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Declaran irresoluble un problema de mecánica cuántica

Un equipo de investigadores de Madrid, Londres y Múnich han demostrado que, aunque se disponga de una descripción completa de las propiedades microscópicas de un material, no siempre se puede predecir su comportamiento macroscópico. El problema del gap espectral, central en física cuántica y de partículas, no tiene solución general.

ICMAT| 09 diciembre 2015

Gráficos y algoritmos han ayudado a los investigadores a visualizar los resultados. / T.S.Cubitt, D.Perez-Garcia, M.M.Wolf/Nature

El gap espectral representa la energía necesaria para transferir un electrón de un estado de baja energía a un estado excitado. Por ejemplo, un gap espectral pequeño es la propiedad central de los semiconductores. De forma similar, esta cantidad juega un papel importante en muchos otros materiales.

Cuando el gap espectral se hace pequeño, es decir, se cierra, el material puede cambiar a otro estado totalmente diferente, lo que ocurre, por ejemplo, cuando un material se convierte en un superconductor.

“La posibilidad de extrapolar la descripción microscópica del material a las propiedades del sólido es una de las herramientas más importantes en la búsqueda de materiales superconductores a temperatura ambiente o con otras propiedades de interés”, afirma David Pérez García, investigador de la UCM y miembro del ICMAT.

Pérez es uno de los autores de un estudio publicado hoy en Nature que muestra una limitación fundamental en este enfoque. Con matemáticas sofisticadas, los autores han demostrado que, aun disponiendo de una descripción microscópica completa de un material cuántico, determinar si tiene o no gap espectral es un problema indecible.

“Alan Turing es conocido por su papel en la descodificación de la máquina Enigma. Pero dentro de la comunidad matemática e informática, es mucho más famoso su trabajo en lógica: demostró que algunas preguntas matemáticas son indecibles. Es decir, no son ni ciertas ni falsas. Simplemente están más allá del alcance de las matemáticas”, cuenta Toby Cubitt, investigador del University College of London (UCL) Computer Science, coautor del resultado.

“Nosotros hemos demostrado que el gap espectral es uno de esos problemas, lo que significa que no puede existir un método general para determinar si un sistemadescrito mediante la mecánica cuántica tiene o no tiene gap espectral. Esto limita el alcance que pueden tener nuestras predicciones de los materiales cuánticos, e incluso de la física de partículas elementales”, añade el experto.

Un millón de dólares que ganar

El problema más famoso sobre el gap espectral es determinar si la teoría que gobierna las partículas elementales de la materia (el llamado modelo estándar de la física de partículas) tiene un gap espectral. Los experimentos de física de partículas, como los que se desarrollan en el CERN (Laboratorio Europeo de Física de Partículas Elementales), y las simulaciones en supercomputadores, indican que sí existe, en este caso, un gap espectral.

Sin embargo, todavía no hay una demostración matemática de la cuestión, conocida como la conjetura del salto de masa de Yang-Mills. Quien la encuentre recibirá un millón de dólares de premio del Instituto Clay de Matemáticas, que seleccionó el problema como uno de los siete Problemas del Milenio.

“Hay casos particulares del problema que sí tienen solución, aunque la formulación general sea indecible, por lo que aún es posible que alguien gane el millón de dólares. Pero nuestro resultado abre la posibilidad de que algunos de los grandes problemas de la física teórica no tengan solución”, añade Toby Cubitt.

“Desde los trabajos de Turing y Gödel en la década de 1930 se sabe que, en principio, podían existir problemas indecibles, pero hasta el momento esto solo afectaba a la teoría de la computación y la lógica matemática más abstractas. Nadie había considerado seriamente que estas ideas pudieran afectar al corazón de la física teórica”, afirma Michael Wolf, investigador de la Universidad Técnica de Múnich.

“Desde una perspectiva filosófica, el resultado también cuestiona la visión reduccionista de la realidad, porque la dificultad insalvable del problema radica en pasar de la descripción microscópica a las propiedades macroscópicas”, prosigue.

No todo son malas noticias

“No todo son malas noticias”, afirma David Pérez-García. “Nuestros resultados también predicen la existencia de sistemas cuánticos con propiedades no observadas todavía. Por ejemplo, que el añadir una sola partícula a un cúmulo de materia puede, en principio, hacer cambiar radicalmente sus propiedades”.

“La historia de la física nos enseña que, a menudo, propiedades nuevas y exóticas como esta se traducen, antes o después, en avances tecnológicos”, añade el científico.

Ahora, los investigadores quieren ver si sus resultados se pueden extender más allá de los modelos matemáticos artificiales sobre los que han trabajado, a materiales cuánticos más realistas que puedan producirse en el laboratorio.

Referencia bibliográfica:
Toby S. Cubitt, David Pérez-García y Michael M. Wolf. “Undecidability of the spectral gap”. Nature, DOI: 10.1038/nature16059, 9 de diciembre de 2015

Zona geográfica: Internacional
Fuente: ICMAT
Agencia SINC

Expedición de National Geographic se encuentra en Galápagos

La isla Santa Cruz de Galápagos recibió al equipo científico del proyecto “Pristine Seas”, de National Geographic. Esta expedición investigará durante 21 días los ecosistemas marinos de Galápagos considerados de los más ricos del planeta, y producirá un documental de una hora de duración para mostrar estas maravillas al mundo. Sigue leyendo

El hombre que contó la historia del hielo

Visionario y aventurero, el científico Claude Lorius –nacido en Besançon (Francia) hace 83 años– ha dedicado su vida a estudiar la nieve de los casquetes polares y a desentrañar milenios de historia del clima. Hace 30 años, halló unas muestras de hielo en el lugar más frío del mundo, que demostraban por primera vez la implicación del ser humano en el cambio climático actual. A pesar de las evidencias, el glaciólogo aún lucha para que su mensaje científico cale en forma de decisiones políticas.

Adeline Marcos| 14 noviembre 2015

“Buscamos jóvenes estudiantes para participar en campañas organizadas para el Año Geofísico Internacional (1957-1958)”. Así figuraba un anuncio en la facultad de Física de la Universidad de Besançon (Francia) en busca de futuros glaciólogos. Corría el año 1955, y fue entonces cuando el joven Claude Lorius, de 23 años, cambió el rumbo de su vida.

En ese momento, su pasión aún no era el hielo, sino el fútbol. “Mi ambición era la de seguir el camino de mi hermano Pierrot, que se había convertido en portero profesional en el equipo de Sochaux y en el de Francia”, recalca en su web el científico, muy solicitado desde que a finales de octubre se estrenara en Francia la película documental sobre su vida La glace et le ciel, dirigida por Luc Jacquet.

A mediados de los años 50 (y aún hoy), la idea de viajar a la Antártida era, para cualquier joven, sinónimo de aventura, tras los pasos de otros grandes exploradores como el noruego Roald Amudsen –cuya expedición alcanzó por primera vez el polo sur– o el británico Robert F. Scott –que murió en el continente helado–, que antes que ellos habían dejado allí las primeras huellas.

Lorius, licenciado en Física por la Universidad de Besançon, partió en 1957 a recorrer los hielos de la Antártida –de la que acabó sintiendo especial predilección– y desde entonces ha realizado 22 expediciones y ha permanecido durante seis años sobre el terreno para llevar a cabo diversas campañas.

Inmersión en el desierto blanco

Pero su primer contacto con el hielo y el frío extremo no fue del todo fácil. Durante el año 1957 vivió en una base aislada del mundo junto a dos compañeros a una altitud de 2.400 metros y soportando temperaturas que podían descender por debajo de los -60 ºC.

Con sus propias manos y la fuerza de sus brazos, cavaron pozos de varios metros de profundidad para medir las variaciones de temperatura y la velocidad del viento. Gracias a ello, pudieron recoger y analizar al microscopio sus primeros testigos de hielo (muestras cilíndricas) para datar las capas de nieve. Se crean los primeros archivos del hielo y nace una nueva ciencia, la glaciología.

Desde entonces, las técnicas han ido mejorando y en la campaña de 1962 a 1965 en Tierra Adelia (Antártida oriental) cerca de la base francesa Dumont d’Urville, el científico hace su primer gran descubrimiento. Las perforaciones hasta los 200 metros de profundidad permiten rescatar hielo de unos 20.000 años de antigüedad. Los experimentos realizados demuestran que ese hielo se ha movido poco –unos metros por año– y que viene de lejos –ha recorrido de 600 a 800 kilómetros–.

Una noche de 1965, al volver de una exploración, Lorius introdujo un trozo de ese hielo antiguo en su vaso de wiski. Del agua se escaparon burbujas de aire a la vez que el hielo se derretía. Fue en ese momento que tuvo la intuición de que ese gas podía contener información susceptible de reconstituir la atmósfera del pasado. “Es un visionario”, dice a Sinc Jérôme Chappellaz, científico en el Laboratorio de Glaciología y Geofísica del Medio Ambiente del Centro Nacional francés de Investigaciones Científicas (CNRS).

Cuanto más se perforaba, más antiguo era el hielo. En la campaña de 1984, en plena Guerra Fría, el equipo de Lorius se unió a soviéticos y americanos en la base soviética de Vostok, en el Polo del frío del planeta, donde se ha registrado la temperatura del aire más baja, para analizar testigos de hielo extraídas a más de 2.000 metros de profundidad. Los análisis revelaron 150.000 años de historia del clima y de la composición de nuestra atmósfera.

“Pusimos en evidencia por primera vez la relación entre el clima de la Tierra y la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera”, indica Lorius. El hallazgo, que se publicó en la revista Nature en 1987, demostró que el calentamiento global actual está asociado a las actividades humanas que liberan gases de efecto invernadero como el CO2 y el metano.

En las campañas posteriores se halló hielo de 420.000 años de antigüedad (en 1998) a una profundidad de 3.623 metros y de 800.000 años de antigüedad a una profundidad de 2.871 metros en las perforaciones de Tierra de la Reina Maud en la Antártida oriental en 2004.

“El vínculo entre clima y gases de efecto invernadero sigue siendo evidente a esta profundidad y demuestra que desde hace 800.000 años nuestra atmósfera no ha tenido unas cantidades de CO2 y metano tan elevadas como las actuales”, comenta Lorius.

Gracias a los testigos de hielo, el glaciólogo ha demostrado que “sobre todo la cantidad de CO2 está íntimamente ligada a las variaciones naturales del clima y ha desempeñado un gran papel”, declara Chappellaz, que se unió al laboratorio de Lorius en 1986, en el momento en el que se analizaban las muestras de la famosa perforación de Vostok.

Si no se hubieran analizado estas muestras, “habría sido imposible explicar la amplitud de las variaciones de temperatura glaciares e interglaciares”, apunta el glaciólogo, que también ha sido asesor científico en la película sobre Lorius. Estos trabajos han permitido evaluar la sensibilidad del clima terrestre a una variación dada de CO2 y han apoyado la teoría de que “aumentar la cantidad de estos gases de origen humano iba a conllevar de manera ineluctable a un calentamiento importante”, recoge Chappellaz.
Hacia la ‘descarbonización’ de la sociedad

Treinta años más tarde, a unos días del comienzo de la Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (COP21), y tras el fracaso relativo de las anteriores para lograr un acuerdo vinculante, al mensaje científico le cuesta aún calar en forma de decisiones políticas.

“Es cierto que lo que está en juego en nuestras sociedades es considerable, no solo en términos de impacto, sino también en cuanto a cuestionarse nuestro modelo energético basado esencialmente en la combustión de energías fósiles”, observa el científico para quien ‘descarbonizar’ a la sociedad lo más rápido posible es el mayor desafío.

El nuevo acuerdo formará una etapa, “aunque sin duda insuficiente”, lamenta a Sinc el glaciólogo del CNRS, quien no espera mucho más de las decisiones políticas a niveles intergubernamentales. Para Chappellaz, se lograrán resultados a escala local, más cerca de los ciudadanos, que harán presión a los gobiernos.

Mientras esto ocurra, los efectos del cambio climático siguen su curso. “Cuando la capa de hielo de Groenlandia entre en fase de fracturación, será demasiado tarde para evitar un aumento de varios metros en el nivel del mar”, advierte el experto, quien recuerda que dos tercios de la población humana vive cerca de las costas.

En la actualidad, Chappellaz pretende comprender mejor el funcionamiento de la máquina climática terrestre fijándose en el pasado de la Tierra. “El desafío es entender por qué el ritmo del clima terrestre ha cambiado drásticamente hace aproximadamente un millón de años”, explica. Una vez más, como lo intuyó Lorius hace 30 años, el CO2 parece volver a ser el culpable.

El hielo y el cielo

La película documental La glace et le ciel, dirigida por Luc Jacquet y estrenada en Francia el 21 de octubre, es un homenaje no solo al glaciólogo Claude Lorius, sino también a todos los investigadores, ingenieros y matemáticos que han trabajo con él a lo largo de su vida.

“El film permite a la gente alejada de la ciencia comprender mejor el proceso de elaboración del pensamiento científico y muestra la difícil labor de investigar en entornos particularmente hostiles”, explica a Sinc Jérôme Chappellaz, consejero científico de la película, que ayudó al realizador a investigar sobre el personaje y su historia, y a evaluar todo el contenido del programa pedagógico del proyecto.

Las investigaciones de Lorius le supusieron el reconocimiento científico internacional. “Ha recibido los premios más prestigiosos”, declara Chappellaz. Sin embargo, el reconocimiento por parte de políticos y público ha sido otra historia. A esto se suma su lucha contra los escépticos del clima. Pero Lorius, hombre apasionado, aventurero, visionario, seductor y todo un líder, a sus 83 años no abandona.

Zona geográfica: España
Fuente: SINC

El cerebro olvida a propósito para ahorrar energía

El cerebro es capaz de asimilar un estímulo nuevo, sin embargo, rechaza los posteriores si son similares en el momento en que los reconoce. Es la explicación de los resultados de un estudio liderado por investigadores suecos, con participación de la Universidad Pompeu Fabra.

CCS-UPF| 16 noviembre 2015

El cerebro posee mecanismos para que olvidemos la información innecesaria, revela un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), liderado por científicos de la Universidad de Lund (Suecia) en el que ha participado Riccardo Zucca, investigador del Grupo de Investigación en Sistemas Perceptivos Emotivos y Cognitivos y del Centro en Neuro-Robótica y Sistemas Autónomos del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Universidad Pompeu Fabra.

El cerebro es capaz de asimilar un estímulo nuevo, sin embargo rechaza los posteriores si son similares en el momento en que los reconoce. Así se da la paradoja de que “dos estímulos producen peores resultados que uno solo, aunque lo que está realmente pasando es que el cerebro activa mecanismos neuronales para evitar el gasto energético que supone el aprendizaje”, han sugerido los autores.

La actividad neuronal encargada de memorizar información resulta un gasto energético adicional, por lo que el cerebro olvida de manera intencionada, aunque sea temporalmente, para ahorrar energía. Cuando el cerebro ha aprendido una determinada asociación se activa el mecanismo de freno del aprendizaje.

Explicación fisiológica del modelo Rescorla-Wagner

En el artículo publicado en PNAS se describe el experimento que los científicos diseñaron para extraer las conclusiones del estudio. En una primera fase, se aplicaron dos estímulos al modelo experimental animal para que el cerebro los asociara: un tono acústico o señal luminosa y una ráfaga de aire que provocaba el parpadeo del ojo. Seguidamente, se vio que el sujeto parpadeaba el ojo en el momento en que escuchaba nuevamente el tono o la señal luminosa, aún sin ráfaga de aire.

Finalmente, al aplicar de nuevo el tono acústico o la señal luminosa a la vez con la ráfaga de aire, la asociación entre los estímulos se volvía confusa.

Como comenta Zucca, «las conclusiones del estudio pueden explicar porqué una asociación más fuerte conduce a un valor de refuerzo menor, en el contexto de unexperimento de comportamiento condicionado».

Aunque había sido descrito anteriormente en el modelo Rescorla-Wagner, modelo que ha guiado la investigación en ciencias de la conducta y la neurología durante varias décadas, este fenómeno no tenía todavía una explicación fisiológica.

Los científicos en este trabajo han estudiado células de Purkinje provenientes del córtex del cerebelo de hurones y han observado que las respuestas de las células de Purkinje, desencadenantes del parpadeo adaptativo condicionado temporal, suprimen el estímulo no condicionado gradualmente, proporcionando por primera vez una evidencia fisiológica del fenómeno descrito en el modelo de Rescorla-Wagner.

Referencia bibliográfica:

Anders Rasmussen, Riccardo Zucca, Fredrik Johansson, Dan-Anders Jirenhed and Germund Hesslow (2015), “Purkinje cell activity during classical conditioning with different conditional stimulus explains central tenet of Rescorla–Wagner model”, PNAS, octubre, doi: 10.1073/pnas.1516986112.

Zona geográfica: Cataluña
Fuente: Universidad Pompeu Fabra
Agencia SINC

Un modelo probabilístico calcula la mejor localización de un parque eólico

Un trabajo de profesores de la Universidad Juan Carlos I y del MIT ha logrado estimar y predecir con mayor precisión la distribución de velocidad del viento, utilizando menos datos que los modelos habituales del sector eólico. El sistema será de gran utilidad a la hora de decidir dónde se instala un parque de aerogeneradores, según los expertos.

Un equipo integrado por el profesor Alfredo Cuesta-Infante, investigador del grupo de computación de altas prestaciones de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), y los profesores Kalyan Veeramachaneni y Una-May O’Reilly del Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ha sido presentado en la edición de este año de la International Joint Conference on Artificial Intelligence (IJCAI’15), celebrada en Buenos Aires. Los investigadores han diseñado un modelo probabilístico para la estimación de recursos eólicos, que relaciona la distribución del viento en diferentes lugares con la que hay en el sitio que deseamos estimar o predecir.

A la hora de decidir el lugar dónde colocar una planta aerogeneradora es necesario tener en cuenta muchos factores, pero sin duda uno de los más importantes es valorar adecuadamente la potencia que el viento proporcionará en ese lugar. Dicha potencia está relacionada con la distribución de la velocidad del viento y la dirección del mismo.

El método habitual consiste en colocar una serie de anemómetros en el lugar de interés y realizar mediciones durante un periodo de tiempo, que suele durar de entre 8 y 12 meses. Después se correlacionan estas medidas con datos históricos recogidos durante el mismo periodo en estaciones meteorológicas, aeropuertos, etc., para valorar la adecuación del lugar elegido.

Campana de Gauss

Esta aproximación hace una suposición que casi nunca es adecuada: la distribución de los datos reales es una campana de Gauss, es decir, se supone que los datos son normales o están distribuidos normalmente. Sin embargo, si se analizan los datos se observa que esto no es del todo preciso.

El modelo presentado por los profesores Veeramachaneni, O’Reilly y Cuesta-Infante utiliza, en primer lugar, unas distribuciones capaces de modificar la forma de la campana llamadas ‘funciones Cópula Gaussianas’, que mejoran ampliamente los resultados. Sin embargo, este tipo de funciones aún no es capaz de capturar correctamente los casos extremos (mucho o muy poco viento), ya que, según explica el Dr. Cuesta-Infante de la URJC, “el problema es que en la estructura de dependencia subyacente seguimos teniendo la campana de Gauss. En otras palabras, es como si hubiéramos pegado a la campana unos adornos que le cambian la forma externa”.

Por tanto, el trabajo añade una segunda técnica de modelado que sólo tiene en cuenta cópulas no gaussianas. Con esta técnica, denominada Vines, los resultados son aún mejores.

Para llevar a cabo el trabajo, se instalaron anemómetros en el techo del Museo de Ciencias de Cambridge (Massachusetts) y se recogieron datos durante dos años. Por otro lado, se ha recopilado información histórica recogida en 14 aeropuertos a lo largo de Nueva Inglaterra y Nueva York. El primer año se utilizó para aprender los modelos y el segundo para validarlos.

Lo más interesante de los resultados es que con sólo tres meses de datos obtenidos, utilizando un material muy asequible -los anemómetros instalados son baratos y la información de los aeropuertos es de dominio público- es posible estimar modelos mucho más precisos de la distribución de la velocidad del viento.

El sistema será de gran utilidad a la hora de decidir donde se instala un parque de aerogeneradores. / Fotolia

Referencia bibliográfica:

Kalyan Veeramachaneni, Alfredo Cuesta-Infante, Una-May O’Reilly, “Copula Graphical Models for Wind Resource Estimation”, Proc. of the 24th Int. Joint Conf. on Artificial Intelligence (IJCAI 2015), pp. 2646 — 2654

Zona geográfica: Internacional
Fuente: URJC

Servicio de la Agencia de Noticias SINC

ESTOA, revista de Arquitectura y Urbanismo invita a presentar artículos

Se invita a todos los académicos interesados a colaborar en el siguiente número con artículos correspondientes a temáticas de investigación en arquitectura, urbanismo, edificación, ordenación territorial, paisaje, patrimonio, expresión gráfica arquitectónica.

La dead line de recepción de aportes se ha fijado el 15 de Septiembre de 2015.

ESTOA. Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca (ISSN: 1390- 7263 / e-ISSN: 1390-9274) es una publicación impresa y digital de carácter académico editada y mantenida por el Centro de Investigación de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca (Ecuador).

ESTOA es una plataforma dedicada a la exploración de la arquitectura y el urbanismo en su vinculación con el mundo académico y profesional; un espacio para dar a conocer la investigación más reciente de intelectuales y expertos.

La revista se encuentra indexada en las siguientes bases de datos internacionales:

e-revist@s / ZDB OPAC / EZB / ROAD / ARLA / SCIARY / CITREVISTAS / WorldCat / UBL / JournalTOCs / ZBMed

http://www.ucuenca.edu.ec/ojs/index.php/estoa/index

Directrices para autores/as

Tipología de artículos

Con objeto de cumplir con los criterios de exigencia científica requeridos por el Comité Editorial de la revista Estoa, los artículos que se presenten han de inscribirse en las siguientes tipologías:

1.- Artículos de investigación científica y tecnológica. El documento ostenta, de modo específico, resultados originales de proyectos de investigación culminados. La estructura habitualmente se divide en cuatro segmentos: introducción, metodología, resultados y conclusiones.

2.- Artículos de reflexión. El documento ostenta resultados de investigación concluida desde una perspectiva de análisis crítico y reflexivo por parte del autor, acerca de una cuestión concreta, referenciando fuentes fehacientes.

3.- Artículo de revisión: El documento ostenta resultados de investigación concluida en la que se analizan sistemáticamente investigaciones publicadas o no publicadas acerca de un campo concreto, con el objetivo de subrayar avances y tendencias científicas o tecnológicas. Habitualmente ostenta una cuidadosa revisión bibliográfica de un número importante de referencias.

4.- Artículo corto. El documento presenta con brevedad resultados preliminares o parciales fruto de investigación original.

5.- Análisis de proyecto. El documento analiza desde una perspectiva crítica y autónoma una obra específica (E. g.: una obra arquitectónica o urbanística). El elemento analizado puede estar o no aún ejecutado. El documento se apoya en imágenes de alta calidad.

Estructura del artículo

Título: Letra Arial 16, centrado, en altas y bajas. El título ha de presentarse en español e inglés.
Nombre completo de autor(es): Letra Arial 12, debajo del título. Especificar categoría académica, afiliación institucional y dirección e-mail. Equipo y línea de investigación, si se trata de un artículo de investigación.

Resumen: Letra Arial 12. Deber constar de entre 100 y 150 palabras en un mismo párrafo. Debe ser en esencia una descripción breve del objetivo y los contenidos del artículo. Asimismo, se solicita su transcripción al idioma inglés (Abstract).

Palabras clave: Letra Arial 12, de 5 términos descriptivos como máximo. Se sugiere que se obtengan de tesauros. Asimismo, se solicita su transcripción al idioma inglés (Keywords).

Desarrollo del documento: El documento ha de constar al menos de los segmentos correspondientes a introducción, desarrollo (de la metodología, resultados) y conclusiones. Ha de estar dividido en epígrafes numerados correlativamente. Se habrán de relacional al final las referencias bibliográficas interpuestas.
Presentación del documento

El documento ha de remitirse en formato Word para Windows al correo electrónico:
cina.arquitectura@ucuenca.edu.ec

Ha de estar redactado en papel tamaño normal, a interlineado simple. La extensión admitida se establece entre 8 y 25 páginas, incluyéndose resumen, tablas, diagramas, figuras y referencias. Los artículos han de presentar una absoluta perfección en cuanto a la corrección gramatical y ortográfica.

Las tablas, además de estar incluidas en el documento, han de estar elaboradas en hoja de cálculo, prioritariamente Excel, y se adjuntarán, del mismo modo que los gráficos vectoriales, en una carpeta aparte llamada «tablas y gráficos». Cada archivo debe estar debidamente identificado. (E.g: Datos. Proyecto Parque de la Madre.xls)

Asimismo, las imágenes, además de estar incluidas en el documento, han de adjuntarse en una carpeta aparte llamada «Imágenes» con una resolución de 200 dpi y formato minimo de 4 megapixeles de 2.464 x 1.632. Cada archivo debe estar debidamente identificado (E.g: Corte transversal. Proyecto Parque de la Madre.jpg)

Solo se aceptarán trabajos originales que no hayan sido anteriormente publicados en ningún otro medio, original o impreso. Una vez recibidos los artículos, el consejo de edición de la revista contestará con la mayor brevedad posible.

NORMAS APA

Estoa. Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca (Ecuador), hace uso de las normas APA para citación y referencias bibliográficas.

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U. de Cuenca realizó “Encuentro de difusión de actividades de investigación”

Como parte de las actividades programadas por la celebración del 60 aniversario de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Cuenca se desarrolló el «I Encuentro de difusión de actividades de investigación».

En el evento participaron docentes, investigadores y estudiantes de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad e Cuenca, durante los días 14 y 15 de mayo, en los que se presentó los resultados de más de 20 trabajos de investigación ejecutados por docentes e investigadores de la facultad.

La organización del encuentro la coordinó la Comisión de Investigación de la Facultad de Ciencias Químicas.

Investigaciones presentadas

Entre algunas de las investigaciones presentadas están: «Alimentación, Nutrición y salud», «Determinación del contenido mineral y su variabilidad en alimentos locales de la ciudad de Cuenca», «Ciclos meteorológicos y evapotranspiración a lo largo de una gradiente altitudinal del Parque Nacional Cajas», “Intercalibración de una red de radares para el análisis de la precipitación en el Sur del Ecuador”.

Sesión Solemne por los 60 años de la Facultad

Para el 11 de junio está prevista la Sesión Solemne con la que se cerrará los eventos de conmemoración de los 60 años de creación de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Cuenca.

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El conocimiento es la columna vertebral de las economías competitivas

Estamos viviendo un siglo caracterizado por los prodigiosos avances científicos y tecnológicos. Es una época en la cual sin buenos estándares de investigación y formación a nivel superior ningún país puede asegurar un grado de desarrollo que sea compatible con las necesidades y expectativas de una sociedad en la que la generación de la riqueza se ha de organizar protegiendo el medio ambiente y se ha de acompañar con la construcción de una cultura basada en la democracia, la tolerancia y el respeto mutuo. Sigue leyendo

REDU invita a presentar proyectos de investigación

La Red Ecuatoriana de Universidades y Escuelas Politécnicas para la Investigación y Posgrados -REDU- convoca a los investigadores de Instituciones, Universidades y Escuelas Politécnicas del Ecuador, a presentar Proyectos de Investigación para el periodo abril 2015 – abril 2016.

Bases

Las bases se encuentran en el Instructivo de Programas y Proyectos REDU dsponible en:
http://www.redu.edu.ec/images/pdf/INSTRUCTIVO%20DE%20PROGRAMAS%20Y%20PROYECTOS%20REDU.pdf

Financiamiento

El valor máximo con que aporta cada IES para el proyecto, estará sujeto a revisión y aprobación al interior de cada una de las instituciones, de acuerdo a las políticas para ello establecidas.

Fechas importantes

El archivo digital (en formato PDF) de los proyectos, con las respectivas firmas de legalización, deben ser subidos en el sitio web www.redu.edu.ec y, remitidos al correo redu@espe.edu.ec

• FECHA DE RECEPCIÓN DE PROPUESTA: Hasta el 01 de abril de 2015, a las 12:00.
• INFORMACIÓN DE RESULTADOS: Hasta el 20 de abril de 2015.

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Organización científica de las universidades

Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva

La organización científica tiene que ver con el trabajo académico, la administración y el rol protagónico de los docentes en las universidades ecuatorianas.

La producción de libros y artículos científicos, para la acreditación, requiere de lo siguiente:

1. Los docentes deben escribir artículos científicos y libros académicos, sobre sus Asignaturas, de investigación, vinculación a la colectividad o su gestión cultural, revisados por pares académicos y el revisor del texto, a través de un Fondo de Publicaciones y la creación de estímulos para los escritores que posibilitan la acreditación universitaria;

2. Los estudiantes deben escribir libros, revisados por el Centro de Publicaciones, especialmente, trabajos de tesis, recomendados de manera unánime por un Tribunal de Grado para publicarse, con el auspicio de la universidad;

3. Los trabajadores también deben escribir libros, sobre la administración de las universidades para la producción científica;

4. Los tutores, deben escribir libros académicos, sobre sus Asignaturas a distancia o módulos, vinculación con la colectividad o su gestión cultural, con el fin de dar una educación más cercana al contexto social de los estudiantes. Editar libros con derechos de autor. Los libros adoptados para estudios a distancia no obedecen a nuestra realidad y los módulos digitalizados no permiten utilidades a nuestras universidades.

Los docentes universitarios tenemos capacidad para escribir. Los libros registrados permiten ingresos económicos a las universidades y a sus autores, a más de que les posibilita ascender en el escalafón docente;

5. Todo proyecto de investigación o de vinculación a la colectividad, que utilice fondos del presupuesto de una Universidad ecuatoriana debe culminar, obligatoriamente, en la producción de un libro académico, registrado en el IEPI y en el ISBN, sobre los resultados de la investigación, con la normativa del CEAACES. Su costo no debería exceder el 20% del presupuesto asignado;

6. Todos los años, se debe llamar, a concursos de Investigación para la premiación al mejor artículo científico, ensayo académico y libro, con el fin de incentivar su publicación con auspicio de la Universidad, a través de sus Institutos o Centros de Investigación; y,

7. Los concursos de investigación y certámenes sobre la tarea investigativa son de significativa importancia en las universidades, sin dejar a un lado, lo cultural y artístico, y la literatura, en todos los géneros.

Los espacios físicos de una universidad deben asignarse según los proyectos que tengan las unidades académicas. Los ambientes universitarios tienen que ver con los laboratorios, bibliotecas, talleres, aulas pedagógicas, institutos y centros de investigación científica.

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