UDLA

El inicio del año, para las poblaciones de Mangahúrco, Bolaspamba y Cazaderos, al sur del Ecuador, en la provincia de Loja, cantón Zapotillo, a 690 km de Quito, trae un espectacular fenómeno natural, que es el florecimiento de los árboles de la zona.

Los ‘guaiacum’, conocidos como guayacanes (Tabebuina chrysanta, su nombre científico) o árboles de madera dura, constituyen una especie de los bosques neotropicales y tropicales de América, desde México hasta Ecuador.

Los guayacanes florecen una o dos veces al año; en nuestro país, en la zona mencionada lo hacen en enero o principios de febrero, momento que marca el inicio del invierno en este bosque seco. Con las primeras lluvias fuertes, los árboles florecen de manera impresionante en las 40 mil hectáreas que involucran este espacio, y producen un fenómeno que se torna de gran interés turístico. Para florecer, el guayacán ha alcanzado su vida adulta, los 3 años, pudiendo llegar a 20 metros de altura, con una copa abundante y frondosa de unos 10 metros, hasta su muerte a los 50 a 100 años.

Luego de la floración, entre 4 a 5 días, los pétalos rizados, que semejan racimos de unos 20 cm, caen y forman una alfombra en el suelo. Toda la zona se tiñe de amarillo, color dado por las flores campanuladas, ricas en carotenoides y batalaina.

El florecimiento, aparte del interés gratificante de su observación, del espectacular paisaje por la fraternidad de colores, tiene también un interés científico ecológico. Es el momento de la polinización y la caída de la flor es la mejor invitación a aves como los colibríes y a insectos como los abejorros, avispas y hormigas, y hasta a los murciélagos, que se alimentarán del néctar de las hojas y se degradarán en sustancia orgánica que servirá para enriquecer el propio suelo.

Con una temperatura ambiente entre 25 a 27 grados Celsius y una humedad que puede llegar hasta 70%, dependiendo de la zona, estos árboles conviven con muchas otras especies. De otro lado, el guayacán tiene una madera resistente a la polilla y a las hormigas, y solo se enferma por coleópteros. Estas características hacen de este bosque un ambiente único y especial para la vida.

Este espectáculo es una incomparable experiencia de contemplar el resurgimiento de la vida y la renovación de los ciclos biológicos de la dinámica del bosque megatérmico seco. Su preservación es imprescindible declarándolo patrimonio natural para que se mantenga su rica biodiversidad. Vale cualquier esfuerzo realizar esta visita, hacer este viaje tan placentero atravesando carreteras impecables.

Peripecias de la investigación ecuatoriana (IV)

Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Investigador de la UDLA

8.- Problemas en las patentes. Como país podríamos encontrar nuevas aplicaciones de productos químicos o fármacos ya existentes, lo que se llama reposicionamiento de patente, pero la inexperiencia estatal nos bloquea. Tenemos convenios internacionales, seguramente firmados por no científicos, que nos impiden patentar nuevas aplicaciones. En el mundo se está haciendo justo esto para lograr ganancias farmacéuticas; pero los ecuatorianos nos ponemos la soga al cuello.

9.- Controles. A los investigadores nacionales nos ponen todas las trabas posibles; ahora se inventaron los permisos de investigación, permiso del permiso y control de cada permiso. En cambio, los extranjeros vienen, sacan muestras, hacen experimentos fuera, publican (las bases de datos mundiales dicen quiénes son), patentan, y las autoridades competentes ni se enteran o nada hacen al respecto. Esto es el biopirateo, real e impune. En alguna ocasión que reclamé por esto a un investigador extranjero, me respondió: “ese es un problema de tu país, no del mío”.

10.- Solapamiento de la investigación real. La evaluación de las universidades y facultades de Medicina muestra un fenómeno especial: para cumplir con las reglas, las universidades realizaron convenios de “publicación” con instituciones extranjeras, con lo cual los méritos reales de la investigación se llevan, casi siempre (90%), los extranjeros, pero los ecuatorianos quedamos contentos por el simple aparecimiento del nombre de la institución tal, o del investigador cual en la interminable lista de coautores. Esto es falsear la investigación ecuatoriana y engañar sutilmente a los evaluadores, quienes también se conformaron con esos datos. Importa más el número que la calidad de los resultados. Esto perjudica la imagen nacional.

11.- Diferencias salariales entre extranjeros y ecuatorianos. Aunque la ley dice que a igual trabajo, igual remuneración, por alguna razón no entendible, están mejor cotizados los investigadores extranjeros que los nacionales, no importa si tienen igual título y similar currículo. A los Prometeos, muchos de los cuales no están haciendo investigación, según afirman, se les paga más; y su aporte parecería limitado si vemos cifras de su producto. Menciono nuevamente que si hicieran investigación, deberíamos tener al menos 861 (número de Prometeos) artículos científicos, y esto no ocurre.

Quizá reorientando la visión sobre estas peripecias, podamos hacer investigación experimental seria, no solo de presencia internacional, sino de impacto mundial.

Peripecias de la investigación ecuatoriana

Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Investigador de la UDLA

Continúo con el análisis desde la perspectiva de un investigador que se desempeña en el ‘campo de batalla’.
4) Falta de apoyo a investigadores nacionales. Se entregan cuantiosas cantidades de dinero a investigadores extranjeros que trabajan en instituciones públicas como prometeos, quienes están enfrentando la falta de investigadores nacionales de contraparte y, sobre todo, la ausencia de infraestructura investigativa. Esto explicaría la constante visita o los SOS de estos investigadores ‘sénior’ que acuden a laboratorios bien equipados, de los que carecen los propios centros públicos, para proponer colaboraciones y vinculaciones. Sin embargo, a muchos de los investigadores ecuatorianos que desean acceder a financiamiento se les ponen tantas trabas que jamás se concretan.

5) El Estado ha montado una superestructura burocrática de ‘técnicos’ sin experiencia en investigación de alto nivel, que evalúan, critican, ponen metas, controlan a los investigadores; como se dice entre los científicos, ‘nuestros interlocutores no nos entienden’. Lo peor es que el Estado ha construido una serie de normas, reglamentos y largos procesos para control de todo cuanto se quiera investigar; se debe pedir permisos, llenar formularios, y más, entorpeciendo las investigaciones. Todo esto ahuyenta la investigación; los investigadores están dedicados a administrar y no a hacer lo que deben.

6) El propio Estado tiene una serie de leyes que obstaculizan la investigación. Por ejemplo, las del Consep, que traban el disponer de reactivos químicos de investigación por su posible uso para preparación de drogas. Es decir, las universidades, centros e institutos de investigación son considerados, de inicio, posibles narcofabricantes. A pesar de las razones expuestas, han pasado años sin que se solucione este tema.

7) Problemas en la importación de reactivos y químicos para investigar, así como el fabricarlos. Los procedimientos artificiosos que se han implantado para el control son tan engorrosos que las casas importadoras prefieren no traer los productos. Si no hacemos investigación en gran cantidad, importar para tan pocos investigadores o para tan pocas pruebas, no es rentable, dicen los importadores. Por otro lado, los aranceles son tan altos para los productos útiles para investigación que los costos de investigación para Ecuador son entre 4 a 5 veces mayores que en cualquier país que se hace ciencia seria y de alto nivel. No existen productores de reactivos de investigación ni de frascos, plásticos y más. La investigación nos cuesta más y producimos menos…

Peripecias de la investigación ecuatoriana (II)

Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Investigador de la UDLA

En el artículo anterior traté sobre la falta de financiamiento; continuando con el análisis, otros puntos pueden servir para la discusión nacional sobre la situación de la investigación y el desarrollo de la ciencia:

1.- Los investigadores que han sido becados en el extranjero para sus posgrados no cuentan con un plan de reinserción nacional. Están regresando ya los primeros becados, pero sin asignaciones para investigación y, lo peor, sin lugares de trabajo; están especializados en el top de la ciencia, pero sin poder ejecutar sus conocimientos. Pronto tendremos un batallón de PhD sin lugares para hacer sus investigaciones. Entonces, el programa puede ser un fracaso.

2.- Divorcio entre lo público y lo privado. Se ha dicho en varios foros que el gobierno de la revolución ciudadana no financia a universidades ni centros privados. Curiosamente, la mayoría de investigaciones de impacto están en el sector privado (según bases de datos internacionales); el sector público no cuenta con la infraestructura para investigación, por ejemplo, en genética humana, inmunología, biología celular, células madre, entre otros. El Estado invierte miles de dólares en asociaciones con empresas privadas extranjeras o industrias nacionales, invierte en hidroeléctricas, subsidios, etc., pero no quiere invertir en universidades privadas. Craso error. Es precisamente la alianza entre los dos sectores la que rendirá frutos potentes y nos sacará de la invisibilidad mundial.

3.- Alianzas tropezadas con la ética. Ocurren dos fenómenos: Las instituciones públicas invitan a aliarse para investigación a centros privados, pero como en la práctica los públicos aún no cuentan con la estructura para investigar, lo que podría suceder es que estos se beneficiarían de las ideas de instituciones privadas luciendo como mentores e impulsadores de proyectos, o el peor de los casos, alguien podría apropiarse de la idea, lo que ahuyentaría alianzas.

4.- En la actualidad se financia hasta 250 mil dólares a estudiantes de maestrías y doctorados, pero a investigadores probados nacionales no se les apoya financieramente. ¿Cómo entonces queremos hacer ciencia nacional de impacto? Los extranjeros ven al país como un buen destino económico, pero no existe aún un producto científico de calidad y con la frecuencia esperada. Si tenemos al momento 861 Prometeos, y 1.800 investigadores, deberíamos contar con al menos el mismo número de productos científicos. El 2014 se publicaron 774 artículos científicos, y solo en el 10% de ellos aparecen ecuatorianos como primeros autores.

Peripecias de la investigación ecuatoriana (I)

Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Investigador de la UDLA

Desde el inicio de la Revolución Ciudadana en 2007, la investigación ecuatoriana y la producción científica del país no han cambiado mucho, pese al incremento de dinero, por lo que es pertinente hacer una evaluación crítica y constructiva sobre esta área que es clave para un país.

Según la Senescyt, la inversión en educación superior (9.445 millones de dólares), la asignación del Producto Interno Bruto (PIB) para esa área (2,12% en 2014), la entrega de 10 mil becas, el programa Prometeo, que cuenta con 861 investigadores vinculados a centros de investigación, marcan los hitos que le permiten al Estado ecuatoriano identificar a 2014 como el año de la ciencia, la tecnología y la educación superior.

Examinando las cifras internacionales (Scopus), que es la manera adecuada de mostrar la producción científica de un país en la actualidad, el aparente panorama de bonanza científica no se refleja en la producción de artículos científicos. En siete años hemos publicado 4.281 artículos. En 2007 tuvimos una producción de 338 artículos científicos; 7 años más tarde, tenemos en 2014 un total de 774. Profundizando en las cifras, es evidente la ausencia de producto nacional en la ciencia mundial; los datos muestran que hay más extranjeros estudiándonos que nosotros produciendo ciencia. Solo el 30% de la producción científica nacional se origina en Ecuador (34% desde Estados Unidos y 17% en España), el resto, o son ‘colaboraciones amistosas’ o franca biopiratería, contra la cual no se hace casi nada. En suma, el país produce un 0,01% de la ciencia mundial cada año, nuestras universidades y centros de investigación casi no aparecen en la lista de rankings internacionales, producimos escasísimas patentes, libros científicos y conocimientos de impacto.

El 40% de artículos ‘ecuatorianos’ es de agricultura, 19% de medicina, 17% de ciencias sociales, 15% de ambiente, 12% de tierra y planeta, 7% de bioquímica, 4% de artes y humanidades, 4% de inmunobiología y 3% de energías. De estos, el 81% es de artículos científicos, 5% de participaciones en congresos, 2% de capítulos en libros y 0,8% de libros.

En este panorama, los problemas de la ciencia en Ecuador los podemos resumir así:
1) Falta de financiamiento real a investigadores nacionales y centros de investigación. Algunos centros en el país hacen buena ciencia, pero su trabajo podría estancarse porque no hay inyección directa de dinero. Es fácil identificar quiénes y dónde hacen investigación en Ecuador, y a ellos se les debe apoyar sin prejuicios políticos, ideológicos o peor aún, segregándolos…

La Maestría en Genética Humana y Molecular

Por: Dr. César Paz y Miño
Científico e Investigador de la UDLA

La deficiencia en la investigación científica ecuatoriana es real. En Biomedicina el país produce apenas el 0,02% de trabajos científicos a nivel internacional, por año. Uno de los problemas es la inexistencia de programas de posgrado en ramas complejas como la Genética Humana, situación que no se ha solucionado en las últimas dos décadas, existiendo una falta de profesionales en salud involucrados en esta ciencia, hoy top en el mundo y con el mayor desarrollo tecnológico.

Luego de años de organización y sustentado en experiencia investigativa, el Instituto de investigaciones Biomédicas de la UDLA ejecutará una maestría sui géneris. Con un programa dirigido totalmente a la investigación, acogerá interesados en profundizar un campo apasionante del conocimiento: la Genética Humana y Molecular. Contempla temas como la genética de poblaciones, los tóxicos de los genes, la relación de genes con el cáncer, la herencia de enfermedades comunes, los nuevos desafíos de la moderna Genética como la influencia del ambiente, la bioinformática y quimioinformática, la epigenética. Pondrá a disposición de los nuevos investigadores las herramientas necesarias para el desarrollo de proyectos ecuatorianos como la secuenciación de genes, los bio chips, técnicas de diagnóstico actual, así como el asesoramiento en problemas hereditarios y malformativos.

La Maestría (http://www.udla.edu.ec/posgrados/maestria-en-genetica-humana-y-molecular/) está concebida para formar expertos en Genética Humana que propongan soluciones a los problemas de origen genético humano-médico que se presentan a nivel local y regional, así como generar propuestas de investigación y programas de acción social, dentro del marco legal y ético, con la finalidad de tener ofertas de diagnóstico, prevención y manejo científico de tratamientos de problemas de salud pública genética.

Lo más llamativo de este programa académico es que combinará 17 profesores nacionales con 11 extranjeros, como mecanismo idóneo para formar investigadores nacionales con visión internacional, trabajar e investigar en conjunto utilizando los convenios existentes.

Tradicionalmente la ciencia ecuatoriana tiene escasa presencia internacional y muy poco impacto en el mundo con sus logros. Una maestría única en su rama aspira a lograr un cambio en la mentalidad y en la acción de los nuevos científicos, que deberían convertirse en los líderes del resurgimiento de la investigación para dejar de ser consumidores y pasar a ser generadores de ciencia.

“Lo más llamativo de este programa académico es que combinará 17 profesores nacionales con 11 extranjeros, como mecanismo idóneo para formar investigadores nacionales con visión…”.