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Vivir sin miedo

Por: José Manuel Castellano

Viviana (“Vivir”) Monserrat Quintana Rodríguez es la compositora y cantante mexicana de “Canción sin miedo”, autora de una letra que ha traspasado fronteras con diversas versiones en distintos países. Esta es una interpretación que denuncia la ola de femicidios, violaciones, abusos y maltratos que ha padecido la mujer a lo largo de la historia y que todavía hoy tiene una incidencia brutal y criminal en nuestra sociedad.

Los índices de femicidios, violaciones y maltratos hacia la mujer en Ecuador y en Cuenca son terriblemente alarmantes. Según los datos de la Fundación Aldea, 748 mujeres fueron asesinadas en Ecuador entre 2014 hasta marzo de 2020 y en este último año hasta principios de octubre ya van 93 casos de asesinatos por motivo de género, con un promedio de un feminicidio cada tres días. El dato con respecto a la ciudad de Cuenca es al menos de 5 asesinatos en este año. A ello, se debe sumar la desconocida pero altísima cifra de abusos, violaciones y maltratos que no están incorporados en las estadísticas.

En estos días un grupo de voces de mujeres ecuatorianas (Vanessa Freire, Angie Astudillo, Angie Terreros, Mariuxi Vélez, Mabe Arizaga Altamirano, Mari Duque, Verónica Tola, Denisse Andrea Narvaez y Doménica Brito) han replicado ese grito de justicia y de compromiso social, a través de una hermosa producción artística-musical, cuyo mensaje debe ser incorporado por todos los miembros de la sociedad ecuatoriana para pedir, no por favor como se recoge en la letra de esta canción, sino exigir desde la obligación radical la adopción de normativas duras y estrictas, que no sólo condenen a esos criminales sino también reclamar responsabilidad por pasividad de aquellos responsables directos, por vejar sus obligaciones en garantizar los derechos individuales a la integridad de las mujeres, adolescentes y niñas. Ojalá que este canto se convierta en un himno de sensibilización global que lleve a un cambio de actitud social radical de forma definitiva.

No podemos olvidar a las mujeres muertas a manos de esos salvajes, pero tampoco debemos olvidar a las mujeres vivas, que siguen sufriendo vejaciones y son maltratadas en silencio, puertas adentro, como tampoco la discriminación que sufren cada día en todos los ámbitos sociales y profesionales de esta estructura machista e hipócrita.

¡YA ESTÁ BIEN! No podemos seguir siendo cómplices, ni permitir más actos de barbarie. Hay que cortarlos definitivamente ya y desde su raíz.

Cuenca (Ecuador) diciembre 2020

 

¡¡¡Cuántos embaucadores, cuánta basura!!!

A Pierre Bourdieu y a Juan Montalvo 

Por: José Manuel Castellano

Me siento fracasado en mi calidad de sujeto social pero no me rendiré nunca, moriré con las botas puestas, fiel a la coherencia entre el pragmatismo de mis acciones junto a la lealtad a mis ideas, a mis palabras y principios, de frente siempre de frente a los abusos y a la injusticia. Desilusión tras desilusión pero con la esperanza por bandera que marca el camino, alejado de esos embaucadores, esos que engañan con palabras para alcanzar sus fines antisociales, sus intereses domésticos o  revestirse en prestigios estéticos desnudos; que dicen una cosa y hacen todo lo contrario; que nos roban los derechos y las libertades en nocturnidad; que esparcen en el ambiente mucha, mucha basura; que contaminan conciencias todavía no formadas; que responden como buen siervo a su amo; y agudizan la ignorancia y la confusión en las masas como medio de control; además, del empleo y uso de la violencia. Para esa gentuza todo es válido, todo justifica su ansia de dominación.

Me siento fracasado desde el ejercicio profesional, que es entendido por quien suscribe como un acto de compromiso social, al detectar que esos valores que impregnan los programas de estudios en el escenario global-planetario son meros cantos de sirenas, una superficial capa de barniz aplicada sobre una madera social podrida, pero resistiré el embate de los tiempos con honestidad y dignidad ante esos mercenarios de paja. Por un lado, están esos operadores desalmados con ambiciones desmedidas -bajo caras y poses de santos y santísimos- que forjan, bajo transferencia replicante, monstruos a imagen y semejanza, que frustran todo avance social y condenan a la esclavitud de pensamiento único a nuestros jóvenes, para que en un futuro cercano pasen a ingresar en la desarmada legión de sumisos. Y por otro, están los tontos útiles y las marionetas facilitadoras que, de forma directa o indirecta, se rinden bajo la comodidad, se venden sin precio alguno y participan activamente en un juego sucio dentro de filas de rancios bandos, como contribución a la consolidación y preservación del status quo del grupo dominante. En cualquier caso, esa clasificación es más amplia y diversa. Sin duda, los hay con vocación, dedicación y compromiso, pero también los que abrazan la pasividad, la indiferencia y la obediencia ciega, que cumplen estrictamente toda orden -por muy disparatada que esa sea- para evitar conflictos y problemas, y un largo etcétera.

Se mire por donde se mire, esta es, desgraciadamente, una sociedad globalizada construida a través de la mentira, de la manipulación y el saqueo en todos sus niveles en nombre de la democracia y de la libertad de pensamiento, que no encuentra respuesta social alguna. Mientras tanto seguiremos siendo cómplices directos de esa nefasta realidad.

¡Hasta cuando esa pasividad estoica e indolente!

 

El ego, un síntoma de mediocridad y bajeza intelectual

Por: José Manuel Castellano

La verdad es que uno no sale de su asombro, cuando descubre a ciertos sujetos que, supuestamente, ejercen labores académicas con una mirada miope, que no ven más allá de los límites ombliguistas propios, que portan banderas grises de individualidad egocéntrica, que restan valor, desvirtúan y traicionan hasta su propia creación por su ausencia humanista. Resulta obvio, que tales actitudes se manifiestan en otros espacios profesionales pero en el ámbito educativo tiene una mayor gravedad, ya que contribuyen a trasmitir, de forma directa y efectiva, concepciones reproductoras entre los jóvenes, que abortan toda esperanza de cambios en las mentalidades, hábitos y prácticas para consolidar unas relaciones sociales clasistas y un sistema educativo caduco.

Esa borrachera por un ansiado prestigio social les lleva a situarse por encima de sus colegas, a transitar por senderos polvorientos, carentes de valores, guiados por un coleccionismo de reconocimientos y extraviados en una búsqueda de esencias, muy lejos del buen “hacer” y para el mejor “ser”. Para ellos, lo importante no es el camino sino el destino, donde todo vale para llegar como sea.

El atrevimiento y la osadía de algunos, esa exaltación del “yo” o de sus “capillas”, llegan a superar los límites de la infinitud y a sobrepasar despropósitos surrealistas inimaginables: como llegar a reclamar, por ejemplo, que sus apellidos, o el de sus allegados, sean incorporados en un listado de personalidades destacadas; o mostrar su agria arrogancia por no ser integrados en un imaginario inventario de “nobles gremiales” y alegan ser víctimas de una agresión intencionada, de una negación de su propia existencia, cuando no una injusticia incuestionable por sus méritos.

Comportamientos que delatan, a todas luces, una actitud de superioridad frente a los “otros”, como si ellos fueran los únicos dueños de la visión o del criterio de los demás. Esos individuos, sin duda, no sólo carecen de abuelos (es decir, nadie que los mimen), sino también de honestidad intelectual y compromiso social en su pleno sentido. Habrán pasado, o no, por todas las etapas formativas posibles, tendrán en su haber una amplia producción, serán poseedores de algunas preseas pero están desnudos completamente y vacíos de espíritu, porque la educación y la formación no han pasado, evidentemente, por ellos.

La sencillez y la humildad son los dos grandes rasgos de la sabiduría. Mientras que la arrogancia y la prepotencia definen a aquellos que han sido incapaces de aprender a lo largo de su travesía, independiente del papel, ejercicio, desempeño o escalafón en que se encuentren. Con estos mimbres, estos cestos sociales y académicos: Pa´ trás, como los cangrejos.

 

 

 

El papel mojado de la prensa y la ausencia de periodistas profesionales

Por: José Manuel Castellano

Sin duda dos aspectos independientes, que requerirían de un análisis individualizado pero que están estrechamente entrelazados y que nos debería llevar a una profunda reflexión, dada su incidencia negativa en el escaso papel que desempeña como “cuarto poder” en una sociedad democrática. En honor a la rigurosidad debemos señalar, aunque resulte una perogrullada olímpica, que generalizar es mentir y que las excepciones confirman la regla. De todos modos, no es menos cierto que las tendencias marcan pautas.

Por un lado, a simple vista se aprecia que la falta de independencia de los rotativos con respecto a las instituciones, públicas o privadas, les llevan a establecer relaciones de connivencias, pago de favores (de ida y vuelta) y oscurantismos, en contra de los intereses de los problemas sociales y democráticos, que vulneran la capacidad de informar, a través de dejar de contar, de preguntar y de investigar para ofrecer, por el contrario, noticias banales, decorativas o distractoras, como la abundante crónica rosa.

En la otra cara de la moneda, detecto con mucha frecuencia como los que ejercen el periodismo viven de espaldas a la sociedad, desconocen o no quieren conocer las cosas que suceden y lo que aún es más grave ni siquiera toman el pulso de la vida social y mucho menos la cultural, viven aislados o auto-aislados, censurados o autocensurados, en un mundo subliminar de mala copia y pega de agencia o de interlocutores cercanos y adocenados. Escribas que ni llegan a escribir para otros en esa búsqueda de calma social ficticia.

Uno, que intenta conocer la realidad en la que vive, descubre con demasiada frecuencia diversos temas de interés general que los periodistas, bien por desidia, por bajo perfil, por ausencia de ética, por falta de profesionalidad o bien por indicaciones de su línea editorial, dejan de ser abordados o planteados en esas hojas caducas. Un vacío verdaderamente preocupante.

Ante esta realidad, compartí recientemente con un periodista de raza, de altura, algunas noticias que había recibido, sobre asuntos relevantes que están sucediendo y que no aparecen reflejados en los medios de comunicación, ni por equivocación. Al compartirle esa información, le escribí: “Si yo fuera periodista… y no fuera extranjero…”. A lo que me contestó desde la experiencia y el conocimiento real, vivido en carne propia, lo siguiente: “Si Usted fuera periodista hubiese peleado con (…). Si fuese periodista ya no estaría en ejercicio, tal vez en el país, o ya hubiese migrado como tantos profesionales, si fuera periodista y con esa perspectiva de preguntar, de cuestionar, tuviera dos caminos: ser desprestigiado por los propios colegas o entrar a relaciones públicas de la entidad; porque en Ecuador se da el caso que si cuestiona, los cuestionados le ofrecen cargos y de hecho Usted se hubiera negado, como pocos nos negamos. El ejercicio periodístico, quien lo ejerce con convicción de informar bien y sin sesgos se queda pobre, sosegado; y quienes hacen de él una plataforma de imagen, de negocio, llegan hasta asesores de cualquier institución barrial, local e incluso a altas instancias. Ojalá que en las nuevas camadas de periodistas haya alguien valiente, seguro, bien formado, así como usted” (sic).

En fin, dejo estas reflexiones en el aire por si acaso, desde mi creencia en la utopía, pudiera servir de algo. Cosa que, sinceramente, dudo. Pues, sabe más el diablo por viejo, que por diablo.

Cuenca (Ecuador) noviembre 2020

El Bicentenario de Cuenca: Una oportunidad histórica perdida

Por: José Manuel Castellano

La comprensión del pasado es, sin duda, una estrategia esencial que nos permite reconocer el presente con la finalidad de proyectar el futuro. La realidad actual, y no nos referimos a las consecuencias derivadas por la pandemia o la sindemia, ha diluido con un brochazo brusco de ignominia al sobrenombre de la Atenas del Ecuador.

Esta situación generada requiere de un necesario ejercicio de reflexión y análisis, aunque estas breves líneas no nos permiten abordar el asunto con la profundidad que merece, al  menos, pueden servir para destapar la caja de pandora, no con la intención de provocar un ambiente de crispación sino para exigir una responsabilidad institucional en cascada: desde la inocua Prefectura a la ausente municipalidad, las anteriores y las actuales; la de sus fatuos comités, “con sus notables incluidos”; desde el desdén generalizado incubado en otros centros y organismos, hasta la exclusión forzada y desconsideración institucional hacia artistas, gestores, organizaciones culturales, que mal sobreviven fuera de esos circuitos pesebristas del poder, y hacia la sufrida ciudadanía.

En definitiva, se ha configurado un escenario modélico de política vacía, de cartón piedra, de florero sin flores, de un exceso y barroquismo de palabrería sin sustancia, de puntuales declaraciones pero sin acciones, de la inexistencia de un simple programa definido y, lo que es más preocupante, por no existir, no existe ni siquiera improvisación alguna.

Toda una amalgama de despropósitos que delata un espíritu de dejadez y desidia absoluta, que encuentra en la pandemia su gran excusa, un escudo para protegerse de las posibles irresponsabilidades, incapacidades e ineficiencias y que tiene como desenlace: la mayor derrota histórica de nuestra ciudad.

En cualquier caso, este Bicentenario es un legado para no olvidar y nos debe dejar una gran enseñanza, porque a mí, de tanto que la quiero, me duele esta Cuenca y espero pronto vislumbrar en el horizonte una renacida Atenas del Ecuador y de Nuestra América.

Cuenca, Octubre de 2020

Una España descompuesta: «Fernando Simón no tiene currículo, no da la talla»

Por: José Manuel Castellano

Ese título responde a una apretada síntesis de unas recientes declaraciones realizadas por Oriol Mitjà, infectólogo del Hospital de Can Ruti de Badalona (Barcelona-España) y asesor del inhabilitado presidente de la Generalitat, Quim Torra. Este joven médico-investigador, especializado en medicina interna y en enfermedades infecciosas, doctorado desde hace apenas ocho años, cuenta en su haber con una serie de reconocimientos a su labor investigadora.

Unas declaraciones que, muy claras y directas que denotan la realidad profunda de una España que sufre una descomposición histórica, van dirigidas no sólo a Fernando Simón, el hombre estrella o estrellado, que está al frente de la dirección del Centro de Coordinación de Alertas e Emergencia Sanitaria desde marzo de 2020, tras el brote pandémico del Covid-19.

El Dr. Mitjà decía: “No tiene el currículo para hacer esto, no da la talla. No tiene especialidad MIR, no tiene doctorado, no tiene publicaciones relevantes” (sic). Pues bien, no soy nadie para valorar la trayectoria de Fernando Simón Soria, pero si para plantear la existencia de comportamientos viciados y corruptos, no ya en las designaciones de responsabilidades públicas, tanto a nivel estatal, autonómico, local o en esos amigables espacios anexos, sino en el acceso a la demanda laboral pública, con todas sus artimañas, trampas y engaños.

No podría hablar con propiedad y concreción del ámbito nacional, aunque no se me escapan las diversas manifestaciones tanto históricas como actuales sobre una sociedad endogámica bajo el poder bipartidista, que han apuntado desde siempre los pocos pero grandes intelectuales hispanos.

Por el contrario conozco mucho mejor la realidad de ese Archipiélago Atlántico e Ultraperiférico, que vive de la mendicidad europea y que beneficia a las grandes empresas multinacionales y a las familias endógenas, que se reparten todos los espacios entre ellos: desde el ámbito administrativo institucional hasta la composición de la Enseñanza Superior.

Es más que probable que una gran parte de los lectores que se atrevan a leer este articulillo concluya que este texto está lleno de sandeces y que responde a teorías conspiranoicas. Cada cual es libre de pensar lo que quiera, con o sin fundamentos, allá cada cual con sus intereses y su ética. Pero muestras hay miles. Simplemente por señalar alguna, podemos recordar un suceso metafísico e inexplicable reciente de noviembre de 2019, que señalaba que la hija del presidente de La Gomera y una amiga y su pareja” fueron los únicos que aprobaron SIN FALLO las oposiciones de Enfermería. Pues bien, ese señor Curbelo, vitalicio virrey de la colombina isla de La Gomera, exsocialista, es actualmente uno de los pilares de ese “pacto de las flores podridas” del actual gobierno de Canarias.

En cualquier caso ese asunto no es ni siquiera la punta del iceberg sino una ínfima mota de granizo. Si alguien, algún osado, se atreviera a indagar e investigar los apellidos de los funcionarios del Gobierno, de los Cabildos (sus organismos autónomos) y de los municipios insulares, además, de establecer vínculos parafamiliares creo que podría demostrar la existencia no sólo de una inmensa red de favoritismo sino algo mucho peor, la constatación de un contingente de incapacidades alarmantes. Así va la España y las Canarias de los amiguismos en todas sus facetas, desde la cultura hasta la Administración.

¡Santiago y cierra, España! De aquellas aguas, estos lodos. ¡VIVA HONDURAS!

Cuenca (Ecuador) octubre 2020

El cementerio de PEDRO SÁNCHEZ

Por: José Manuel Castellano

“Abrázame hasta que el PSOE sea de izquierda”

La Ministra de Educación del Reino de España, María Isabel Celaá Diéguez, y la Concejera de Educación de la república bananera del gobierno de Canarias, Manuela Armas, han encontrado la pócima mágica y definitiva para poner fin al fracaso escolar. En breve, España y Canarias abandonarán conjunta y definitivamente la posición de farolillo rojo en esas estadísticas de la Unión Europea.

Uno ya está cansado y de vuelta de ese inconformismo social radicalizado de esos brabucones sindicalistas del mundo de la enseñanza, de esos padres y docentes protestones, además, de esos colectivos antisociales que atentan con demasiada frecuencia contra la honorabilidad, el buen hacer y praxis política-administrativa de esas excepcionales personalidades, con cualidades de servidores públicos, que sacrifican cruelmente a sus familias y especialmente a sus profesiones, escasamente remunerados, ajenos y alejados de comportamientos corruptos y en igualdad de condiciones jurídicas y derechos que cualquier plebeyo. En fin, de esos magnánimos “Santos y Santas de altares” que representan con tal alta dignidad al bien común y a la ciudadanía. Esos terroristas sociales con escasas luces no saben reconocer, ni valorar el gran aporte que ofrece a la humanidad, a la ciencia, a la cultura y a la educación estas dos mentes preclaras ¡Malagradecidos que son!

Un breve recorrido a través de sus declaraciones públicas en estos últimos meses de estos dos ejemplares (guárdame un cachorro) han manifestado con contundencia que su única apuesta es la vuelta al cole, sin tener sobre, o bajo, de su mesa una opción o plan B. Esos se llama gestión eficiente y eficaz, para que malgastar tiempo, preocupación, informes, prevención, etc. Ellas se han esforzado y empeñado en acabar con el fracaso escolar enterrando a los educandos en el cementerio de Pedro Sánchez, que también ha encontrado el modo de disminuir las listas de paro, este recogedor de financiación de una Europa, no vieja sino en fase moribunda, faceta en la que la Ultraperiférica Comunidad de Canarias es experta.

Ah, se me olvidaba comentarle que si usted quiere acabar por siempre con ese lastre de la sanidad pública, póngase en contacto con sus “compañeritos sociolistos” de Canarias, alumnos aventajados de ese engendro denominado Coalición Canaria, caciques actualizados, cuya base patrimonial se sustenta en los recursos públicos. Por último, disculpará mi injerencia, pero creo que usted debería ir pensando en promocionar al docto presidente de Canarias al ministerio de Economía o de Turismo, en ambas carteras prestará, sin duda alguna, un alto servicio, apocalíptico, claro está. Y mi penúltima sugerencia: váyase a su casa, tenga un gramo de dignidad, pero antes intente disolver, seguro que usted lo hará muy pero que muy bien, a ese partido de demagogos y vividores de la cosa pública.

Cuenca-Ecuador, septiembre 22 de 2020

Intervención de José Manuel Castellano en la presentación de CRÓNICAS DESDE ECUADOR

Por: José Manuel Castellano GIl

Buenas tardes-noches con todas y todos, saludos para los amigos que nos acompañan desde España, Canarias, Tenerife, Gran Canaria, La Palma, Cuenca, Azogues, Cañar, Machala, Quito, y Riobamba.

Gracias, Sr. Rector de la Universidad Católica de Cuenca, Dr. Enrique Pozo por su asistencia, al igual que a las diferentes autoridades académicas y culturales presentes, como al Vicerrector de investigación de la UNAE, Dr. José Ignacio Herrera, a la Sra. Decana de la Facultad de Educación, Artes y Humanidades  de la U. Católica de Cuenca, Dra. Priscila Ávila, y al Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Cañar, el Dr. Edgar Palomeque, estimados colegas, alumnos y especialmente a los doctores Manuel Ferrer y Wilson Zapata por la excelente predisposición de ambos en recoger la propuesta de elaborar el prólogo y epílogo a este libro, que me honran. Al tiempo quiero manifestar al Dr. Wilson Zapata mis profundas condolencias y enviarle un fraternal abrazo.

Seré muy breve, aunque seguro que mis alumnos no se lo van a creer. Sólo quiero compartir una idea con Ustedes. Me van a disculpar, pero el impacto recibido por las palabras que me han regalado esta noche me ha dejado sin posibilidad de reacción, y tan sólo quiero mostrar mi gratitud inmensa, aunque considero, y no es falsa modestia, que tampoco es para tanto, porque muchos de ustedes son verdaderos modelos a seguir.

Simplemente respondo y actúo no por mí, sino por el peso, por la influencia y por la enseñanza que he recibido de mi familia, de mis amigos, de mis admirados maestros, de mis apreciados colegas, de mi mujer que es fundamental en mi vida, de mis queridos alumnos e incluso de aquellos, que muy acertadamente, se consideran mis enemigos.

De todos aprendo y sigo aprendiendo, gracias de corazón a todos, porque yo no soy yo, soy una suma de muchos, que me ha permitido crecer y simplemente este modesto compromiso socioprofesional es una pequeña devolución a esas enseñanzas. Gracias, muchas gracias por siempre.

EL REALISMO MACONDIANO

Por: José Manuel Castellano

Recién leo una nota del Sr. Rolando Tello, intitulada “Pandemia en la cultura”, que me ha enviado una querida amiga y poeta universal, donde se anuncia que “el Núcleo del Azuay de la Casa de la Cultura habría decidido cerrar la biblioteca “Manuel María Muñoz Cueva», de la institución, creada en 1947” (sic). La verdad, noticia difícil de digerir y aunque no doy pábulo, he de reconocer que todo es posible y más que probable, ya que pocas cosas a esta altura de mi vida me pueden sorprender.

Esta pandemia ha resultado una excelente excusa para tapar la pésima gestión de unos, en el mejor de los casos, y el argumento ideal para esconder la ineficiencia de otros.

El Bicentenario de la Independencia de Cuenca se ha convertido en un mero trámite protagónico de declaraciones de cara la galería, sin un acompañamiento de acciones reales. Resulta sorprendente que todavía en el ecuador del 2020 no exista un programa articulado de acciones sino improvisados remiendos mal costurados que, indudablemente, no se merece esta histórica ciudad cultural y patrimonial.

Cuenca (Ecuador), agosto de 2020

Ruido de sables

Por: José Manuel Castellano

Mi fiel y leal escudero, no oyes a lo lejos ruido de sables. No mi Señor Quijano, es tan sólo el feroz y frío viento que golpea las ramas desnudas de los guayacanes. Sigamos pues, cabalgando hacia la Sierra, hacia el frente del campo de batalla, que ésta calor, amigo Sancho, alimenta tu espíritu plebeyo.

Días más tarde, los alaridos de un pregonero detienen su marcha. “De parte del señor Alcalde, a partir de este momento, ante la amenaza de una invasión diabólica invisible, queda prohibida toda faena en el campo, toda reunión pública y se clausura obligatoriamente todas las tabernas y homilías”. Ves Sancho, que no era el murmullo del viento.

Obligados por las circunstancia se hospedan en un húmedo pajal. Pasaban los días, las semanas y meses. Las muertes aumentaban, la miseria y el hambre invadían todos los rincones y los ecos de robos en el Concejo Municipal, a manos de los propios dignatarios, se esparcían y retumbaban por toda la vecindad. Sancho levanta, ha llegado la hora de enfrentarnos al infiel con espada en mano. Primero la muerte que la indignidad en vida.

La bancarrota estaba servida en vísperas de un nuevo proceso de designación de dignidades. Las fuerzas estaban fragmentadas, todos disparaban contra todos. El exilado se frotaba las manos allende los mares. La hoja de ruta diseñada para impedir su retorno había fracasado.

El descontento del populacho subía de tono ante la descomposición generalizada, que anunciaba un caos inevitable. Algunos síndicos reclamaban una suspensión de los nuevos nombramientos y algunos alguaciles se reunían en secreto para abordar una salida, espada en mano, bajo una defensa de la legalidad vigente y un juramento de provisionalidad. Usurparían el Concejo, dado el estado de emergencia general, con la finalidad de devolver, en un futuro cercano, el restablecimiento a la normalidad.

No oyes, pues, ruidos de sables, amigo y fiel escudero Sancho. No pierdas tiempo, ensilla a Rocinante, hay que liberar a Dulcinea de las garras del pasado.

Cuenca (Ecuador) junio de 2020