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El tren de la muerte (fragmento)

Por: Dr. Pedro Arturo Reino Garcés
Lingüista e Historiador/Cronista Oficial de Ambato

Revisando el libro “El último viaje”, de Diego Moscoso Peñaherrera, que relata el traslado de los Alfaro, desde Guayaquil a Quito, en el tren de la ironía y del sadismo de Carlos Freile Zaldumbide, el asesino que estuvo encargado del Poder Ejecutivo, vemos las mismas conductas de la plebe, puesto que allá se dio el primer holocausto en contra del general Pedro Montero “que fue un montubio de lealtad inquebrantable” con Eloy Alfaro. Se lo conocía como El Tigre de Bulubulo; fue quien le acompañaba en todas las campañas. Una vez presos los liberales en la gobernación de Guayaquil, dice Diego Moscoso: “El Consejo de Guerra, reunido en la Casa de la Gobernación, había terminado de juzgar al general Pedro Montero y se disponía a dictaminar el veredicto, el mismo que la soldadesca disfrazada no dejó que se leyera; eran como las nueve de la noche, la turba que asistía a este peregrino juicio, arremetió furiosa y agresiva contra el indefenso preso, pidiendo a gritos que se lo ejecute en el mismo recinto en que actuaba el tribunal, en presencia del General Leónidas Plaza y del Ministro Juan Francisco Navarro, además de sus principales subalternos. Montero, valientemente se irguió en el supremo instante, y volviéndose a sus enemigos les dijo con arrogancia:

Si quieren mi vida, está bien, se la daré mañana.

No mañana, ahora mismo. Contestó una voz de entre el tumulto, y en ese mismo instante el oficial que hacía la guardia en el Consejo de Guerra, el teniente Alipio Sotomayor, le disparó un tiro de pistola que hirió a Montero; y el ayudante del General Plaza, el comandante César Guerrero, disparó también su revólver sobre la indefensa víctima, la misma que herida de muerte, cayó de bruces. Alguien agarrando una silla, le acometió dándole golpes al desventurado Montero.

La confusión era total, el populacho compuesto por soldados disfrazados, familiares de aquellos que habían muerto en las batallas dadas en las últimas semanas, pueblo de baja ralea, prostitutas y matarifes, se cebaron en la víctima. Fue alzado en brazos y arrojado desde el balcón, hasta la calle; ahí lo acribillaron a balazos y empezaron la terrible tarea de despedazar su cuerpo. Lo desnudaron, cortaron su cabeza, poniéndola en una bayoneta y empezaron a pasearla por las calles, mientras otros organizaban un juego con los órganos genitales, lanzándose de unos a otros. El cadáver despedazado y sangrante de Pedro Montero, fue arrastrado a la Plaza de San Francisco (en Guayaquil), donde se había reunido gran cantidad de gente, procediendo de inmediato a incinerar sus despojos”

El telegrama disculposo de la hipocresía, fue redactado por el Ministro de Guerra Juan Francisco Navarro en los siguientes términos:

Guayaquil, 25 de enero de 1912.- 9:30 p.m.

Señores Presidente y Ministros de Estado

A las 8 y media p.m. terminó el Consejo de Guerra sus deliberaciones sentenciando al General Montero a la pena de dieciséis años de presidio y degradación pública.

El pueblo se sublevó contra esta sentencia, que defraudaba sus esperanzas de que fuera la pena de muerte. Tres o cuatro mil hombres armados protestaban contra esta resolución del Consejo y pedían la cabeza del traidor. Hemos agotado nuestros esfuerzos por contener pueblo. No fue posible. Nos atropellaron. Atropellaron Consejo, cordón de fuerzas, invadieron gobernación, donde funcionaba Consejo y ultimaron desgraciado jefe rebelde, ensañándose en sus despojos, que arrastran en estos instantes por las calles…Hemos expuesto nuestra vida por salvar presos, y el señor general Plaza, sin moverse del lado de los presos, ha agotado heroicos esfuerzos por salvarles la vida. La cólera popular es incontenible y terrible, de manera que en estos mismos momentos, apenado el espíritu por los caracteres odiosos de la tragedia a que acabo de asistir, me propongo de ver cómo salvo la vida de los otros presos. Ministro de Guerra, Juan francisco Navarro.”

¿Cómo dejar de citar los testimonios de la historia en esta rememoración? En la plaza de San Francisco, junto al monumento a Rocafuerte, fue incinerado el cadáver de Montero. “Le cortaron la cabeza y le sacaron el corazón, y estos órganos, luego de ser puestos en una solución de sublimado corrosivo, fueron conducidos a Quito por los soldados del (batallón) Marañón como trofeos.  La viuda de Montero  envió un telegrama al Gobierno que decía:

Señor Encargado del Poder Ejecutivo, Quito.

Señor: Deber sagrado de esposa, me obliga a dirigirme a Ud. Para solicitar la entrega de la cabeza y el corazón de mí esposo señor General Pedro J. Montero, que existen como trofeos en poder del Ejército del Señor General Leonidas Plaza Gutiérrez; pues fue cobarde y alevosamente asesinado anoche. Teresa de Montero”. Carlos Freile Zaldumbide, no contestó”.

El tren de la muerte

Me pregunto: ¿Por qué alguien no hizo nada en el trayecto tan largo entre Guayaquil y Quito para salvar la dignidad de nuestro pueblo? ¿Dónde se escondieron los hijos de la revolución que no atinaron a mover un árbol, o a desbarrancar cualquier loma, o a disparar siquiera cualquier flecha justiciera? Ni el propio Eloy aceptó la posibilidad de una huida en una oportunidad que se le presentó  por Alausí. Me resisto a pensar en el destino. Quiero razones, más que sentirme enfrentado a las  emociones. Me doy por vencido pensando en la ingratitud. Si todo esto pasó y lo vivimos, me digo: No pudo ser.

Aleturgias y el gobierno de los vivos

Por: Dr. Pedro Arturo Reino Garcés
Historiador/ Cronista Oficial de Ambato

¿Sabe usted quien le gobierna? ¿Se ha dado cuenta que no solo le gobierna el que está más arriba, sino hasta una hilera de mediocres intermediarios amamantados por su cráneo? Si no se ha detenido a pensar en esto, siéntase feliz, porque no es un ser pensante, sino un obedeciente que terminará en obediente.

¿Sabe usted lo que significa ‘aleturgia’? Si no hubiera dado con el libro de Michael Foucault, titulado “Del gobierno de los vivos” (2014), yo estuviera igualmente feliz. No hay duda que la ignorancia nos da felicidad y conformismo. Pero el caso es que leyendo y releyendo me entero de que un emperador romano llamado Septimio Severo (146 – 211) que gobernó el Imperio desde 193 a 211 de nuestra era, había tenido un raro capricho, como lo hacen nuestros emperadorcillos inmediatos, de hacer construir su palacio “y en él, claro está, una gran sala solemne en la cual daba audiencia, emitía sus sentencias e impartía justicia”.

Se dice que en el cielo de esta sala hizo pintar sus estrellas, las que había visto desde su nacimiento. Eran “las estrellas que habían presidido su destino”. Foucault dice que en esta alegoría “su interés radicaba en inscribir las sentencias particulares y coyunturales que él dictaba dentro del sistema del mismo mundo, y mostrar que el logos que regía ese orden…” en una palabra, justificaba las sentencias pronunciadas por él.

¿Cómo actuaba Septimio Severo en el ejercicio del poder? Foucault dice que lo hacía “en orden a la información recogida, del orden del conocimiento” que devienen de leyes, tablas, rituales, ceremonias, operaciones de magia, de adivinación, de consulta a oráculos y a los dioses “mediante los cuales se saca a la luz algo que se afirma, o, más bien, se postula como verdadero…”.

Para nuestra reflexión, ¿se ha puesto a pensar en el orden o nivel de conocimiento con que actúa su gobernante? ¿Qué clase de estrellas cobijan su cielo? Y yendo a lo de fondo, ¿Se ha puesto a meditar qué tiene su gobernante como principio de la verdad? ¿Le interesará gobernar con la verdad? De esta pregunta es que salta la palabra ‘aleturgia’, repensada por el gramático griego Heráclides, para advertir que entre tantos que opinan, alguien dice la verdad. Entonces, la aleturgia sirve para entender “el conjunto de los procedimientos posibles, verbales o no, por los cuales se saca a la luz lo que se postula como verdadero en oposición a lo falso, a lo oculto, a lo indecible, lo imprevisible, el olvido, y decir que no hay ejercicio del poder sin algo parecido a una aleturgia.”

Es sabido que entre nosotros, la convivencia es más con rituales que con leyes. Estamos muy conscientes de que la máscara es la imagen de nuestra cara pública. Tanta alusión a la transparencia no es sino la angustia, el grito público, el pregón oficial, de que se reconozca a la máscara como a la identidad verdadera. ¿Por qué tanta publicidad sobre la transparencia y la supuesta verdad o la supuesta justicia? Pues porque la “verdad” que está atrapada entre la gente, tiene que ser desmontada, falsificada, desacreditada.

¿Quién tendrá la verdad? ¿Quién la constata? Si el protagonista del poder es el primer enmascarado predicador de falsedades, ¿quién guarda la verdad? Por ello, Foucault advierte que los gobernantes lo que hacen es apoderarse de un conocimiento que les resulta útil o utilizable, para darnos “entretenimientos” con procedimientos judiciales; con rituales, como en nuestro caso lo son, los mismos ceremoniales y más formulismos con posesión de autoridades; entrega de bastones de mando, “bandas” presidenciales y de otras dignidades; condecoraciones, sesiones solemnes, ruedas de prensa; etc. Si a esto añadimos nuestra interculturalidad, donde la ritualidad está menos racionalizada (en el sentido del ejercicio del razonamiento), las aleturgias se nos vuelven más imprescindibles.

Vivimos nosotros el arcaísmo de la racionalidad de los siglos XVI y XVII, dice el aludido autor. Vivimos la experiencia de que gobernar significa el arte de confundir.

TOMADO DEL LIBRO «Aleturgias sobre  Don Antonio de Vlavijo» de la autoría del Dr. Pedro Arturo Reino Garcés /Cronista de Ambato.

Tertulia con Adoum sobre intelectuales

Por: Dr. Pedro Arturo Reino Garcés
Historiador/Cronista Oficial de Ambato

Estoy preparando una separata que titula “Tertulia con Adoum en Ambato”, sobre conferencias inéditas. Reflexiones más que interesantes, orientadoras y vigentes en nuestra vida cultural. Los golpes de las oligarquías estatales a la economía que sustenta este quehacer tienen una clara intencionalidad. Lo ha denunciado la CCE. Pero poner en un solo saco a los llamados “intelectuales y artistas” es también una falacia, la que comenta Adoum con una vigencia y claridad meridianas. En todas las artes y acciones de la intelectualidad, así como pasa en los hacedores de historia, ponerse al servicio de las castas es el mayor  peligro.

Adoum ha dicho, y léase no solo “escritor”, sino intelectual en general: “Yo quisiera ante todo, aclarar una duda que tengo cada vez que surgen preguntas de este tipo. Se refiere a la palabra “escritor”. Es como si todos los escritores fueran iguales. Mientras los escritores pertenezcan a clases sociales diferentes, habrán tenido experiencias distintas. Tienen intereses divergentes entre ellos. Claro que resultaría fácil decir: el escritor tiene que estar junto al pueblo, el escritor debe luchar junto a su pueblo. Yo lo creo, lo creo por mí, lo creo por casi la totalidad de los escritores ecuatorianos, que por fortuna, o por condiciones del destino nacional hicieron lo mismo. Pero no podemos suponer que un escritor, representante de la oligarquía, que por suerte son escasos, esté junto al pueblo.

La oligarquía tiene unos intereses mucho más urgentes y grandes, que defender la cultura. Creer que herederos de hacendados, de banqueros, de oligarcas, de dirigentes militares…que se dedican por veleidad, (o también por qué no, por vocación fugaz a la literatura), puedan decir lo mismo es una fantasía.  Creer que el escritor fatalmente u obligatoriamente va a hacer lo mismo que todos los escritores, supondría negar la lucha de clases en el  nivel del pensamiento y de la cultura.”

Nuestro problema son los mecenazgos camuflados. Quienes consumen arte –pintores por ejemplo- son representantes y vinculados a las empresas que compran a buenos precios la obra. Disgustarse con ellos es una tragedia. Conviene hacer trabajos para “agradarlos”. Hay que darles obra entendible y sin mayores encubrimientos simbólicos. Escribir historia con documentos que esclarecen verdades y no adularlos o silenciar injusticias, es cosa de pseudo historiadores apologéticos, de los que ponen flores a la monumentalística. Entonces nos quedamos sin consumo masivo de la producción bibliográfica y deviene el estancamiento auspiciado por la moral de la dependencia.

Adoum: “Otro problema sería de no tratar de encontrar una correlación mecánica, directa, inmediata, entre el texto y la intención. Yo creo que, por ejemplo, muchas de las obras de García Márquez, no son voluntariamente políticas. Expresan una manera de ser, e inclusive son problemas históricos del pueblo colombiano, latinoamericano, aunque no los esté redactando así. Y no es forzosa una voluntad política de denuncia. La denuncia puede venir sin que esté  en términos periodísticos, o en términos que aquí duele decirse de panfleto. Yo rechazo este término porque el panfleto es un género literario. Esto quiere decir que la relación no es directa, ni mecánica, ni inmediata. Engels sostenía –y que me perdone el viejo maestro porque yo no estoy de acuerdo con él -.que mientras más oculte el autor su posición política, más útil era la obra. Tal vez eso era verdad en su época. Yo creo que en la nuestra, no. En primer lugar porque no nos interesa ocultarlo. En segundo lugar porque  no escribimos para los convencidos, pero tampoco queremos engañar a los no convencidos. Entonces, los escritores de buena fe, pero que no han tomado posición, que nos leen, saben a qué partido pertenecemos nosotros: que es el partido de los humildes, el partido de los pobres. Porque también podría correrse el riesgo de que si no logramos perfeccionar nuestros instrumentos literarios, esa gente de buena fe, podría no saber de qué lado  estamos los escritores”.

Las leyes borbónicas en la pre independencia

Por: Dr. Pedro Arturo Reino Garcés
Historiador-Cronista Oficial de Ambato

Se llaman borbones a una dinastía de la realeza francesa. “Los Borbones llegaron al trono español en 1700 cuando Felipe de Anjou sucedió al último rey de la dinastía de los Austrias, Carlos II, quien había muerto sin herederos. Felipe de Anjou era nieto del rey francés Luis XIV y de su esposa María Teresa de Austria, hermana del rey español Felipe IV. Fue coronado con el nombre de Felipe V y su reinado quedó legitimado con la firma del Tratado de Utrecht en 1713. Este tratado, en el que Felipe V renunciaba a sus derechos sucesorios al trono francés para conservar el español, dio fin a la Guerra de Sucesión española.” (Enciclopedia de la Historia, página virtual)

Esta es la narración formal de esas historias enredadas y terribles que tiene la monarquía que se adueñó de estos mundus novus. Están hechas sobre redacciones de sus secretarios, como lo es todo en la burocracia.  Lo que no se cuenta, y que es lo que hay tras los cortinajes de estas opulencias, es que hubo siempre tremendas infidelidades, escándalos sexuales y pugnas que llegaron hasta las guerras, por establecer sucesiones provenientes de las taras genéticas y degeneración mental que iba dejando el parentesco cercano de los enlaces matrimoniales. “Carlos III temía que se reprodujera en él las taras genéticas de la familia: recordemos que su padre, Felipe V, había sido un depresivo con trastorno bipolar; que su hermano, Fernando VI, padeció demencia progresiva, y para confirmar sus temores, uno de sus hijos, Felipe Antonio, era deficiente mental” (Eslava Galán, Juan, La Familia del Prado, Ed. Planeta, Barcelona, 2020, p. 289)

Entre los calificativos a los borbones está la de haber sido absolutistas que “Cambiaron la estructura administrativa de las colonias ultramarinas con el objetivo de endurecer el control sobre esos territorios.” El replanteo administrativo parte desde la creación del virreinato del Río de la Plata, separándolo del Perú, debido a su enorme extensión: “En 1776 en forma provisional y luego, de manera definitiva en 1777”. Interesa decir también que fue obra de los borbones la creación anticipada del virreinato de Nueva Granada “establecida por la Corona (1717-1723, 1739-1810 y 1815-1822) durante la dinastía de los Borbones. Creado el virreinato en 1717 por el rey Felipe V, dentro de una nueva política de control territorial, se suspendió en 1723 por problemas financieros y fue restaurado en 1739 hasta que el movimiento independentista lo suspende de nuevo en 1810. En 1815 al ser reconquistado su territorio por el ejército del rey Fernando VII, fue restaurado.” (Enciclopedia de la Historia, página virtual) (*). Todo esto proviene de pugnas de consejeros de la corte y sus ministros. En nuestros estudios, esta nos resulta una historia distante, pero resulta que resulta importante revisarla porque con ella entendemos los procesos de corrupción.

Debemos decir que la historia apunta que los cambios y reformas más radicales se dieron en el reinado de Carlos III (1759-1788). Este rey estuvo casado con María Amalia de Sajonia, hija del rey de Polonia, entre otras dinastías. Tuvieron trece hijos, pero solo siete llegaron a adultos. Los reyes vivían preocupados más en el fornicio que en administrar sus colonias. Basta ver las terribles láminas satíricas de “Los borbones en pelota” aparecidas en el siglo XIX (atribuidas a los hermanos Bécquer)) para tener una idea de lo que ocurría en esa Europa del regodeo monárquico. Una muestra de confidencialidad de este “nuestro” rey que modernizó la corte, lo da Eslava Galán, como ejemplo de lo que informaba a su madre sobre su noche de bodas: “Nos acostamos a las nueve de la noche. Temblábamos los dos pero empezamos a besarnos y enseguida estuve listo y al cabo de un cuarto de hora la rompí. Desde entonces, lo hemos hecho dos veces por noche y siempre nos corremos al mismo tiempo porque el uno espera al otro” (Eslava Galán, Juan, ob. cit. p. 286).

Si los integrantes de la corte, todos quienes hacían la administración burocrática, no pasaban de ser astutos, audaces, adulones y gente de poca moral, pensemos en el tipo de conducta pública que traían como  soporte los comisionados que llegaban a América para proyectar el poder. He aquí el caso concreto:

El historiador Jorge Núñez explica que Carlos III envió funcionarios hacia América, entre los que vino José García de León y Pizarro a presidir la Audiencia de Quito entre 1778 y 1784. “Pizarro llegó a Quito con el título de Visitador-Presidente de la Audiencia…cuyo objetivo fundamental era -¡Oh ironías de la historia!- “modernizar al Estado” y desarrollar la economía metropolitana a costa de las colonias.” (Núñez, Jorge, Historias del país de Quito, Eskeletra Editorial, Quito, 1999, p. 95). La “modernización” aludida como ironía lo hace referencia al presidente “modernizador” Sixto Durán, involucrado en escándalos financieros. León y  Pizarro, ha servido de perfecto modelo de corrupción a muchos mandatarios que hicieron y hacen de las suyas una vez que asumieron y asumen el cargo. Estas palabras suyas parecen de ahora: “un mecanismo clave de esta política (…) económica fue el envío a las colonias de un grupo de duros funcionarios, encargados de sistematizar y endurecer el saqueo colonial…Con perversa eficiencia reorganizó y endureció el sistema de rentas, fortaleció los antiguos monopolios oficiales y creó otros nuevos (como los de aguardientes y tabacos), sistematizó la venta de cargos públicos y la asignación de tierras baldías, cobró inexorablemente las cuentas e impuestos adeudados a la corona, y reglamentó muchos aspectos de la vida pública, incluyendo el juego de naipes … El presidente anterior don José Diguja, había enviado a España en once años un total de 713.000 pesos. Pizarro remitió, en apenas cuatro años, 1´017.000, lo que equivalía a un incremento de casi el 400 por ciento anual en las recaudaciones.” (Núñez, p. 97).

Bien vale que como homenaje a su reciente e inesperada muerte ( 1 de 11, 2020) establezcamos los nuevos paralelos administrativos con que dejó infectados la esposa de León y Pizarro doña María de Frías y Pizarro: “Por su parte, su rapaz esposa, había establecido un particular sistema de enriquecimiento, vendiendo favores oficiales y cobrando a todo aquel que desease entrevistarse con su esposo” (Núñez, p. 98) exigiéndoles entrega de regalos. Uno de estos lo requirió al propio Cabildo quiteño que tuvo que obsequiarlo “un bastón con empuñadura de oro y un cuadro grande al óleo”.

También se cuenta que a su hijo José le hizo favorecer con becas y prebendas eclesiásticas: “A este muchacho lo hizo tonsurar para que el obispo Minayo, le adjudicara 70.000 pesos de capellanías y le asignara uno de los cargos religiosos más apetecidos, cual era la sacristía mayor de la ciudad de Guayaquil…”

Más detalles se pueden leer sobre este curioso personaje y su familia, en mi libro Mazorra, las voces de mis calaveras (2009). León y Pizarro pasó por Ambato con rumbo a Quito, proveniente de Guayaquil, entre agasajos, desfiles, comilonas,  pirotecnias y sobornos previos; los que demoraron cosa de un mes. Esto fue preparado por Solano de la Sala y Baltasar Carriedo (Mazorra), protagonistas de la mayor masacre de indios de Tungurahua en la revuelta de San Ildefonso y la de los estancos. Adularon a León y Pizarro y pidieron que levantara una orden de confinamiento a los términos de Hambaato, la que pesaba sobre Solano de la Sala que había huido de Santafé de Bogotá desfalcando a la administración de aguardientes. Además se reunió la fabulosa suma de 30.000 pesos extorsionados al vecindario para que se le levante el confinamiento y les de respaldo administrativo.

Con estos pequeños ejemplos tenemos también una retrospectiva de los antecedentes que pueden estudiarse en torno a las motivaciones de quienes necesitaban autoadministrar con independencia los privilegios del poder; así como la necesidad de libertad que debían procurar los sometidos a la mentalidad medieval con que se gobernaba en la colonia.

García Moreno y la reglamentación para asistencia a fiestas cívicas y religiosas. 1874

Por: Dr. Pedro Arturo Reino Garcés
Historiador/ Cronista Oficial de Ambato

García Moreno fue asesinado el 6 de Agosto de 1875, y el documento manuscrito que voy a comentar tiene fecha 1 de Agosto de 1874. La única fiesta cívica es la del 9 de octubre para Guayaquil. En el resto de la República solo se conmemoraban festejos religiosos.

(“Gabriel Gregorio Fernando José María García Moreno y Morán de Butrón fue un estadista, abogado, político, periodista y escritor ecuatoriano, que ejerció como presidente de la República del Ecuador. Tuvo una influencia política y cultural que ejerció en el Ecuador desde 1858 hasta 1875”. Wikipedia).

La comunicación tiene logo del “Ministerio de Estado en el Despacho del Interior”.- Quito, 1 de agosto de 1874. Veamos el curioso documento:

“Señor Presidente de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia.- Para conocimiento de vuestra excelencia y del tribunal que dignamente preside, tengo la honra de acompañar, en copia legalizada, el Decreto que ha expedido S.E. el Presidente de la República, reglamentando las asistencias a las fiestas religiosas y cívicas.- Dios Guarde a Vuestra Excelencia.- f) Francisco Javier León.

Gabriel García Moreno.- Presidente del Ecuador.- En conformidad con lo dispuesto en los decretos legislativos de 1 de octubre de 1863, 2 de diciembre de 1867, y 18 de octubre de 1873.- DECRETA

Art. 1º.- Las asistencias a las fiestas religiosas son de primera y segunda clase. En las de Primera concurre el Poder Ejecutivo, los altos funcionarios y demás empleados y corporaciones. En las de Segunda el gobernador de la provincia, Corte Superior y demás funcionarios, empleados y corporaciones de provincia.

Art. 2º.- Las asistencias de Primera Clase tendrán lugar el Domigno de Ramos,el jueves y viernes santo, el jueves de corpus, el domingo de la santísima Trinidad; en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, en la de la Asunción de María Santísima; en la de la bienaventurada Mariana de Jesús, el 1º.- de Agosto, el 24 de septiembre y el primer domingo de octubre.

Art. 3º.- Las asistencias de segunda clase tendrán lugar en las capitales de provincia…y serán de segunda clase para la capital de la república, la fiesta jurada del terremoto a la Santísima Virgen de Mercedes del 28 de abril; y para Guayaquil la cívica de 9 de octubre.

Art. 4º.- En las asistencias de primera clase concurrirán el Presidente de la República o encargado del Poder Ejecutivo, los Ministros Secretarios de Estado, la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal de Cuentas, los secretarios de estado, el Administrador y el Interventor de Correos, el Comandante General, los jefes de sección de los ministerios, el Señor del Tribunal de Cuentas, el gobernador de la provincia, la Corte Superior, el Tesorero y el Interventor de la Tesorería, el Juez Letrado de Hacienda, el Jefe Político, los alcaldes municipales, el juez consular, el agente fiscal, el secretario de la gobernación, los de las cortes de justicia, el Concejo Municipal, el procurador síndico, el secretario municipal, el de la jefatura política, pero sin necesidad de ir reunidos al templo ni con divisas ni uniforme, exceptuando los días que se expresan en el artículo siguiente.

Art.- 5º.- En las asistencias del jueves santo, corpus Cristi, Sagrado Corazón de Jesús, aniversario de la independencia y el primer domingo de octubre, todas las autoridades y empleados de gobierno asistirán con sus uniformes y divisas respectivas; en las provincias en la gobernación, y en los cantones en la casa municipal, a fin de ir en cuerpo a las iglesias respectivas.

Art.- 6º.- En las asistencias de segunda clase se observará lo dispuesto en los dos artículos anteriores; y concurrirán a ellas el gobernador de la provincia, la Corte Superior, el tesorero y el interventor de la tesorería, el juez de letras, el jefe político, los alcaldes municipales, el juez consular, el ajente fiscal, el secretario de la gobernación, el de la corte de justicia, el concejo municipal, el procurador síndico, el secretario de la municipalidad y el de la jefatura política.

Art.-7º.- Las asistencias puntualizadas en el presente Decreto, tendrán lugar también en los cantones con la concurrencia del jefe político y más empleados del cantón mencionados en el art. 4to., entendiéndose del patrón de la cabecera del cantón la que se dice en el art. 3ro. del de la capital de la provincia.

Art.- 8º.- Quedan derogados todos los decretos sobre asistencias anteriores al presente. Dado en Quito a 1º.- de agosto de 1874.- Gabriel García Moreno.- El subsecretario Francisco A. Arboleda.”

Los nombres de la peringucha y otros eufemismos

Por: Dr. Pedro Arturo Reino Garcés
Lingüista e  Historiador/Cronista Oficial de Ambato

Como ecuatorianos del pueblo sabemos  que nos van a sacar la peringucha (con virus y sin virus). En tiempos del presidente Palacio, Jorge Ribadeneira en un artículo publicado en El Comercio (21 de mayo 2006) usa la frase “¿Hasta qué punto nos van a sacar la peringucha?” refiriéndose a los negociados petroleros liados con la OXI y Petroecuador. La palabra peringucha no consta en los diccionarios, ni en algunos de americanismos,  pero está en la realidad nuestra como alusión eufemística al sexo. Parecería que en algunos casos designaría al sexo femenino; pero la nota periodística evidencia un empleo “unisex” o bisexual. Nos sacan la peringucha a todos quienes no podemos revelarnos y estamos en la indefensión. Etimológicamente hay un “peri”, alrededor; y gucha un despectivo. Recuérdese que el perigonio “es la envoltura doble o sencilla de los órganos sexuales de una planta”, según la Real Academia.

A mi mente acude la memoria de mis maestros del Instituto Caro y Cuervo en Bogotá, aquellos de las asignaturas de Dialectología y Sociolingüística, principalmente. Manuel Alvar, que fuera Director de la Real Academia Española; Luis Flórez que dirigió el Atlas Lingüístico de Colombia, Joaquín Montes, Luis Alfonso Ramírez y otros que nos hicieron perder el miedo a las palabras. La Sociolingüística estudia las palabras en el seno de la vida social. Los sociolingüistas no podemos llevarnos bien con los gramáticos porque son dogmáticos. El sociolingüista es un laboratorista del idioma,  que en nuestro medio trabaja mucho en el nivel léxico.

Después vino mi proceso de aplicación práctica cuando fui docente universitario en varias partes del Ecuador. Con mis estudiantes recopilamos cantidades de información léxica que quedaron en tesis de licenciatura y hasta se llegó a la publicación del Atlas Lingüístico de Tungurahua. Lo que ahora escribo lo he tomado de los deberes de mis alumnos de la UTA (2003).

Vamos a partir de las definiciones de tabú y eufemismo. Estos términos tienen la razón de ser en este trabajo:

Un tabú es una “Prohibición de hacer o decir algo determinado, impuesta por ciertos respetos o prejuicios de carácter social o psicológico”. Un tabú lingüístico es una palabra prohibida o reservada.

Se contrarresta esta restricción con un eufemismo, que en cambio es  una “Palabra o expresión más suave o decorosa con que se sustituye otra considerada tabú, de mal gusto, grosera o demasiado franca”.

Pero vamos al grano. Ahora he aglutinado, entre otros aspectos, un léxico ligado a la zona centro andina ecuatoriana, referente a las designaciones que tiene la peringucha. Esto quiere decir que vamos a ver los eufemismos relativos al tabú sexual que maneja nuestro entorno sobre designaciones para los órganos y funciones sexuales en varones y en mujeres. Dicho sea de paso, el tabú empieza con la Biblia.

Importante: Las palabras en negrita son los eufemismos recopilados en nuestro medio.

La vagina.-  

Aparece con las siguientes 30 denominaciones: “Parte íntima” es un eufemismo permitido, al igual que “carnes ocultas”. Con alusión a comestibles tenemos: “galleta, empanada, pancito,  papa fría”. Con alusiones a animales repugnantes tenemos: “sapo, araña, raposa, cucaracha, concha”.

Eufemismos infantiles son: “polla, pollita, cosita, mariposa”; y curiosamente: paloma, que alude más al sexo masculino. Las denominaciones de “olla, pipa y chuspa” están ligadas al concepto de recipientes o metáforas de la forma.

Decir: “Selva, la calva y la zamba”, está claro que se alude al bello del pubis o a su carencia.

La “chucha y la chuspa” son palabras tomadas del quichua y significan también la misma vulva. Chucha tiene carga xenofóbica o racista, considerada y usada como una de las mayores expresiones de grosería y machismo, porque cuando a un hombre le “van a sacar la chucha” es porque le están degradando a un rol de falta de virilidad o de fuerza del macho. Hay que saber que en la dialectología quichua “chucha” significa raposa.

Hachazo” alude a la metáfora biológica y proviene de una práctica rural de lo que se hace con el hacha: partir.

Chepa” es una designación que proviene de un hipocorístico o trato familiar que se da a quienes se llaman Josefas. Las chepas eran por lo general las cocineras o empleadas de haciendas y de casas de ricos, quienes terminaban ofreciendo su “chepa” a los forajidos patrones.

Las formas: “trompa, y licuadora”, son metáforas modernas liadas a los extractores. La designación de “churumbela” son pipas para tomar mate, pero la metáfora más próxima tiene que ver con el significado de anillo de bodas. Se entiende que tiene que ver con la virginidad. Lo más valioso externamente era una churumbela como la prueba de amor.

¿Qué es “capirucha”? Es un femenino de capirucho o “capote antiguo con falda sobre los hombros” dice la Real Academia. Finalmente aparece la designación de “chistosa”, que indica que al sexo femenino se lo toma como juego, como entretenimiento que sirve para hacer bromas a los hombres.

El pene.-  

Aparece con las siguientes designaciones: Son 47 palabras que casi duplican contrastivamente con las denominaciones al órgano de las mujeres. Esto sin contar que hay eufemismos por separado para los tabúes del escroto y los testículos.

Le metáfora  que alude a las aves es la más usual: “Paloma, pájaro, lorito, pishco”. Esta última forma es palabra quichua que significa pájaro y que se ha diferenciado en la escritura de la forma /pillco – pilco/.

Parte íntima y partes nobles” son eufemismos cultos. La forma “miembro” dice la Academia que es “órgano de la generación en el hombre”. Cuando en cambio se le dice “órgano”, se produce una asociación semántica hasta con el instrumento musical, porque siempre “se lo toca”.

Las formas “salchicha, chorizo, tripa, alimento son metáforas de objetos alimenticios. Si se lo llama “aparato” se está pensando en un instrumento útil. Guarda relación con la designación “asistente” porque ayuda en una relación personal.

Formas infantiles son: “pipe, pipi loco, pepe (o pepito que es hipocorístico afectivo con que se designa a quienes se llaman José. “Picho, pichito” tienen que ver con la acción derivada de este sustantivo. Por eso cuando alguien va a “pichar” es  porque va a tener relaciones sexuales. “Tilingo, gusanito,  pitilín y pipilas” aluden a tamaños mínimos. Piti en quichua es poquito.

Caña, palito, tronco, varinga son metáforas de alusión vegetal ligadas a forma y grosor. La palabra “verga” es la considerada como de mayor grosería y es de mucho uso, sobre todo en estratos bajos. Etimológicamente la Real Academia dice que es el “miembro genital de los mamíferos”. En principio, la palabra verga es cualquier rama o vara o retoño (Corominas).  Esta palabra alude al estado flácido del miembro. Se ha recogido la forma “vergui” como un apócope afectivo de la forma anterior. “Piolín” es un diminutivo de piola. Está relacionado al uso en embarcaciones con bergantines.

Metáforas de productos alimenticios son: “barraganete, banano”, por su forma. Lo mismo se da con la forma “habano”, tabaco de buen tamaño que proviene de Cuba. La forma “murciélago”, alude a un designativo con repugnancia que produce el animal. La metáfora se refiere a todos los genitales.

 Decir  “pieza” es una ostentación por tener de tamaño grande; lo que también guarda relación con las formas “dedo gordo, tercer pie, gabardina”.

La “pinga”,  viendo el diccionario de la Real Academia, es lo que cuelga, lo que está empapado en algo, y también alude a que una cosa que está en posición vertical o perpendicular da el verbo pingar. Es de mucho uso en regiones litorales.

 “Cacho” es metáfora que alude a la erección, tomada de la cornamenta del animal. Eufemismos con nombres propios son: “Juan sin miedo, Pepe Lucho, don Guayamabe, Ricardo” este último es un eufemismo que alude a “rico”, en el sentido gastronómico de delicioso.

Un pene es “mantenedor” por el machismo. Se le dice “el travieso” como si se refiriera a un niño incontrolable. Y quienes le llaman “huevolver” han hecho un montaje, un palimsesto entre los términos huevo y revólver, pensando en  los disparos que hace el “arma” que no aparece en este listado.

Escroto.-

Son los llamados cojones”, como los designan también en España, aunque curiosamente no consta en el Diccionario de la Real Academia. En Cambio el Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico, de J. Corominas lo incluye “como un derivado del latín coleus, testículo”. Explica Corominas que la forma  “coyllones” era común en todas las lenguas romances, excepto en el rumano. El “coglione” era el testículo, y también “el tonto y majadero”.  Un derivado muy generalizado entre nosotros es “cojudo”, que la Real Academia en cambio define como “animal no castrado”. ¿Por qué para nosotros un cojudo es un tonto “pelotas”? ¿Es una paradoja?

Aludir a “pepitas, bolsas y pelotas” no requiere mayor explicación. Los “huevos” son metáfora de la forma. “Gemelos y compañeros” indican la solidaridad natural con la que se nace.

La forma “shigras” está tomada del quichua que refiere a una bolsa tejida con hilo de cabuya, y que las llevan las mujeres a la espalda. Es su cartera. En el campo, por lo general en las “shigras” se guardan los huevos.

La palabra “tamacas” curiosamente ha aparecido en las recopilaciones hechas por mis alumnos. ¿Algún costeño? Es una palabra que se registra en el caribe colombiano y tropical. También se utiliza en Centro América y se dice que se usó en el nahualt. Se refiere al  “Fruto de la palma, que tiene en su interior el corozo”, o sea la semilla; lo cual da una metáfora exacta para el escroto y los testículos. La definición está registrada en el Lexicón de Guajirismos, de Amylkar Acosta Medina, Abril de 2018, pdf.

Jueces y ordalías. 2019

Por: Dr. Pedro Arturo Reino Garcés
Historiador/Cronista Oficial de Ambato

A empellones nos han sumergido en la nueva Edad Media. Hemos vuelto a aquella época en que bastaba la fe en vez de la razón. Desde entonces se decía que la justicia estaba en manos de Dios. Ahora se repite lo mismo. La gente, lo que hacía es creer en vez de razonar. Esto funciona porque somos pueblos mágicos, hasta por reconocimiento estatal, con el pretexto de la geografía. En esta Edad del Odio en la que nos han metido, se hace lo mismo. Un ente abstracto es el operador de la justicia. La verdad es una pelota que salta en los juzgados acorralados en las canchas de las soberanías y de las autonomías. (Ya pasamos la Edad de la Ira, porque ya murió Guayasamín y no hay pintor que lo denuncie). La Edad del Odio es la venganza de los mediocres.

Pueden verlo en nuestro mapa continental.

Ahora los jueces medievales no necesitan mayores estudios reflexivos ni filosóficos, sino manuales de dogmatismo y breviarios de obediencia a los dueños del poder. Son traficantes de sueños perversos; o dicho de otro modo, son perversos que trafican con sueños del odio revestido de justicia. Una página virtual que ata criterios sobre ordalías nos dice: “Recurriendo a la historia, la antropología, el derecho, la psicología, el arte y la literatura, el autor denuncia la creación social de chivos expiatorios y la designación de víctimas propiciatorias”. Sacando otra frase del mismo contexto, comparto el creer que ahora hay “ordalías sublimadas…que persiste en el mundo contemporáneo, digitalizado y virtual, donde tantas veces asistimos a injustos y desbordados ataques y linchamientos «viralizados», en los que resulta imposible defenderse de insultos y acusaciones peregrinas”.

Dicho según otro enfoque, Michel Foucault (Lecciones sobre la voluntad de saber, 2014, p. 102) la verdad no buscaba pruebas, sino creyentes. Para nosotros habría que añadir: ingenuos, mediocres, torpes, analfabetos, manipulables. No porque en esencia lo seamos, sino porque esa es consigna de su creer, su opinar, su decidir, su actuar. Me refiero a quienes a su turno llegan al poder por el poder, mas no por el saber. También hay que decir que en esta Edad Media, las conciencias son mercancías). En la Edad del Odio no se indaga la verdad, sino que se calcula el daño como paradigma de felicidad.

Foucault: “La verdad no se constata; se jura; juramento e imprecaciones.- La palabra verdadera no devela lo que ha pasado; al apuntar a los hechos, designa a aquel que corre el riesgo y descarta al que lo rehúsa.- La palabra verdadera no se apoya en lo que se ha visto o experimentado; se expone, en el futuro, a la eventual ira de los dioses.- No funda una decisión justa; impone, por su propia eficacia, la decisión.- La ordalía se utilizó como alternativa al juramento…”

Digamos también que la ordalía hay que estudiarla y entenderla mejor con la Inquisición. ¿Importan las pruebas o se las fabrica? Creo que los juicios terminaban cuando se lograba la confesión del reo y el inquisidor levantaba el trofeo de su verdad arrancada con el proceso de la tortura. ¿Quién juzga a los jueces? Son tan justos que se han adueñado de sus paraísos. Creo que en el fondo no les interesa el cielo. El oficio del verdugo no da para filosofías. Los griegos no creían mucho en los jueces: “Esos jefes son sensibles a todas las corrupciones, en tanto que la otra justicia se hace en nombre de Zeus. Lo cual parece indicar una autoridad y, en todo caso, otro sistema de garantía”.

Algunos datos y reflexiones sobre el Presidente del Primer Congreso Constitucional del Ecuador. 1831

Por: Dr. Pedro Arturo Reino Garcés
Historiador/Cronista Oficial de Ambato

Partamos de las actas del Primer Congreso Constitucional del Ecuador:

“En la ciudad de San Francisco de Quito, capital del Estado del Ecuador, en la República del Colombia, a 20 días del mes de Setiembre de 1831, vigésimo primo de la Independencia. Reunidos en la sala destinada para las sesiones del Congreso los Diputados existentes en la capital, a saber:

Por la provincia de Pichincha, los señores Manuel Matheu, José Modesto Larrea, Salvador Ortega, Cayetano Ramírez Fita, Pedro José de Arteta y José Parreño. Por la de Chimborazo, el señor Pedro Manuel Quiñones. Por la de Imbabura, el señor Manuel López Escobar. Por la de Guayaquil, los señores: Juan Ignacio Pareja y José Letamendi. Por la de Manabí, los señores: Pedro María Santistevan, Manuel García Gómez y José Cayetano Cedeño. Por la de Cuenca, los señores: Francisco Eugenio Tamariz, José Peñafiel, Antonio Arteaga, Julián Álvarez e Ignacio Ochoa. Por la de Loja, los señores: José María Lequerica, José María Riofrío y José Pío Escudero. Por la de Pasto, los señores: José Félix Valdiviezo y Nicolás Arteta. Por la de Popayán, los señores: José Cornelio Valencia y Manuel María Rodríguez Jil. Por la de Buenaventura, los señores: Fidel Quijano y José Doroteo Armero, que componen el número de 27, que es el de las dos terceras partes que requiere el artículo 25 de la Constitución, se trasladaron a la iglesia Catedral, donde se celebró una misa solemne de acción de gracias con asistencia de las corporaciones, y restituidos al local de las sesiones, el señor Director José Modesto Larrea (Carrión) indicó que debía procederse a la instalación del Congreso, en virtud de hallarse reunido el número legal de Diputados; y en conformidad con lo acordado en este día en Junta Preparatoria, el Diputado Secretario recibió el juramento constitucional en estos términos:
“¿Juráis cumplir fiel y legalmente con las funciones a que estáis destinados, sin separaros de la Constitución?”. Contestó “Sí, juro”. Acto continuo, el mismo señor Director recibió igual juramento a los Diputados y evacuado este acto, se declaró Instalado el Congreso. Seguidamente, a invitación del señor Director se procedió a la elección de Presidente y Vicepresidente del Congreso, nombrando de escrutadores a los señores Letamendi, Pareja, Ramírez Fita y Rodríguez Jil, y para examen de los votos al señor Armero. Recogidos los votos y hecho el correspondiente escrutinio, resultó que para el primer destino obtuvo 18 votos el señor Larrea, 4 el señor Valencia, 1 el señor Nicolás Arteta, otro el señor Pareja, otro el señor Ortega y otro el señor Matheu. Y habiendo obtenido la mayoría absoluta el señor Larrea, se le declaró legalmente electo Presidente del Congreso, y se posesionó de su destino.

Para Vicepresidente resultaron 18 votos en favor del señor Valencia, 5 en favor del señor Pareja, 2 por el señor Matheu, uno por el señor Tamariz, y otro por el señor Peñafiel, quedando legalmente electo el primero por reunir la mayoría absoluta. El señor Presiente observó que para proceder a la elección de Secretario, debía el Congreso resolver previamente, si estos habían de ser del seno del Cuerpo, o de afuera. El señor Valencia hizo ver la conveniencia que resultaba que fuesen de afuera, mucho más cuando el Congreso contaba con pocos miembros en proporción a sus trabajos; coadyuvaron otros señores al mismo intento, y se resolvió así, procediéndose, por tanto a su elección, resultó que el señor Mariano Miño obtuvo 25 votos, uno el señor Ignacio Holguín, y otro el señor Manuel Angulo, declarándose electo al señor Miño de Primer Secretario, y de segundo al señor José María Salazar por haber reunido 17 votos en concurrencia de 9 que obtuvo el señor Angulo, y uno el señor José María Lazo.

Luego se acordó que se diese cuenta al Supremo Poder Ejecutivo de la instalación del Congreso, y del nombramiento de Presidente y Vicepresidente, por medio de una diputación, y el señor Presidente nombró a este efecto a los señores Nicolás Arteta, Ortega, Lequerica, Tamariz, Letamendi y Quijano, los que se dirigieron inmediatamente a llevar aquel encargo, y a su regreso dio cuenta el señor Arteta, manifestando que quedaba instruido S.E. de la instalación del Congreso por lo que se congratulaba altamente, siendo muy satisfactorio que la elección de Presidente y vicepresidente hubiese recaído en los señores Larrea y Valencia, de cuyas luces y patriotismo debía prometerse el Estado los más felices resultados, y el Congreso el acierto en sus trabajos. El señor Valdiviezo expuso que al terminar sus funciones de Ministro de Estado, le era satisfactorio felicitar al Congreso por su instalación a nombre de S.E. el Presidente del Estado, y presentó su Mensaje que fue leído, e instruido el Congreso de su Contenido, se nombró por el señor Presidente una Comisión compuesta de los mismos señores que formaron la anterior, para que presenten la contestación, y llegada la hora se concluyó el acto, firmándolo todos los concurrentes:

José Modesto Larrea, José Cornelio Valencia, Manuel Matheu Diputado por Pichincha. Dr. Salvador Ortega, Cayetano Ramírez y Fita, Pedro José Arteta, Dr. José Parreño Diputado por Pichincha, Manuel López y Escobar, Juan Ignacio Pareja, José Letamendi, Pedro María Santistevan, José Cayetano Cedeño, Manuel García Moreno, Francisco Eugenio Tamariz, José Peñafiel, Antonio Arteaga, Julián Antonio Álvarez, Ignacio Ochoa, José M. Lequerica, José María Riofrío, Pío de Escudero, José Félix Valdiviezo, Diputado por Pasto Nicolás de Arteta, Diputado por Pasto Manuel María Rodríguez, Diputado por Popayán. Fidel Quijano, Diputado por Buenaventura. José Doroteo de Armero, Diputado por Buenaventura. Pedro Manuel Quiñónez, Diputado Secretario.” (Tomado del periódico “El Nacional”, Lunes 23 de enero de 1883).

Ir tras de los muertos

Por: Dr. Pedro Arturo Reino Garcés
Lingüista e Historiador/Cronista Oficial de Ambato

Mi miedo no es que tengo que ir tras de los muertos, sino que ellos me obliguen a resucitarlos. Son seres de ultratumba que de pronto sean perceptibles a mi debilidad humana. ¿Qué hace uno tras de una lápida o de un nombre guardado en un testamento, o quien sabe ante nombres de gentes que perviven en los archivos? Los resucita, los rehace con carnes, pone agua en sus ojos para que parpadee la luz de sus vidas, y así, de nuevo, los saca a caminar por el mundo; es decir, por sus mundos perdidos, por sus caminos recorridos; los vuelve a sus querencias y a sus odios; pero sobre todo, uno los presiona a retomar recorridos pos-mortem, los que a la vez se convierten en deconstrucciones y en aleturgias de su propia existencia.

Exactamente eso le había pasado ya, por estos lados de los Andes, a César Dávila Andrade, quien por escribir un Boletín y Elegía de las Mitas, los esqueletos de los indios sacados de los archivos coloniales, junto a sus verdugos, se le salieron de las manos y se pusieron a deambular como las bungas ancestrales, las que hacían sus panales en los troncos viejos y bajo las piedras de los caminos. Duraban largas temporadas en sus vuelos rituales hasta que morían cuando se les agotaban sus alas releyendo las flores de la tierra con esa pasión de alimentarse de las palabras que a uno le gusta.

¡Cómo pueden haber sido esqueletos, y tener nombres, sin antes haber sido carne, memoria, memoria intacta con la que bajaron a sus tumbas! ¡Cómo pudieron ser hueso sin antes haber sido maíz y mashua! ¡Cómo pudieron ser grito, sin ates haber aspirado el aire frío de la cordillera y haber amado a la mujer lejana! ¡Cómo más vamos a enfrentarnos a los ojos vaciados de sus cráneos sin antes regresar la página de sus vidas y encontrarnos con los tiestos quebrados de sus palabras desperdigadas en los cementerios huaqueados!

De todos modos, quien sabe mi propuesta sea llevarlos a quienes me sigan, por otros atajos que debe ejercitar el conocimiento, que no es sino un reconocimiento a lo que no quisieron contarnos quienes despreciaron los reflejos de su sol diciendo que tiene menos brillo que una cruz ensangrentada. Ellos, los que se prepararon con sus utensilios para vivir la pos-tragedia de sus muertes, por decisiones de pensadores extraños; los que fueron enterrados con ollitas de colada, con platitos y ponditos de chicha. Ellos, quienes saben que podían y pueden volver a juntarse en los cementerios a comer su cuy metafísico con sus papas repletas de los sabores de sus tierras etéreas, en familia, por los siglos de los siglos. Ellos, los de la pos-tragedia que ahora quieren regresar a su pos-muerte deconstructiva son los que he dicho que me pueden obligar a que los resucite.

Redivivos, convertidos en remembranza de herencia cultural, ellos, de seguro quieren que les hable nuevamente de lo que se apagó de su voz y se les quedó en pesadilla. Saben que tengo razones para hacerlo porque sé que ellos mucho me sueñan en sus testimonios. A veces me pongo a soñar con ellos dentro del propio sueño de sus muertes; y muy adentro de estos sueños, se han ido entrando por mis propios ojos, saltando de los papeles viejos en donde perduran tantas mordeduras de desprecios. Son las mordeduras de su soledad las libélulas que encontrarán en adelante. Mariposas portando farolillos soñados por las muchedumbres del pasado.

Un poco de toponimia de Simiatug-Bolívar

Por: Dr. Pedro Arturo Reino Garcés
Lingüista e Hitoriador/ Cronista Oficial de Ambato

Manuel Cornelio Sigcha, en las páginas de su libro “simiatug” nos ofrece un grupo de topónimos sobre Simiatug que dista unos 45 de kilómetros de Guaranda: “geográfica y ecológicamente al contorno están unos cerros denominados, los más cercanos y pequeños: Allagu, Sumaygua, Cruzquingue, Pucará, Saguatug. Los cerros más grandes, altos y poderosos: Carbosán, Torre Cruz, Jatun Torre, Uñalingui, Runa Shayak, Puenebata, Chiquizungo, Cutahua, Chalata(g)… seguido el río Trasquila (indica los siguientes puntos) Paila cocha, Surupamba, Ramón-Cumbana, Matsi-rumi, Puyagati, Playa de durazno y Playas de Oro, a los dos lados están grandes rocas, parecidas a las gigantescas catedrales e imponentes monumentos de rocas con rostros parecidos a monstruos: hombres, mujeres, animales y aves; los que parecen: unos furiosos, otros alegres, otros tristes y otros asustados que están viendo entre las caras de unos a otros… Una de las peñas gigantescas llamada Ramón-cumbana, han apropiado solo los huarros… desde donde se botan los polluelos al río Cumbaná que está pasando por debajo de esta peña… Las peñas llamadas Tiahua, Sillabolo que están sobre el río Paila-cocha…han apoderado los curiquingues, gavilanes, solitarios… Frente a esta peña hay otra peña llamada Cristina, donde los curiquingues están descansando y bailando… solo comen cuicas y cogollos de plantas de páramo…”

“Esta región cuenta con tres ríos cristalinos, río Montanuela que se origina en los páramos de Itsibuela, Quilluyacu y Llullimunllu, río Trasquila originado en los páramos de Carnero Yata y Salto, los dos se unen en Tingo Puyagati que forman el río Durazno y más abajo el río Playas de Oro, río Cóndor Catana y más abajo el río Catazán que se origina en los páramos de Churu luzán, Chuquiragua, Turo rumi, Boliche y río Guapumbí que se origina en los pantanos de Pantza, los mismos que se unen y forman el río de Cascarillas y Catazán, como límites de las provincias de Cotopaxi y Bolívar, y más abajo se unen los ríos arriba señalados en Tingo-camote-pata formando el río Tiungo y más abajo La Plancha y luego recoge más hermanos ríos y se forma el río Pajilla y luego el gran río el Sinde o río Piñanatug. El río Silagato se origina de las vertientes del Gran Tiuguinal, (por donde está) el mirador del ejército de los incas que pasaron del Cuzco hacia Quito…”

En términos generales, se notan las tres instancias lingüísticas que venimos comentando. Hay una fuerte castellanización híbrida que da a entender de la presencia blanco-mestiza en la zona, con orientación cristiana. Mírese: Cruz-quingue, Torre Cruz, Jatun Torre. Jatun en quichua se traduce como ‘grande’ con sintaxis quichua. Paila-cocha es una metáfora de la laguna en forma de paila. Carnero Yata indica que, para el carnero, se ha hecho una /yata/, o sea una terraza o aplanamiento del suelo laderoso igual que se hacen yatas donde se van a construir casas. Otros vocablos son Playa de durazno y Playas de Oro. Ramón-cumbana es un híbrido que orienta a una semanticidad como de cumbrero de casa que es de algún Ramón.

No se queda atrás la quichuización de esta geografía. Pucará significa en quichua la presencia de una ‘fortaleza’ o un punto geográfico de control militar. Está Runa-Shayak que se traduce en quichua ecuatoriano como un lugar para hospedarse. Shayana es pararse, estarse quieto. Runa-shayak es donde el hombre se para o se detiene. Chiquizungo sería más bien chiqui-shungu es donde el corazón (shungu) se espanta o tiene miedo porque /chiqui/ es algo tenebroso. El autor señala como ha visto su geografía impactante. Suru-pamba se traduce por llanura (pamba) donde crecen unas plantas de suro o carricillos. Matsi-rumi tiene que ver algo con las piedras (rumi). Tiungo es una forma con que se envuelve la cabeza con una manta para evitar el frío. Estar hecho tiungu en el caso del río, significará estar envuelto en algo. Tingo-camote-pata se traduciría por ‘el filo de la quebrada de camotes’, es decir, las estribaciones de la geografía donde se da el tubérculo subtropical llamado camote.

Cuicas son las lombrices.

Sobre términos quitu-pantsaleos está claro el vocablo /pantsa/ que se sabe refieren a una planta dispersa en la región quitu. Ahora muchos escriben /panza/ y han tergiversado su semántica, como en vez de pantsaleo, ponen panzaleo. Miren el barbarismo que hemos cometido. Saguatug sería Sagua-atug que algo tiene que ver con lobo (atug). Frente a la ciudad de Ambato está el cerro Sagua-toa. Este es otro testimonio de léxico quitu-pantsaleo. Otro término de esta familia léxica es /tingo/ y está por Pichincha, Tungurahua, y ahora en Simiatug. Tiene que ver con quebradas. La Chuquiragua es una planta simbólica de los andinistas, espinosa, con flor de color tomate y con propiedades medicinales.

Una vez que se ha enlistado a las nacionalidades y a sus pueblos, conviene por lo menos tener algunas referencias etno lingüísticas que caracterizan a cada uno de estos grupos. Entonces debemos detenernos a pensar en geografía y en gente, de modo fundamental. La geografía con sus topónimos nos ofrece palabras ancestrales que singularizan a las regiones ecuatorianas hasta el día de hoy, dándonos una serie de designativos propios que se evidencian todavía a simple vista, convendría decir al simple oído. Pero a estas alturas del tiempo y la historia, hay que tener mucho cuidado en no confundir y meter en un solo saco toda palabra que no sea del español, puesto que el común de la gente cree que lo que no es palabra castellana, ha de ser palabra quichua (kichua *) y en esto hay que estar claros porque primero hay que hacer la respectiva selección, debido a que la geografía aparece redenominada de acuerdo a las instancias político sociales. En la geografía de la Sierra perviven por ejemplo palabras vernáculas, o sea de las lenguas más ancestrales, hay palabras quichuas que corresponden a la quichuización temprana y a la de la época colonial, cuando se dio a esta lengua el carácter de lengua general; hay palabras de otras lenguas, como del aimara que provienen de la erradicación o movilización mitimae que trajo el incario; y hay palabras híbridas en las que entran varios componentes lexemáticos y morfemáticos incluido el castellano. Veamos algunos ejemplos.

En la antroponimia, sobre todo en los apellidos que son palabras conservadas como singulares o característicos de cada etnia, pasa un tanto igual que en la toponimia, puesto que se han producido alteraciones e hibridaciones de lengua vernácula con el quichua y con el español, hasta que aparecen apellidos netamente indígenas singularizados con palabras castellanas. Pensemos en el apellido Conejo de los otavaleños, o en el apellido Jerez de los salasacas, derivado de la idea de pertenencia a sus patrones. Veamos también algunos apellidos característicos de cada una de las etnias y pueblos que quedan enlistados.