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50 verdades sobre Gabriel García Márquez

Por: Salim Lamrani
Rebelión
08-08-2017

El escritor colombiano, genio del realismo mágico, cuyos escritos marcaron para siempre la historia literaria universal, falleció en México el 17 de abril de 2014 a los 87 años.

1. Nacido el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, departamento de Magdalena, Colombia, en el seno de una familia modesta de 16 hijos, Gabriel José de la Concordia García Márquez, apodado Gabo, es sin duda uno de los más grandes escritores latinoamericanos.

2. Poco después, en 1929, sus padres Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez Iguarán se ven obligados a mudarse a Barranquilla por razones profesionales. Los abuelos maternos se encargan entonces de criar al pequeño Gabriel.

3. Su abuelo, el coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, apodado Papalelo, veterano de la Guerra de los Mil Días –conflicto fratricida que enfrentó al Partido Liberal con el Partido Nacional entre 1899 y 1902–, excelente cuentista, tiene una gran influencia sobre él y se convierte en el “cordón umbilical con la historia y la realidad”. Progresista, se rebeló contra la Masacre de las Bananeras en diciembre de 1929, cuando el ejército colombiano mató a más de 1.000 obreros agrícolas en huelga de la United Fruit Company, tras las amenazas de Washington de mandar a sus propias tropas para proteger los intereses de la multinacional. El coronel cuenta esa tragedia a su nieto. También le hace descubrir los tesoros del diccionario. “Es difícil olvidar a un abuelo así”, confesará García Márquez.

4. Su abuela, Tranquilina Iguarán Cotes, a la que el joven Gabriel apodaba cariñosamente “abuela Mina”, es una mujer “mujer imaginativa y supersticiosa”. Lo apasiona también con sus historias y relatos extraordinarios, así como con su manera de contarlos. Su prima se convierte en fuente de inspiración. “Yo, desde que nací, sabía que iba a ser escritor. Quería ser escritor. Tenía la voluntad, la disposición, el ánimo y la aptitud para ser escritor. Nunca pensé que podía ser otra cosa. Nunca pensé que de esto pudiera vivir. Estaba dispuesto a morirme de hambre pero para ser escritor”.

5. Cuando muere su abuelo en 1936, el joven Gabriel, con nueve años, se reúne con sus padres en Sucre. Lo mandan a un internado en Barranquilla, situado a orillas del río Magdalena, y luego al colegio de jesuitas San José en 1940. Consigue una beca y realiza sus estudios secundarios en el Liceo Nacional de Zipaquirá, ubicado a una hora de Bogotá.

6. En 1947 inicia la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá y se dedica a la lectura. Devora a Ernest Hemingway, James Joyce, Virginia Woolf y sobre todo a William Faulkner, su “maestro”. Franz Kafka lo impacta también con su libro La metamorfosis, que será la fuente de inspiración de su primer cuento. Se apasiona también por los clásicos de la tragedia griega como Edipo Rey de Sófocles.

7. El movimiento poético Piedra y Cielo, que nació en 1939, marca profundamente al joven García Márquez. Confesaría más tarde: “La verdad es que si no hubiera sido por Piedra y Cielo, no estoy muy seguro de haberme convertido en [buen] escritor. Allí no sólo aprendí un sistema de metaforizar, sino lo que es más decisivo, un entusiasmo y una novelería por la poesía que añoro cada día más y que me produce una inmensa nostalgia”.

8. Inspirándose en los relatos de su abuela, decide lanzarse a la escritura y publica su primer cuento, La tercera resignación, en el diario El Espectador, el 13 de septiembre de 1947.

9. El 9 de abril de 1948, Gabriel García Márquez se encuentra en la vorágine del Bogotazo, una sangrienta explosión social que sigue al asesinato del carismático líder político socialista Jorge Eliécer Gaitán. Se cierra la Universidad y las llamas destruyen la pensión donde estaba alojado. Decide entonces matricularse en la Universidad de Cartagena.

10. Después de dos años de estudios de Derecho, abandona la Universidad para dedicarse a su otra gran pasión: el periodismo. “Cuando inicié el tercero [año de Derecho] ya no me interesaba porque estaba totalmente deslumbrado, totalmente tomado por la literatura y el periodismo”. Entre 1948 y 1952, trabaja como reportero en los diarios El Universal y luego El Heraldo en Barranquilla. “Yo llegué al periodismo porque […] el asunto era de contar cosas. […] Hay que considerarlo como un género literario”, subrayaría.

11. En 1954, regresa a Bogotá donde el diario El Espectador lo contrata como reportero y crítico de cine. En 1955, García Márquez revela la verdad sobre la tragedia de buque de guerra A.R.C. Caldas. Publica una serie de catorce crónicas al respecto, basadas en las conversaciones con Luis Alejandro Velasco, un marino que sobrevivió al drama que costó la vida a siete personas caídas al mar. García Márquez no sólo demuestra todo su talento de escritor y de relator sino que además hace trizas la versión oficial del naufragio según la cual la tragedia se debió a las malas condiciones climáticas. En realidad, el puente del buque estaba sobrecargado de mercancías de contrabando (equipos electrodomésticos traídos de Estados Unidos) y la ruptura de un cable echó a ocho hombres al mar. La revelación del escándalo suscita la ira del régimen militar y García Márquez es enviado a Europa como corresponsal para escapar de las represalias. En 1970, esta historia se publicaría bajo el título Relato de un naufragio.

12. Antes de viajar a Europa, Gabriel García Márquez publica en 1955 su primera novela, La hojarasca, que la crítica saluda pero resulta un fracaso comercial. Para esta novela, “la más sincera y espontánea”, en la que evoca por primera vez ese pueblo imaginario llamado Macondo, el joven escritor no recibe “ni un céntimo por regalías”.

13. García Márquez visita varios países de Europa occidental y del mundo socialista y publica varios reportajes en El Espectador.

14. El escritor colombiano se instala luego en París en 1957. Su estancia en la capital francesa tiene una importancia trascendental: “Lo que fue importante para mí en París es la perspectiva que me dio de América Latina. Allá no dejé de ser Caribe, pero un Caribe que se dio cuenta cuál era su cultura”. En la capital francesa, cuna de la Revolución, empieza su compromiso político: “Prescindí de todos los compromisos que tenía con la literatura y me centré en el compromiso político”. Gracias a su amigo Nicolás Guillén, poeta cubano, se interesa por la Revolución Cubana de Fidel Castro que sacude el yugo de la dictadura militar de Fulgencio Batista.

15. En París, Gabriel García Márquez vive en condiciones económicas precarias y se ve obligado a “comer las sobras de un cajón de basuras”. En plena guerra de Argelia, frecuenta a los independentistas del Frente de Liberación Nacional. Incluso lo arrestó y golpeó la policía francesa que lo confundió con un “rebelde argelino”.

16. En diciembre de 1957, García Márquez consigue un puesto en el diario Momento, en Caracas. Un mes después es testigo directo de la sublevación popular contra el dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez, quien se refugia en República Dominicana. En mayo de 1958, es nombrado redactor de Venezuela Gráfica.

17. En 1958, se casa con Mercedes Barcha, a quien conoce desde su época de estudiante y a quien ama con pasión. Lo acompañaría a lo largo de su vida. Explica el secreto de su éxito matrimonial: “hay tres vidas: la vida pública, la vida privada y la vida secreta. En todas han existido las mujeres. Me entiendo mejor con las mujeres que con los hombres. Hay una clave matrimonial importante: las mujeres dicen que los problemas se resuelven con el diálogo. Es al revés: problema que se dialoga termina en pleito con seguridad. Hay que hacer confianza y hay que olvidarlo y seguir pa’lante”.

18. En 1959, tras el triunfo de la Revolución Cubana, participa en la fundación de la agencia Prensa Latina y se convierte en su corresponsal en Bogotá. En 1961, es nombrado corresponsal en Nueva York y se instala allí con la familia. Pero tras sufrir intimidaciones por parte de las autoridades y amenazas por parte de los exiliados cubanos se ve obligado a abandonar Estados Unidos.

19. Gabriel García Márquez viaja a México con su familia, “sin nombre y sin un clavo en el bolsillo”. Pasaría una gran parte de su vida en la capital mexicana. En 1962, su novela, La mala hora, consigue el Premio de la Academia Colombiana de Letras.

20. Gabriel García Márquez también es un apasionado del cine: “llegué a tenerle tanto amor al cine que pensé en hacer cine por lo mismo que hice novela y cuento y por lo mismo que hice periodismo: era otra manera de contar la vida”. Siguió estudios de cine en el Centro Sperimentale di Cinematografia de Roma, con el cubano Julio García Espinosa y el argentino Fernando Birri, los futuros creadores del Nuevo Cine Latinoamericano. Lo impacta el neorrealismo italiano y colabora con Cesare Zavattini. Escribió guiones para varias de sus obras. Su primer cortometraje, La langosta azul, se realizó en 1954. A partir de 1963, se consagra al séptimo arte y redacta numerosos guiones como El gallo de oro de Roberto Gavaldón en 1964, En este pueblo no hay ladrones de Alberto Isaac en 1965, Tiempo de morir de Arturo Ripstein en 1966, que recibe el primer premio en el Festival Internacional del Film de Cartagena, Pasty, mi amor de Manuel Michel en 1968, Presagio de Luis Alcoriza en 1974, entre otros.

21. Gabriel García Márquez crearía también la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano en 1986, cuya sede se encuentra en La Habana, y presidiría la institución hasta su muerte. Ese mismo año funda la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de Los Baños en Cuba, que sería una referencia mundial. Gran admirador de Woody Allen, colabora también a menudo con la televisión.

22. En 1967, tras más de un año dedicado completamente a la escritura, lo que lo hunde en la precariedad económica, García Márquez publica la obra maestra que haría de él uno de los más grandes escritores latinoamericanos. Cien años de soledad se publica en junio de 1967 en Buenos Aires. El éxito es inmediato. El libro, que revela el realismo mágico en todo su esplendor, se traduce a más de 40 idiomas y se venden más de 30 millones de ejemplares. Consigue numerosos premios internacionales y el escritor colombiano logra una fama planetaria. Pablo Neruda declara su admiración por la obra: “Es la mayor revelación en lengua española desde el Quijote de Cervantes”. Por su parte, William Kennedy lo califica de “primer libro desde el Génesis cuya lectura es indispensable a toda la humanidad”.

23. La problemática de la soledad marcaría la obra de Gabriel García Márquez. El autor colombiano se expresó al respecto: “Creo que es un problema que todo el mundo tiene. Toda persona tiene su propia forma y los medios de expresar la misma. La sensación impregna la labor de tantos escritores”. García Márquez hace de la soledad el tema de su discurso en la entrega del Premio Nobel de Literatura bajo el título La soledad de América Latina: “La interpretación de nuestra realidad a través de los patrones, no los nuestros, sólo sirve para hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios”.

24. Gabriel García Márquez viaja a través del mundo y traba amistad con Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana, por el cual nunca escondería su admiración. Esa amistad duraría décadas: “Realmente lo que consolidó esa amistad fueron los libros. Descubrí que es tan buen lector como yo, antes de publicar un libro, le traigo los originales. Señala contradicciones, anacronismos, inconsistencias que se les pasan a los profesionales porque es un lector muy minucioso. Los libros reflejan muy bien la amplitud de sus gustos. Es un lector voraz. Nadie se explica cómo le alcanza el tiempo ni de qué método se sirve para leer tanto y con tanta rapidez, aunque él insiste en que no tiene ninguno en especial. Muchas veces se ha llevado un libro en la madrugada y a la mañana siguiente lo comenta. Su visión de América Latina en el porvenir es la misma de Bolívar y Martí, una comunidad integral y autónoma, capaz de mover el destino del mundo. Éste es el Fidel Castro que creo conocer: Un hombre de costumbres austeras e ilusiones insaciables, con una educación formal a la antigua, de palabras cautelosas y modales tenues e
incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal”. A lo largo de su vida, Gabriel García Márquez viajaría regularmente a Cuba.

25. Esta amistad con Fidel Castro y sus ideas progresistas suscitan la hostilidad de Estados Unidos que lo declara persona non grata y le prohíbe la entrada en su territorio a partir de 1961. Habrá que esperar la elección de Bill Clinton, gran admirador del escritor colombiano, para que se levante esa prohibición. García Márquez tejería también una relación amistosa sólida con el presidente de Estados Unidos.

26. Gabriel García Márquez siempre afirmó sus opiniones políticas progresistas. Las asumió públicamente: “[Mis detractores han] hecho constantes esfuerzos por dividir mi personalidad: de un lado el escritor que ellos no vacilan en calificar de genial y del otro lado el comunista feroz […]. Cometen un error de principio: soy un hombre indivisible, y mi posición política obedece a la misma ideología con que escribo mis libros”. Declararía también: “ Yo sigo creyendo que el socialismo es una posibilidad real, que es la buena solución para América Latina”.

27. De 1967 a 1975, Gabriel García Márquez reside en Barcelona la mayor parte del tiempo y se inspira de la figura del dictador venezolano Juan Vicente Gómez para redactar El otoño del patriarca. En España, el escritor colombiano se relaciona con numerosos intelectuales progresistas opuestos a la dictadura del general Franco.

28. En 1974, con varios intelectuales y periodistas, Gabriel García Márquez funda la revista Alternativa en Colombia que durará hasta 1980. El escritor publica artículos políticos sobre la Revolución de los Claveles en Portugal, se interesa por la Revolución Sandinista, denuncia la dictadura de Pinochet y expresa su apoyo a la Revolución Cubana.

29. En 1981, aprovecha una visita oficial de Fidel Castro a Colombia para regresar a su país. No obstante, el ejército y el presidente Julio César Turbay Ayala lo acusan de financiar a la guerrilla M619. Alertado por unos amigos de
su inminente arresto, logra asilo político en México. Agradecido, dirá al respecto: “ No hay mejor servicio de inteligencia que la amistad”.

30. En 1982, Gabriel García Márquez es el primer colombiano que consigue el Premio Nobel de Literatura “por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo mundo de imaginación rica, reflejando la vida y los conflictos de un continente”.

31. En su discurso de aceptación, Gabriel García Márquez denuncia la trágica realidad política y social latinoamericana: “Hace once años, uno de los poetas insignes de nuestro tiempo, el chileno Pablo Neruda, iluminó este ámbito con su palabra. En las buenas conciencias de Europa, y a veces también en las malas, han irrumpido desde entonces con más ímpetu que nunca las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con la leyenda. No hemos tenido un instante de sosiego. Un Presidente prometeico atrincherado en su palacio en llamas murió peleando solo contra todo un ejército, y dos desastres aéreos sospechosos y nunca esclarecidos segaron la vida de otro de corazón generoso, y la de un militar demócrata que había restaurado la dignidad de su pueblo. En este lapso ha habido 5 guerras y 17 golpes de Estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa occidental desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi 120.000, que es como si hoy no se supiera dónde están todos los habitantes de la ciudad de Upsala. Numerosas mujeres arrestadas encinta dieron a luz en cárceles argentinas, pero aún se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200.000 mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100.000 perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de 1.600.000 mil muertes violentas en cuatro años. De Chile, país de tradiciones hospitalarias, ha huido un millón de personas: el 10 % de su población. El Uruguay, una nación minúscula de dos millones y medio de habitantes que se consideraba como el país más civilizado del continente, ha perdido en el destierro a uno de cada cinco ciudadanos. La guerra civil en El Salvador ha causado desde 1979 casi un refugiado cada 20 minutos. El país que se pudiera hacer con todos los exiliados y emigrados forzosos de América latina, tendría una población más numerosa que Noruega. Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras […].¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes?”

32. En 1985, García Márquez publica El amor en los tiempos del cólera, inspirado de la historia de sus padres: “La única diferencia es que mis padres se casaron. Y tan pronto como se casaron, ya no eran interesantes como figuras literarias”.

33. Cuatro años después, en 1989, el escritor colombiano publica El General en su laberinto, una obra magistral sobre la figura más emblemática de América Latina, el Libertador Simón Bolívar.

34. En 1994, García Márquez crea la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano en Cartagena de Indias, con el objetivo de formar a los jóvenes estudiantes y crear un nuevo tipo de periodismo más cercano a las realidades sociales de los pueblos.

35. En 1994, Gabriel García Márquez desempeña un papel clave en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Cuba, rotas en 1981.

36. En 1996, el Premio Nobel publica Noticia de un secuestro en que cuenta la trágica realidad colombiana marcada por la violencia y los secuestros. La violencia es también uno de los temas recurrentes en la obra de García Márquez.

37. Profundamente afectado por el sangriento conflicto civil que golpea a Colombia desde hace más de medio siglo, Gabriel García Márquez desempeñó el papel de mediador varias veces en las conversaciones de paz entre los movimientos de guerrilla y el poder central, particularmente bajo los gobiernos de Belisario Betancourt y Andrés Pastrana. “ Llevo conspirando por la paz en Colombia casi desde que nací”, recordaba.

38. En 1997, mientras Cuba es víctima de una ola de atentados terroristas que orquestó el exilio cubano basado en Florida, Fidel Castro encarga a Gabriel García Márquez entregar un mensaje secreto a Bill Clinton sobre la actuación de esos grupúsculos violentos. Cuba había logrado recoger la información necesaria gracias a unos agentes infiltrados en Miami. El escritor colombiano relata este episodio: “En mis conversaciones con Fidel Castro le mencioné la posibilidad de entrevistarme con el presidente Clinton. De allí surgió la idea de que Fidel le mandara un mensaje confidencial sobre un siniestro plan terrorista que Cuba acababa de descubrir”.

39. En 1999, un cáncer linfático afecta a Gabriel García Márquez. Temiendo no tener tiempo de terminar sus memorias y dos libros de cuentos, el autor se aísla y se dedica únicamente a la escritura: “Reduje al mínimo las relaciones con mis amigos, desconecté el teléfono, cancelé los viajes y toda clase de compromisos pendientes y futuros, y me encerré a escribir todos los días sin interrupción desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde”.

40. En 2002, García Márquez publica Vivir para contarla, el primer tomo de sus memorias: “Empieza con la vida de mis abuelos maternos y los amores de mi padre y mi madre a principios del siglo, y termina en 1955 cuando publiqué mi primer libro, La hojarasca, hasta viajar a Europa como corresponsal de El Espectador ”.

41. En 2004, el escritor colombiano publica su última novela Memorias de mis putas tristes.

42. En 2006, con numerosos intelectuales latinoamericanos, Gabriel García Márquez firma la “Proclamación de Panamá”, que reclama la independencia de Puerto Rico.

43. Gabriel García Márquez siempre rechazó el uso de un estilo bien preciso en su escritura. Según él, es el tema del libro lo que determina el estilo: “En cada libro intento tomar un camino diferente. Uno no elige el estilo. Los críticos construyen teorías alrededor de esto y ven cosas que yo no había visto. Respondo solamente a nuestro estilo de vida, la vida del Caribe”.

44. El escritor también expresó sus reservas sobre la interpretación de sus obras por los estudiosos: “[Los críticos], en general, con una investidura de pontífices, y sin darse cuenta que una novela como Cien años de soledad carece por completo de seriedad y está llena de señas a los amigos más íntimos, señas que sólo ellos pueden descubrir, asumen la responsabilidad de descifrar todas las adivinanzas del libro corriendo el riesgo de decir grandes tonterías”.

45. Con el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, está considerado el genio del género literario llamado “realismo mágico”, que asocia elementos fantásticos y realidad cotidiana. Pero García Márquez se reivindica primero y ante todo un escritor realista: “No hay en mis novelas una línea que no esté basada en la realidad. La primera condición del realismo mágico, como su nombre lo indica, es que sea un hecho rigurosamente cierto que, sin embargo, parece fantástico. en América Latina la literatura, la ficción, la novela, es más fácil de hacer creer que la realidad”.

46. Gabriel García Márquez recibió una multitud de premios y distinciones en el mundo entero. Además del Premio Nobel de Literatura, recibió el Premio Rómulo Gallegos, la Legión de Honor francesa, el Águila Azteca de México y fue nombrado Doctor Honoris Causa por varias universidades, entre ellas la prestigiosa Universidad de Princetown.

47. Gabriel García Márquez es la principal figura del “boom latinoamericano” que incluye a escritores como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Carlos Fuentes o Mario Vargas Llosa.

48. Sus libros se han traducido a decenas de idiomas. En total se han vendido más de 50 millones de ejemplares.

49. Gabriel García Márquez es también un amante de la música, su “vicio favorito”. Ha confesado que “ la música [l]e ha gustado más que la literatura”.

50. Gabriel García Márquez quedará en la historia probablemente como el escritor más universal del siglo XX. Fue un intelectual preocupado por la suerte de los más humildes, que siempre reivindicó sus raíces populares: “Toda mi formación es a base de la cultura popular. Lo que me ha sustentado, me conmueve y me motiva es la cultura popular”.

Salim Lamrani Rebelión es Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, ¡palabra a la defensa!, Hondarribia, Editorial Hiru, 2016.

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El Fidel Castro que yo conozco

Por Gabriel García Márquez

Este es el Fidel Castro que creo conocer: Un hombre de costumbres austeras e ilusiones insaciables, con una educación formal a la antigua, de palabras cautelosas y modales tenues e incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal.

Su devoción por la palabra. Su poder de seducción. Va a buscar los problemas donde estén. Los ímpetus de la inspiración son propios de su estilo. Los libros reflejan muy bien la amplitud de sus gustos. Dejó de fumar para tener la autoridad moral para combatir el tabaquismo. Le gusta preparar las recetas de cocina con una especie de fervor científico. Se mantiene en excelentes condiciones físicas con varias horas de gimnasia diaria y de natación frecuente. Paciencia invencible. Disciplina férrea. La fuerza de la imaginación lo arrastra a los imprevistos. Tan importante como aprender a trabajar es aprender a descansar.

Fatigado de conversar, descansa conversando. Escribe bien y le gusta hacerlo. El mayor estímulo de su vida es la emoción al riesgo. La tribuna de improvisador parece ser su medio ecológico perfecto. Empieza siempre con voz casi inaudible, con un rumbo incierto, pero aprovecha cualquier destello para ir ganando terreno, palmo a palmo, hasta que da una especie de gran zarpazo y se apodera de la audiencia. Es la inspiración: el estado de gracia irresistible y deslumbrante, que sólo niegan quienes no han tenido la gloria de vivirlo. Es el antidogmático por excelencia.

José Martí es su autor de cabecera y ha tenido el talento de incorporar su ideario al torrente sanguíneo de una revolución marxista. La esencia de su propio pensamiento podría estar en la certidumbre de que hacer trabajo de masas es fundamentalmente ocuparse de los individuos.

Esto podría explicar su confianza absoluta en el contacto directo. Tiene un idioma para cada ocasión y un modo distinto de persuasión según los distintos interlocutores. Sabe situarse en el nivel de cada uno y dispone de una información vasta y variada que le permite moverse con facilidad en cualquier medio. Una cosa se sabe con seguridad: esté donde esté, como esté y con quien esté, Fidel Castro está allí para ganar. Su actitud ante la derrota, aun en los actos mínimos de la vida cotidiana, parece obedecer a una lógica privada: ni siquiera la admite, y no tiene un minuto de sosiego mientras no logra invertir los términos y convertirla en victoria. Nadie puede ser más obsesivo que él cuando se ha propuesto llegar a fondo a cualquier cosa. No hay un proyecto colosal o milimétrico, en el que no se empeñe con una pasión encarnizada. Y en especial si tiene que enfrentarse a la adversidad. Nunca como entonces parece de mejor talante, de mejor humor. Alguien que cree conocerlo bien le dijo: Las cosas deben andar muy mal, porque usted está rozagante.

Las reiteraciones son uno de sus modos de trabajar. Ej.: El tema de la deuda externa de América Latina, había aparecido por primera vez en sus conversaciones desde hacía unos dos años, y había ido evolucionando, ramificándose, profundizándose. Lo primero que dijo, como una simple conclusión aritmética, era que la deuda era impagable. Después aparecieron los hallazgos escalonados: Las repercusiones de la deuda en la economía de los países, su impacto político y social, su influencia decisiva en las relaciones internacionales, su importancia providencial para una política unitaria de América Latina… hasta lograr una visión totalizadora, la que expuso en una reunión internacional convocada al efecto y que el tiempo se ha encargado de demostrar.

Su más rara virtud de político es esa facultad de vislumbrar la evolución de un hecho hasta sus consecuencias remotas… pero esa facultad no la ejerce por iluminación, sino como resultado de un raciocinio arduo y tenaz. Su auxiliar supremo es la memoria y la usa hasta el abuso para sustentar discursos o charlas privadas con raciocinios abrumadores y operaciones aritméticas de una rapidez increíble.

Requiere el auxilio de una información incesante, bien masticada y digerida. Su tarea de acumulación informativa principia desde que despierta. Desayuna con no menos de 200 páginas de noticias del mundo entero. Durante el día le hacen llegar informaciones urgentes donde esté, calcula que cada día tiene que leer unos 50 documentos, a eso hay que agregar los informes de los servicios oficiales y de sus visitantes y todo cuanto pueda interesar a su curiosidad infinita.

Las respuestas tienen que ser exactas, pues es capaz de descubrir la mínima contradicción de una frase casual. Otra fuente de vital información son los libros. Es un lector voraz. Nadie se explica cómo le alcanza el tiempo ni de qué método se sirve para leer tanto y con tanta rapidez, aunque él insiste en que no tiene ninguno en especial. Muchas veces se ha llevado un libro en la madrugada y a la mañana siguiente lo comenta. Lee el inglés pero no lo habla. Prefiere leer en castellano y a cualquier hora está dispuesto a leer un papel con letra que le caiga en las manos. Es lector habitual de temas económicos e históricos. Es un buen lector de literatura y la sigue con atención.

Tiene la costumbre de los interrogatorios rápidos. Preguntas sucesivas que él hace en ráfagas instantáneas hasta descubrir el por qué del por qué del por qué final. Cuando un visitante de América Latina le dio un dato apresurado sobre el consumo de arroz de sus compatriotas, él hizo sus cálculos mentales y dijo: Qué raro, que cada uno se come cuatro libras de arroz al día. Su táctica maestra es preguntar sobre cosas que sabe, para confirmar sus datos. Y en algunos casos para medir el calibre de su interlocutor, y tratarlo en consecuencia.

No pierde ocasión de informarse. Durante la guerra de Angola describió una batalla con tal minuciosidad en una recepción oficial, que costó trabajo convencer a un diplomático europeo de que Fidel Castro no había participado en ella. El relato que hizo de la captura y asesinato del Che, el que hizo del asalto de la Moneda y de la muerte de Salvador Allende o el que hizo de los estragos del ciclón Flora, eran grandes reportajes hablados.

Su visión de América Latina en el porvenir, es la misma de Bolívar y Martí, una comunidad integral y autónoma, capaz de mover el destino del mundo. El país del cual sabe más después de Cuba, es Estados Unidos. Conoce a fondo la índole de su gente, sus estructuras de poder, las segundas intenciones de sus gobiernos, y esto le ha ayudado a sortear la tormenta incesante del bloqueo.

En una entrevista de varias horas, se detiene en cada tema, se aventura por sus vericuetos menos pensados sin descuidar jamás la precisión, consciente de que una sola palabra mal usada puede causar estragos irreparables. Jamás ha rehusado contestar ninguna pregunta, por provocadora que sea, ni ha perdido nunca la paciencia. Sobre los que le escamotean la verdad por no causarle más preocupaciones de las que tiene: Él lo sabe. A un funcionario que lo hizo le dijo: Me ocultan verdades por no inquietarme, pero cuando por fin las descubra me moriré por la impresión de enfrentarme a tantas verdades que han dejado de decirme. Las más graves, sin embargo, son las verdades que se le ocultan para encubrir deficiencias, pues al lado de los enormes logros que sustentan la Revolución los logros políticos, científicos, deportivos, culturales, hay una incompetencia burocrática colosal que afecta a casi todos los órdenes de la vida diaria, y en especial a la felicidad doméstica.

Cuando habla con la gente de la calle, la conversación recobra la expresividad y la franqueza cruda de los afectos reales. Lo llaman: Fidel. Lo rodean sin riesgos, lo tutean, le discuten, lo contradicen, le reclaman, con un canal de transmisión inmediata por donde circula la verdad a borbotones. Es entonces que se descubre al ser humano insólito, que el resplandor de su propia imagen no deja ver. Este es el Fidel Castro que creo conocer: Un hombre de costumbres austeras e ilusiones insaciables, con una educación formal a la antigua, de palabras cautelosas y modales tenues e incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal.

Sueña con que sus científicos encuentren la medicina final contra el cáncer y ha creado una política exterior de potencia mundial, en una isla 84 veces más pequeña que su enemigo principal. Tiene la convicción de que el logro mayor del ser humano es la buena formación de su conciencia y que los estímulos morales, más que los materiales, son capaces de cambiar el mundo y empujar la historia.

Lo he oído en sus escasas horas de añoranza a la vida, evocar las cosas que hubiera podido hacer de otro modo para ganarle más tiempo a la vida. Al verlo muy abrumado por el peso de tantos destinos ajenos, le pregunté qué era lo que más quisiera hacer en este mundo, y me contestó de inmediato: pararme en una esquina.

13 de agosto de 2009.

Colaboración de nustro aliado El Observatorio Latinoamercano WWW.CRONICON.NET

UNL realiza Simposio sobre el legado de Gabriel García Márquez

Con el propósito de resaltar la labor cultural, social y ética, promovida por este insigne escritor y novelista latinoamericano, el Área de la Educación, el Arte y la Comunicación de la Universidad Nacional de Loja realiza este martes 13 de mayo de 2014, a las 17:00 en el Teatro Universitario Bolívar, el Simposio “El legado periodístico y literario de Gabriel García Márquez para el mundo”.

El Director del Área Educativa, Dr. César León Aguirre, informó que este evento académico que se desarrolla en el marco de los 155 años de fundación de la Universidad Nacional de Loja, contará con la participación de destacados representantes del foro cultural, local y nacional, quienes analizarán el aporte literario y periodístico de Gabriel García Márquez, ex Premio Nobel de Literatura.

Los expositores serán Félix Paladines, presidente de la Casa de la Cultura, núcleo de Loja, quien enfocará la temática “Legado cultural”; el Dr. Galo Guerrero, Director del Departamento de Literatura de la UTPL, con el tema “Aspectos biográficos”; el Dr. Benjamín Pinza Suárez, docente de la UNL, con el tema “Visión periodística”; Dr. Fausto Aguirre, docente de la UTPL, con el tema “Visión literaria”, y el Dr. Stalin Alvear, ex presidente de la Casa de la Cultura, cerrará el evento con el tema “Visión política”.

El fin es promover y motivar la lectura, producción literaria y análisis crítico en la colectividad lojana.

Moderador del simposio será el presidente del Colegio de Periodistas de Loja, Lic. Pablo Sanmartín.

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Gabo: el perpetuo hechizo

Por: Carol Murillo Ruiz

Debía tener unos quince años cuando cayó en mis manos un libro de lo más curioso: “Todos los cuentos”, de Gabriel García Márquez. Lo único que conocía entonces de aquel señor era que había recibido el Nobel de Literatura tres años antes y que tenía una novela bíblica: “Cien años de soledad”. Por eso de que vengo de una provincia culturalmente supersticiosa y heredera de una oralidad que arrastra miedos, credos y ritos populares tengo la seguridad de que el universo literario del Gabo me atrapó de un tajo, sin reparar siquiera –en esos años- en todo lo que encerraba aquella metáfora del tinglado latinoamericano.

Cuando se tiene esa edad no se saben muchas cosas; pero las lecturas ayudan a develar los secretos que la sociedad inmediata–familia, educación, ley- se encarga de obscurecer a través del atavismo de sus instituciones más precarias y ociosas. García Márquez fue desmitificando (otros dirán que construyó una nueva mitificación) el mundo en el que habíamos nacido y, al hacerlo, rasgó el velo de unas gentes que eran –son- el prototipo de un continente violentamente desolado y moralmente reprimido. El malestar de la cultura se expresa aquí sin máscaras, en el prurito social de malear el tiempo y la experiencia humana más allá de la prole, de la bastardía, del incesto, del nombre, es decir, de la ciencia, de la historia y de la sintaxis habitual.

Si por algo se llega a amar a García Márquez es porque a través de sus libros las taras son alimentadas por el ojo clínico de la hechicería y las virtudes se serenan en el trajín de lo cotidiano. Los cuentos aludidos de aquel libro primero para mí, por ejemplo, “Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo”, ya advertían el abarcador ámbito garciamarquiano que aparecería luego en su tratado de la soledad. O el desconcertante relato urbano “Solo vine a hablar por teléfono” que pintaba las desdichas de dos almas que no lograron conocerse ni en las buenas ni en las malas. En cada línea iba surgiendo el doble fondo de las cosas y los seres, y al internarse en la lectura una iba descubriendo que el viaje no solo conducía por las rutas de un sofisticado mapa sino por el tronco parental de unas ánimas que a veces vivían la tregua de la vida y veces la tregua de la muerte.

Pero es el corpus lingüístico (general) del Gabo el que doblega desde el principio al lector. Un corpus permeado por la intuición y ataviado de voces que condensan la legión del tiempo. Un corpus recio y plural. Una vez, muchísimo tiempo después, dando clases, me inventé una manera de interesar a los alumnos en la lectura del Gabo y en por qué pensaba yo que ese corpus había merecido el Premio Nobel de Literatura de una Europa hipnotizada por lo que entonces (1982) era un afán a ennoblecer: el realismo mágico.

Para decirlo de otro modo: parecía que el lenguaje del Gabo seducía estéticamente a los académicos suecos, y, que, por fin, su producto estaba en condiciones de rivalizar o competir con esos otros códigos lingüísticos que hasta esos momentos tenían la (casi) absoluta facultad de re-presentar al mundo –al de ellos y al nuestro- ya sea desde la religión o desde el mito (en Occidente).

Ergo, hubo en el otorgamiento del Premio Nobel a Gabriel García Márquez la legitimación de un corpus lingüístico que re-nombraba toda una realidad –la latinoamericana- y la hacía digerible por medio de un atlas poético singular. ¡Y vaya qué atlas!

Así, el valor acabado que se concedía a un andamiaje literario como el erigido por el Gabo (en 1982), superaba al dado a Miguel Ángel Asturias en 1967 con el mismo galardón. Es decir, el relicario de Asturias había sido novedoso pero difícil, experimental, reflejo de lo remoto y moderno, lo indígena y lo ladino, y narraba la complejidad y el discrimen del caos nativo y urbano. Acaso un lenguaje precursor pero no sistémico -el asturiano-.

En cambio, el lenguaje de García Márquez tenía un plus esencial: su plasticidad inducía un encantamiento colectivo, no escindía, no retraía, no excluía. Por el contrario: conjuntaba embrujos, alegrías y mortajas; ganaba cada vez más lectores en el orbe. Su prosa suscitaba delirios en la imaginación de quienes la leían, y la misma violencia que nunca desaparece de la genealogía humana fue contenida en los diluvios macondianos o en el vientre de piedra de la cándida Eréndira. La totalidad de la literatura del Gabo confinó la queja, celebró las vicisitudes, refrigeró el dolor. En definitiva: ese corpus lingüístico nos universalizó y proveyó de una fuerza enunciativa para disputar un locus propio, cabal y proyectivo.

El Gabo ha muerto dicen y, aún hoy, mucho tiempo después de haber leído sus libros, debo decir que no se puede salir nunca de semejante trance literario; porque las fiebres terciarias, los sueños dentro de otros sueños, los amores contrariados, las ferias del Caribe, las malas horas de patriarcas y de putas y hasta los funerales de la Mamá Grande y de Úrsula Iguarán nos acompañan como el gran cortejo de un adiós estrepitosamente cierto en la colérica amnesia de Macondo.

UNESCO rinde homenaje a Gabriel García Márquez

La Directora General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Irina Bokova, rindió un homenaje especial a la memoria de Gabriel García Márquez, uno de los escritores más importantes del siglo XX, premio Nobel de Literatura en 1982, fallecido el jueves 17 de abril en Ciudad de México. Sigue leyendo

Entrevista a Carol Murillo Ruiz. Tema: García Márquez y su legado

La doctora y sociologa Carol Murillo Ruiz, Agregada Cultural de Ecuador en México y columnista de EcuadorUniversitario.Com fue entrevistada vía Skype por el periodista Carlos Rabascall a propósito de la muerte de Gabriel García Márquez. Aquí les ofrecemos sus puntos de vista sobre el escritor que marcó un antes y un después en la literatura latinoamericana.

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UNESCO difunde material sobre Gabriel García Márquez

Galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1982, desde fines de los años sesenta el escritor colombiano, nacido en Aracataca en 1929, se afirmó con su novela Cíen años de soledad (1967) como uno de los grandes maestros de la narrativa contemporánea. En una entrevista concedida a la Revista El Correo de la UNESCO, nos habla de su visión de Latinoamérica y se refiere a algunos de los grandes temas de su obra, donde la tragedia de lo real y la magia de lo maravilloso alcanzan una dimensión mítica. Sigue leyendo