Fondos del Malecón se destinan a viáticos
Por: Dr. Pedro Reino Garcés
Historiador/Cronista Oficial de Ambato
La resolución de que don José Joaquín de Olmedo fuera designado diputado a las Cortes de Cádiz, salió de la elección que hicieran varias autoridades coloniales porteñas: en el “Muy Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento: don Bartolomé Cucalón y Villamayor, Brigadier de los reales ejércitos, Gobernador Militar y Político de esta plaza y subdelegado de Real Hacienda; don Vicente Rocafuerte y don francisco Javier Paredes, Alcaldes Ordinarios; don José López Merino, Alguacil Mayor; don José Julián del Campo, Alcalde Provincial; don José Morán de Butrón y Castillo, Fiel Ejecutor; don Manuel Ignacio Moreno y Santistevan, Regidor Decano; don Manuel Ruiz, don Juan Bautista Elizalde, don Domingo Iglesias y García, don José Ignacio Gorrichátegui y don Ignacio Casanova, Regidores; don Juan Millán, Procurador General; y el doctor don Mariano Sáenz de Viteri, Asesor, conmigo el escribano…No habiendo concurrido los señores Alférez Real don José Joaquín Pareja, por estar ausente en la capital de Lima, y, el Regidor don Andrés de Herrera Capusano, que al presente se halla enfermo… ” Esto ocurrió en una sesión realizada el 11 de septiembre de 1810.
Se trataba de elegir un diputado, según disposición de 14 de febrero de 1810. Para tomar esta resolución, “oyeron los señores concurrentes la misa del Espíritu Santo en la iglesia del Convento de San Agustín, y ocupando en esta sala capitular sus lugares respectivos…” el Gobernador entregó al Regidor un oficio enviado por el virrey del Perú, de fecha 7 de agosto, que contenía la petición de realizar la referida designación, no sin antes elogiar a “nuestro deseado Monarca el señor don Fernando VII que manda y gobierna los vastos dominios de la Monarquía Española”. Esta es una demostración de que Guayaquil no estaba dependiendo del virreinato de Nueva Granada.
Viajar a España como diputado debió haber generado inusitada expectativa y gran favor al elegido, puesto que a más de la representación, iban con todos los gastos pagados, a pesar de la crisis económica en la que se debatía la administración pública. Según se puede leer en el acta a mi alcance, cada integrante de esta junta electora tenía la opción de votar por tres candidatos. Finalmente, los resultados fueron: “8 votos al señor Alférez Real Dr. Dn. José Joaquín Pareja; con 10 el Dr. Dn. José Joaquín de Olmedo; con 6 votos el Dr. Dn. Miguel Moreno; con 3 el señor Dr. Dn. Ignacio de Olazo; con 2 el señor Dr. Dn. José Ignacio Moreno; con otros 2 el Dr. Dn. Francisco de Icaza; con 1 el señor alcalde don Vicente Rocafuerte; y con otro voto don Pedro de Santander”. ¿Serían todos vecinos de la provincia de Guayaquil?
Según relata el escribano, finalmente los nombres de Joaquín de Olmedo y del Dr. Dn. Miguel Moreno (tercero en votación) “entraron estos al cántaro, en tres distintas cédulas, y llamándose a un niño, se le previno que sacase una sola, y verificándole así a presencia de todos los señores y de mí el escribano que doy fe, salió la que estaba escrito el nombre del Dr. Dn. José Joaquín de Olmedo, y como tal se le ha reconocido como Diputado de Cortes, a nombre de esta provincia.” Luego se dice que se verificó que “las otras dos cédulas” eran de Joaquín Pareja y Miguel Moreno. ¿Fue el azar lo que hizo que Olmedo fuese a las Cortes de Cádiz?
La propia fuente explica que “don Manuel Ignacio Moreno y Santistevan, (era) Regidor Decano” y además era “Cura Vicario del partido de Huancayo, en el arzobispado de Lima, que entró en la suerte del año pasado, con ocasión de elegirse al Excelentísimo Señor Diputado General del Virreinato del Perú,” Otro de los candidatos fue el “Dr. Dn Ignacio Olazo y Maruri, Cura párroco de la iglesia de la Concepción de esta ciudad, calificador y Comisario del Santo Oficio, cuya aptitud y arregladas costumbres conocen bien vuestras señorías”. Lo curioso de estas actas es que al referirse a la candidatura de Olmedo, no se hace ningún comentario. Uno espera que se diga algo sobre su intelectualidad, pero no hay tal.
Pero pongamos algo de lo que se dice sobre quien obtuvo el segundo lugar con 8 votos: se trata del Alférez Real don José Joaquín Pareja “cuya persona tiene pendiente el Litis de acusación y capitulación particular que puso contra mí (dice el Gobernador) en la Real Audiencia del Distrito (Lima), desertando la primera por convencido de falsedad y quedando la segunda suspensa hasta la resolución del rey, que será precisamente contra uno de los dos con infames notas…” Esto prueba que las pugnas de poderes se evidenciaron en estas reñidas elecciones. Saber a quién se favorece con los votos es una clave en política. ¿Cómo votó Rocafuerte? Nos interesa para que el lector saque su propia conjetura: “Empezó la votación de esta forma: El señor Alcalde Vicente Rocafuerte dijo daba su voto a los señores Dr. José Joaquín Pareja, Dr. Dn. José Joaquín Olmedo y Dr. Dn. Miguel Moreno”.
El acta dice que fueron a llamarlo a Olmedo a que se posesionara del cargo. “luego se trató de proporcionar el dinero…para su ayuda de costa de gastos de su viaje, navegaciones y arribada hasta su llegada a la Isla de Mallorca, según y como lo previene el real decreto citado igualmente, que la segura contribución de seis pesos fuertes al día para su subsistencia en España; y, considerando no deber exponérsele a contingencias en circunstancias del estado de cosas en la península, unánimemente se acordó el que aquí se pongan, desde luego, seis mil pesos fuertes a disposición del enunciado señor Diputado para que se los lleve consigo con el objeto de que se costee su entrada a dicha Isla de Mallorca o en donde Su Majestad disponga posteriormente, y que del sobrante líquido pueda tomar y gastar los seis pesos fuertes diarios con que debe subsistir en España, mientras que instruyendo oportunamente su inversión y consumo tome el Cabildo sus providencias de sucesivas remesas.”
“Igualmente, acordó este Cabildo, que en atención a la escasez de dineros que en el día sufre el Ramo de Propios, por la inversión que ha dado a los caudales recaudados hasta ahora en el desempeño de sus obligaciones anteriores con los justos motivos de los donativos hechos a Su Majestad y demás imprescindibles ocurrencias, se comisione como en efecto ha comisionado este Ayuntamiento a los señores Regidor Decano Don Manuel Ignacio Moreno, Regidor don José Ignacio Gorrichategui y Procurador General don Juan Millán, para que proporcionen de los vecinos pudientes el suplemento de los expresados seis mil pesos, aunque sea al interés del seis por ciento, obligando todas las rentas de Propios y arbitrios de este cabildo al pago de dicho principal e intereses, sobre que a nombre de este Cuerpo otorgarán y firmarán la correspondiente escritura los dichos señores, quienes pasarán a poder de dicho señor Diputado a citada cantidad”.
Pero ocurre que el Cabildo de Guayaquil, cuyo alcalde era Vicente Rocafuerte, hizo una sesión el 9 de octubre de 1810 en la cual se despreció la comunicación hecha desde Quito por el Conde Ruiz de Castilla, Presidente de Quito, y Don Carlos Montúfar sobre petición de la subordinación de Guayaquil a Quito. La respuesta es clara: “Y respecto a que acerca de esta incidencia se ha dado cuenta al excelentísimo señor Virrey del Perú, a quien únicamente quiere esta Provincia subordinarse con reconocimiento y dependencia del Soberano Consejo que existe en la Península de España…”
Ahora vamos a lo nuestro, y miremos cómo se desviaron los fondos destinados a los arreglos del Malecón de Guayaquil, para que sirvieran de viáticos al Diputado Olmedo:
“Asimismo, se recibió un oficio de don Martín de Icaza, en que participa a este Cabildo hallarse en su poder 4.191 pesos 7 y un cuartillo reales de descuento de la tercera parte del derecho de avería aplicada a la obra del Malecón que hizo por disposición del Tribunal del Consulado de Cartagena, desde 28 de abril de 1802 hasta el 4 del mismo mes de 1804 Y se decretó que se conteste que queda enterado este Cabildo de este particular y que mantenga la expresada cantidad a disposición del Ayuntamiento, que ha determinado tomarla sobre sus Propios con calidad de reintegro, para habilitar el viaje del Diputado de Cortes, pues con este recurso, hallándose exhausto el insinuado ramo público, a causa de los donativos hechos para la guerra y de otros gastos indispensables de ciudad que han ocurrido, se evita la molestia de solicitar prestado el dinero necesario para la dicha habilitación del referido viaje y se ahorra al mismo tiempo el gravamen del interés que debía pagarse…vienen las firmas, ante mi Alejo Guiraldes Pereira y Castro, Escribano Público de Cabildo , Minas y Real Hacienda.” (Todas las citas van de los documentos: Rocafuerte: Su vida pública en el Ecuador, volumen XIII, Edición del Gobierno del Ecuador, Quito, 1947, págs. 6 a 20)
Quedan muchas cosas más claras cuando uno lee directamente los documentos. Pensemos por ejemplo, ¿cómo es que aparece una plata guardada desde 1804, seis años después, por don Martín de Icaza, con el objeto de favorecer al Diputado? ¿No estaban en crisis? ¿De esto no se enteraba el Cabildo?
En fin, la herencia colonial y sus manejos nos persiguen.