Hoy celebramos el Día Internacional de la Democracia. La democracia es un ideal que reconoce a cada ser humano igual dignidad y las mismas libertades fundamentales: la libertad de pensamiento, de creencia, de expresión y de circulación.
Esos valores universales se consagran en la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyos 72 años recordamos este 2020, e inspiran la Constitución de la UNESCO.
La cultura, la educación, la ciencia, la comunicación y la información, que la UNESCO se propone promover en todo el mundo, pierden todo su valor si no se apoyan en valores universales, si excluyen a una parte de la humanidad y si no contribuyen a una mayor paz y justicia, según expresiones de la Directora General de la UNESCO..
La democracia no es solo un ideal moral, sino también un principio político y jurídico, afirma la doctora Audrey Azoulay, Directora General de UNESCO
La democracia se organiza, se construye y se profundiza gracias a la concesión de derechos políticos que permiten participar en la elaboración conjunta de las leyes e instituciones, gracias a elecciones libres, gracias a los mecanismos de control de los poderes, gracias a una prensa libre y gracias a ciudadanos activos y participativos.
Uno de los rasgos característicos del espíritu democrático es la convicción de que se logra mucho más con el diálogo, la concertación y la mediación que con la coacción y la arbitrariedad; en resumen, la ley debe prevalecer sobre la fuerza.
Por tanto, el ideal democrático es indisociable de la voluntad de solucionar los conflictos de manera pacífica y de la aspiración a la paz. Para la UNESCO, esa aspiración es un estandarte, precisa .Audrey Azoulay,
En este sentido, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas materializa ese ideal, que se profundiza constantemente en función de los nuevos retos que afronta cada nueva generación, que, al parecer, serán de gran envergadura a principios del siglo XXI.
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