Por Eduardo R.Saguier PhD.
Museo Roca-CONICET
http://www.er-saguier.org
VI.- Mudanza de la capital brasilera e intentos de romper la dualidad geográfica
A fines de la década del cincuenta, desaparecido Vargas por la fatalidad del suicidio, Brasil mudó por segunda vez en la historia su capital; pero esta vez hacia el interior del territorio, de Rio de Janeiro a Brasilia (dentro de los límites del estado brasileño de Goiás, entre Mato Grosso al occidente y Mina Gerais al oriente). Brasilia fue planificada como una plataforma para lograr la plena ocupación de la región interior. Para ello se abrió también la rodovia de Brasilia a Belem (Mickle Griesi, 2009), localizada en la misma zona donde tuvo su epicentro la heroica Columna Prestes (1925-27). Esta mudanza tuvo su ejecutor en el presidente Juscelino Kubitscheck (1956-61), pero pese a sus méritos geopolíticos –por haber penetrado al interior del Brasil—no alcanzó a romper el dualismo geográfico denunciado hacia medio siglo por Badia Malagrida, ni a integrar las cuencas fluviales del continente, perpetuando la partición, incomunicación y baja circulación entre los mismos países vecinos de la cuenca amazónica.
Años más tarde, agotado el largo régimen bonapartista, la dictadura militar brasilera (Garrastazú Medici, 1969-1974) –como reacción a la indiferencia de los regímenes populistas (Vargas, Goulart)– intentó vanamente romper dicha dualidad mediante una carretera vial inter-amazónica, pero fracasó rotundamente por ignorar la relevancia de las las cuencas fluviales. Esto ha servido para corroborar que no existe posibilidad alguna de integrar el Brasil sin la previa integración de todos los países que componen la cuenca del río Amazonas. Y ese fracaso se confirma en forma cada vez más escandalosa y catastrófica con el boom cocalero, pues este último viene contaminando los ríos (principalmente los ríos Mántaro y Apurimac, afluentes del río Tambo, y este del río Ene, a su vez afluente del Ucayali) con precursores químicos, al extremo que en ellos ha desaparecido la fauna ictícola y amenaza contagiar la totalidad de la cuenca con focos de contaminación microbiológica.
http://www.rpp.com.pe/2014-11-04-advierten-contaminacion-de-rio-apurimac-con-residuos-de-narcotrafico-noticia_739392.html
Paralelamente a estas propuestas y recomendaciones, en la historiografia lusitana de la década del 50, se desató un intenso debate entre el historiador portugués Jaime Cortesao y el brasileño Sergio Buarque de Holanda sobre la veracidad del mito de la «isla Brasil», donde se revela que los portugueses ya en el siglo XVII buscaban intencionalmente “… definir las fronteras de la colonia portuguesa a partir del Amazonas y la cuenca del Plata, pues percibían que a través de esas dos entradas se llegaba a un desconocido corazón del territorio sud-americano” (comunicación de Shellard Correa, 2015). El representante más genuino de esta pionera y auto-complaciente percepción de un fundacional “destino manifiesto” y de una hipotética “costa interior”, fue según Cortesao el bandeirante portugués Raposo Tabares. Luego de haber participado en las malocas contra las Misiones Jesuíticas y en la Guerra de Reconquista del nordeste contra los invasores Holandeses, Raposo Tabares navegó en 1648 por más de diez mil kilómetros a través de los ríos Paraguay, Grande, Mamoré, Madeira y Amazonas, alcanzando exitosamente Belén do Pará en la desembocadura del río Amazonas, y falleciendo poco después de las enfermedades originadas en la aventura expedicionaria.
http://www.scielo.br/scielo.php?pid=S0104-87752007000100005&script=sci_arttext
Posteriormente, en la década del 60, se dio el trabajo del Arq. Paulo Mendes da Rocha sobre la “costa interior” del Brasil, aludiendo al mito insular y al comportamiento vinculante e integrador de sus ríos y cuencas hídricas. En la década del ochenta, los hermanos Paul y Constantino Georgescu, venezolanos de origen rumano, tras una heroica travesía, recomendaron la misma ruta fluvial que va del Plata al Amazonas por la ruta del Guaporé-Madeira. Simultáneamente, nuevas tesis geopolíticas fueron ensayadas por académicos como Backheuser (1952), y por militares brasileros como Carlos de Meira Mattos (1980) y Golbery do Couto e Silva (1981). Meira Mattos desarrolló su tesis en tres ejes: espacio, fronteras y posición; y Golbery sostuvo que Brasil era un archipiélago, y que para que alcance influencia y liderazgo en Sudamérica debía cumplir con cuatro objetivos: “… estar suficientemente articulado al interior; efectivamente integrado; expandido en su extenso territorio, y debe manifestar control sobre sus fronteras” (Romero Gallardo, et. al., 2012).
www.histarmar.com.ar/InfGral-3/RdlPlataalOrinoco.htm
Y recientemente ha resucitado el interés por historizar la dualidad geográfica brasileña y la desintegración fluvial continental pues el profesor ecuatoriano Leonardo Mejía publicó su libro Geopolítica de la Integración Subregional. El rol de Brasil (Ed. La Huella, 2012); el geógrafo-historiador brasilero Manoel Fernandes de Sousa Neto investigó la frustrada iniciativa imperial de Pedro II con su tesis doctoral publicada en 2012, Planos para o Império: os planos de viação do Segundo Reinado (1869-1889); y Perrier-Bruslé (2014) abundó sobre la integración sudamericana haciendo hincapié en la triple frontera entre Bolivia, Perú y Brasil.
http://www.scielo.br/scielo.php?pid=S0104-59702014000401490&script=sci_arttext
VII.- Desplazamiento de la frontera brasilera y fragmentación del espacio amazónico
La fragmentación y desarticulación del espacio latinoamericano como secuela de las revoluciones de Independencia, de la formación de los modernos estados-naciones sudamericanos, y de la fiebre cauchera impulsada por la demanda del mercado mundial, fracturó el mismo espacio amazónico. Este espacio geo-hídrico ya venía partido en dos mitades asimétricas por obra de la voluntad papal, donde el borde occidental de la mitad más pequeña, la oriental portuguesa, se fue corriendo incesante y progresivamente hacia el oeste. En efecto, la Bula Inter Caetera de 1493 fijó la frontera a 100 leguas al oeste de las Azores; el Tratado de Tordesillas de 1494 lo estableció a 370 leguas al oeste de las Islas del Cabo Verde; y el Tratado de Madrid de 1750, ratificado por el Tratado de San Ildefonso (1777), al ceder España el Mato Grosso al Brasil, a cambio de la Colonia del Sacramento en la Banda Oriental, corrió la frontera interior aún más al oeste (1750). Esta fragmentación de la Amazonía se acentuó un siglo más tarde, cuando el boom del caucho (1880-1912), merced a los siringueiros (una migración interior de origen caboclo procedente predominantemente de Ceará), pues la frontera se corrió desde el puerto de Manaos hasta las estribaciones de la cordillera peruana y las tierras bajas de la Amazonía boliviana (el Acre). Este desplazamiento de la frontera incidió para que Bolivia y Brasil se enfrentaran entre sí en la Guerra Acreana (1902-1903); y luego hizo que confrontaran Perú con Bolivia, así como Colombia con Perú, donde el Mariscal Rondon actuó de agente asesor en la redacción del Tratado Velarde-Rio Branco (1909).
VIII.- Obras de ingeniería hidráulica y de integración hidrográfica pan-amazónica
Todos los autores, congresistas y profesionales aquí citados concluyeron que mediante obras de ingeniería hidráulica (dragado, canalización, contención de márgenes, rectificación de meandros, extirpación de lechos rocosos, señalizaciones, balizados, esclusas, terminales portuarias, etc.), complementadas con obras férreas y terrestres (caminos de sirga), se podrían comunicar entre sí relevantes cuencas hídricas. En efecto, la cuenca del Alto Paraguay y su afluente brasilero el Río Jaurú podría llegar a interconectarse con la cuenca del Río Guaporé (El río Jaurú desemboca por margen derecha en el río Paraguay a unos 60 km al sur de Cáceres, y es navegable todo el año con calado de 0,50 m hasta Porto Limao, en el km 55, y en aguas altas hasta Porto Esperidäo, en el km 170). Cuando el río Guaporé bordea la frontera de Bolivia, los habitantes bolivianos lo conocen como el Río Iténez, que es afluente del Mamoré, donde desagua también el río Madre de Dios (que se origina en la cordillera oriental del Perú). El río Madre de Dios tiene en sus costas varios puertos entre ellos Puerto Maldonado, y posee una conexión terrestre con un afluente del Alto Ucayali, que lo lleva a Pucallpa y más río abajo al puerto de Iquitos. Por otro lado, el Mamoré-Guaporé en su curso bajo se une a su vez con el río Beni en Villa Bella, para desembocar en el Río Madeira (un verdadero río internacional de curso sucesivo), “donde salvando pequeños saltos de agua llamados “cachuelas” [rápidos], con un descenso de 66 metros, a lo largo de 300 km entre Guajará-Mirim y Porto Velho, y circundado por una vía férrea (Buela Lamas, 2009), se llega finalmente al gran río Amazonas.
Lamentablemente, en estos saltos de agua se están programando tres mega-represas, dos en Brasil, las de Jiraú y San Antonio en el estado de Rondonia (Brasil), y una en Bolivia, la de Cachuela Esperanza en el departamento del Beni, provincia de Vaca Díez, con fines meramente hidroeléctricos y para vender el excedente al Brasil, que afectarían la construcción de la hidrovía.
http://viajeaqui.abril.com.br/materias/edgardo-latrubesse-rio-madeira-amazonia-usinas-de-jirau-e-santo-antonio
Otros ingenieros, pertenecientes a la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), que plantean proyectos semejantes, tales como la Ferrovía Transcontinental entre Brasil y Perú, propuesta por el gobierno Chino, son combatidos por los ambientalistas, por su naturaleza eminentemente extractivista y no integradora.
http://www.bbc.co.uk/portuguese/noticias/2015/05/150518_ferrovia_transoceanica_construcao_lgb
Por intermedio de la integración hidrográfica pan-amazónica, que es comparable con la practicada en otros continentes y en otros siglos por Rusia, Egipto y China, las embarcaciones de cabotaje procedentes de puertos como los de Buenos Aires, Montevideo, Rosario, Santa Fé, Resistencia, Corrientes y Asunción, remontando los ríos Paraná y Paraguay hasta sus afluentes occidentales en el Mato Grosso del Norte (Brasil), podrían alcanzar los ríos Guaporé y Madeira, afluentes a su vez del Amazonas, y de esa forma llegar a Manaos, y más arriba a Leticia en Colombia e Iquitos en Perú; también más allá hasta Francisco de Orellana (o El Coca) a orillas del Río Napo (Ecuador); hasta Pucallpa a orillas del Río Ucayali; hasta Saramiriza a orillas del Río Marañón; y también hasta el puerto de Yurimaguas a orillas del Río Huallagas, estos tres últimos en el Perú amazónico.
Para Buela Lamas (2009), la integración fluvial de ambas cuencas podría darse entonces con un canal de doce kms. en la llamada Chapada dos Parecis al suroeste del estado de Mato Grosso del Norte (donde desde distintas serranías nacen los ríos Aguapei, Alegre, Ji-Paraná, Xingu, Araguaiay Juruena). Navegando el Alto Paraguay de sur a norte procedente del Río Paraná, y más tarde remontando su afluente el río Jaurú, uno se encuentra, luego de pasar la ciudad de Corumbá (capital del Pantanal matto-grossense y punto fronterizo entre Bolivia, Brasil y Paraguay), con la necesidad de un canal que conecte el río Aguapey (afluente del Jaurú, que lo es a su vez del Alto Paraguay), con el río Alegre, afluente del Guaporé. Ambos ríos nacen en la margen norte de la misma serranía, corren en forma paralela un largo trecho hacia el norte, pero mientras el Alegre gira hacia el oeste desembocando en el Guaporé, antes que este se constituya en el rio fronterizo entre Brasil y Bolivia; el Aguapey gira hacia el sudeste en forma de U invertida y desagua en el río Jaurú (este río desemboca por margen derecha en el río Paraguay a unos 61 km al sur de puerto Cáceres, y es navegable todo el año con calado de 0,50 m hasta Porto Limao, en el km 55, y en aguas altas hasta Porto Esperidäo, en el km 170), perteneciente a la cuenca afluente del Alto Paraguay (Buela Lamas, 2009). Los afluentes paralelos y el canal que los conectaría están graficados en el mapa que se expone en el link siguiente:
http://3.bp.blogspot.com/-YxtY3xjQ88s/VV_1fEvKKpI/AAAAAAABHo4/yV-oX8yA700/s1600/200906_mapa%2BRIOS.jpg
IX.- Comparaciones históricas mundiales
Las propuestas de todos los autores mencionados serían comparables con las de otros mega-emprendimientos hidráulicos del mundo tales como el Gran Canal de la China Imperial, los canales Rusos de tiempos de Pedro el Grande, la Hidrovía Rhin-Danubio que conecta el Mar del Norte con el Mar Negro, y el nuevo canal entre el Atlántico y el Pacífico programado por los chinos en Nicaragua.
Los canales rusos vinculan por un lado el río Volga con el Mar Báltico, y por otro el río Volga con el río Don, para desembocar estos últimos en los mares Negro (Azov) y Caspio. Fueron iniciados por los despotismos orientales del Sultanato Otomano y del Zarismo ruso e inaugurados recién siglos más tarde por un régimen socialista de estado que según la tesis determinista de Wittfogel habría servido para camuflar a un absolutismo hidráulico genocida, el de Stalin en 1952 (Wittfogel).
La Hidrovía Rhin-Danubio, que conecta el Mar del Norte con el Mar Negro y la costa meridional del Cáucaso (Georgia) fue comenzada durante el imperio feudal de Carlomagno a fines del siglo VIII y concluida recién hace un cuarto de siglo, en 1992, por la Alemania unificada (en proceso de integrar la Unidad Europea). El gran canal central en Rusia fue programado para unir el Mar Báltico con el Mar Negro por medio de los ríos Dnieper y Dvina. El programado Canal de Eurasia, entre los mares Negro y Caspio, que tiene 700 kilómetros y una capacidad de 75 millones de toneladas anuales,está siendo impulsado por la Rusia de Putin a un valor estimado de seis mil millones de dólares. Y la programación de una nueva hidrovía que va a partir del Danubio, cruzar la Moravia, y atravesar los Balcanes, hasta alcanzar el Egeo, está siendo impulsada por la Unidad Europea y por la Alemania de Merkel.
http://en.wikipedia.org/wiki/Rhine%E2%80%93Main%E2%80%93Danube_Canal
En cuanto al canal de 12 km de largo, a construir entre los ríos Alegre y Aguapey, vienen a cuento algunos ejemplos de la historia hidráulica mundial. El canal ruso que une el Río Don con el Volga, inaugurado por Stalin en la década del 50, tiene una extensión diez veces mayor, de un centenar de kilómetros; el Gran Canal chino que une los ríos Amarillo y Yang-Tsé de 160 kilómetros; el Canal de Suez que une los mares Mediterráneo y Rojo, entre Puerto Said y Suez, de 163 km.; y el canal alemán que une el afluente del Rhin, el río Meno (Meinz) con el río Danubio, terminado en 1992, de 172 kilómetros, tiene cada uno de los tres canales una extensión quince veces mayor. Y el Canal de Eurasia programado en la Rusia de Putin entre los mares Negro y Caspio tiene una extensión setenta veces mayor, de 700 kilómetros, y una capacidad de 75 millones de toneladas anuales.
El viejo canal que conecta el Don con el Volga, construido con los prisioneros del Gulag, tiene nueve esclusas, que salvan los 88 metros del desnivel ascendente del río Volga; y cuatro esclusas que salvan los 44 metros del desnivel descendente del río Don, y que permiten el paso de embarcaciones de más de cinco mil toneladas de carga y una capacidad anual de 11 millones de toneladas.
http://azovcenter.ru/articles/recommendation-may-come-soon-caspian-azov-sea-canal-route
Todo este arduo y complejo trabajo de hidrovías, dragados, canales y esclusas, y de alta ingeniería fluvial y de cabotaje generaría un enorme hinterland o espacio interior a escala continental, que daría vida intensa a una inmensa región por siglos postergada, y emularía las proezas ingenieriles que históricamente se dieron en China, Egipto, Panamá, Rusia y Alemania. En el caso de la China Imperial, la unidad entre su parte septentrional (Beijing) con la meridional (Shanghai) fue cimentada uniendo los ríos Amarillo y Yang-Tsé. En el caso del Egipto moderno, mancomunar el Alto Nilo con el Bajo Nilo y vincular el Mar Rojo con el Mediterráneo fue posible mediante el Canal de Suez (1869). En el caso de los Estados Unidos de América, consolidar su armonía geográfico-política y unir sus costas del Atlántico con el Pacífico sólo era posible por medio del Canal de Panamá y no por el Ferrocarril ni por las super-carreteras (1914). En el caso de la Rusia Soviética, reforzar su unidad incluyendo a Ucrania, sólo era factible a través de un canal que uniera los ríos Don y Volga (1952). Y en el caso de Alemania, afianzar la Unidad Europea vinculando los Mares del Norte y Negro sólo era posible mediante un canal que enlazara los ríos Rhin y Danubio (1992).
X.- Conclusión
Esta integración de cuencas hidrográficas en la América del Sur cumpliría el ansiado sueño de Humboldt, de Pedro II, de Moraes, de Courteville, de Gallart y de Del Mazo, de un mar interior surcado por múltiples hidrovías, que incrementaría el potencial económico y demográfico de todo un sub-continente y que les otorgaría a sus pueblos una motivación política que excedería intereses meramente nacionales o regionales.
En la práctica concreta de los pueblos transfronterizos de la Amazonía, la convivencia cotidiana ha venido erosionando las identidades nacionales, estimulando una nueva identidad socio-regional (amazónica) e incluso una nueva identidad lingüística (portuñol). Una elocuente muestra de este cambio cultural está representada por la cumbia El Indio Amazonense, entonada por el recitador Pablo Parménides Martínez y compuesta por Luis García Cruz, alias Luchín, la cual hace hincapié en la deforestación y contaminación que viene sufriendo la cuenca, y la enriquecedora identidad común que prevalece en la triple frontera entre Colombia, Perú y Brasil, la más exuberante de todo el espacio amazónico donde abundan múltiples fronteras
https://www.youtube.com/watch?v=s5y8v9JiFAI
Este mar interior poblado y comunicado sacaría de la insularidad y el enclaustramiento a países como Bolivia y Paraguay, conectaría los ríos de la cuenca platina (Uruguay, Paraná, Iguazú, Bermejo y Pilcomayo) a la cuenca amazónica; incorporaría naciones como Argentina y Uruguay al mundo amazónico a través del Alto Paraguay, y estados como Venezuela y las tres Guayanas a través del Casiquiare; transformaría la estructura de poder de Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela, Guayanas y Brasil, dando más relevancia a sus provincias amazónicas, y al Paraguay y Argentina otorgando más presencia a las regiones chaqueñas y litoraleñas; y sustentaría con mayor fuerza una mística unificadora y un destino manifiesto común para toda la América Latina.
NDD: Agradecemos al doctor Eduardo R.Saguier PhD. por haberse contactado con EcuadorUniversitario.Com y por enviarnos este valioso estudio.
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