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Un genio musical ecuatoriano: Paco Godoy

 

Por: José Manuel Castellano, PhD
Islas Canarias

Paco Godoy, músico, compositor, intérprete y director, nacía un 6 de noviembre de 1971 en la ciudad de Riobamba (Ecuador) en el seno de una dinastía musical con 150 años de historia, integrada por cinco generaciones que inicia su tatarabuelo, Bernardo Godoy Cardoso, compositor e intérprete de teclado, órgano, armonio y maestro de capilla de iglesias.

Idéntico camino profesional recorría su hijo Agustín Godoy Velarde -bisabuelo de Paco Godoy- compositor y organista de la iglesia Santa Rosa en la ciudad de Riobamba y autor, entre otras piezas, de un ritmo de tonada llamada “Simonita”, que ha sido grabado recientemente por el Dúo Aguayo Huayamabe.

La tercera generación viene de la mano de su abuelo, Ángel Serafín Pulgar, famoso músico, compositor y trompetista de carácter académico, que leía y escribía música de los grandes compositores universales y la trompeta fue su instrumento principal. Además llegó a desempeñar cargos destacados, como la dirección del Conservatorio de Música de la ciudad de Riobamba, la filarmónica de Guayaquil, profesor y catedrático del Conservatorio de la ciudad de Ambato La Merced y director de diversas bandas, como la Brigada las Galápagos, la Banda de la policía y la Banda del Municipio en la ciudad de Riobamba.

Gonzalo Godoy -padre de Paco Godoy- lidera la cuarta generación familiar. Su formación musical estuvo marcada por su abuelo, Agustín Godoy Velarde, de quien aprendió la liturgia, la música sacra en latín, los responsos y los salmos. Tras el fallecimiento de su padre ocupó el puesto de  organista de la iglesia de Santa Rosa en Riobamba. Una actividad que solo pudo desempeñar durante un breve periodo de tiempo -como nos comenta Paco Godoy- ya que “los curas le voltearon del trabajo a mi padre por unas canastas y unos regalos recibidos” que habían sido ofrecidos por otro candidato para obtener ese puesto.

Sin embargo, como señala la sabiduría popular, “no hay mal que por bien venga”. De modo que al verse desempleado tomó la decisión de trasladarse a Guayaquil, donde se le abría un panorama lleno de oportunidades durante cincuenta años de su vida. El padre de Paco Godoy, que pasaba entre Guayaquil y Riobamba, logró una prolífera carrera musical, grabó discos con artistas de primera fila, como Julio Jaramillo, Aguayo Huayamabe, Fresia Saavedra, Carlos Rubira Infante y un largo etcétera. Gonzalo Godoy, que en la actualidad cuenta con noventa años, también fue un consumado compositor de obras muy conocidas, como “Rumiñahui”, “La Romería”, “Rosita hermosa”, “Despedida”, entre otras muchas.

Fue en ese ambiente y en esa tradición familiar, donde la música era algo natural, donde nacía Paco Godoy, quinta generación de esta histórica dinastía musical ecuatoriana. Fue el noveno hijo, de diez hermanos, y el único que siguió los pasos de sus antecesores, aunque su hermano mayor, Mario Godoy, se había inclinado por la musicología: participó en la elaboración del Diccionario de la música iberoamericana con las biografías de compositores ecuatorianos; propuso en 1993, al entonces presidente de la República el arquitecto Sixto Durán Ballén, la designación del Primero de octubre, fecha de nacimiento de Julio Jaramillo, como el Día Nacional del Pasillo; y fue, además, el promotor de la creación del Museo del Pasillo.

Formación previa

Su iniciación musical fue la escuela familiar: su hermano Mario Godoy lo introdujo en los primeros rudimentos de la música, su padre pulió su formación y fue su abuelo que, tras oír tocar el piano al niño Paco Godoy, alentó a su padre que “este muchacho no puede quedarse en Riobamba, porque tiene toda la madera, todo el talento y tiene que ir a la capital, a Quito, para estudiar formalmente música”.

Primer concierto

A sus cinco años, en 1976, ofrecía su primer concierto de piano en el Auditorio del Consejo Provincial de la ciudad de Riobamba, evento organizado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana, presidida, en aquel entonces, por la licenciada Eulalia Alban de Cifuentes. Ese concierto fue el punto de partida de su carrera profesional. Según cuentan las crónicas se encontró con un teatro lleno y con un programa que en su primera parte intervenía el concertista quiteño de música clásica y latinoamericana, Homero Idrovo. Y una segunda parte a cargo del niño prodigio de Riobamba, Paquito Godoy, con un repertorio de música ecuatoriana, donde interpretó a los más grandes consagrados compositores ecuatorianos, como el pasillo “Adoración” de Enrique Ibañez Mora y “La vasija de barro” de Benítez y Valencia. Todavía hoy Paco Godoy conserva con inmenso cariño y gran celo el programa de mano de su primera actuación. A partir de ese momento comenzó a recibir frecuentes invitaciones para participar en recitales musicales dentro de los actos conmemorativos de las distintas instituciones, como la Universidad Politécnica, la Universidad del Chimborazo y diversas Unidades Educativas.

Formación académica en Quito

Después de su formación musical familiar comenzaba su etapa propiamente académica. A sus diez años se trasladaba a Quito (1981) a estudiar cuarto grado en la Escuela San Andrés de los padres franciscanos, ubicada en el Centro Histórico, actividad que combinaba como organista de la iglesia de la Compañía de Jesús durante sábados y domingos. Entre semana tenía un doble horario, en las mañanas, asistía como todos los niños a la escuela y, por la tarde, recibía clases en el Centro de Difusión Musical, una escuela de música regentada por la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador. Su primer año de estudios musicales fue con el instrumento de violín y las materias de solfeo, armonía, historia de la música y sus maestros fueron Óscar Vargas Romero, guatemalteco, y también el profesor Hugo Pazmiño, entre otros.

Al año siguiente ingresaba en el Instituto de Música Sacra Jaime Mola, donde permaneció por un año y optó por el piano, siendo su maestra Sandra Marín. Fue en esos momentos cuando tuvo una invitación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana a participar en un concurso. Recuerda todavía con claridad cómo vivió esa experiencia. Participaron diez pianistas de diferentes ciudades del Ecuador, niños y jóvenes. En el sorteo le correspondió el número 10, es decir, el último en actuar. Y recuerda que “pasaba un niño daba su nombre y decía voy a tocar una sonatina de Scarlatti; pasaba otro, daba su nombre y decía voy a tocar una invención de Bach; pasaba otro y decía que iba a tocar una sonata de Mozart; pasaba a otro niño daba su nombre y decía bueno voy a tocar un vals de Chopin”. Y cuando le correspondía su turno, dijo su nombre y anunció que iba a tocar un danzante de su propia autoría, “Los Pastores”, que provocó un gran impacto en el Jurado, donde se encontraba el rector del Conservatorio Nacional de Música, el maestro Gerardo Guevara.

Resultó ganador de este certamen de piano y el Director del Conservatorio se acercó a Paco Godoy para preguntarle dónde estudiaba y cuando le contó su realidad, que quería estudiar en el conservatorio, que no sabía cómo, porque era muy difícil. El mismo rector le llevó al Conservatorio y lo puso en manos de la maestra Bertha Brito, catedrática pianista que había estudiado en la Sorbona de París y tenía alumnos solamente selectos, además, de ser sobrina del famosísimo compositor Carlos Brito Benavides, autor del pasillo “Sombras”, “Cuando tú te hayas ido me volverán las sombras”, con versos de la mexicana poetisa Rosario Sansores.

Gerardo Guevara le concedió el honor de llevarlo ante la maestra: “le traigo a este niño para que usted le dé clase” y la maestra contestó “bueno quiero escucharle tocar”. Y nuevamente la historia se repetía, pues el joven Paquito Godoy interpretó un divertimento para piano, que llevaba como título “Jugando con el piano”, una pieza suya escrita para violín, violoncelo y piano, con la que había ganado un concurso organizado por la Casa de la Cultura. Ese fue su primer paso para ingresar en el Conservatorio durante cinco años, hasta 1898, donde también pudo estudiar solfeo con el maestro José Salgado; armonía con el maestro Gerardo Guevara; e historia de la música con la maestra Martha López.

Un compositor prematuro

Paco Godoy se considera un compositor de oficio, “es un don y nací con el don, yo compongo desde que tenía cinco años”. Su primera creación musical fue “Daquilema”. Después descubrió qué la mejor herencia que podía dejar en este mundo son sus obras musicales. En la actualidad, ha compuesto una ingente cantidad de música. Tiene obras para piano solo, piano y tenor, piano y violín, piano y flautas, suites, música sinfónica, poemas, divertimentos, música popular, música académica, música romántica, música tropical, música bailable y en todos los géneros musicales del Ecuador. Además de música para bandas de pueblo en diferentes ritmos, pasacalles, San Juanito, Bomba y música para bandas.

Sus géneros preferidos

La música es infinita para Paco Godoy. No se pone límites, música ecuatoriana, latinoamericana, universal, música académica, además, tiene el concepto que la música es una sola y está en desacuerdo con la división entre música académica y música popular. La música, según Paco Godoy, es un abanico, es un jardín, variedad y diversidad, donde todo ese conjunto es música y todo ese conjunto es arte.

Sus instrumentos predilectos

El piano es su instrumento de formación y lo ejecuta de forma profesional, junto a los instrumentos de teclado, órgano, acordeón, sintetizador, armonio, aunque tiene conocimientos en guitarra, requinto, bajo, batería no se atreve a salir en público con un instrumento que no sea el teclado.

Su faceta como director

Ha tenido la oportunidad de recibir invitaciones para dirigir sus propios arreglos, sus propias composiciones a orquestas sinfónicas, filarmónicas, bandas, coros y dirigir sus propios grupos. Paco Godoy nunca se ha puesto barreras, a veces ha actuado con grupos medianos de cámara, pequeños o grandes y en 2013 fue el artífice de la Filarmónica Mozart, integrada por veintidós músicos de cuerdas (primeros violines, segundos violines, violas, violonchelos, contrabajos, piano, percusión y guitarra).

Giras internacionales

Su actividad profesional no solo ha quedado reducida al territorio ecuatoriano sino que también ha tenido una intensa presencia internacional, en la que siempre ha sabido enfatizar con la música ecuatoriana, a pesar de tener una amplia formación clásica (Bach, Mozart, Beethoven, Chopin, etc.). Su esencia se basa en recurrir a las raíces y, en ese sentido, se declara nacionalista, porque considera que ese ha sido el éxito de todos los grandes compositores, que han aportado a su folklore, a su país, pero al mismo tiempo convencido de una visión y formación universal. Ha tenido la oportunidad de realizar giras por diversos países. Ha tocado en la tierra de Federico Chopin, Polonia, cuna de grandes pianistas, Vladimir Horoowitz y Arthur Rubinstein, donde tuvo una gran acogida. De igual manera ha tocado para públicos latinoamericanos (México, Brasil, Colombia, Perú, Argentina, Chile…), europeos (España, Francia, Italia…), asiáticos (Singapur), en EE.UU. (New York, Miami, New Jersey, los Ángeles,  las Vegas, Hollywood) y en Canadá.

Escenarios pendientes

Hay algunos grandes escenarios que le falta todavía a Paco Godoy por pisar pero tendrá, sin duda, su oportunidad. Uno de ellos es el Olympia de París, aunque no sea de forma presencial el maestro Godoy sueña con que sus obras se puedan interpretar, como fue el caso de Sharon Levin, flautista de origen judío, que en 1997 interpretó una de sus obras, “Evocando tu nombre”, en el Carnegie Hall de New York. Conserva el programa de mano con una emoción tan grande, porque ella alternó su música con obras de compositores universales. Pero esa no fue la única vez, porque en 2006 el cuarteto americano “Ariston” interpretó una de sus obras sinfónicas en el teatro Rich Forum en Stanford (EE.UU.), dentro de un programa con piezas de Schumann y Haydn para finalizar con el estreno mundial de “Galápagos”. Asimismo otro gran orgullo para Paco Godoy es saber que sus composiciones han formado parte del pénsum académico en el Conservatorio de Viena, una tierra de músicos por excelencia.

Sus referentes: músicos y compositores ecuatorianos

Siente predilección por la obra musical del maestro cuencano Francisco Paredes Herrera, que de sus mil obras, 700 son pasillos de los más emblemáticos del Ecuador, “Como tú y yo”, “Manabí”, “Rosarios de besos”, “El alma en los labios”. También tiene admiración por el maestro y compositor Carlos Amable Ortiz, quien dejó obras como “Reír llorando”, “No te olvidaré”, “A unos ojos”; al gran lojano Segundo Cueva Celi, autor de miles de obras en todos los géneros; al gran Carlos Brito Benavides, que ha sido su referente e inspiración, que compuso, entre otras, “Sombras”, “Rosas” y “Ojos tentadores”; y a los grandes compositores Enrique Ibáñez Mora, Cristóbal Ojeda Dávila y José Ignacio Canelos.

Su visión sobre el panorama musical actual en Ecuador

Según Paco Godoy, Ecuador cuenta con muchísimo talento y el mayor se encuentra en las ciudades pequeñas, a veces en los pueblitos. Músicos con una capacidad enorme y unas voces increíbles, por eso intenta apoyarlos. Pero por otro lado, no le agrada la parte comercial y la imposición de patrones y corrientes musicales no sólo en Ecuador sino en el escenario mundial. El arte, a su juicio, no está libre, ni se ha escapado de esa realidad.

Jóvenes promesas musicales en Ecuador

Considera que hay mucha gente que se dedica a la música, muy bien formada, que ha subido el nivel. Hay un buen futuro por delante.

Sus experiencias en el ámbito formativo musical

Paco Godoy se define como un músico independiente que no ha trabajado formalmente en instituciones académicas pero ha tenido algunas pequeñas experiencias formativas con jóvenes. Una de ella fue a sus 16 años de edad al impartir clases en el colegio Sagrados Corazones del Centro de Quito y una segunda fue hace unos diez años, con la creación y dirección de un coro con niños enfermos de cáncer del hospital Baca Ortiz, “Voces por la vida y la esperanza”. Una experiencia que califica de “muy linda” y que terminó en un gran concierto realizado por los niños. Además significó para Paco Godoy abrir una nueva fase con la composición de sus primeros temas infantiles y que en estos últimos meses ha tenido la enorme satisfacción de materializar, a través de la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina, su primer libro de música infantil, que recoge partituras, letras y audiovisuales de canciones para niños y niñas.

Siboney Godoy: sexta generación y sucesora dinástica

Su hija Siboney Alfonsina Godoy Torres es violinista, sigue sus pasos en el mundo de la composición y también se siente una representante de ritmos latinos. Su nombre Siboney es un guiño al cubano de origen canario, el maestro Ernesto Lecuona, considerado como la mejor mano izquierda al piano de la historia, representa la sexta generación de la dinastía musical Godoy. Siboney cuenta con un tecnológico en música y comienza sus Estudios Superiores de música en la Universidad de Berklee. Desde la mirada profesional de Paco Godoy, su hija tiene un potencial muy versátil como violinista, como compositora, como armonista y como ser humano.

Sus proyectos a corto plazo

Paco Godoy está componiendo una obra que quiere grabar en un videoclip con sus compañeros músicos para dedicárselo al público y, cuando acabe esta pandemia, pretende seguir con sus giras musicales por diversas ciudades, no solo del Ecuador sino también del extranjero. Por ahora intenta obtener el mayor provecho a través de internet, de las redes sociales para difundir su música y llevar a cabo la publicación de sus obras completas, en las que se han editado ya dos libros y dentro de poco saldrá el tercer volumen. Otro proyecto en ciernes es la digitalización de sus partituras manuscritas, que abarca desde su etapa de niño, adolescencia hasta finales del siglo XX, en que empieza a utilizar la computadora.

Sus proyectos a futuro

La vida -nos dice- es corta para poder alcanzar todo lo que uno quisiera, peor si no hay sueños, no hay proyectos. Se empeña, no por vanidad personal, sino por su país y como ecuatoriano continuar creando obras musicales, a seguir haciendo óperas, sinfonías, obras de factura universal para las orquestas del mundo, para las orquestas sinfónicas, ponerlas en la voz de los mejores tenores, sopranos y para los grupos de cámaras del mundo. Ese es su anhelo al futuro.

 

Esta sociedad no la arregla ni Dios, ni descendiendo otra vez de su celestial cielo

Islas Canarias

El surrealismo ha muerto, viva el surrealismo. Esta sociedad no tiene remedio alguno pero, eso sí, cuenta con una nutrida representación de borregos descerebrados por miles de millones, que toman partido a ciegas por el poder para morir hambrientos, mientras sirven como miserables esclavos la suculenta mesa de sus propios verdugos. Con estos bueyes bípedos no se puede arar en igualdad, ni sembrar ecos de libertad, ni soñar siquiera con un mundo solidario.

De esas fecales aguas, estos hediondos lodos: un atlántico reconvertido en una descomunal necrópolis africana; unas islas, en un pasado Afortunadas, hoy reacondicionadas en presidio, que aniquilan cualquier esperanza de humanidad; una piel de toro donde se envía por correo ordinario cuatro balas asesinas; un Rey que tima a sus súbitos; un Presidente que lidera grupos terroristas y bombardea la Libertad de prensa; una Europa xenófoba y neofascista; un Ecuador de femicidios y violencia sexual a menores dentro de su entorno familiar y en los ambientes educativos; un premio nobel que alienta la corrupción y la discriminación social; una plaga de mesiánicos salvapatrias parlanchines; unos desalmados que levantan muros segregadores; unas potencias que asesinan vilmente a inocentes; unos organismos internacionales que acentúan las diferencias y los desequilibrios; una economía global depredadora de los recursos naturales; unas industrias farmacéuticas y armamentísticas que superan el nivel fratricida de los narcoestados; corrupción, más corrupción y corrupción.

Un pronunciamiento reciente, avalado por expertos en el buen arte de la manipulación y por pragmáticos doctores en actos delictivos, dogmatiza que “el fútbol pertenece a los aficionados” y las anémonas se lo creen a pie juntilla, hasta el punto de manifestarse en empozados charcos en contra de uno de esos clanes bicéfalos, poseedores de dotes mágicos, propios de trileros callejeros, que se disputan la hegemonía del negocio futbolístico europeo y mundial.

La verdad que la Champions o la Superliga me interesa lo mismo que a la inmensa mayoría de la ciudadanía la calidad de su voto. No obstante, sin que sirva de precedente, me detengo en este tema porque no lo considero un asunto menor sino un reflejo evidente en esta encrucijada que nos ha tocado vivir de cambio de época o época de cambio, que viene promovida directamente desde las propias estructuras dominantes. Un pulso entre grupos que ya comparten y se reparten el poder económico, pero que ahora lo quieren detentar en exclusividad. Un juego en el que emplean a sus títeres políticos, a sus juguetes institucionales y a sus lacayos medios de comunicación que están experimentando, bajo férreos controles el escenario social, económico e ideológico, ese futuro cercano, que ya se hace sentir a través de excusas pandémicas, de un nuevo amanecer en tinieblas con dioses monstruosos e irracionales sin disfraces, junto a esos infelices y pobrecillos diablillos terrenales. Un nuevo cuento para un nuevo tiempo pero con el mismo argumento de siempre.

La ideología ha muerto, viva el control, la seguridad, el orden, la explotación y la sumisión social universal. Esos serán los nuevos códigos y el nuevo estandarte que ondeará en los contaminados vientos de nuestro futuro cercano, que nos esperan a la vuelta de la próxima esquina. Es muy probable que me tenga que dedicar a la ingesta alcohólica o atiborrarme a cualquier tipo de sustancia alucinógena, con la finalidad de intentar entender o mirar desde un prisma chamuscado a esta naciente sociedad robotizada, sin criterio, sin capacidad de resistencia y sin intelecto, que entre todos hemos alimentado por cobardía colectiva y por miedo individual a defender principios y libertades esenciales. Mientras tanto disfrutemos del poco tiempo que nos resta, porque para sufrir tendremos de sobra. Amén.

Revista Chakiñan de la Universidad de Chimborazo fue presentada

Estimado Sr. Rector, autoridades académicas, colegas, amigas y amigos, muy buenos días y feliz día del Maestro con antelación. En primer lugar quisiera mostrar mi gratitud por la gentil invitación a participar en este encuentro, con la misión de ofrecer unas pinceladas sobre las distintas aportaciones que se recogen en este número 13 de la Revista de Ciencias Sociales y Humanidades CHAKIÑAN de la Universidad del Chimborazo.

Hay que decir que ya han transcurrido 6 años desde su nacimiento y ha conseguido consolidarse tanto en el ámbito nacional como internacional. Y buen ejemplo de lo señalado, se refleja con claridad en este número, que cuenta con autores de distintas nacionalidades (Chile, México, Perú, Brasil, Marruecos) y también ecuatorianos, cuyas filiaciones se adscriben a las universidades de Cuenca, San Francisco de Quito, Otavalo, Loja y Chimborazo.

Junto a ello, este nuevo volumen presenta un equilibrado aporte interdisciplinar, temáticas relacionadas con la Educación, el turismo cultural, los medios de comunicación, política agraria, desarrollo sostenible, arqueología, historia, saberes ancestrales e interculturalidad, además, de tener cabida un artículo en lengua originaria, kichwa, un aspecto que debemos resaltar sobremanera.

A continuación entramos a esbozar unos rasgos generales sobre los distintos estudios que conforman este último número de la Revista Chakiñan, con la intención de invitarles y motivarles a su lectura.

El trabajo de Toledo y Díaz plantea una estrategia pedagógica con el empleo e introducción de determinadas herramientas tecnológicas, con la finalidad de generar o estimular un mayor nivel de participación del alumnado en clases, al tiempo, que busca detectar la percepción sobre sus intervenciones en el aula, a través de tres instrumentos (diario del profesor, el mapa del aula y la escala de percepción de los estudiantes) y que es analizado desde una concepción metodológica mixta (cualitativa y cuantitativa).

El artículo de Merchant se centra, en cambio, en intentar identificar la práctica profesional de periodistas en la Baja California, mediante la técnica de entrevistas en profundidad a los profesionales de los medios de comunicación escritos y a través del análisis pile sorting.

Por su parte Vidal y Rivera intentan abordar la posible relación existente entre la metacognición y sus dimensiones (esto es, planificación, autorregulación y evaluación y el logro de competencias) en estudiantes de arquitectura de un centro universitario privado de Lima (Perú), bajo una metodología cuantitativa aplicada en dos momentos concretos: al inicio del ciclo académico y a su finalización.

La aportación colectiva de Avecillas, Crespo, Torres y Barzallo focaliza su estudio en las características sociodemográficas, evolución de la visita y preferencias temáticas del turista cultural extranjero que visita los museos en la ciudad de Cuenca (Ecuador), bajo un paradigma mixto, con la pretensión de mejorar la museografía, guianza y atención en general de los agentes involucrados con las instituciones museística y el turismo cultural.

Mientras que Ayala nos plantea una evaluación de políticas públicas, como es el programa gubernamental de paquetes agrícolas para el apoyo a la producción de maíz en Ciudad Arce (El Salvador) durante el período 2013-2016, por medio de un trabajo de campo amplio, a través de entrevistas a los productores de maíz en la zona.

La contribución de Aucancela y Medardo se encarga de estudiar la gestión turística como herramienta para el desarrollo de la microcuenca del río Chimborazo, ubicada en las parroquias rurales de San Juan y Santiago de Calpi, desde dos perspectivas: el grado de importancia y la realidad actual bajo un análisis mixto, con la intención de proporcionar información que facilite la toma de decisiones en el futuro.

Desde otro ángulo, la investigación de Roberto y María Villamarín junto a Urquizo y Ninabanda  tiene como objeto central describir los elementos geométricos identificados en el complejo arqueológico de Ingapirca, provincia de El Cañar, desde el punto de vista militar, político, religioso, estratégico y astronómico.

Villalva e Inga realizan una revisión bibliográfica sobre los saberes ancestrales gastronómicos y el turismo cultural en la ciudad de Riobamba.

Marchoud realiza un estudio crítico sobre las investigaciones referentes a los moriscos y su legado: de la escuela fundadora a la corriente nacionalista, con elobjetivo de ofrecer un marco cronológico y las tendencias intelectuales españolas que marcaron los estudios moriscos y sus enfoques críticos.

Y por último, Hernández propone una discusión entre el quehacer en la Educación Superior y la gestión del conocimiento en  territorios de diversidad cultural con el propósito de dinamizar un desarrollo local y regional, desde una revisión documental en el cantón Otavalo (provincia de Imbabura), bajo una categorización teórica intercultural.

Como hemos visto, se presenta una diversidad de asuntos temáticos y geográficos que responde a los objetivos marcados por esta Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, como espacio de análisis, reflexión y debate con un alcance nacional e internacional.

Sin duda un trabajo duro y silencioso, que solo es conocido por quienes están dentro del proceso de gestión en sus distintos ámbitos, y que es necesario e imprescindible reconocer públicamente. Por todo ello, valoramos la intensa y destacada labor de su Editor-Jefe, el Dr. Adalberto Fernández Sotelo, a quien felicitamos muy efusivamente, además, de hacer extensivo nuestro reconocimiento tanto a los miembros que integran el Consejo Editorial, como a su equipo de apoyo y a su amplio Comité Científico. Sin duda, un ejemplar y modélico trabajo colaborativo. FELICITACIONES a todos.

Cuenca (Ecuador)

 

Acto-Homenaje a la MUJER

 

Distintas posiciones, distintas visiones, distintas opiniones han surgido con respecto a este 8M. ¡Viva la diversidad y el respeto a las opiniones de todas y todos! Nosotros también tenemos voz, opinión propia y compromiso social.

La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina ha brindado este 8-M, desde la voz, la palabra y la poesía de Jorge Dávila, Luis Auquilla, Iván Petroff, Ramiro Caiza, Shirley Ruíz, Juan Fernando Auquilla y Juan Carlos Astudillo, un sublime Acto-Homenaje de reconocimiento al papel desempeñado por la MUJER a lo largo de la Historia, en su noble y justa lucha por la igualdad y derechos, que, lamentablemente, todavía hoy, en pleno siglo XXI, no se ha logrado, a pesar del papel mojado de las distintas normativas gubernamentales.

Este acto no es un mero gesto o pose coyuntural sino un decidido compromiso por nuestra parte hacia la transformación radical en igualdad, no sólo desde la perspectiva de género sino en todos los aspectos socioeconómicos, culturales e ideológicos.

Les compartimos, a continuación, una hermosa pieza de una joven poeta costarricense que tiene unas majestuosas alas literarias, Shirley Ruíz, que en breve la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina tendrá el inmenso orgullo y honor de editar su primera obra, que esperamos como agua de mayo para compartir con toda la ciudadanía mundial.

Asimismo ponemos a disposición el vídeo íntegro de esa sesión. Disfrútelo.

 

CES-AL, mucho más que una editorial

Por: José Manuel Castellano

Con dedicación especial y agradecimiento a todos aquellos, que de distintas partes del mundo, nos han trasmitido sus sinceras felicitaciones.

 

La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL), nacida a finales de noviembre 2018, en la Sierra Andina del Austro-ecuatoriano y consolidada como la primera editorial digital de acceso abierto en el país y en la Región, acaba de recibir una excelente noticia, que no pretendía, ni siquiera perseguía, pero que habla por sí misma de la intensa labor que hemos desarrollado en tan corto tiempo.

CES-AL durante su primer año de vida logró alcanzar una meritoria posición, el puesto 77 dentro del ranking de las 279 editoriales ecuatorianas, donde están incluidas las editoriales universitarias. Mientras que en su segundo año de existencia, correspondiente al ejercicio 2020, según el informe estadístico anual elaborado por la Cámara Ecuatoriana del Libro, nos hemos ubicado en la posición 16.

Un salto realmente impresionante y un dato que habla por sí solo del éxito en su desempeño que, sin duda, sería mucho mayor si se pusiera sobre la mesa una serie de criterios comparativos, como es el caso que la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina no cuenta con ningún tipo de recurso económico (ni lo busca, ni lo precisa), como tampoco dispone de un personal asalariado sino de un equipo colectivo, conformado por profesionales y jóvenes, guiados firmemente por su compromiso. Ese es nuestro único, gran, rico y único patrimonio, y no entramos en ningún tipo de mercadeo comercial: no compramos, ni vendemos nada. Nuestra principal esencia se asienta en COMPARTIR y DEMOCRATIZAR el conocimiento.

Desde otra perspectiva tampoco valoramos nuestros principios, idearios y resultados en función o a través de ese indicador cuantitativo sino que perseguimos un sello de calidad, que se traduce en nuestro catálogo con un elenco de autores de nivel y prestigio, repartidos por una diversidad de países de América Latina y de Europa, y que intentamos combinar con otro pilar clave y estratégico, como es la firme y decidida apuesta por la juventud. CES-AL es un espacio abierto a la participación de los jóvenes con la idea de contribuir en su crecimiento intelectual en sus distintas facetas: estimular su incursión en los ámbitos de la investigación social, en la creación literaria y potenciar su desempeño en la organización y en la ejecución de acciones culturales con un fuerte componente social, que oferta la Editorial y que la convierte en una efectiva escuela de formación viva, activa y eminentemente práctica. Además de ser un instrumento que intenta estar cerca y al lado de la comunidad para construir presente y futuro.

Sin duda, no somos nadie, ni nos creemos nada. Somos simplemente un colectivo INDEPENDIENTE, que no otorga, ni busca favores, pues nuestra concepción, nuestro caminar y nuestro objetivo no se enmarcan dentro de los criterios y valores predominantes en este sistema actual.

No nos cabe duda alguna, sin ningún ánimo de arrogancia, que estamos imprimiendo una humilde y modesta huella en Ecuador y en América Latina, aunque también somos muy conscientes que todavía son muchos los aspectos en los que debemos mejorar de forma sustancial, pero lo que no se puede negar, en cualquier caso, es la ardua labor desplegada, caracterizada por un inmenso entusiasmo, ilusión, compromiso y responsabilidad, sin tirar con pólvora del Rey.

Y todo ello, hay que decirlo bien alto, a pesar de la enorme vergüenza ajena que sentimos, al navegar contracorriente, acompañado de un silencio y ostracismo al que nos han condenado los medios de comunicación, tanto en la propia ciudad de Cuenca como en el Ecuador. Un tratamiento que respetamos y que no compartimos en absoluto, porque revela con total claridad, entre otras cuestiones, la ridícula atención, la ramplona preocupación y el irrisorio valor que los “comunicadores” conceden al mundo de la cultura y que supone un insultante desprecio explícito hacia la ciudadanía; aunque afortunadamente siempre existen algunas honorables excepciones que vienen a confirmar esa regla, como es el caso de EcuadorUniversitario, entre otros pocos.

A pesar de esos inconvenientes, que no interfieren en lo más mínimo en nuestra acción, aunque en bien de la transformación social denunciamos abiertamente, con la necesidad imprescindible de arrancar, de una vez por siempre, las caretas de esos retrógrados, defensores a ultranza del inamovible status quo, elitistas y endogámicos, que siembran oscurantismo y pretenden cerrar los ojos y adormecer a la ciudadanía (cuanto más tontos, mejor). Mientras tanto, nosotros seguiremos por nuestro sendero, luchando contra esos elementos, convencidos plenamente de nuestro trabajo por la cultura ecuatoriana, latinoamericana, mundial y construyendo puentes, bajo los principios alternativos propuestos de una cultura plenamente liberadora.

Copia, coima y otras corruptelillas académicas

Libre son quienes crean, no quienes copian, y libre son quienes piensan, no quienes obedecen. Enseñar es enseñar a dudar”. Eduardo Galeano

Por: José Manuel Castellano

Evidentemente un país que mire al futuro desde un prisma de desarrollo social no puede construirse a través del engaño, la trampa y la estafa. Es muy frecuente, excesivamente común, las quejas airadas de la ciudadanía contra los actos corruptos de los representantes públicos. Sin embargo, la pervivencia de corruptelas en el ámbito social es un comportamiento cotidiano, muy habitual, y que decir del mundo educativo, donde las malas artes se inculcan a los jóvenes estudiantes desde muy temprana edad, por medio de la adquisición de hábitos irregulares que son reflejos de una situación social compleja y profunda.

La copia y la coima eran dos prácticas muy presentes en la sociedad educativa ecuatoriana, al menos, en las últimas décadas del siglo XX y primeras del siglo XXI. El Centro de Estudios Ecomundo de Guayaquil consiente de esa realidad promovía en 2002 un concurso denominado “Copia y Coima”, dirigido a los estudiantes de las distintas unidades educativas, con la finalidad de desterrar esos actos ilícitos y sensibilizar en principios y valores a la juventud. En ese sentido no podemos dejar de referenciar las contundentes sentencias de algunos de los estudiantes participantes en esa actividad, como fue el caso de Angélica Calderón Cedeño, quien señalaba que “La copia y la coima son parte de la corrupción y se deben terminar porque destruyen a la sociedad”; o como muy bien resaltaba Liliana Andrade Ochoa sobre “las ventajas que obtendría Ecuador si no se cometieran actos de corrupción en los distintos niveles”; o como acertadamente apuntaba Karina Bustamante al decir que “la copia en los colegios y universidades da como resultado, profesionales mediocres que ponen en riesgo el futuro del país”.

Una realidad que tenía su origen, entre otras causas, en la configuración de los distintos aspectos socioeconómicos, como el deteriorado prestigio social del docente, reflejado en su precariedad laboral y en una modalidad de contratación a través de factura, con una retribución indigna, además, de percibir su salario con varios meses de retraso, que obligaba, en muchas ocasiones en el caso de los docentes universitarios, a ejercer un forzoso pluriempleo, mediante la creación de pequeños negocios (cafeterías, bares, tiendas…), que garantizara el sustento de su familia, junto a otros ingresos extras obtenidos por la transacción de aprobar a sus estudiantes o bien por la venta comercial de las tesis de licenciatura. Un negocio altamente lucrativo.

Esa actividad también tenía su réplica en las etapas preuniversitaria, bajo la mano, entre otros socios, de los recién nacidos, en aquellos momentos, los “cyber”, que proporcionaban a los estudiantes las tareas encargadas por sus maestros. Todo un ritual iniciático de normalización, que venía a justificar, aceptar y consolidar socialmente esas y otras irregularidades.

Durante una estancia en una universidad, cuyo nombre no quiero acordarme, tuve la oportunidad de detectar cuatro opciones mercantilistas fraudulentas, con respecto a la venta de los trabajos de licenciatura: a) una tesis por el precio de 900 dólares; b) una tesis acompañada del texto de defensa por una cantidad de 1.500$; c) la tesis, el texto de presentación más las preguntas del Tribunal por unos 2.000$; y d) un producto exclusivo destinado a los grupos con mayor poder adquisitivo, que no requerían de presentación de tesis alguna sino depositar simplemente en el departamento correspondiente una cantidad de 3.000$ y quedaba registrada su titulación de forma inmediata. Otro aspecto, extremadamente curioso y altamente llamativo, resultó el descubrir cómo una misma tesis fue defendida 18 veces en distintos periodos académicos por diferentes candidatos, aunque lo más frecuente era modificar el título original por otro muy similar, conservando la integridad del texto primario.

Los tiempos cambian, no para seguir igual sino a peor, ya que el nuevo contexto emprendedor hacía surgir en todo el país, desde Quito a Cuenca pasando por La Costa, una multitud de consultorías que ofrecían y ofrecen sus servicios de asesoría académica, tesis de licenciatura, de maestría, además, de monografías, proyectos y tareas… con total garantía, como reza el siguiente anuncio: “Hacemos Tesis en todas las áreas, más de 17 años de experiencia respaldan todos nuestros proyectos”. Prueba evidente de lo expuesto, se puede constatar directamente en esa campaña publicitaria, a la luz del día, con una prolífera cartelería, pegada a los postes eléctricos cercanos a los centros universitarios de todo el país, junto a una intensa promoción a través de las redes sociales.

Desde luego una práctica muy activa, lucrativa y en fase expansiva en los momentos actuales, donde esas “agencias” requieren de personal para la elaboración de los nuevos encargos porque no dan abasto, al tiempo, que ese incremento en la demanda ha dado lugar a la iniciativa de los más avezados y recién graduados, que se han establecido por cuenta propia, al ver en esa actividad un medio para sobrevivir de forma holgada ante tanta adversidad profesional y que pone en tela de juicio a muchos académicos.

A este rápido bosquejo se debe incorporar otras sustanciales e increíbles argucias, como la venta de preguntas de los exámenes de acceso a la Educación Superior o de las pruebas de admisión en los propios centros universitarios, por no entrar en otros temas peliagudos propios de escalafones superiores: el plagio, las autorías postizas, los circuitos transnacionales y mapeos de centros universitarios en la Región, donde se puede obtener, con grandes facilidades y comodidades, “cartones” de PhD a través del vulgar mercadeo…

En definitiva, vivimos en un ambiente contaminado por una corrupción normalizada, que conforma una sociedad donde el esfuerzo, el trabajo y el sacrificio son valores que no forman parte del pensar y del actuar del ciudadano y donde la trampa y el engaño son los atajos para alcanzar los fines, sea como sea, cueste lo que cueste y donde todo vale. Matrix se queda corto ante este cuadro hiperrealista, tan visible y tan tangible. Y mientras tanto, no cesan esas elocuentes declaraciones institucionales en las que se resaltan la excelencia, la calidad, la innovación y que colateralmente contribuye a invisibilizar esas conductas corruptas por su impasible inacción. Pues, no hacer, es dejar hacer.

“Hoy en día, universidad que no investiga, no es universidad” Dr. Enrique Pozo

Por: José Manuel Castellano

Esta entrevista en profundidad, al rector de la Universidad Católica de Cuenca, aborda tres grandes ejes temáticos: su mirada ante la situación geopolítica actual; su concepción sobre el desempeño universitario ecuatoriano; y una valoración sobre su primer periodo de gestión al frente del rectorado, las adaptaciones implementadas durante la emergencia sanitaria y las perspectivas y estrategias de futuro con respecto a la nueva etapa que acaba de iniciar tras ser designado nuevamente máxima autoridad de este centro universitario, que el pasado mes de septiembre conmemoraba sus 50 años de existencia.

Enrique Pozo Cabrera, actual rector de la Universidad Católica de Cuenca (Ecuador), es Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Doctor en Jurisprudencia y Abogado de los Tribunales de Justicia, Especialista en Derecho Administrativo, Diplomado Superior en Derecho Constitucional y Derechos Fundamentales, Especialista en Docencia Universitaria, Magister en Derecho Constitucional, Especialista en Derecho Administrativo, Magister en Derecho Constitucional, Doctor en Derecho por la Universidad de León (España), Catedrático Universitario en la Universidad Católica de Cuenca, Catedrático de Postgrado Especialidad en Docencia Universitaria, exDecano de la Unidad Académica de Jurisprudencia, Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Católica de Cuenca-Azogues.

Rector Universidad Católica de Cuenca, Dr. Enrique Pozo (PhD).

¿Nos gustaría conocer su visión de la situación geopolítica internacional sobre ese pulso entre EE.UU., China y Rusia junto al surgimiento de conflictos sociales en el mundo occidental?

Recordemos que el mundo de las relaciones internacionales estuvo dividido ideológicamente tras la cortina de hierro. Luego, tras la caída del Muro de Berlín, la Perestroika y Glasnost, ese muro ideológico que dividía al mundo fue aniquilado. En cambio, hoy vivimos presiones, que si bien es verdad tienen algún tinte de carácter ideológico, pero no es exactamente lo mismo. Un mundo bipolar, que está dirigido por los EE.UU., por un lado, y China, por otro, y en el que desea ingresar Rusia con su nuevo liderazgo, con un estilo de gobierno completamente distinto y que influye en Europa y en América Latina. En este nuevo escenario se combina la lucha por derechos sociales, que han ido ganando para bien, como los grupos LGTBI, matrimonio igualitario y el discurso que nace del feminismo. Esto hace que nos encontremos hoy nuevamente en una contraposición pero creo, que ya no es una contraposición ideológica, es una contraposición de prevalencia de derechos sociales, culturales y económicos. Y de otro lado, desde los derechos de la libertad. Ahí se encuentra esa bipolaridad, ese desencuentro, que poco a poco va a ir ganando un espacio en el diálogo, en el debate, y para ello es indispensable que los gobiernos manifiesten acciones que permitan definir con claridad hacia dónde va el resurgimiento, la conquista y la mejora de los derechos de carácter fundamentales. Hoy existen Estados denominados democráticos constitucionales, pero si es que esos Estados no se vinculan a los Derechos Humanos, no procuran su desarrollo y su avance, son Estados, que por más que se tilden de democráticos y constitucionales, no lo son sin precautelar los Derechos Humanos y fundamentalmente los derechos económicos sociales y culturales.

Descendiendo al ámbito latinoamericano, después de una etapa de crecimiento económico nos encontramos ahora con una fase de estancamiento y probablemente con una previsión futura complicada en todos los aspectos ¿Qué papel está jugando América Latina en el escenario internacional?

Creo que hay un desenfoque lamentablemente de los gobiernos. Los gobiernos deben entender que cuando se apuesta y se invierte en educación, y esto está demostrado en el mundo, son gobiernos que prosperan y que se desarrollan. Si es que los gobiernos pretenden vivir  e inclusive generar dádivas, a través de lo que la naturaleza nos brinda, de la explotación petrolera y, a través de esos recursos, generar obra pública o ser generosos con los distintos grupos sociales, eso a la postre se acaba y nuevamente se cae en la pobreza, en la desazón, en la desesperanza de un pueblo. Pero cuando se invierte en el talento humano, en la persona, en su desarrollo, los pueblos surgen a través del esfuerzo, la capacidad de esas personas a las que se les ha formado. Creo que la dirección de los gobiernos en América Latina no está orientada hacia buscar la prosperidad de los Estados invirtiendo en educación, lo hacen a través de extraer de la empresa privada, a través de los impuestos, recursos para luego generar una distribución. Además estoy plenamente convencido que los Estados deben cambiar su manera de distribución de la riqueza, que lo han fundamentado en la eficacia y en la eficiencia que son temas eminentemente económicos pero no se asienta en la justicia de carácter distributiva, es decir, los Estados procuran entregar a las ciudades, a las provincias, para poner en el contexto del Ecuador y su división geopolítica interna, lo hacen en razón del número poblacional, la extensión territorial, de las necesidades insatisfechas, pero en ningún momento la transversalizan desde la justicia social, que es fundamentalmente en donde debe aterrizar toda preocupación de los gobiernos que pretendan desarrollar efectivamente los pueblos. Para que esto se dé es indispensable que los gobiernos analicen, visualicen que el orden de prelación debe estar en la distribución de la justicia social, que permite que los pueblos se desarrollen. Lo primero que debe hacerse en este caso es pensar en la educación, en la salud, en el transporte, en la vialidad de los pueblos. Eso genera desarrollo, eso genera igualdad. Si usted quiere un gobierno que pretenda distribuir los recursos, es un gobierno eminentemente recaudador, pero si usted desea que un gobierno desarrolle, procure bienestar, lejos de pensar en la recaudación, y brinde facilidades a todas y cada una de las personas que deseen invertir, que deseen arriesgar, que deseen poner todo su capital y esfuerzo para generar trabajo y desarrollo pero para ello es indispensable pasar por educar adecuadamente a la población. La inversión en educación es esencial para todo Estado que pretenda desarrollar su justicia social.

Me ha recordado una entrevista realizada hace algún tiempo al canciller Ángela Merkel, donde le preguntaban porque había invertido tanto en la educación durante su gobierno y ella contestaba “por qué nos sale más caro la ignorancia”.

Por supuesto. Hay un meme que trata de estimular a la educación y señala que es mucho más liviano cargar un lápiz que una pala o un azadón. Eso lo debe tener en cuenta los gobiernos, que lo que tenemos que poner en las manos de las personas es un lápiz, un libro, una formación adecuada, que de hecho hay que transformarla. Creo que la educación tiene que caminar hacia un efectivo constructivismo, basado en metodologías activas. El estudiante junto al docente tiene que involucrarse en los problemas que tienen la sociedad y plantear alternativas de solución. La escuela, el colegio y, fundamentalmente, la universidad deben ser generadora de nuevo conocimiento, de nueva ciencia y de alternativas de solución a los distintos problemas. Los Estados tiene que darse cuenta que deben descentralizarse, inclusive en la formación, tienen que permitirse que las escuelas, los colegios tengan autonomía y libertad de cátedra. El desarrollo de los pueblos tiene que basarse en el pensamiento humano y en su libertad.

Para cerrar este primer bloque, también me gustaría conocer su mirada general sobre la situación ecuatoriana y de forma específica sobre el proceso electoral en estos momentos y su perspectiva de futuro.

Creo que es indispensable que el Ecuador hoy reflexione sobre el sistema de gobierno que tenemos anclada a una constitución. La pandemia demostró que el centralismo no funciona, que el centralismo es ineficiente, que no puede dar respuestas a las distintas necesidades que tienen las colectividades, las provincias y las ciudades. Se hace primero indispensable una profunda descentralización con autonomías en el Ecuador. Dos, es necesario que el Ecuador se decante por unos partidos políticos que sintonicen con las necesidades de los pueblos, permitir que los movimientos políticos, que son buenos como mecanismos de presión y obviamente así inclusive lo denomina la ciencia política, puedan activarse para solucionar determinados problemas. El activismo es necesario para solucionar puntuales problemas pero cuando se les permite la participación política a todos, lejos de convertirse en una efectiva democracia lo que hace es pauperizar la democracia, liquidarla. Es lo que hoy estamos viviendo con 16 candidatos a la presidencia de la República. ¿Financiados por quién? Por el pueblo ecuatoriano. Todo el mundo cree que puede ser presidente de la República o quiere hacer constar en su currículum que fue candidato a la presidencia la república, cuando no alcanza el 1% de la votación. Eso tiene que acabar. La libertad y la igualdad tienen que partir de ciertos propósitos fundamentales, que permitan que los ciudadanos puedan escoger entre los mejores y no entre los menos malos. Eso desde el punto de vista de participación. Toda participación es buena y si se la debe fomentar pero dentro del marco efectivo de una democracia igualitaria, que permita la igualdad en libertad. Tercero, considero que el pueblo ecuatoriano necesita activar nuevamente la participación política, en vez en la desazón el desinterés, el “quemeimportismo”, al que le han conducido los políticos ecuatorianos. Realmente no tiene una medida de comparación dentro del contexto nacional. Estamos viviendo la peor época de participación de carácter político. Si usted pregunta a ciudadanos de mi edad hacia adelante y les pide comparar entre el Congreso de 1979 a 1984, le van a decir que allí estuvo la talla intelectual política más grande que tenía el Ecuador, debates ideológicos con profundidad, reflexiones sobre el bienestar del pueblo ecuatoriano, muy lejos de este debate a gritos, que nadie entiende, o este debate en el que quieren imponer la verdad a patadas, que nadie comprende, y que no existen leyes que hayan fomentado, que hayan permitido ni la igualdad entre los ecuatorianos, ni el desarrollo en libertad. Han sido intereses particulares, grupales, los que se han impuesto en el parlamento. Consecuentemente hoy el porcentaje de credibilidad que tiene es inaceptable. Debemos, por otro lado, comprender que aquello que ya lo vio Locke, Montesquieu, que lo vieron los fundadores de los EE.UU. y de su Constitución, la división de poderes o el balance de poderes, lo que pretendía y lo que pretende es que el ejecutivo sea exclusivamente administrador del Estado, que esté lejos de la participación de los otros poderes. En el Ecuador la conjunción de poderes, esa participación del presidencialismo fuerte sobre los otros poderes del Estado, nos ha llevado a una crisis. Es el momento de reflexionar profundamente en el Estado que creemos, en el sistema de gobierno que pretendemos y en la clase de legisladores que queremos en la legislatura. Creo que es indispensable bajar el número de legisladores y tener otra cámara. Una cámara que decante toda esa esa hojarasca política, que llega a través de propuestas de carácter legislativa, muchas veces demagógica y sin sentido, que no se conectan con la realidad del pueblo, para que personas serenas, maduras a través de la cámara del senado, como lo vivíamos desde de 1978 vuelva al Ecuador para que con serenidad, transparencia, honestidad y profundo compromiso con el pueblo ecuatoriano esto pueda cambiar.

El proceso electoral, que todavía estamos viviendo y a la espera de que finalice el recuento y conocer quién de esos dos candidatos en disputa, Lasso o Yaku, pase a la segunda vuelta ¿Que lectura tiene usted sobre esta situación y su proyección?

Se han definido muy claramente tres posiciones en el Ecuador. Una posición de la izquierda liderada por el presidente Correa, una posición que yo diría liberal democrática que se encuentra desde el Javier Hervás hasta Lasso y una posición, que desde mi punto de vista, es la que efectivamente ha triunfado hoy en las elecciones en el Ecuador, que es el movimiento indígena; que ideológicamente en su interior hay mucha división, no podría darle un calificativo efectivo de qué ideología es la que gobierna a este movimiento, se dicen de izquierdas pero hacen planteamientos que son completamente liberales, o se dicen liberales y hacen planteamientos completamente igualitaristas, es decir, ahí existe un sinnúmero de pensamientos ideológicos dentro del movimiento indígena, pero creo que es el gran triunfador de las elecciones, más allá de que no pase a la segunda vuelta electoral. Ellos son los que efectivamente ganaron, nunca han pasado de un 5, un 6 o un 7% en ninguna elección, que es el número poblacional de indígenas que existe en el Ecuador pero superan ampliamente eso desde punto de vista el liderazgo de Yaku Pérez ha sido el que la ha llevado ha conducido al movimiento indígena a convertirse hoy por hoy en la segunda fuerza política ecuatoriana. De hecho ellos son los que en este momento deberían convocar a la paz, a la tranquilidad, hacer que se olviden de ese movimiento de Octubre que fue un movimiento que aún se encuentra en la retina del pueblo ecuatoriano todo lo ocurrido. Hoy tiene que ser un movimiento que llame a la paz, a la cordura y que haga planteamientos que permitan un encuentro de paz entre los ecuatorianos. Creo que la gran responsabilidad, así como haber llegado electoralmente a convertirse en la segunda fuerza política en el Ecuador, hoy la gran responsabilidad de este movimiento es hacer que el Ecuador se convierta en un Estado de paz, de progreso, de bienestar y de acuerdo. Los acuerdos políticos no son malos cuando son transparentes, los acuerdos políticos en democracia son inclusive necesarios, indispensables, lo que no está bien es que se vuelva a través de la troncha, el famoso “Due e des”, te doy para que luego recibir algo, que se ha implantado en muchos Estados que son bicamerales o inclusive en los estados parlamentarios cuando se busca la troncha y el beneficio propio o de grupo y no el beneficio de la gran mayoría. Creo que es la hora de que Yaku Pérez y todo el movimiento Pachakutik levante la bandera de la sensatez y que sean los que impongan el nuevo ritmo del diálogo político en el Ecuador. Un diálogo abierto, franco, transparente y que se lleguen a acuerdos que vayan en beneficio del pueblo ecuatorial.

Jugando a pronosticar, evidentemente estamos todavía en una fase previa, no sabemos quién va a acompañar a Arauz en la segunda vuelta pero planteando dos posibles escenarios y con sus consecuencias sociales y políticas en el país podríamos tener dos opciones: Arauz y Lasso o entre Arauz y Yaku, que evidentemente proyectarían dos realidades bien distintas, a lo mejor, la primera con más tranquilidad institucional desde el punto de vista de estabilidad del gobierno, pero también puede levantar ampollas de revanchismos, en el supuesto caso que se decantara la victoria por Arauz. En cambio, la segunda opción el peligro para Arauz es Yaku, que tendría más posibilidades de acceder a la presidencia pero probablemente su gobierno estaría sometido a un fuerte proceso de presión e inestabilidad ¿Cómo ve usted este planteamiento?

Creo que ya está definida la segunda vuelta electoral entre Arauz y Lasso, ya está a un 99,90% de las actas escrutadas. No creo que eso vaya a variar de ninguna manera. Creo que la segunda vuelta se va a definir entre Lasso y Arauz. Yo quisiera equivocarme en la percepción, se lo digo con toda sinceridad, llegue el que llegue, la situación en la que vive el país se va a volver ingobernable, confrontativa y por eso insisto el gran responsable de poner la paz en el ecuador va a ser Pachakutik; si es que ellos asumen una posición de confrontación con Arauz si llega a la presidencia o con Lasso si llega al gobierno. Esa confrontación va a ser, desde mi percepción y quisiera equivocarme, muy dolorosa para el pueblo ecuatoriano. En cambio, si Yaku Pérez -liderando como ha liderado el movimiento Pachakutik, llevándolo a ser la segunda fuerza política en el Ecuador- se convierte en el gran convocante de la paz, de la unidad, de la solidaridad, de la sensatez política en los acuerdos necesarios indispensables parlamentarios para hacer leyes en beneficio el pueblo ecuatoriano, se convertirá en contrapunto indispensable. Todo gobierno necesita, requiere oposición, una oposición crítica una posición de carácter constructiva eso es necesario, que se convierta en el contrapunto, necesario e indispensable, sin la agresión. Si Yaku lideran un nuevo estilo político se puede convertir en el salvador de la República pero si se marginan, si van por la propuesta de la agresividad, del negativismo, de la oposición por oposición, créanme, ningún gobierno, sea el de Arauz o sea el de Lasso, esperemos que al menos concluya su periodo democráticamente.

El contexto es complejo y además tiene que vivir con el duro trance de la situación económica. Como pregunta de transición para el segundo bloque voy a exponerle un planteamiento con la idea de conocer su perspectiva al respecto: el mundo ha cambiado pero la universidad parece está paralizada, encerrada en sí mismo, ante la situación actual, vive de espalda a la sociedad, al presente, al futuro, porque que no le importa mucho, ni le interesa lo que está sucediendo en el mundo. Prueba de ello, es que no hay espacios universitarios, no hay oportunidad para generar cuestiones básicas, como mirar, debatir analizar y reflexionar sobre lo que está pasando en el mundo. ¿Usted cree que la universidad tiene que tener un mayor protagonismo, compromiso y responsabilidad en el ámbito ya sea internacional, regional, nacional y local, es decir, dónde está la universidad ante los temas que están pasando en el mundo, cómo ve usted este planteamiento?

En el discurso de posesión de este segundo período decía que hay que volcar los ojos hacia la universidad de la esperanza. La esperanza también está construida de sueños indispensablemente y las utopías son necesarias porque nos permiten caminar, avanzar hacia lo que nosotros deseamos. La universidad, coincido con su análisis previo a la pregunta, está de espaldas a la realidad mundial. Los jóvenes aspiran a tener una oportunidad de ingresar a la universidad pero no a la universidad clásica. Hay que dar un paso más adelante, hacia una universidad que, permítame hacer una comparación que puede ser absolutamente burda pero que me permite dar un ejemplo, que ofrezca a la carta la educación a los jóvenes, porque los jóvenes desean estar educándose con que ellos quieren sobre lo que ellos quieren y que esta universidad tiene ser telemática, presencial, diversa en todas y cada una de las metodologías, que les permitan los jóvenes llegar a ella, al claustro cuando lo deseen o estar en su casa o en su trabajo o en su vehículo estudiando lo que ellos quieran, es decir, hay que romper esa estructura de malla cerradas hay que abrir la universidad hacia lo que desean los jóvenes. Mallas abiertas que ofrezcan lo que ellos desean, permitiéndoles encontrar ese espacio de desarrollo y de trabajo con habilidades y destrezas, creadora. La universidad cerrada ya no puede existir, hay que permitir que la universidad se abra al mundo, eso es lo indispensable. No esperar que el mundo venga a la universidad. Una universidad abierta al mundo, una universidad que se integre en el mundo, una universidad que pueda tener estudiantes no necesariamente ecuatorianos, formándose en altísima calidad con una oferta y una malla curricular adecuada a los jóvenes y que les permita desarrollarse y tener un título de una universidad ecuatoriana en cualquier parte del mundo para desarrollar su actividad de carácter profesional y fundamentalmente preparado en investigación, para que los jóvenes puedan plantear alternativas de solución a los distintos problemas que tiene la sociedad. Los jóvenes quieren ser parte del desarrollo, quieren ser parte del cambio y la universidad debe posibilitarle  ese cambio y esa estrecha relación con el desarrollo.

En este mundo internacionalizado parece que la universidad ha perdido ese cuño de origen de universalización. En ese sentido cuál cree usted que debe ser el desempeño actual de la Enseñanza Superior. Hacia dónde debe caminar, pues la universidad se ha convertido, en cierta manera, en una etapa de ampliación del Bachillerato, con todo lo que implica. Por otro lado, se promueve una “universidad para todos” y por otro se limita con los cupos, además, de la ampliación del número de años (cuatro años de licenciatura, dos años de maestría o cinco años de doctorado). La universidad parece que se ha transformado en una fábrica de mano de obra para el mercado actual con el agravante de una ausencia de inserción en el mundo laboral, generando una legión de licenciados desempleados o desempeñando otras funciones para la cual no fue formado y con los costes que conlleva esa formación… ¿Educación, masificación y calidad son términos compatibles?

Primero, creo que el enfoque de la universidad tiene que cambiar. La universidad no debe sólo pensar en ser formadora. La universidad debe pensar en ser transformadora de la sociedad. Si se dedica a replicar el conocimiento o a generar un nuevo conocimiento, vamos a pasos muy lentos en esa transformación. Si abrimos la universidad, como tú dices José Manuel, hacia una universidad que llegue hacia los distintos colectivos no solamente va a darles un título que estarán mañana o pasado siendo licenciados sin realizar su actividad. La formación del estudiante universitario tiene que ser hoy, fundamentalmente, en investigación. Hay que buscar las metodologías activas, el gran paso el gran salto que debe dar la universidad ecuatoriana creo que toda la educación tiene que ser a través de la educación basada en la investigación, basada en problemas, de la educación basada en proyectos y de la educación basada en casos. Ese encuentro frontal del estudiante con la realidad le va a transformar en profesional y, a la vez, también en una persona que busca la transformación para el bien de su pueblo. Tú has dicho una gran verdad incuestionable hoy, la Educación Superior se ha convertido simplemente en una proyección del bachillerato. Hoy todas las instancias que permiten el empleo, sea en el gobierno o sea en una empresa privada ya no buscan al profesional, buscan a que tiene el posgrado, al que tiene el doctorado, porque la formación específica es la que va dando mejores resultados. Sí esa es una realidad, porque no en consecuencia con ello convertir al pregrado ya en existencia específica de desarrollo para el bienestar del estudiante universitario. Por ello digo que es indispensable darle libertad de autonomía plena a la universidad, responsable sí y ahí conectado a lo que tú has señalado hace un instante educación más calidad. La calidad de la Educación Superior debe ser la clave del éxito para una efectiva formación del estudiante universitario pero con mallas abiertas, que le permita al profesional emprender y desarrollar actividades vinculadas al medio y que permita a la sociedad confiar en la universidad. Las universidades hemos invertido en extraordinarios laboratorios, en profesionales, hemos capacitado en el manejo de la tecnología, en las herramientas de investigación para mostrarle a la colectividad todo lo que es la universidad. Pero la industria, el comercio, el poder político no confía en la universidad. La universidad está investigando, está planteando alternativas de solución pero es como un grito en el silencio, es como un grito desesperado que nadie escucha. Por poner un ejemplo tres universidades cuencanas, la Universidad del Azuay, la Universidad de Cuenca y Universidad Católica, hemos desarrollado un método para identificar el covid, un método denominado salival, mucho más barato que el hisopado, mucho más rápido Lo pusimos en consideración de las autoridades de salud y de los gobiernos locales, sin ningún éxito. Y vemos que el desarrollo de la investigación científica en el campo de la salud está atado al centralismo, a través del departamento del Ministerio de Salud Pública, que controla la investigación científica en materia de seres humanos y el control de la bioética. En ningún Estado un ente distinto al de la universidad lo controla, ese centralismo absurdo no permite su desarrollo. O por ejemplo, en el campo de la educación, el Educador se forma para ser empleado, no es una provisión libre, pues pasa a ser profesor de la educación pública o profesor de la educación privada, y no puede generar en libertad su profesión; porque no puede generar su propio claustro en materias formativas sin que el Ministerio de Educación lo autorice. Hoy, perdónenme la expresión por lo grotesco que la voy a decir, los docentes salen en el Ecuador para ser esclavos del sector público o del sector privado. No es una profesión libre, hay que generar libertad en la docencia con pertinencia en el medio. No estoy de acuerdo con el centralismo que impone la formación y los textos en los distintos sectores. Los jóvenes deben también empatarse con sus propios de héroes, como en los sectores rurales, con aquel que labró la tierra, con aquel que hizo el primer camino para llegar a ese sector rural. Está bien los héroes nacionales que nos dieron la libertad independencia pero también hay héroes locales, que deben generar la autoestima de esas colectividades y para ello cambiar la estructura de la educación y fundamentalmente del educador debe ser un educador de un ejercicio profesional libre. Hacia allá debemos conducirnos y para ello insisto la universidad debe dejar de ser un claustro. La universidad tiene que ser abierta libre y con mallas que le permitan fundamentalmente compatibilizarse con la realidad que viven los pueblos.

Ante el debate sobre los cupos de acceso a la universidad ¿Cuál es su posición al respecto?

La universidad mientras siga pensando en el claustro va a estar siempre limitada, porque va a estar sometida al espacio físico, pero cuando abrimos la universidad, la universidad en línea ha alcanzado un éxito en el mundo. Porque no podemos pensar que la universidad ecuatoriana puede ser un éxito en el Ecuador, abierta a los ecuatorianos con una universidad en línea, con universidad virtual, con mallas abiertas. Los cupos deben poner a la universidad, cupos para para la presencialidad, cupos para la educación en línea, pero una universidad abierta. Estoy de acuerdo con las regulaciones pero tienen que regularse en lo mínimo, tienen que darle las reglas mínimas para el desarrollo y permitirle que la universidad de autonomía, genere sus cupos, establezca los lugares en las que quiere enseñar, cómo desea enseñar, qué desea enseñar pero fundamentalmente con una universidad casada con los problemas que tiene la colectividad y planteando alternativas de solución. No creo que la universidad pueda sostenerse en este mismo statu quo. La universidad debe cambiar, el mundo está cambiando permanentemente y la universidad es parte de este mundo. La Universidad es esencialmente social y, por tanto, cambiante. La universidad se debe transformar como mínimo con los cambios de la sociedad, porque la universidad al ser un pensamiento, al ser debate permanente, como decidías tu hace un instante, debe estar un paso antes de las transformas de los movimientos de la sociedad. La universal tiene que jalar a la sociedad para su bienestar. Creo en esa universidad y creo que así debería ser el planteamiento que se debería realizar en la Educación Superior ecuatoriana.

Usted ha señalado la burocracia como uno de los problemas acuciantes pero existe también otro componente paralizante en el mundo universitario: la administración interna, que ejerce un desmedido control sobre los docentes, que crea un clima de desconfianza, malestar, desmotivación, sobrecarga y que distancia al docente de su principal labor ¿Cómo ve usted ese tema?

Efectivamente, creo que en los últimos tiempos estamos viviendo otro tipo de secuestro de la libertad de cátedra y de la autonomía universitaria, que a lo mejor es imperceptible. Docentes volcados a generar evidencias, documentos, pasan horas generando evidencias y gestión administrativa burocrática para justificar una tarea. Cuando la manera que debe justificar un docente su tarea es a través de los resultados de la formación, es a través de la enseñanza-aprendizaje con los estudiantes. Creo que esa manera de enclaustrar al profesor universitario debe desaparecer. Es indispensable que exista un control, por supuesto, pero ese control tiene que ser mínimo y al docente hay que darle más libertad para que genere más y mejor conocimiento. Estoy convencido que el profesor que más investiga es mejor profesor; estoy convencido de que sólo la libertad de cátedra va a generar un avance y un desarrollo en el nuevo conocimiento; estoy convencido de que la libertad que sólo a través de la libertad de investigación habrá un nuevo conocimiento y que sólo a través de la libertad de expresión de la universidad va a generarse un debate en busca de verdades nuevas para romper dogmas y que deje la universidad de convertirse en sistemas dogmáticos o de adoctrinamiento para convertirse en medios de permanente desarrollo y generación de nuevo conocimiento. Creo que debe existir regulaciones, por supuesto, pero regulaciones que deben establecer unos mínimos para que la universidad se pueda desarrollar en el marco de la autonomía, que responda a la colectividad y cómo debe medirse ese involucramiento con la sociedad a través del impacto que realicen en la generación de nuevos conocimientos; generando desarrollo y bienestar para las colectividades; generando nuevas metodologías de enseñanza; generando nuevos rumbos hacia una educación de calidad dentro de la educación de carácter superior, es decir, el gobierno debe establecer los estándares mínimos para su desarrollo y la universidad a partir de allí desarrollar en autonomía y en libertad todo el cambio que desee realizar en la sociedad.

Universidad Católica de Cuenca.

¿Cuál es su visión sobre el desempeño docente en el ámbito universitario?

Parto de la libertad, como la esencia que nos permita generar un nuevo conocimiento. Desde ese punto de vista la vinculo a la libertad de cátedra, a la libertad de investigación y, obviamente, a la libertad universitaria en función de la vinculación con la colectividad. Ahora bien, esa concepción de libertad, como ha señalado Isaiah Berlin, se desdobla en positiva y negativa. Una libertad de carácter negativa donde el docente discrimina todo aquello que no considera que debe enseñar a sus estudiantes. Frente a la libertad de carácter positiva, donde el docente tiene  libertad de discriminar y de exponer todo aquello que considere, con la particularidad que la libertad de cátedra tiene necesariamente que ser contrastada. No se puede confundir la libertad de cátedra con el adoctrinamiento. El profesor universitario está llamado a contrarrestar la información que considera válida con la no válida y transmitir aquella que permita a los estudiantes buscar su mejor horizonte. La libertad de cátedra pasa también por la libertad que tiene el estudiante y se conecta con el primer Derecho Humano: la tolerancia. El derecho a decir que no comparto con aquello que tú expresas pero respeto todo aquello que estás manifestando. Sin libertad de cátedra, consecuentemente, no puede existir generación de nuevo conocimiento.

¿Y en el área de investigación?

Creo que la libertad de investigación es trascendental y fundamental para la universidad y para la sociedad. Hoy en día, universidad que no investiga, no es universidad. Además universidad que no transmite conocimiento, nacido desde la investigación, no cumple con su rol social.

La Universidad Católica fue sede el I Congreso Nacional de Jóvenes Investigadores en 2019.

¿Y con respecto a la vinculación social?

La vinculación con la colectividad o la extensión universitaria, como muchos la denominan, tiene que ser aquella acción que toma la universidad en autonomía para transformar la colectividad. Creo fundamental que la universidad hoy, entre los parámetros que deben medirse para la calidad de la Educación Superior, debe ser el impacto que genera en la sociedad. Además considero que, en función de lo que hemos expresado sobre libertad de cátedra, libertad de investigación y la vinculación con la colectividad, tiene que asentarse en metodologías activas de enseñanza. Creo que la universidad debe comprometerse efectivamente con la transformación de la enseñanza. Una enseñanza basada en problemas para que los estudiantes puedan necesariamente conocer su entorno y plantear alternativas de solución; una enseñanza basada en investigación, para que los estudiantes sean capaces no solo de conocer el problema sino incluirse en ese problema y plantear alternativas; una enseñanza basada en casos, experiencia de lo vivido; y una enseñanza basada en los proyectos. Todo ello va a permitir articular de manera adecuada la docencia, la investigación y la vinculación con la colectividad haciendo un solo conjunto, que vaya directo a la solución de los problemas que tienen las colectividades.

Desde esa concepción teórica le propongo descender a la realidad universitaria ecuatoriana actual. Una realidad donde prima esencialmente la docencia, con una sobrecarga horaria y, por tanto, sin disponibilidad para investigar y donde la vinculación con la colectividad parece más un reflejo estético-decorativo que práctico. De ese modo ¿se podría afirmar que la realidad universitaria ecuatoriana no está cumpliendo con la finalidad, que usted muy acertadamente, ha expuesto con respecto a la integración de esas tres áreas?

En efecto, coincido con usted. Cuando desarrollaba mi tesis doctoral sobre la libertad de cátedra en la Universidad de León revise varias leyes de Educación Superior, como la alemana, italiana, la española, etc. y realicé un estudio comparado con la legislación ecuatoriana.  ¿Que existe en ese mundo europeo, qué no existe en la legislación ecuatoriana? No existe una diferencia entre profesor titular a tiempo completo con el profesor-investigador, que no debe tener excesivas horas de clase que hoy le dan, debe estar exento de los trámites de carácter burocrático, el profesor investigador debe tener como máximo 8 horas de clase y el resto de su tiempo en completa y absoluta libertad estar en proceso de investigación. Entonces, es indispensable una reforma que permita tener a los profesores-investigadores cumpliendo efectivamente su tarea lejos de la burocracia, a la que hoy están sometidos. El profesor-investigador debe tener indispensablemente un trabajo en función de resultados, no con horarios que le constriñen su tiempo y el espacio suficiente de reflexión de contacto con la realidad. El profesor-investigador es el que debe estar a tiempo completo dedicado a plantear alternativas de solución con completa libertad de investigación. Y la vinculación con la colectividad, es un elemento eminentemente decorativo, como tú has señalado. Creo que la vinculación que se está haciendo es asistencialismo social y debe ir encaminada a una investigación de alto impacto, uno o dos temas de vinculación a realizar en uno o dos años, que generen un impacto real.

Hay otro aspecto vinculado a la extensión universitaria como es la acción cultural, que desde mi perspectiva, presenta un gran déficit en las universidades ecuatorianas ¿Cuál es su consideración al respecto?

Creo que a la universidad ecuatoriana se le delega la cultura como algo supletorio y marginal, cuando la cultura es esencia, es el valor trascendental de una colectividad, son sus valores y sus principios. Se necesita, sin duda, una vinculación mucho más estrecha de la universidad con la cultura. La universidad tiene la obligación, por mandato de Ley, realizar investigación y actividades de vinculación pero, también, debería por obligación legal realizar actividades de carácter cultural.

El pasado mes de septiembre la Universidad Católica de Cuenca conmemoraba sus 50 años de existencia. ¿Cómo ha evolucionado durante ese periodo?

La Universidad Católica nació como una alternativa de educación dentro de un proceso complicado en la Educación Superior ecuatoriana. El presidente Velasco Ibarra clausuró la universidad pública y el 7 de septiembre de 1970 decretaba el nacimiento de la Universidad Católica de Cuenca, una universidad que venía a formar a personas que trabajaban y su desarrollo nos ha ido empujando hacia una universidad con carreras a tono con un requerimiento de carácter social. Hoy la Universidad Católica tiene su matriz en Cuenca y sesiones en Azogues, La troncal y Macas. Hoy está apostándole por nuevas carreras que respondan a las necesidades de la colectividad, con campus dotados de tecnología, estándares de calidad, especializados en áreas como Ciencias de la Salud, las Ingenierías, Arquitectura, Educación, Derecho, etc. y hemos sido pioneros en instalar metodologías activas. La Universidad Católica de Cuenca tiene como lema de ser una universidad al servicio de los pueblos y llegar al mayor número de población para ofrecer formación, porque creemos que la educación es liberada e igualadora.

¿Qué valoración hace de su primer periodo de gestión al frente del rectorado?

Asumimos la universidad en una situación complicada para su pervivencia y sin una efectiva institucionalización. Lo primero que tuvimos que hacer fue generar justamente institución. Desarrollamos los departamentos de planificación financiero y administrativo, los vicerrectorados, generamos una metodología de gasto dedicado estrictamente a fortalecer la universidad en sedes y extensiones. Una vez institucionalizada empezamos a generar una cultura de la calidad, más allá de la cultura de la evaluación, y a promover en los docentes un compromiso permanente con la mejora. La mayor tarea fue legitimar la identidad y hoy la Universidad Católica es reconocida y tiene voz propia.

La pandemia ha llevado a la implementación emergente de nueva modalidad educativa. ¿Cómo se ha llevado esa adaptación en la Universidad Católica de Cuenca?

Teníamos dos tipos de estudiantes: el estudiante que debía compartir con sus hermanos, con sus padres una computadora y teníamos que pensar cómo aliviar esa situación, sin perder calidad. Y por otro lado, estudiantes que eran nuestros propios profesores, para ellos la primera tarea fue la formación en universidades especializadas en educación en línea, como la Universidad de la Rioja y la Universidad Centroamericana, que nos permitió tener a los mejores instructores para nuestros docentes. Además de la experiencia en las maestrías, que es una educación efectiva y que obteníamos buenos resultados a través del sistema de módulos. Esa misma idea la llevamos a la educación de grado y nos ha permitido tener profesores capacitados, que enseñan mejor a sus estudiantes. A ello le sumamos la cátedra integradora, que son como pequeñas clínicas, donde los estudiantes plantean problemas a los docentes de distintas áreas de conocimientos. Esa metodología vamos a mantenerla inclusive dentro de la presencialidad. Los docentes se adaptaron fácilmente a la nueva modalidad, ya que disponían de las plataformas necesarias, porque pensábamos reestablecer una enseñanza online y contábamos con los procesos iniciados. El problema que más nos dolía era el de los estudiantes que no disponían de recursos, que no tenían la conectividad necesaria. Y para ello, realizamos acciones para llegar al estudiante. Hicimos grandes acuerdos con empresas que nos generaron la conectividad y otras que nos facilitaron los hilos necesarios para poder alcanzar ese tipo de formación. Hoy la Universidad Católica de Cuenca está sobre el 98% de estudiantes conectados, sin problemas y con los equipos necesarios. Falta por hacer poco, pero falta, hasta llegar a una cobertura del ciento por ciento.

¿Ha crecido la deserción estudiantil en estos tiempos de pandemia y, por otro lado, han tenido que reducir la planta docente por las cuestiones socioeconómicas derivadas?

La deserción ha sido menor, porque se aplicó ciertas acciones para compensar esa situación: se amplió el número de becas y crédito de pago. Asimismo los docentes universitarios, luego de conversar con ellos, se bajaron notablemente sus salarios un 25% y el equipo directivo nos bajamos un 50%, para poder efectivamente compensar la caja fiscal, además, de posponer obra física y adquisiciones e invertimos más en tecnología, para mejorar nuestra comunicación con los estudiantes. Eso mantuvo un equilibrio de carácter financiero y hemos abierto líneas de crédito con bancos.

¿Cómo visualiza usted la educación universitaria en el periodo pospandémico?

Creo que será una modalidad híbrida, que combinará presencialidad y virtualidad, con trabajo más de campo que en el aula y con cambios profundos en las mallas.

Para finalizar ¿Cuáles son los pilares estratégicos definidos para este nuevo periodo que acaba de iniciar como rector?

Tenemos muy claro que es la internacionalización, tanto en la formación y capacitación de nuestros docentes, como de nuestros alumnos, para generar experticia profesional, científica e innovación.

Vuelta a la normalidad

Esa es la frase que la inmensa mayoría de la ciudadanía mundial ha reiterado con mayor frecuencia en este 2020, que ya empieza a desgranarse lentamente. Habría que preguntarse qué encierra ese común deseo de vuelta a la normalidad perdida. Quizás la idealización y sobredimensión de valores y sentimientos jamás vividos, ni experimentados, o acaso nos conformamos con el restablecimiento de un tiempo pasado, dibujado por los desequilibrios, las desigualdades, la explotación laboral, la corrupción generalizada, la condena migratoria, los paraísos fiscales, los femicidios, la discriminación étnica, la insolidaridad universal, la destrucción medioambiental, la miseria, la desnutrición y la pobreza repartida por el mundo, las guerras y sus muertos…
Ningún tiempo pasado ha sido mejor a los tiempos venideros, a pesar de las razonables incertidumbres que se pueda tener con respecto al futuro inmediato, como percibimos justamente en estos instantes, pero siempre ese instinto ha estado presente en cada momento de cambio, de transición.
Mirar al pasado para cerrar los ojos al futuro supone una rendición sin condiciones, un acto de vil cobardía y una falta de creencia en el ser humano, a pesar del pesado lastre que trae consigo sus malas prácticas individualistas, sus desmedidas ambiciones egocéntricas y las consiguientes decepciones sufridas, pero todavía, como nos ha enseñado la Historia, es posible construir una nueva y mejor sociedad.
Desde mi profunda ignorancia, reflexiono sobre la posibilidad de encontrarnos en una fase de transición: en un período de cambio o en un cambio de periodo. En definitiva, en los albores de una nueva etapa histórica con todo lo que conlleva (una nueva forma de relaciones sociales, productivas, económicas, ideológicas, políticas, institucionales, etc.).
Resulta obvio que estas dos primeras décadas del siglo XXI han estado marcadas por una constante inestabilidad globalizada en la sombra: una pugna entre la resistencia de la vieja estructura moribunda y el desafío de un nuevo sector, que desde el propio poder, aspira a tomar el relevo hegemónico.
Una batalla endógena entre los detentadores de los designios futuros de la humanidad, que se ha traducido en un clima de crisis financiera-económica, de enfrentamientos y confusión social generalizada, con amplias resonancias promovidas desde los púlpitos de los soportes mediáticos tecnológicos, que han creado las condiciones adecuadas para alimentar y manipular el descontento social, como estrategia y con la idea de desbancar a sus correligionarios, para asentar un cambio de rumbo bajo el control y la dependencia sobre las bases sociales.
Esta exposición, quizás por mi propia “deformación como historiador”, me lleva a establecer ciertas analogías con otro momento, la Revolución Francesa, salvando claro está sus diferencias contextuales. Aunque al final, como siempre y como diría un pececillo conformista: tiburón caza pero salpica.

Sociedad hipócrita

Por: José Manuel Castellano

La verdad es que uno se queda perplejo ante esta sociedad farsante que globaliza. Resulta que la flemática cultura anglosajona, con un alto componente histórico racista, clasista y de superioridad étnica, que ha ejercido un sometimiento colonial, esclavista y explotador en el pasado como en la actualidad, viene ahora a dar clases de valores éticos, sin desprenderse de su imposición y visión eurocéntrica.

Recientemente la Asociación de Fútbol Inglés (FA) acaba de abrir expediente sancionador al futbolista Cavani, integrante del Manchester United y de origen uruguayo, por una supuesta actitud racista al enviar un mensaje de agradecimiento, a través de Instagram, a un amigo que encabezaba con un “Gracias negrito”.

Al parecer esa expresión ha generado una conmoción social en esa “isla”, que se cree continente y centro del mundo. Sin embargo, la Academia Argentina de Letras ha salido al paso para darle un buen repaso, al indicar que esa expresión, tal y como recoge el Diccionario de la Lengua de la Argentina, tiene una acepción coloquial de confianza y afectividad, además, de acusar a esa Asociación futbolista de racismo cultural y etnocentrismo.

Por el contrario, esa sociedad de ese Reino Unido no se indigna, ni se avergüenza por ser el segundo país exportador de armas a nivel mundial, después de EE.UU., con un volumen total anual de 14 mil millones de dólares (que viene a representar casi la mitad del presupuesto del gobierno ecuatoriano y una cuarta parte del dinero que se asigna a Educación en este país andino). Material armamentístico que va destinado principalmente a países donde no están garantizados precisamente los Derechos Humanos y cuyas armas quitan la vida (matan vilmente) a millares de inocentes ciudadanos, incluidos, niños y niñas. ASESINOS. Y esa España socialista y «podemista» tampoco se queda atrás, pues es el séptimo país en el ranking mundial de venta de armas, al menos, en su modalidad legal.

Este tema da para mucho, pero tampoco es cuestión de desperdiciar mi preciado tiempo en cuestiones evidentes, ante los cuales la ciudadanía mundial prefiere cerrar sus ojos y tapar sus oídos. Pero para concluir, reto a los lectores inquietos a que indaguen, en esas sociedades caracterizadas por una alta presencia de diversidad étnica, el porcentaje actual de representantes políticos cuya piel no sea blanca como la leche, tanto en el Reino Unido en su Cámara de los Comunes o en la Cámara de Lores, como en el Parlamento o en el Senado español.

Cuenca (Ecuador) diciembre 2020

 

El petróleo blanco

Por: José Manuel Castellano

La semana anterior algunos medios de comunicación de carácter internacional, como El País, recogían la noticia que el derecho de uso al agua comenzaba a cotizarse en Wall Street. Evidentemente, ese escenario era muy previsible que sucediera desde hace algún tiempo, dado que determinadas compañías norteamericanas, como el caso de “The Coca-Cola Company”, vienen negociando desde años atrás con las distintas repúblicas -al Sur de río Grande (como es denominado en la tierra del Tío Sam) o Río Bravo (designado así, ese mismo curso fluvial, por nuestros hermanos mexicanos)- licencias administrativas o concesiones sobre los derechos de agua, además, de adquirir masivamente empresas punteras de agua envasada, marcas cerveceras y de bebidas gaseosas.

De modo, que este recurso natural, considerado un bien común de dominio público, tiene ya los días contados para reconvertirse en otra mercancía o producto especulativo de esta ingeniería financiera que soportamos y, por tanto, un engranaje más al control y dependencia del centro sobre las periferias.

Algunos analistas, miembros de organismos internacionales, que defienden los intereses de esos criminales ambiciosos, avalan ese proceso mercantilista-financiero, bajo el pueril argumento que conllevará a una inversión sustancial en el mejoramiento de infraestructuras y en la conservación del agua. Como si esos gastos fueran a fondo perdido y no revirtiera, posteriormente, en el costo a los usuarios, además, de ocultar la inquietante realidad deficitaria de este recurso a nivel mundial, que se agudizará en las próximas décadas y pasará de un bien más preciado a un bien muy escaso controlado por unas pocas manos, con sus múltiples consecuencias inimaginables que nos traerá este petróleo blanco.

Esta no es una proyección futurible, es desde hace algunas décadas un problema real, que azota a África, a América Latina y otros territorios en la actualidad. En ese sentido les recomiendo visionar el corto animado de la “Abuela Grillo” de 2002 (https://www.youtube.com/watch?v=bLKcp_FkOD0).

La Guerra del Agua empezó ya hace tiempo y no nos hemos enterado, pero muy pronto vamos a descubrir cómo la escasez de agua (junto a los efectos de los altísimos valores de contaminación y el impacto desertizador en los suelos de “Nuestra América”) será el origen de fuertes conflictos sociales, de grandes impactos medioambientales, de decrecimiento socioeconómico, de hambrunas y muertes. Tiempo al tiempo. Y mientras tanto, en nuestra Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca tan sólo navegarán cantos rodados contaminados. La Covid-19 será un simple juego de niños ante lo que nos deparará ese futuro cercano.

Cuenca (Ecuador) diciembre 2020