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Artificios de la corrupción

Por: LOLO ECHEVERRÍA ECHEVERRÍA

Para el ciudadano, como espectador, resulta difícil descifrar el juego político del asambleísta, la Ministra de Gobierno y la plataforma que ha filtrado conversaciones entre acusados y acusadores en la corrupción hospitalaria. El caso se ha convertido en una pugna de poderes; la Asamblea Nacional pide al Presidente que retire a la Ministra pero ella se niega a renunciar y exhibe el respaldo del Gobierno.

Cada vez que alguno de los actores de este embrollo saca una de las cartas escondidas con las que participan en el juego, los espectadores cambian de perspectiva. Unas veces parecen inocentes otras culpables y la realidad se difumina. Me recuerda una exposición presentada en Quito de la obra cinética del venezolano Jesús Soto que divertía mucho a los visitantes. El artista creó un efecto espacial tridimensional superponiendo láminas transparentes de plexiglas para cambiar la visión del espectador cuando se desplaza delante de la obra. Era fascinante observar a los espectadores moviéndose para percibir la vibración o la transformación de la obra. El público descubría la ambigüedad de la percepción espacial.

Este artificio de hacernos cambiar la perspectiva para hacernos ver lo que no es, se llama trampantojo en arte y paralaje en astronomía; es el cambio aparente de la posición de un objeto visto sobre un fondo más distante, cuando se cambia el punto de observación.

Desde la perspectiva del asambleísta acusado de corrupción y aparente autor de las filtraciones: la Ministra era amiga, chateaba con él y cruzaban confidencias y consejos. Con esto se insinúa que la Ministra estaba al tanto de todo y fue quien entregó los hospitales a cambio de los votos en el juicio político, convirtiéndole en partícipe de las irregularidades denunciadas.

Desde la perspectiva de la Ministra: contestaba los chats por cortesía, no era amiga y nunca negoció nada con el acusado. El nombramiento de personajes sugeridos por el acusado solo fue coincidencia porque otros también hicieron la misma sugerencia. Todo lo demás es mala fe.

Desde la perspectiva de la plataforma utilizada como instrumento de las filtraciones: difunden informaciones, verificables, de interés para la opinión pública y útiles para descubrir la verdad de la corrupción en los hospitales públicos. Se amparan en los privilegios del periodismo para no revelar las fuentes.

Las obras de Soto estaban compuestas por tres planos superpuestos, fijos; el movimiento del espectador creaba la ilusión de movimiento en la obra. Los tres planos fijos del escándalo de los hospitales son: el asambleísta solicita el nombramiento de los funcionarios que robaron y le dieron participación en el botín. La ministra habló con el asambleísta de los nombramientos, que debían hacerse por concurso, y obtuvo el voto de los acusados que le libraron del juicio político. La plataforma que difundió las filtraciones escogidas e incompletas, prestando un servicio a los acusados. Estos tres planos fijos no se han movido, lo demás son paralajes.

FUENTE: EL COMERCIO

25 Sábado 05 de septiembre 2020

 

Filtraciones y escándalos

Por: LOLO ECHEVERRÍA ECHEVERRÍA

Vivimos en la era de la imagen; lo que no se puede ver y mostrar no existe. Desde siempre, los políticos han ocultado ciertos hechos y por eso existen el secreto de gobierno, el secreto de guerra, el secreto de Estado. Eran cosas que todos sabían pero no se podían mostrar ni decir. Los gobiernos y los altos funcionarios, manejan el secreto pretextando que desean evitar alarmas o quebrar la paz social; es decir, nos tratan a los ciudadanos como a niños.

Esta costumbre de los gobernantes de ocultar los negocios del Estado, ha llegado muy lejos. Preservar la paz social, se asume, autoriza la mentira o al menos lo que se llama confidencialidad. Los términos de la deuda son confidenciales, los contratos con China tienen cláusulas de confidencialidad. Se han ido al diablo el derecho a la información y el derecho de los electores a fiscalizar a sus representantes. Ahora tenemos déspotas que nos imponen todos los días sus verdades y nos dan de comulgar con ruedas de molino.

Los secretos que se sueltan de vez en cuando se llaman filtraciones y son aireadas por los mismos custodios de los arcanos para castigar a alguien, para provocar algo, para ocultar algo. Por este manejo profesional del secreto se ha puesto de moda, en todas partes, la filtración de grabaciones utilizando a los medios de comunicación o las redes sociales.

En México, el presidente López Obrador, es un maestro de las verdades alternativas y discursos paternalistas. Todos los días relata los hechos y dice cuáles son verdaderos y cuáles falsos. Hace pocos días consiguió la extradición de un ex director de Pémex, ‘la mina de oro’ de los políticos mexicanos. El corrupto confeso se ha dado gusto imputando, sin presentar pruebas, a políticos de oposición. Sus acusaciones llegan primero al escritorio del Presidente para que saque provecho político. El extraditado ha declarado que varios ex presidentes recibieron plata de Odebrecht para la campaña electoral. Pocos días después se filtró un video en el cual aparece el hermano de López Obrador recibiendo dineros para la campaña. No confundan, explicó el Presidente con aire didáctico, son cosas totalmente diferentes, una es corrupción y otra es colaboración.

Cito el caso de México porque es más fácil reír del ridículo ajeno, pero nosotros tenemos muchos casos iguales o peores. Un acuerdo para robar dinero público se calificó de “acuerdo entre privados”; la compra de votos en la Asamblea, pagados con la entrega de hospitales para que negocien la compra de medicamentos, se transformó en un caso de confiscación de una pistola vieja y algunas vasijas rotas.

Para mantener la paz social o evitar alarma entre los ciudadanos-niños, se nos viene diciendo casi todos los días que la pandemia está bajo control, que ya mismo llega al pico, que hay camas suficientes, que a nadie se le niega atención médica; así llevamos meses empobreciéndonos irremediablemente.

FUENTE: EL COMERCIO

Sábado 29 de agosto 2020

 

 Héroe o prófugo

Por: LOLO ECHEVERRÍA ECHEVERRÍA

Sábado 22 de agosto 2020 Los temas que se debaten en la campaña son intrascendentes: si Correa puede ser candidato para la Vicepresidencia, si se unirá la derecha, si los indígenas llegarán a la segunda vuelta. Nada de eso ocurrirá y nada de eso importa. La política se ha vuelto experta en andar por las ramas. Así lo demuestran las discusiones bizantinas planteadas sobre la participación de Correa que solo sirven para hacerle campaña gratuita a sus candidatos.

Los juristas se preguntan si puede ser candidato a la Vicepresidencia; unos dicen que sí, otros que no y otros se contradicen en sus razonamientos. No puede ser, dicen, porque está vetado para la Presidencia y el vicepresidente solo está para reemplazar al presidente, según la Constitución. Ya que no soy jurista, no discuto con ellos, pero observo el argumento. Si este razonamiento fuese válido tampoco podría ser asambleísta ya que, eventualmente, podría llegar a ser presidente de la Asamblea y entrar en la línea de sucesión.

También debaten entre juristas si la sentencia está ejecutoriada o no y por tanto si está habilitado para presentar su candidatura. La sentencia ya está ejecutoriada dicen, basándose en una consulta, y la casación es un recurso especialísimo, pero no es una tercera instancia. Cómo puede estar ejecutoriada si puede caerse en cualquier momento. Los jueces que deben resolver pueden determinar que se ha violado la ley o se ha interpretado mal al dictar sentencia y mandar al archivo el juicio. El acusado podría pasar a ser acusador.

Estas discusiones bizantinas son ociosas porque Rafael Correa no tendrá el valor de presentarse personalmente. Por el caso Balda tiene orden de captura y se cuidará de mantenerse lo más lejos posible. Imaginemos que se tratara de un político que se sabe inocente y tuviera el valor de anunciar su retorno. Al presentarse personalmente al Consejo Nacional Electoral ordenarían su captura. Imaginemos el operativo que podrían montar entre la Fiscalía, los jueces, el Ministerio de Gobierno, la Policía y la televisión.

Si esto ocurriera, convertirían al prófugo en héroe y asegurarían la elección del candidato del correísmo. Ya se quisieran los correístas un líder de estos quilates. No pueden no haberlo pensado, pero no se atreverían a pedirle que corra ese riesgo o le dirán, con boca chiquita, que jamás permitirán que su gran líder se exponga a semejante peligro.

La verdadera campaña electoral se desenvuelve en los pasillos de los nerviosos que desde el poder han llevado al populista que destruyó nuestras instituciones y estableció el gobierno más corrupto del siglo, hasta los dinteles de la cárcel. Ahora se pelea contra el tiempo entre la justicia y la impunidad. Se compara con el caso de Argentina aunque no es comparable. Cristina no salió huyendo, se quedó a dar pelea. Macri, no pudo o no quiso presionar a la justicia y ahora Cristina está a punto de colocar una gavilla de mandaderos como jueces para que deshagan lo que hicieron los jueces valientes. La venganza está servida.

FUENTE: EL COMERCIO

Sábado 22 de agosto 2020

Lo feo de la campaña

Por: LOLO ECHEVERRÍA ECHEVERRÍA

La triste campaña electoral tiene aspectos indecorosos que no han sido corregidos ni pueden corregirse porque son consecuencia de la crisis de los partidos. Les llamamos partidos políticos por costumbre, pero solo son grupos que tienen el privilegio de designar candidatos. Y la primera indecencia de la campaña es la presencia de candidatos a la Presidencia sin partido político y partidos políticos sin candidato.

La democracia está bañada de corrupción, dice uno de los aspirantes, y sugiere que se compra y se vende inscripciones de candidatos. Es curioso que esta vergüenza política, tenga un valor electoral por sí mismo y se le llame “outsider”. Debería llamarse en castellano oportunista, audaz o aventurero y en quichua apodarse huairapamushka.

Otra vergüenza de la campaña, nombrada también en quichua, es el chimbador, candidato que no puede ni quiere triunfar sino impedir que otro gane. Dos candidatos de la misma tendencia, aunque juntos tengan el triunfo, no se unen por resentimiento personal, envidia o intereses ocultos; no solo merecen repudio sino desprecio.

También es indecente que nos obliguen a votar basados en un padrón sucio, con un sistema de escrutinio opaco y con un Consejo Electoral dividido por intereses contrapuestos. Si sospechan entre ellos de manipulación de los resultados, bien podrían ahorrarnos el acudir a las urnas y proclamar por mayoría al presidente.

Es una grosería que eliminen o califiquen partidos a última hora. La obligación era resolver tres años antes, cuando se proclamaron los resultados o antes, cuando se presentaron las firmas. Los cuestionamientos pasan de mano en mano, se hacen interpretaciones, se fabrica y acomoda reglamentos y lo que pesa más en las decisiones queda oculto para los electores.

Entre tantas cosas feas, lo más indecente es el menosprecio a los electores, atropellando incluso su libertad. El voto que era un derecho, los políticos convirtieron en una obligación, sujeta a sanciones. El voto obligatorio es un remedio autoritario para el temor de los políticos a la poca participación de los ciudadanos y la crisis de representatividad que vienen sufriendo. Mientras sigamos votando por obligación, pero sin convicción, seguiremos acudiendo en tropel a elegir a quien se parezca más a un mago o caudillo antes que al estadista capaz de decirnos la verdad y de trabajar con la realidad.

Porque no hay las garantías mínimas en la elección tenemos representantes, elegidos en las urnas para legislar y fiscalizar, que se encuentran ahora presos, fugados, acusados o denunciados, desnudando la crisis de los partidos y de la democracia. Y todavía vemos que se habla de los políticos y sus validos a quienes se ha entregado los hospitales, pero no se investiga a los que entregaron esos hospitales para el pillaje. La depuración de la lista de electores y de la lista de candidatos es lo menos exigible para eliminar lo más feo y repelente de la campaña.

FUENTE: EL COMERCIO

Sábado 01 de agosto 2020

Asambleístas discapacitados

Por:  LOLO ECHEVERRÍA ECHEVERRÍA

Imaginar un político que aborrezca la política está más allá de la imaginación, es como un león con alas, una quimera. Los políticos están obligados a seguir diciendo que es la actividad más noble que existe, porque se ocupa del bien común y todos se presentan como desinteresados benefactores que no buscan nada, sino que se entregan a una vida de servicio, renuncian a los beneficios que podrían obtener aplicando su talento y popularidad en negocios lucrativos. Más desprendidos que Santa Teresa de Calcuta.

La realidad nos muestra algo diferente. Hay políticos que roban todo lo que pueden, comparten el botín con sus cómplices y hacen leyes para taparlo. La última historia de ladrones, que es nuestra historia, se refiere al reparto de carnés de discapacidad. Esos carnés debían servir para que los discapacitados se beneficien de alguna rebaja en impuestos, no para que una banda de ladrones venda a USD 1 300 dólares cada uno y para que otros ladrones puedan comprar carros de lujo liberados de impuestos y se ganen USD 60.000.

Con muestras de indignación nos dicen ahora que revisarán los carnés concedidos y prohibirán la importación de vehículos liberados de impuestos. El remedio perjudicará a los discapacitados de verdad, pero no afectará a los ladrones, a ellos las leyes les protegen. La Asamblea aprobó en octubre de 2018, por unanimidad, y con la sanción del Ejecutivo, una reforma a la Ley Orgánica de Discapacidades para prohibir la revisión de los carnés. Dice textualmente la Ley Orgánica para la Optimización y Eficiencia de Trámites Administrativos en el Art. 10: “Se prohíbe exigir la recalificación de la discapacidad” y en el Art. 115 añadió como infracción sujeta a sanciones: “Exigir la recalificación de la discapacidad”.

Las investigaciones ofrecidas llegarán, si acaso, a revisar los carros de lujo importados y la venta de carnés, pero no será fácil probar si los falsos discapacitados se acogen a la reforma que prohíbe la recalificación. El tema quedará para la chacota que ha empezado ya con el rumor de que todos los asambleístas son discapacitados y la burla de que no ven nada malo porque han sido ciegos.

Para superar la crisis de los partidos políticos y las instituciones públicas y para combatir la corrupción, habría que pasar por encima de los partidos, aprobar leyes por consulta popular; leyes que resuelvan problemas concretos y que castiguen a los que se burlan de ellas, las interpretan o las reemplazan por otras a su conveniencia. Sin embargo, cuando alguien propone un proyecto en estos términos, los políticos y sus monaguillos rechazan la propuesta, la consideran tramposa y se envenenan con sospechas. Prefieren continuar con los pleitos entre poderes e instituciones, cabildeos para llevar el agua a su molino, argumentar a favor de sus amigos o benefactores y mantener vivos los rencores, los prejuicios y los estereotipos que han podrido la política.

FUENTE: EL COMERCIO

Sábado 04 de julio 2020

CNE vs. Contraloría

Por: LOLO ECHEVERRÍA ECHEVERRÍA

La pugna entre la mayoría del Consejo Nacional Electoral y el Contralor nos ha dejado perplejos a los ciudadanos. Tendríamos que apelar a los expertos para entender, pero ellos tampoco lo tienen claro o no hablan con transparencia. Aparece un experto en los medios y declara, urbi et orbi, que el Contralor tiene facultades para observar a cualquier funcionario, sin excepción, y si los tres vocales del CNE no cumplen sus recomendaciones, debe destituirlos.

Otro experto se presenta para dictaminar, ex cátedra, que la calificación de los partidos es facultad privativa del CNE y que, estando iniciado el proceso electoral, nadie puede interferir en él so pena de destitución. Incluso recomienda a los vocales de mayoría del CNE que sean valientes y destituyan al Contralor.

Los ciudadanos se dividirán en dos bandos y dejarán de discutir los argumentos; el tema se convertirá, como todo, en una competencia. Hacemos rankings incluso con el número de muertos de la pandemia. Bastará con encontrar la conexión de uno de los bandos con el correísmo para que se convierta en un pleito entre buenos y malos y todos empiecen a tomar partido.

Esta forma de plantear los asuntos es perversa y destructiva. No tengo más remedio que repetir una anécdota de los sofistas porque demuestra cómo los políticos nos engatusan a los ciudadanos:

Un estudiante pobre que quería estudiar leyes le propone a un filósofo, que era también maestro, que le enseñe derecho y que le pagaría con el primer juicio que gane. El maestro acepta y firman el contrato. Cuando el maestro le pide, tiempo después, el pago de sus honorarios, el estudiante le responde que todavía no ha ganado el primer juicio. El maestro anuncia que le llevará ante el juez y le amenaza que tendrá que pagarle de todas maneras; si gana el juicio, por mandato del juez y si pierde el juicio, en virtud del contrato pues habrá ganado su primer juicio. El alumno le responde que no tendrá que pagarle de ninguna manera, si gana el juicio por mandato del juez, y si pierde el juicio, en virtud del contrato pues no habrá ganado su primer juicio.

El Contralor y los vocales del CNE , igual que maestro y alumno, no pueden tener ambos la razón; según las reglas de la lógica uno de ellos está equivocado o ambos. No se resuelve destituyéndose mutuamente ni apelando a facultades privativas; dividirán al país y ambos defraudarán. Tal como se puso en peligro el prestigio de la Fiscalía, ahora ponen en riesgo el de la Contraloría.

No parece correcto que tres vocales del CNE hagan de su capa un sayo porque son mayoría; peor si han habilitado a los partidos a cambio de los votos en el juicio político a la presidenta. Tampoco parece correcto que el Contralor decida cuál partido es calificado y cuál descalificado. Si se analizaran a fondo las firmas de los afiliados a las organizaciones políticas, no sobreviviría ninguno de los 280 partidos y movimientos. Tenemos 30 días para hacer apuestas.

FUENTE: EL COMERCIO

Sábado 27 de junio 2020

¿Qué quiere el gobierno?

Por: LOLO ECHEVERRÍA ECHEVERRÍA

El Gobierno ha quedado atrapado en sus propios hilos, sin salida aparente. Este Gobierno no puede culpar de la crisis económica a nadie porque ha hecho lo mismo que el gobierno anterior. Nunca bajó el gasto público, nunca frenó la deuda, nunca paró el despilfarro, nunca combatió la corrupción.

Ahora requiere tanto dinero que es imposible conseguirlo. Para endeudarse necesita credibilidad y para aumentar impuestos, mayoría legislativa. El panorama político es más sombrío. No hay quién le eche una mano; en la última redada en contra de la corrupción no han caído los enemigos sino los amigos. El Gobierno promovió como candidato al vicepresidente para después resentir y quitarle la plataforma que le había ofrecido. Ahora se dice que espera el momento oportuno para renunciar y lanzar una candidatura independiente. Se dice, porque no se sabe con certeza nada, solo informaciones parciales que filtran los mismos funcionarios. La situación de debilidad, falta de credibilidad y soledad no puede ser peor. En estas circunstancias hablar de aplazamiento de las elecciones resulta temerario.

Las condiciones de la salubridad son de una fragilidad que estremece. Las cifras oficiales distan demasiado de las cifras reales de contagiados y de muertos; mantener el aislamiento va a resultar imposible, aunque los hospitales estén saturados. El peligro es ahora mayor que al inicio de la pandemia. Cuando termine el confinamiento se harán visibles el nivel de desempleo y el incremento de la pobreza. La protesta espera pretexto.

El Gobierno que ha sido manso y tolerante con la corrupción, durante tres años, se une ahora con la Fiscalía para destapar una cadena de denuncias de corrupción de la peor calaña porque se trata de robos a los enfermos y a los muertos. Si la Fiscalía se empeña en la investigación de la corrupción en los hospitales y quiere parecer independiente, tendrá que encontrar, tarde o temprano, a quienes repartieron los hospitales. Los acusados pueden irse “jalando el mantel” y revelando el mecanismo completo de corrupción que inicia con la urgencia de votos en la Asamblea para apoyar proyectos e impuestos del Ejecutivo. Por eso muchos se preguntan si el Gobierno está pegándose un tiro en la nuca, si trata de provocar el caos o ha decidido jalar todos los hilos “caiga quien caiga”.

Los que le hablan al oído a Lenin se sacan los ojos entre ellos, según las filtraciones publicadas en los portales. El Ejecutivo escucha a todos y los mantiene a todos seguramente para que, entre ellos, se limiten los poderes siguiendo la fórmula de Montesquieu. Los juegos de poder, sin embargo, son complicados y se comete errores. Le han puesto en aprietos a la Fiscal haciéndole aparecer en colaboración con el ministerio de Gobierno y “puesta por Lenin”, como dijo el secretario de Gabinete. Desprestigian a la mejor figura pública. O sale golpeada la Fiscal o salen golpeados los que entregaron los hospitales.

FUENTE: EL COMERCIO

Sábado 20 de junio 2020

El desfile de los inocentes

Por: LOLO ECHEVERRÍA ECHEVERRÍA

Cuando enviaron drogas a Italia en la valija diplomática, parecía imposible que escaparan los traficantes metidos en la Cancillería porque había varios detenidos en Italia. Pero ellos eran badulaques que hacían el trabajo sucio para corruptos de alto rango. En Ecuador nunca pasó nada. Todo terminó con una célebre caricatura en la que vivarachos ecuatorianos decían: “nosotros ya tenemos los inocentes, que Italia busque a los culpables”. Uno de tantos episodios que han quedado en la impunidad.

En nuestro país hay un desfile de inocentes de inicio a final de los gobiernos porque todo el tiempo hay actos de corrupción. Pese a la penuria económica en que vivimos, los ciudadanos seguimos pagando funcionarios, policías, fiscales, jueces, organismos de control y comisiones anticorrupción y, sin embargo, las denuncias que se hacen públicas casi siempre provienen de la prensa, de ciudadanos honrados o de empresas que han perdido los concursos de ofertas. Los pocos casos que han llegado a juicio y los poquísimos que han avanzado hasta la sentencia han sido por venganza política, por interés electoral o por clamor ciudadano.

El pueblo sabe que los casos comienzan con gran escándalo, se dilatan con mucha paciencia, se diluyen y terminan sin que nadie se de cuenta. Sería mucha torpeza y tozudez seguir creyendo en la lucha anticorrupción. Los casos no dan sino para una nota de crónica roja.

Los últimos escándalos estaban envueltos en nieblas desde el inicio porque los operativos de la llamada “fuerza de tarea”empezaron en Quito con el allanamiento a una casa equivocada; y en Guayaquil con gran aparato para encontrar un arma sin permiso. También se llevaron cajas con insumos médicos, pero no llegaron hasta el juzgado.

La Fiscal dijo que las cajas eran parte de otro caso. La Fiscalía culpó a los jueces y advirtió que no es posible continuar con estos resultados; la lucha contra la corrupción no es firme, añadió. Eso se ha dicho siempre. Cuando hay escándalos de corrupción hay que mirar a otro lado para averiguar qué tratan de ocultar. Ahora mismo hay un elefante paseando por la vidriería y nadie habla del elefante sino de los vidrios rotos. León Roldós, de quien es imposible dudar, ha revelado de un crédito de 500 millones obtenido poniendo en manos del prestamista 1 250 millones en papeles con los cuales podía quedarse si el Gobierno no pagaba a tiempo el préstamo. Mientras tanto se ocupan de calcular el precio del arroz, el azúcar y atunes en los kits humanitarios.

La Fiscal General no puede librar sola una guerra contra la corrupción. Si no participa en la lucha todo el sistema no habrá resultados. La “fuerza de tarea” debería ser de tres sectores juntos: la ciudadanía, el empresariado y el Estado. Rechazo ciudadano a los corruptos, cero comisiones a los funcionarios y cárcel para los ladrones.

FUENTE: EL COMERCIO

Sábado 06 de junio 2020

Ríos de dinero

Por: Lolo Echeverría Echeverría

Lo que cuesta mantener el aparato estatal son ríos de dinero; lo que el Estado se ha llevado de la Seguridad Social son ríos de dinero; lo que se lleva la corrupción, de antes y de ahora, son ríos de dinero. En el mundo correrán ríos de dinero de los estados a las empresas privadas para evitar la quiebra y a los desempleados para que sobrevivan. Esos ríos de dinero saldrán principalmente de las imprentas estatales de billetes y provocarán inflación que pagarán los ciudadanos. Nosotros no tenemos imprenta de billetes por ser un país dolarizado, por eso desespera el Gobierno y busca ríos de dinero en impuestos y en deuda externa.

Los políticos son imaginativos y encuentran mil fórmulas para disfrazar una sola operación: sacarle dinero a los ciudadanos. Cuando tenían imprenta de billetes, que debe estar oxidándose en Sangolquí, imprimían billetes y provocaban inflación. Esta es una manera de hacer valer menos el dinero porque puede comprar menos. Ahora que no pueden imprimir billetes hacen trabajar igual por menor salario. Así han inventado la fórmula para reducir el valor del trabajo porque permite comprar menos.

La buena noticia que nos ha dado esta semana el Presidente es que también el Estado gastará menos. Aunque no nos ha dicho desde cuándo ni el detalle. Aunque tarde, parece que el Gobierno encontró el camino correcto. Reducir embajadas y diplomáticos que las llenaban como premio. Reducir el número de burócratas; ojalá que salgan los pipones y no los buenos funcionarios. Reducir instituciones inútiles como la Secretaría Anticorrupción; Dios quiera que los pipones no sean reubicados. Reducir el número de obras; aunque no se ha sabido que el Gobierno las haga.

Sorprende que en el plan de reducción del gasto estatal no se incluya alguna idea para evitar la corrupción y para recuperar el dinero robado. La ley de extinción de dominio que permite confiscar los bienes de los ladrones quedó en el olvido. En España, a los evasores de impuestos les obligan a devolver el triple de lo evadido o van a la cárcel. Así hacen pagar debidamente los impuestos a las estrellas del cine y la televisión y a las millonarias estrellas del fútbol que no querían pagar.

La pandemia de coronavirus ha dejado a la vista las vergüenzas de los gobiernos. No cuidan la salud, no protegen a los ancianos, no crean riqueza, no garantizan los servicios básicos, no combaten la corrupción. Gastan ríos de dinero en obras faraónicas ideadas por políticos vanidosos. Nuestras plataformas administrativas, ¡qué absurdas ahora que se busca el distanciamiento social! En lugar de una plataforma se hubieran construido 20 oficinas repartidas para que los ciudadanos gasten menos en transporte y eviten aglomeraciones. Ya nos dirán los expertos que ahora no conviene la ciudad vertical sino la ciudad horizontal. El cambio costará ríos de dinero.0

FUENTE: EL COMERCIO

Mayo 23 de 2020

El gobierno del absurdo

Por: LOLO ECHEVERRÍA ECHEVERRÍA

Un barco se hunde en alta mar, el capitán consciente de que no llegará ayuda a tiempo pide a la tripulación y a los pasajeros que se preparen para bien morir. Pregunta si hay un sacerdote; no hay. Un rabino, un pastor o una monja; no hay. Desesperado pregunta por alguien que sepa algo que se hace en la iglesia; se adelanta un avaro y, relamiéndose, recoge la limosna.

Es una historia humorística y el humor se construye con el absurdo. ¿De qué le iba a servir al avaro incrementar algo su riqueza si estaba a punto de morir? Sin embargo, la historieta ilustra lo que nos pasa a los agobiados ecuatorianos que vivimos el espectáculo absurdo de la corrupción robando en la compra de víveres para los hambrientos, medicinas para los enfermos y fundas para los muertos. Es como patear el jarro del mendigo para robarle las monedas.

Absurdos son los proyectos de ley que pretenden cobrar impuestos a los damnificados para financiar al aparato culpable de la tragedia. Reclamar contribuciones a los ciudadanos y a las empresas, llega hasta la afrenta si comparamos con todos los gobiernos del mundo que ofrecen préstamos, ayudas, subsidios a los desempleados y a las empresas en peligro. Parte del absurdo es la oferta de rebajar el sueldo de quienes sabemos que no viven del sueldo, y también el espectáculo de los políticos en la Asamblea que ha juntado a la derecha con el populismo por razones opuestas y ha reconciliado a los que se proclaman víctimas con los que tildan de carceleros.

Es absurdo el espaldarazo de un embajador a un político nacional y la felicitación a un ministro por haber tomado los escasos recursos disponibles para pagar a los acreedores para obtener el favor de los prestamistas y, en definitiva, más endeudamiento. No es necesario eliminar instituciones y funcionarios inútiles, mientras los ciudadanos toleren impuestos y los prestamistas nos califiquen como buenos pagadores. Es absurdo el espectáculo de funcionarios reclamando la eliminación de instituciones que estorban y consumen presupuesto injustificadamente, mientras otros defienden a los pipones y a los amigos que pueblan oficinas inútiles, desde el ministerio de los mariachis hasta la secretaría anticorrupción. El absurdo parece haberse instalado como gobierno cuando se asegura que están en estudio las reformas que ofrecieron al comienzo y repiten cuando ya se les acaba el período.

Sobreviviremos al coronavirus y a la crisis económica; surgirán nuevos modelos de negocios que reemplazarán a los que desaparezcan y los nuevos atraerán los capitales. El virus ha desatado ya el comercio digital, la consulta médica a distancia, el teletrabajo y las videoconferencias. La explosión digital, provocada por el miedo al contacto físico, provocará la transformación de los sistemas de pago, el management, el transporte y la distribución, el control y la seguridad, la publicidad y la educación. A todo sobrevivirá el mundo, menos a gobiernos inútiles, corruptos o anticuados.

FUENTE: EL COMERCIO

Sábado 16 de mayo 2020