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Edgar Palomeque Vivar: Docente, académico, literato e intelectual

Por: Marcela Ulloa Pineda/ José Manuel Castellano Gil

Hace algún tiempo el Dr. José Manuel Castellano y quien co-suscribe estas líneas iniciábamos los primeros pasos de un ilusionante proyecto, que iba encaminado a reconstruir la Historia de vida del Dr. Edgar Palomeque Vivar, con la idea de intentar plasmar en un texto un exhaustivo recorrido por las distintas facetas de este insigne docente, académico e intelectual azogueño-ecuatoriano, con la finalidad de que esa aportación pudiera contribuir a difundir la trayectoria de un personaje relevante de la vida social, profesional, cultural de nuestra tierra y de un ciudadano modélico universal.

Desgraciadamente, durante el transcurso de ese proceso de recogida de información, se producía su fallecimiento. Un duro golpe que nos arrancó el alma y la posibilidad de continuar con ese aprendizaje enriquecedor que recibíamos en cada sesión, donde compartíamos inquietudes y reflexiones, rodeado de un entrañable ambiente de afecto que nos brindaba esos intensos encuentros tan especiales en su casa, cargados de una inmensa humanidad, generosidad y amabilidad que nos regalaba nuestro admirado Edgar Palomeque Vivar junto a su esposa, Doña Dolores Ubaldina Cantos Chávez. Un espacio inolvidable e irrepetible para nosotros.

Esa pérdida irreparable también truncó de cuajo el poder cumplir con la agenda investigativa que habíamos diseñado. No obstante y a pesar de esas dificultades presentadas, por perder el rico testimonio directo de este pro-hombre, decidimos continuar adelante con nuestro propósito, bajo el pleno convencimiento que sus vivencias, experiencia y trayectoria constituyen, sin duda alguna, un referente clave para la sociedad azogueña y ecuatoriana y, muy especialmente, en un guía y un valor excepcional para nosotros los jóvenes.

En definitiva esa Historia de vida, que está en fase de culminación en estos momentos, tenía como pretensión inicial dibujar su perfil -su entorno familiar y social; su proceso formativo; su etapa profesional; su faceta cultural; su producción literaria; acompañado de un amplio anexo documental y gráfico- y, con ello, rendir un modesto, pero justo y merecido, homenaje al legado de un hombre bueno.

Gracias Dr. Edgar Palomeque Vivar por su dedicación, por su esfuerzo, por su lucha, por su compromiso y, sobre todo, por sus valiosas enseñanzas y su huella imborrable. Hasta siempre, querido Maestro.

Graciela Malo: una mujer al servicio de Dios

Por: Marcela Ulloa Pineda / Estudiante de la Universidad Nacional de Educación -UNAE-

“El que en entre ustedes quiera ser grande tendrá que servir a los demás”. (Mt 20:26)

Conocer la vida de Graciela Malo González, nacida en Cuenca en 1927, es percibir diáfanamente los dones del Creador perpetuados a través de su labor. A los cuatro años ingresaba a la Escuela Santísimo Rosario, actualmente Unidad Educativa Rosa de Jesús Cordero, conocida como Las Catalinas, donde cultivó su fe. A sus veintidós años después de graduarse decidía entrar al noviciado de la Congregación de las Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción en Cuenca. Posteriormente en 1950 emprendía viaja a Quito para iniciar su postulado y tomar el hábito blanco y negro. En 1956 en Pompigñan (Francia) recibía los votos perpetuos y se trasladaba a Toulousse para iniciar sus estudios universitarios y después sería invitada al Instituto Regina Mundi de Roma donde consumaba su carrera en Ciencias Sagradas.

Sus primeros pasos en el mundo de la docencia los realizaba en la Escuela Heredia Bustamante y en el Colegio Santo Domingo de Guzmán en Quito. Son destacables las tres medallas de oro como la mejor educadora en Cuenca y en 1942 asumía el rectorado de Las Catalinas, tras la salida de su fundadora. Prácticamente no dejó a la Institución, trabajando desde 1964 hasta 2011.

Fue nombrada Provinciala por cuatro veces consecutivas, aunque el reglamento de la congregación contemplaba una reelección y la Constitución de la comunidad recogía que exageradamente podía considerarse un tercer periodo con decisión unánime. En el caso de Graciela, con permiso del Vaticano, obtuvo un cuarto periodo que fue concedido y aceptado. Durante su liderazgo se adquiría el edificio del actual Colegio Luisa de Jesús Cordero en el centro de Cuenca; colocaría la primera piedra en la construcción del campus de las Catalinas en Ricaurte; se constituía una fundación para ancianos en Tehuacán-México; y escuchando la voz del Papa Pablo XI enviaría religiosas a trabajar con los migrantes en Miami.

Graciela Malo era una mujer talentosa y de excelente oratoria, como lo demuestra el galardón obtenido a la mejor declamación, “La Lira de Oro”, entregado por la institución en “La Fiesta de la Lira” en 1982, además, obtuvo el cargo de Mantenedora siendo presidente el Dr. Carlos Cueva Tamariz. En el ámbito religioso fue miembro activo de Acción Católica y presidenta del Comité Orientalista. Asimismo a pesar de no haber estudiado música era cantante, compositora y autora de algunos de los tonos de las salmodias para las celebraciones e instauró, también, los coros dentro de la congregación.

Para concluir esta breve semblanza recogemos el testimonio de una hermana de congregación en sus últimos días de enfermedad donde se nos refleja el perfil de una mujer inmensa: “Con un cuerpo que se va, porque la vida es así, su alma está intacta. Tiene una lucidez que asombra. Es el tipo de mujer virtuosa y a la vez humanísima, muy humana para entender el problema, la debilidad, la fragilidad del ser humano y eso sigue siendo ahora desde su camita. En día y medio que la he acompañado han desfilado por lo menos hermanas de unas siete casas del Ecuador a verla, como quien dice queremos oírla hasta el último momento, queremos recibir su luz hasta el último instante”. En Ricaurte, Cuenca, un 28 de septiembre de 2017, con noventa años, iniciaba su último viaje.