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FLACSO mantiene abierta la convocatoria a Maestrías 2016-2018

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Sede Ecuador, comunica que está abierta la convocatoria a Maestrías de Investigación 2016-2018.

La oferta incluye 14 programas de Maestrías en:

. Antropología
. Antropología Visual
. Comunicación y Opinión Pública
. Desarrollo Territorial Rural
. Economía del Desarrollo
. Estudios Socioambientales
. Estudios Urbanos
. Filosofía y Pensamiento Social
. Género y Desarrollo
. Política Comparada
. Políticas Públicas
. Relaciones Internacionales
. Sociología y Sociología Política.

BECAS

FLACSO Ecuador cuenta con una política de becas y apoyo financiero a favor de sus estudiantes. La postulación se debe realizar en línea y la documentación se receptará hasta el 27 de mayo.

Las clases se iniciarán el 17 de octubre de 2016.

Informes: maestrias@flacso.edu.ec – admisiones@flacso.edu.ec

EcuadorUniversitario.Com

Hidropolítica y combate contra la Ferrovía extractivista y la desintegración Latinoamericana (II)

Por Eduardo R.Saguier PhD.
Museo Roca-CONICET
http://www.er-saguier.org

VI.- Mudanza de la capital brasilera e intentos de romper la dualidad geográfica

A fines de la década del cincuenta, desaparecido Vargas por la fatalidad del suicidio, Brasil mudó por segunda vez en la historia su capital; pero esta vez hacia el interior del territorio, de Rio de Janeiro a Brasilia (dentro de los límites del estado brasileño de Goiás, entre Mato Grosso al occidente y Mina Gerais al oriente). Brasilia fue planificada como una plataforma para lograr la plena ocupación de la región interior. Para ello se abrió también la rodovia de Brasilia a Belem (Mickle Griesi, 2009), localizada en la misma zona donde tuvo su epicentro la heroica Columna Prestes (1925-27). Esta mudanza tuvo su ejecutor en el presidente Juscelino Kubitscheck (1956-61), pero pese a sus méritos geopolíticos –por haber penetrado al interior del Brasil—no alcanzó a romper el dualismo geográfico denunciado hacia medio siglo por Badia Malagrida, ni a integrar las cuencas fluviales del continente, perpetuando la partición, incomunicación y baja circulación entre los mismos países vecinos de la cuenca amazónica.

Años más tarde, agotado el largo régimen bonapartista, la dictadura militar brasilera (Garrastazú Medici, 1969-1974) –como reacción a la indiferencia de los regímenes populistas (Vargas, Goulart)– intentó vanamente romper dicha dualidad mediante una carretera vial inter-amazónica, pero fracasó rotundamente por ignorar la relevancia de las las cuencas fluviales. Esto ha servido para corroborar que no existe posibilidad alguna de integrar el Brasil sin la previa integración de todos los países que componen la cuenca del río Amazonas. Y ese fracaso se confirma en forma cada vez más escandalosa y catastrófica con el boom cocalero, pues este último viene contaminando los ríos (principalmente los ríos Mántaro y Apurimac, afluentes del río Tambo, y este del río Ene, a su vez afluente del Ucayali) con precursores químicos, al extremo que en ellos ha desaparecido la fauna ictícola y amenaza contagiar la totalidad de la cuenca con focos de contaminación microbiológica.
http://www.rpp.com.pe/2014-11-04-advierten-contaminacion-de-rio-apurimac-con-residuos-de-narcotrafico-noticia_739392.html

Paralelamente a estas propuestas y recomendaciones, en la historiografia lusitana de la década del 50, se desató un intenso debate entre el historiador portugués Jaime Cortesao y el brasileño Sergio Buarque de Holanda sobre la veracidad del mito de la «isla Brasil», donde se revela que los portugueses ya en el siglo XVII buscaban intencionalmente “… definir las fronteras de la colonia portuguesa a partir del Amazonas y la cuenca del Plata, pues percibían que a través de esas dos entradas se llegaba a un desconocido corazón del territorio sud-americano” (comunicación de Shellard Correa, 2015). El representante más genuino de esta pionera y auto-complaciente percepción de un fundacional “destino manifiesto” y de una hipotética “costa interior”, fue según Cortesao el bandeirante portugués Raposo Tabares. Luego de haber participado en las malocas contra las Misiones Jesuíticas y en la Guerra de Reconquista del nordeste contra los invasores Holandeses, Raposo Tabares navegó en 1648 por más de diez mil kilómetros a través de los ríos Paraguay, Grande, Mamoré, Madeira y Amazonas, alcanzando exitosamente Belén do Pará en la desembocadura del río Amazonas, y falleciendo poco después de las enfermedades originadas en la aventura expedicionaria.
http://www.scielo.br/scielo.php?pid=S0104-87752007000100005&script=sci_arttext

Posteriormente, en la década del 60, se dio el trabajo del Arq. Paulo Mendes da Rocha sobre la “costa interior” del Brasil, aludiendo al mito insular y al comportamiento vinculante e integrador de sus ríos y cuencas hídricas. En la década del ochenta, los hermanos Paul y Constantino Georgescu, venezolanos de origen rumano, tras una heroica travesía, recomendaron la misma ruta fluvial que va del Plata al Amazonas por la ruta del Guaporé-Madeira. Simultáneamente, nuevas tesis geopolíticas fueron ensayadas por académicos como Backheuser (1952), y por militares brasileros como Carlos de Meira Mattos (1980) y Golbery do Couto e Silva (1981). Meira Mattos desarrolló su tesis en tres ejes: espacio, fronteras y posición; y Golbery sostuvo que Brasil era un archipiélago, y que para que alcance influencia y liderazgo en Sudamérica debía cumplir con cuatro objetivos: “… estar suficientemente articulado al interior; efectivamente integrado; expandido en su extenso territorio, y debe manifestar control sobre sus fronteras” (Romero Gallardo, et. al., 2012).
www.histarmar.com.ar/InfGral-3/RdlPlataalOrinoco.htm

Y recientemente ha resucitado el interés por historizar la dualidad geográfica brasileña y la desintegración fluvial continental pues el profesor ecuatoriano Leonardo Mejía publicó su libro Geopolítica de la Integración Subregional. El rol de Brasil (Ed. La Huella, 2012); el geógrafo-historiador brasilero Manoel Fernandes de Sousa Neto investigó la frustrada iniciativa imperial de Pedro II con su tesis doctoral publicada en 2012, Planos para o Império: os planos de viação do Segundo Reinado (1869-1889); y Perrier-Bruslé (2014) abundó sobre la integración sudamericana haciendo hincapié en la triple frontera entre Bolivia, Perú y Brasil.
http://www.scielo.br/scielo.php?pid=S0104-59702014000401490&script=sci_arttext

VII.- Desplazamiento de la frontera brasilera y fragmentación del espacio amazónico

La fragmentación y desarticulación del espacio latinoamericano como secuela de las revoluciones de Independencia, de la formación de los modernos estados-naciones sudamericanos, y de la fiebre cauchera impulsada por la demanda del mercado mundial, fracturó el mismo espacio amazónico. Este espacio geo-hídrico ya venía partido en dos mitades asimétricas por obra de la voluntad papal, donde el borde occidental de la mitad más pequeña, la oriental portuguesa, se fue corriendo incesante y progresivamente hacia el oeste. En efecto, la Bula Inter Caetera de 1493 fijó la frontera a 100 leguas al oeste de las Azores; el Tratado de Tordesillas de 1494 lo estableció a 370 leguas al oeste de las Islas del Cabo Verde; y el Tratado de Madrid de 1750, ratificado por el Tratado de San Ildefonso (1777), al ceder España el Mato Grosso al Brasil, a cambio de la Colonia del Sacramento en la Banda Oriental, corrió la frontera interior aún más al oeste (1750). Esta fragmentación de la Amazonía se acentuó un siglo más tarde, cuando el boom del caucho (1880-1912), merced a los siringueiros (una migración interior de origen caboclo procedente predominantemente de Ceará), pues la frontera se corrió desde el puerto de Manaos hasta las estribaciones de la cordillera peruana y las tierras bajas de la Amazonía boliviana (el Acre). Este desplazamiento de la frontera incidió para que Bolivia y Brasil se enfrentaran entre sí en la Guerra Acreana (1902-1903); y luego hizo que confrontaran Perú con Bolivia, así como Colombia con Perú, donde el Mariscal Rondon actuó de agente asesor en la redacción del Tratado Velarde-Rio Branco (1909).

VIII.- Obras de ingeniería hidráulica y de integración hidrográfica pan-amazónica

Todos los autores, congresistas y profesionales aquí citados concluyeron que mediante obras de ingeniería hidráulica (dragado, canalización, contención de márgenes, rectificación de meandros, extirpación de lechos rocosos, señalizaciones, balizados, esclusas, terminales portuarias, etc.), complementadas con obras férreas y terrestres (caminos de sirga), se podrían comunicar entre sí relevantes cuencas hídricas. En efecto, la cuenca del Alto Paraguay y su afluente brasilero el Río Jaurú podría llegar a interconectarse con la cuenca del Río Guaporé (El río Jaurú desemboca por margen derecha en el río Paraguay a unos 60 km al sur de Cáceres, y es navegable todo el año con calado de 0,50 m hasta Porto Limao, en el km 55, y en aguas altas hasta Porto Esperidäo, en el km 170). Cuando el río Guaporé bordea la frontera de Bolivia, los habitantes bolivianos lo conocen como el Río Iténez, que es afluente del Mamoré, donde desagua también el río Madre de Dios (que se origina en la cordillera oriental del Perú). El río Madre de Dios tiene en sus costas varios puertos entre ellos Puerto Maldonado, y posee una conexión terrestre con un afluente del Alto Ucayali, que lo lleva a Pucallpa y más río abajo al puerto de Iquitos. Por otro lado, el Mamoré-Guaporé en su curso bajo se une a su vez con el río Beni en Villa Bella, para desembocar en el Río Madeira (un verdadero río internacional de curso sucesivo), “donde salvando pequeños saltos de agua llamados “cachuelas” [rápidos], con un descenso de 66 metros, a lo largo de 300 km entre Guajará-Mirim y Porto Velho, y circundado por una vía férrea (Buela Lamas, 2009), se llega finalmente al gran río Amazonas.

Lamentablemente, en estos saltos de agua se están programando tres mega-represas, dos en Brasil, las de Jiraú y San Antonio en el estado de Rondonia (Brasil), y una en Bolivia, la de Cachuela Esperanza en el departamento del Beni, provincia de Vaca Díez, con fines meramente hidroeléctricos y para vender el excedente al Brasil, que afectarían la construcción de la hidrovía.
http://viajeaqui.abril.com.br/materias/edgardo-latrubesse-rio-madeira-amazonia-usinas-de-jirau-e-santo-antonio

Otros ingenieros, pertenecientes a la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), que plantean proyectos semejantes, tales como la Ferrovía Transcontinental entre Brasil y Perú, propuesta por el gobierno Chino, son combatidos por los ambientalistas, por su naturaleza eminentemente extractivista y no integradora.
http://www.bbc.co.uk/portuguese/noticias/2015/05/150518_ferrovia_transoceanica_construcao_lgb

Por intermedio de la integración hidrográfica pan-amazónica, que es comparable con la practicada en otros continentes y en otros siglos por Rusia, Egipto y China, las embarcaciones de cabotaje procedentes de puertos como los de Buenos Aires, Montevideo, Rosario, Santa Fé, Resistencia, Corrientes y Asunción, remontando los ríos Paraná y Paraguay hasta sus afluentes occidentales en el Mato Grosso del Norte (Brasil), podrían alcanzar los ríos Guaporé y Madeira, afluentes a su vez del Amazonas, y de esa forma llegar a Manaos, y más arriba a Leticia en Colombia e Iquitos en Perú; también más allá hasta Francisco de Orellana (o El Coca) a orillas del Río Napo (Ecuador); hasta Pucallpa a orillas del Río Ucayali; hasta Saramiriza a orillas del Río Marañón; y también hasta el puerto de Yurimaguas a orillas del Río Huallagas, estos tres últimos en el Perú amazónico.

Para Buela Lamas (2009), la integración fluvial de ambas cuencas podría darse entonces con un canal de doce kms. en la llamada Chapada dos Parecis al suroeste del estado de Mato Grosso del Norte (donde desde distintas serranías nacen los ríos Aguapei, Alegre, Ji-Paraná, Xingu, Araguaiay Juruena). Navegando el Alto Paraguay de sur a norte procedente del Río Paraná, y más tarde remontando su afluente el río Jaurú, uno se encuentra, luego de pasar la ciudad de Corumbá (capital del Pantanal matto-grossense y punto fronterizo entre Bolivia, Brasil y Paraguay), con la necesidad de un canal que conecte el río Aguapey (afluente del Jaurú, que lo es a su vez del Alto Paraguay), con el río Alegre, afluente del Guaporé. Ambos ríos nacen en la margen norte de la misma serranía, corren en forma paralela un largo trecho hacia el norte, pero mientras el Alegre gira hacia el oeste desembocando en el Guaporé, antes que este se constituya en el rio fronterizo entre Brasil y Bolivia; el Aguapey gira hacia el sudeste en forma de U invertida y desagua en el río Jaurú (este río desemboca por margen derecha en el río Paraguay a unos 61 km al sur de puerto Cáceres, y es navegable todo el año con calado de 0,50 m hasta Porto Limao, en el km 55, y en aguas altas hasta Porto Esperidäo, en el km 170), perteneciente a la cuenca afluente del Alto Paraguay (Buela Lamas, 2009). Los afluentes paralelos y el canal que los conectaría están graficados en el mapa que se expone en el link siguiente:
http://3.bp.blogspot.com/-YxtY3xjQ88s/VV_1fEvKKpI/AAAAAAABHo4/yV-oX8yA700/s1600/200906_mapa%2BRIOS.jpg

IX.- Comparaciones históricas mundiales

Las propuestas de todos los autores mencionados serían comparables con las de otros mega-emprendimientos hidráulicos del mundo tales como el Gran Canal de la China Imperial, los canales Rusos de tiempos de Pedro el Grande, la Hidrovía Rhin-Danubio que conecta el Mar del Norte con el Mar Negro, y el nuevo canal entre el Atlántico y el Pacífico programado por los chinos en Nicaragua.

Los canales rusos vinculan por un lado el río Volga con el Mar Báltico, y por otro el río Volga con el río Don, para desembocar estos últimos en los mares Negro (Azov) y Caspio. Fueron iniciados por los despotismos orientales del Sultanato Otomano y del Zarismo ruso e inaugurados recién siglos más tarde por un régimen socialista de estado que según la tesis determinista de Wittfogel habría servido para camuflar a un absolutismo hidráulico genocida, el de Stalin en 1952 (Wittfogel).

La Hidrovía Rhin-Danubio, que conecta el Mar del Norte con el Mar Negro y la costa meridional del Cáucaso (Georgia) fue comenzada durante el imperio feudal de Carlomagno a fines del siglo VIII y concluida recién hace un cuarto de siglo, en 1992, por la Alemania unificada (en proceso de integrar la Unidad Europea). El gran canal central en Rusia fue programado para unir el Mar Báltico con el Mar Negro por medio de los ríos Dnieper y Dvina. El programado Canal de Eurasia, entre los mares Negro y Caspio, que tiene 700 kilómetros y una capacidad de 75 millones de toneladas anuales,está siendo impulsado por la Rusia de Putin a un valor estimado de seis mil millones de dólares. Y la programación de una nueva hidrovía que va a partir del Danubio, cruzar la Moravia, y atravesar los Balcanes, hasta alcanzar el Egeo, está siendo impulsada por la Unidad Europea y por la Alemania de Merkel.
http://en.wikipedia.org/wiki/Rhine%E2%80%93Main%E2%80%93Danube_Canal

En cuanto al canal de 12 km de largo, a construir entre los ríos Alegre y Aguapey, vienen a cuento algunos ejemplos de la historia hidráulica mundial. El canal ruso que une el Río Don con el Volga, inaugurado por Stalin en la década del 50, tiene una extensión diez veces mayor, de un centenar de kilómetros; el Gran Canal chino que une los ríos Amarillo y Yang-Tsé de 160 kilómetros; el Canal de Suez que une los mares Mediterráneo y Rojo, entre Puerto Said y Suez, de 163 km.; y el canal alemán que une el afluente del Rhin, el río Meno (Meinz) con el río Danubio, terminado en 1992, de 172 kilómetros, tiene cada uno de los tres canales una extensión quince veces mayor. Y el Canal de Eurasia programado en la Rusia de Putin entre los mares Negro y Caspio tiene una extensión setenta veces mayor, de 700 kilómetros, y una capacidad de 75 millones de toneladas anuales.

El viejo canal que conecta el Don con el Volga, construido con los prisioneros del Gulag, tiene nueve esclusas, que salvan los 88 metros del desnivel ascendente del río Volga; y cuatro esclusas que salvan los 44 metros del desnivel descendente del río Don, y que permiten el paso de embarcaciones de más de cinco mil toneladas de carga y una capacidad anual de 11 millones de toneladas.
http://azovcenter.ru/articles/recommendation-may-come-soon-caspian-azov-sea-canal-route

Todo este arduo y complejo trabajo de hidrovías, dragados, canales y esclusas, y de alta ingeniería fluvial y de cabotaje generaría un enorme hinterland o espacio interior a escala continental, que daría vida intensa a una inmensa región por siglos postergada, y emularía las proezas ingenieriles que históricamente se dieron en China, Egipto, Panamá, Rusia y Alemania. En el caso de la China Imperial, la unidad entre su parte septentrional (Beijing) con la meridional (Shanghai) fue cimentada uniendo los ríos Amarillo y Yang-Tsé. En el caso del Egipto moderno, mancomunar el Alto Nilo con el Bajo Nilo y vincular el Mar Rojo con el Mediterráneo fue posible mediante el Canal de Suez (1869). En el caso de los Estados Unidos de América, consolidar su armonía geográfico-política y unir sus costas del Atlántico con el Pacífico sólo era posible por medio del Canal de Panamá y no por el Ferrocarril ni por las super-carreteras (1914). En el caso de la Rusia Soviética, reforzar su unidad incluyendo a Ucrania, sólo era factible a través de un canal que uniera los ríos Don y Volga (1952). Y en el caso de Alemania, afianzar la Unidad Europea vinculando los Mares del Norte y Negro sólo era posible mediante un canal que enlazara los ríos Rhin y Danubio (1992).

X.- Conclusión

Esta integración de cuencas hidrográficas en la América del Sur cumpliría el ansiado sueño de Humboldt, de Pedro II, de Moraes, de Courteville, de Gallart y de Del Mazo, de un mar interior surcado por múltiples hidrovías, que incrementaría el potencial económico y demográfico de todo un sub-continente y que les otorgaría a sus pueblos una motivación política que excedería intereses meramente nacionales o regionales.

En la práctica concreta de los pueblos transfronterizos de la Amazonía, la convivencia cotidiana ha venido erosionando las identidades nacionales, estimulando una nueva identidad socio-regional (amazónica) e incluso una nueva identidad lingüística (portuñol). Una elocuente muestra de este cambio cultural está representada por la cumbia El Indio Amazonense, entonada por el recitador Pablo Parménides Martínez y compuesta por Luis García Cruz, alias Luchín, la cual hace hincapié en la deforestación y contaminación que viene sufriendo la cuenca, y la enriquecedora identidad común que prevalece en la triple frontera entre Colombia, Perú y Brasil, la más exuberante de todo el espacio amazónico donde abundan múltiples fronteras
https://www.youtube.com/watch?v=s5y8v9JiFAI

Este mar interior poblado y comunicado sacaría de la insularidad y el enclaustramiento a países como Bolivia y Paraguay, conectaría los ríos de la cuenca platina (Uruguay, Paraná, Iguazú, Bermejo y Pilcomayo) a la cuenca amazónica; incorporaría naciones como Argentina y Uruguay al mundo amazónico a través del Alto Paraguay, y estados como Venezuela y las tres Guayanas a través del Casiquiare; transformaría la estructura de poder de Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela, Guayanas y Brasil, dando más relevancia a sus provincias amazónicas, y al Paraguay y Argentina otorgando más presencia a las regiones chaqueñas y litoraleñas; y sustentaría con mayor fuerza una mística unificadora y un destino manifiesto común para toda la América Latina.

NDD: Agradecemos al doctor Eduardo R.Saguier PhD. por haberse contactado con EcuadorUniversitario.Com y por enviarnos este valioso estudio.

EcuadorUniversitario.Com

Hidropolítica y combate contra la Ferrovía extractivista y la desintegración Latinoamericana (I)

Por Eduardo R. Saguier PhD.
Museo Roca-CONICET
http://www.er-saguier.org

I.- Introducción: En la historiografía política, económica y sociológica que debate el origen del subdesarrollo latinoamericano ha prevalecido una vieja y problemática hipótesis geopolítica que subestima la contradictoria realidad hidrográfica del continente y le resta fuerza a un común destino manifiesto (o excepcionalismo histórico) a construir aún entre todas las naciones de América Latina. Esta vieja hipótesis, inspirada en José Martí cuando elaboró Nuestra América y en cierto determinismo geográfico (Ratzel), en la Escuela de los Anales, y en la obra de Fernand Braudel Felipe II y el Mediterráneo, sostiene que a diferencia de Europa, que por contar con el Mar Mediterráneo, pudo despegar del atraso y el subdesarrollo y alcanzar altos grados de cultura y civilización (con la exclusión del Maghreb en la margen sur del Mediterráneo), Sudamérica en la América Latina, como el África, al carecer de un mar interior, con cursos de agua que comunicaran entre sí sus regiones más profundas, se obligaba a implementar un transporte marítimo costero de larga distancia y alto costo entre dos océanos conectados sólo por el Cabo de Hornos, y más luego por el Canal de Panamá, y en el caso de África, por el Cabo de Buena Esperanza y más luego el Canal de Suez, pero que perpetuaban sus mutuas y estériles rivalidades y chauvinismos.

Vale referir, sin embargo, geología histórica mediante, que hace diez o veinte millones de años, el Amazonas desembocaba en el Océano Pacífico, y que cuando un millón de años después por choque, separación y deslizamiento de la placa tectónica de Nazca emergió la Cordillera de los Andes se fue formando simultáneamente una inmensa cuenca o mar interior. Este mar, cuando Sudamérica se separó de África, fue buscando su salida al Atlántico, hasta en tiempo geológico fue desecando el enorme espacio con creciente zanjeado natural de cuencas hídricas con inundaciones, aludes de rocas y minerales, desprendimientos de laderas y polución química natural o eutrofización, acompañadas por la resistencia del sustrato geológico para descomponerse y formar suelos, y escoltadas por múltiples aportes de sedimentos y nutrientes. El escurrimiento de aguas y consecuente floración de algas y larvas fueron drenando la vida acuática, formando películas bacterianas, humedales y pantanos, y fue apareciendo vegetación emergente dando lugar con el correr de los milenios a inmensos sistemas forestales y muy posteriormente a primitivas faunas silvestres (Cleary, 2013; Albergaria de Queiroz, 2013).

Recién millones de años después, con la aventura expedicionaria del bandeirante portugués Antonio Raposo Tabares (que violaba la línea fronteriza del Tratado de Tordesillas), a través de los ríos Guaporé-Madeira hasta la boca del Amazonas, luego de producida la rebelión de Portugal contra la dominación Habsburga (1648); con la llegada al Ecuador del hijo de la Ilustración Francesa el explorador Charles Marie de La Condamine en 1735; y con los descubrimientos en Venezuela del naturalista alemán Alexander von Humboldt en 1799, la utopía de integrar las cuencas hidrográficas del Orinoco, del Amazonas y del Río de la Plata comenzó lentamente a tornarse verosímil.

II.- Humboldt y proyectos pioneros de canalización

Humboldt conocía los intentos de construir canales por parte de Grecia, Egipto, China y Rusia. En la Grecia antigua, el Canal de Corinto conectaba el Egeo con el Golfo de Corinto. En el Antiguo Egipto, el canal de los Faraones ligaba el Río Nilo con el Mar Rojo a través de la depresión de Wadi Tumilat, y la obra fue comenzada por Darío el Grande cuando Egipto estuvo invadido por los persas (510 A.C.), y más tarde desarrollada por Ptolomeo II Filadelfio (282 A.C.), nieto de Alejandro el Grande, luego por el emperador romano Trajano (117 D.C.), y finalmente en el siglo XIX por el ingeniero francés Ferdinand de Lesseps (1869). En China, el Gran Canal de 1800 kilómetros, que venía de Pekin y unía los ríos Amarillo y Yang-Tsé, construido por los emperadores a lo largo de sucesivas dinastías había sido mencionado por Marco Polo y el sinólogo jesuita Matteo Ricci (Needham, 1986; 23Avarello, 2015).

Como también estaba al tanto seguramente de los avances en Rusia del Canal Mariinsk, que ligaba el Río Volga con el Mar Báltico (de 368 kilómetros de largo), Humboldt habría querido emular esos antecedentes históricos y remontando el Orinoco y las bifurcaciones del Casiquiare, en la Amazonía, descubrió la función natural de este último (esta expedición fue repetida dos siglos más tarde por otro alemán Klaus Reckling). Y en un intento de extender sus investigaciones hidrográficas (Del Orinoco al Amazonas. Viaje a las Regiones Equinocciales del nuevo continente), Humboldt envió a su socio y colega, el botánico y naturalista francés Aimée Bonpland, al Paraguay, para que explorara la integración fluvial de la cuenca del Plata y el Alto Paraguay con el Río Amazonas, lo que se frustró por la actitud incomprensiva del dictador José Gaspar Rodríguez de Francia retratado por Augusto Roa Bastos en Yo el Supremo (Kohlhepp, 2005).
http://www.scielo.br/scielo.php?pid=s0001-37652005000200010&script=sci_arttext

III.- Reaparición de proyectos de integración de cuencas fluviales y de expediciones
exploradoras

En la segunda mitad del siglo XIX, con Pedro II (motivado por las dificultades para aprovisionar sus ejércitos tanto desde el Alto Paraguay como desde el Alto Paraná en la Guerra de la Triple Alianza), los proyectos de integración de cuencas fluviales resucitaron, promovidos desde la década del sesenta del siglo XIX por Domingo F. Sarmiento y por el Ingeniero militar brasilero Eduardo Jose de Moraes, y consagrada en su libro A Junccao Do Amazonas Ao Prata: E Estudo Sobre O Rio Madeira (1890). También, para esa época de fines del siglo XIX–en que las compañías navieras inglesas sacaban la goma por el Amazonas– el cauchero peruano Fitzcarrald López descubrió el istmo o varadero (retratado por el cineasta Werner Herzog) que comunica las cuencas de dos ríos alto-amazónicos paralelos, el río Apurimac-Ucayali y el río Madre de Dios, confirmando la hipótesis acerca de la existencia de otros ríos amazónicos paralelos pertenecientes a cuencas distintas que son perfectamente conectables entre sí.

Contemporáneamente con Fitzcarrald López, caído el emperador, el poder político del Brasil se descentralizó, y el boom del caucho (látex o leche maldita) en el mercado mundial corrió la frontera brasilera aún más hacia el oeste que el Matto Grosso, hasta las mismas estribaciones de la cordillera andina (El Acre), generando en Brasil una nueva identidad geográfica, caracterizada por una marcada dualidad entre el macizo oriental y la amazonía occidental, y una desintegración hidrológica continental entre dos grandes ríos con afluentes y estuarios asimétricos. Si bien el estuario del Amazonas corresponde a Brasil, sus afluentes pertenecen a Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela; y en el caso del Plata, si bien sus afluentes (Paraná, Paraguay) corresponden a Brasil el estuario le pertenece a la Argentina y a la República Oriental del Uruguay.

Y a comienzos del siglo XX, en 1914 (tres años después que Hiram Bingham descubriera Macchu Pichu), el ex presidente norteamericano Teodoro Roosevelt (invitado por el Presidente del Brasil Hermes da Fonseca), siguiendo las huellas del bandeirante Raposo Tabares, del topógrafo inglés Percy Harrison Fawcett (demarcador de la frontera entre Bolivia y Brasil) y del explorador Arnold Savage-Landor, se integró a una expedición científica encabezada por el explorador caboclo Cándido Rondon. La expedición partió desde Puerto Cáceres (Mato Grosso) en el Alto Paraguay (donde Roosevelt había llegado vía fluvial procedente de Buenos Aires), luego atravesó la meseta o chapada dos Parecis (en el altiplano o planalto del estado de Mato-Grosso del Norte), donde nacen desde distintas serranías los ríos Aguapei, Alegre, Ji-Paraná, Xingú, Araguaia y Juruena, buscando el río Tapirapué o de la Duda (afluente del río Aripuaná), posteriormente bautizado Roosevelt, y desembocando en el curso bajo del Madeira y luego en el Amazonas, epopeya en la que como Raposo Tabares en el siglo XVII casi pierde la vida y aceleró su muerte temprana (Wasserman, 2009).

IV.- Tesis de un dualismo geográfico irresuelto para un continente hidrológicamente
desintegrado

Como fruto de la post-guerra de la I Guerra Mundial (1919), se asiste al pasaje teórico de la homogeneidad étnica a la heterogeneidad geográfica, acentuada por el influjo de Friedrich Ratzel (1903), de Rudolf Kjellen (1916) y de Camille Vallaux (1921), que fue desplazando de la cartelera al pensamiento sociológico (Durkheim, Weber). Así como para el Perú se desarrolló una concepción geográfica triádica con la combinación de costa, sierra y selva, el geógrafo Carlos Badia Malagrida en El factor geográfico en la política sudamericana (Madrid, 1919), desarrolló para el Brasil la tesis de un dualismo geográfico irresuelto entre las tierras bajas de la Amazonía y el macizo sud-oriental platino. Más aún, el geógrafo uruguayo Luis Cincinato Bollo propuso el mismo año en su libro South America, past and present (1919) la integración de las cuencas fluviales sudamericanas. Diez años más tarde, el geógrafo Clarence F. Jones levantó un mapa del Río Madeira en Agricultural Regions of South America (Worcester, 1928); y el ingeniero francés Roger Courteville, alentado por la búsqueda de la ciudad perdida que había explorado Fawcett (quien había desaparecido en la selva a manos de indios antropófagos en 1925 y en su rescate se habían practicado una docena de frustradas expediciones), investigó dos años después, en 1930, una ruta fluvial integradora que iba del Plata al Amazonas por el curso del Madeira, más arriba que las ensayadas en el mismo río por Fawcett, Savage-Landor y Rondon-Roosevelt. Esta nueva ruta iba por el Río Guaporé, la misma vía contigua con las tierras bajas del Alto Perú o Audiencia de Charcas (Bolivia) que el bandeirante Antonio Raposo Tabares supuestamente surcara en 1648, y que el Mariscal Rondon demarcó en 1930 como límite fronterizo entre Brasil y Bolivia.

A fines de la década del 30 prevalecieron las tesis dualistas defensoras de las fronteras naturales (integración política en el seno de las cuencas hidrográficas respectivas), como fue la postura de Malagrida. Esta tesis aventuraba una eventual secesión amazónica a desprenderse del Brasil –semejante a la fragmentación que aconteció en el pasado en el espacio hispanoamericano– si no se encaraban políticas para contrarrestarla. Pero ello fue rebatido por la tesis expansionista y realista del militar brasilero Mario Travassos (1938) quien centraba el motor geopolítico del Brasil en la Amazonía, y paralelamente le adjudicaba a la cuenca amazónica un potencial de naturaleza centrípeta capaz de aunar la fabricación de un creciente espacio geográfico de alcance nacional. El travassismo estuvo entonces influido por las teorías del “área pivote”, o región cardial, del inglés Halford Mackinder (1904), que veía al Brasil como una potencia continental, para lo cual privilegiaba la conexión estratégica del Mato Grosso con el Oriente Boliviano y una eventual anexión del mismo (Favaro Martins, 2011).

V.- Congresos profesionales latinoamericanos para integrar las cuencas fluviales

En la década del 40 y en medio de la II Guerra Mundial, diversos congresos profesionales latinoamericanos alentaron los estudios geográficos, en especial los estudios hidrográficos con el no oculto objetivo de integrar las cuencas fluviales del continente. En efecto, la Conferencia Regional de los Países del Plata, reunida en Montevideo a comienzos del año 1941, el III Congreso Argentino de Ingeniería, celebrado en Córdoba el 4 de julio de 1942, la V Convención de la Unión Sudamericana de Asociaciones de Ingenieros (USAI) reunida en Montevideo del 9 al 16 de marzo de 1947, y el I Congreso Panamericano de Ingeniería, celebrado en 1949 en Rio de Janeiro, resolvieron recomendar a los estados y asociaciones de profesionales representados que continúen y coordinen mediante comisiones técnicas mixtas, los estudios ya existentes sobre la posible conexión o integración de los tres grandes sistemas hidrográficos de la América del Sur: el Plata, el Amazonas y el Orinoco.Y el año 1947, otro geógrafo, Horacio Gallart, levantó la apuesta de los Congresos y Conferencias citados registrando y publicando numerosos mapas e ilustraciones de la misma ruta fluvial.

Como consecuencia directa de estas exploraciones hidrográficas, investigaciones cartográficas y recomendaciones de organismos regionales y asociaciones profesionales, el ingeniero y representante del Radicalismo argentino Gabriel del Mazo, devenido desde hacía años en el vocero político de los ingenieros reformistas, y del pensamiento regenerador de la Reforma Universitaria de Córdoba, formuló en 1948 ante el Parlamento argentino un proyecto de resolución de integración fluvial a escala continental,y posteriormente, en 1962, publicó un libro titulado Proyecto de un Canal Sudamericano. Estas propuestas y recomendaciones de obras públicas de infraestructura continental por parte de asociaciones hemisféricas ligadas al pensamiento Reformista y a la prédica nacionalista del escritor Ricardo Rojas fueron acompañadas por la intelectualidad hispanoamericana, en especial por la boliviana (Carlos Montenegro), la paraguaya (Natalicio González) y la uruguaya (Ardao). Sin embargo, en Brasil, el bonapartismo Varguista acusó el desafío con recelo y desconfianza, pues denunció las supuestas ambiciones de Estados Unidos, Venezuela y Argentina para adueñarse del espacio amazónico.

(Continúa)

EcuadorUniversitario.Com

El mundo al revés

Por: Mónica Mancero Acosta
monicamancero@hotmail.com

Sorprendidos, estupefactos pudimos advertir, en estos días, cómo antiguos militantes de izquierda de larga trayectoria, tradicionales asesores y aliados de los obreros y trabajadores, aparecen en descarnadas entrevistas televisivas, a propósito del Código de Trabajo, poniendo cortapisas a los históricos derechos de los trabajadores como la huelga y otros. Paralelamente, vemos cómo la derecha sale a defender olímpicamente a los trabajadores frente al nuevo código de trabajo, a los empleados de las telefónicas, a los maestros cuyos fondos recibirían un tratamiento distinto al actual. En fin, esto es lo que se pinta como el mundo al revés.

Entonces una se pregunta acerca de las razones de este giro inesperado. ¿Por qué vemos a los antiguos militantes de izquierda poniendo reparos acerca del histórico derecho a huelga, y a banqueros hablando a favor de los derechos de los trabajadores? ¿Qué perversa lógica de la política opera tras el pragmatismo del poder en un caso, o las apetencias del poder, en el otro caso? Es difícil saberlo, lo que tenemos son sospechas. Sospecha de que a la derecha se le brindan las oportunidades políticas para lucirse en defensa de una sociedad cada vez más arrinconada; sospechas de que el pragmatismo del poder cada día se vuelve más “realista”.

El señor Lasso ha dicho que la iniciativa de consulta que ahora auspicia es “para ponerle un freno al Estado controlador, defender la democracia ecuatoriana y mantener valores esenciales, como la alternancia en el poder” (Diario Hoy, ahora extinto). La derecha auspiciando la democracia directa y la izquierda oponiéndose a ella. Nuevamente el mundo al revés.

Me parece que cada día se tensiona más el panorama y vamos entrando a un escenario polarizado, con la desventaja de que amplios sectores se voltean hacia otro lado. Debemos revisar la historia, ya tuvimos que decidir en alguna oportunidad entre Abdalá Bucaram y Álvaro Noboa, ya nos pusieron contra las cuerdas, y los resultados fueron nefastos. Sospecho que hay cosas que la cultura política de los ecuatorianos no tolera, de ahí las consecutivas revueltas y cambios de presidente. Ya tuvimos unos presagios en las elecciones recientes que nos pueden dar la pauta.

Pero ¿quién trabaja a favor del señor Lasso? Se le entrega en bandeja de plata a la derecha la iniciativa, el reconocimiento y la capacidad de propuesta para hacerse con los laureles, y claro, ni tonta ni perezosa, va a llevar agua para su molino. Mientras se tomen más atajos y desvíos de la hoja de ruta que constituye la Constitución de Montecristi, más nos arrinconan contra las cuerdas para llevarnos hacia los brazos ansiosos de la derecha ecuatoriana, hoy supuesta abanderada de los derechos sociales.

Misterios misteriosos

Por: Rodolfo Bueno
rsbueno@netlife.ec

Obama pide al Congreso la aprobación de una ayuda por 500 millones de dólares para la resistencia siria que, sin duda, será aprobada. Y cualquiera debe preguntarse: ¿será para ayudar a Al Qaeda, organización que aparentemente derribó las torres el 9/11 y el contacto con cuyas redes está estrictamente prohibido y debe ser reprimido? Sí, así mismo es. Su ramificación en Siria se llama Frente Al Nusra y en Iraq, Emirato Islámico de Iraq y el Levante (EIIL). Mientras que en Siria, los EE.UU. le dan a Al Nusra toda la ayuda posible en la guerra de exterminio contra el pueblo sirio, en Iraq John Kerry garantiza el apoyo «intensivo y continuo» del gobierno de los EE.UU. para combatir a los terroristas del EIIL. Qué contrasentido, ¿no?

Pero ahí no termina este galimatías. El Frente Al Nusra tiene en Libia campamentos a cielo abierto, donde sus miembros se especializan en la colocación de explosivos, en la preparación de coches-bomba y demás actividades terroristas, entran en contacto con otras organizaciones semejantes, como la de Boko Haram, la que en Nigeria secuestraba a centenares de niñas que vendía a veinte dólares la unidad. Los alumnos mejor preparados en estas universidades terroríficas, cuyos profesores tienen las más variadas nacionalidades, van a aplicar luego los conocimientos adquiridos en India, Ucrania o en cualquier lugar donde los requieran; por ejemplo, a Siria llegaron alrededor de 5.000 de estos yihadistas.

¿Se exagera? ¡No! Según el Almirante Guillaud, exdirector de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Francia, Libia es centro gravitacional del terrorismo y se ha convertido en espacio de regeneración y abastecimiento de armas para los terroristas. Sin hilar muy fino, pues las pruebas abundan aunque la «prensa libre» no las publicite, se puede concluir que la UE y los EE.UU. son los principales promotores del terrorismo. Duro de digerir, pero cierto.

Además, no es un pelo de cochino trasladar tanto «luchador por la libertad» desde Libia hasta Siria, a través de Turquía, algo que debería ser fácilmente detectado por los que tienen la obligación de combatirlos. Pero no es así. A estas organizaciones terroristas se las puede encontrar cómodamente instaladas cerca de las principales bases militares de EE.UU. en Turquía, razón por la que la oposición le pide a Erdogan que se separe de Al Qaeda, por ser peligrosa para la seguridad de Turquía.

Ven por qué este misterioso engañabobos es un verdadero agujero negro, porque todo lo que pasa en este mundo es inverosímil si se lo intenta analizar con la ayuda de la lógica.

¿Qué política para qué políticos?

Por: Mónica Mancero Acosta
monicamancero@hotmail.com

Hay infinidad de formas de entender la política, como en botica, para todos los gustos y evidentemente depende de la tendencia ideológica del actor, o la propia corriente o enfoque interpretativo. Para empezar, siguiendo a Chantal Mouffe, debemos distinguir la política de lo político. La política se relaciona con las prácticas, por tanto es experiencial, de esto se encarga la ciencia política, que se pregunta por los hechos de la política. Mientras que lo político es lo más sustantivo, se pregunta por la esencia de lo político, de esto se encarga más bien la teoría política. No obstante, para simplificar, con los riesgos que toda simplificación corre, hay dos formas fundamentales en las cuales pueden resumirse los debates centrales sobre «lo político». Una perspectiva consensual, que considera que lo político se hace en base a acuerdos, pactos, acción comunicativa, un modelo deliberativo o dialógico que armoniza intereses y conflictos en la sociedad. Y una perspectiva antagonista, que enfatiza en los disensos, en la dominación, analiza el poder como violencia organizada, un instrumento de opresión, e incluye entender lo político como una relación amigo/enemigo.

Parece claro que nuestros actores políticos, aún inconscientemente, parecen privilegiar la segunda concepción, aunque frecuentemente sus discursos suelen estar inflamados de la «búsqueda del bien común» y de «pactos sociales» que se originarían en la vertiente más liberal y contractualista. Pero en el momento de las disputas, tanto los actores del ala de la derecha, como de la izquierda se decantan por mirar una relación amigo/enemigo, donde cabe solo la eliminación -simbólica o real- del oponente. En la efervescencia electoral reciente circularon en las redes mensajes francamente fascistas de parte de actores de la derecha política con amenazas de exterminio. Se disculparon, pero ahí quedó el mensaje con toda su eficacia. Hoy día, con preocupación escucho discursos de la propia Secretaría de Comunicación que contiene una violencia simbólica sin igual contra aquellos que parece considerar enemigos, no adversarios, los que «organizan marchas que ya marcharon». Si ya ‘marcharon’ no se entiende tanta preocupación ni tampoco ese afán de desconocer la legitimidad del oponente, y de quitarle todo reconocimiento social y cultural. Esa negación es como escupir al cielo, puesto que todos sabemos cómo surgió este proceso político llamado revolución ciudadana, cuáles son sus fuentes y los actores y luchas que contribuyeron a su entronización en el poder político.

No hay ingenuidad en nuestros actores políticos, todos entienden la política como antagonismo y disputa, a pesar de sus declaraciones discursivas en donde hablan de diálogo y acuerdos. Tienen razón en ello, no hay una solución racional a los conflictos políticos, son consustanciales a lo político e irresolubles en sí mismo. En lo que no tienen razón es en este afán de mirar al adversario como enemigo, y el riesgo que se corre es que el enemigo sea eliminado -real o simbólicamente-, como ocurrió en los totalitarismos nazis o fascistas. El problema es que los actores políticos no se perciben como miembros de una misma asociación política, compartiendo un espacio simbólico común, cuyo reconocimiento es el único camino para construir una política democrática.

El tema de la reelección

Por: Dr.Jorge Núñez Sánchez

En su mensaje anual a la Asamblea Nacional el presidente Correa ha vuelto a poner sobre la mesa el tema de la reelección indefinida de todos los cargos de elección popular. Y esto ha vuelto a alborotar el cortijo, donde políticos y analistas ensayan las más diversas teorías.

Según la oposición, se trata de un proyecto antidemocrático, encaminado a perennizar un sistema autoritario de gobierno y a someter a todos los poderes del Estado a la voluntad imperativa de un caudillo. Incluso hay sectores próximos a la Revolución Ciudadana que ven con cierto recelo la reelección indefinida de gobernantes nacionales y locales, y que preferirían la reelección tras un período intermedio. Así las cosas, hallamos que el asunto merece ser analizado en detalle.

Un primer punto a destacar es que la reelección que les molesta a los opositores no es la de alcaldes y prefectos, donde hay casos, como el de Guayaquil, en que les ha ido muy bien. Lo que les fastidia es la reelección presidencial, porque hallan que ahí no tienen oportunidad de ganar. Así, pues, la suya no es una posición de principios, sino un simple oportunismo: apoyan lo que les conviene y critican lo que les puede perjudicar.

Un segundo punto de análisis es la relación entre reelección y democracia. Y aquí hay que destacar que la reelección de los gobernantes es un mecanismo absolutamente democrático, aprobado tanto por la teoría como por la práctica.

En la teoría, unos pocos países prohíben la reelección de sus gobernantes, pero la gran mayoría lo permite de modo inmediato y algunos de forma indefinida. En la práctica, hay que recordar los casos emblemáticos de algunos países que tuvieron gobernantes por largos períodos.

En Alemania, Konrad Adenauer gobernó por 14 años, Helmut Kohl por 16 años y la señora Merkel lleva ya 9 años en el mando. En Inglaterra, Margaret Thatcher gobernó por 12 años. En Francia, Charles de Gaulle gobernó por 11 años y François Mitterrand por 14 años. En España, Felipe González gobernó por 14 años. Y en Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt fue elegido presidente por cuatro ocasiones y gobernó por 12 años.

Un tercer punto a enfocar es la cuestión psicosocial del liderazgo político, que no es algo que se puede inventar o fabricar de la nada, sino que surge de la realidad, sobre la base de una emoción colectiva. Los pueblos se identifican con líderes que tienen la virtud de sintonizar los anhelos de la mayoría y que logran inspirar y juntar a los demás para la consecución de un proyecto movilizador.

En fin, lo deseable es que el pueblo tenga la oportunidad de elegir al mandatario que guste y que lo haga sin cortapisas ni frenos, en elecciones limpias y abiertas a todas las ideas y proyectos políticos.

• 29 MAY 2014

La política

Por: Fernando Naranjo-Villacís
fnaranjo@gye.satnet.net

Cuando lo inviten a pasar a la mesa para compartir alimentos, debe tener presente aquello de “dejar por política”… es decir: no quede el plato limpio, que algo se vea, por educación. ”Dejar por política”, es el dicho popular que nos recordaban la abuela y los profesores en la escuela o el colegio, al referirse al manual de urbanidad y buenas maneras del político y escritor Manuel Antonio Carreño.

Usted amiga/o lector/a, ¿Qué opina?.. Pues, no faltará alguien que diga: -con lo caro que están los ingredientes, dejar algo es inadmisible.-Hay que comerlo todo-. O talvez decir: -hay personas que no tienen ni siquiera un bocado y yo aquí, voy a dejar esto como sobra o desperdicio -O la típica… -¡uuuyyy! hay que cuidarse del que dirán, no vayan a pensar que estoy -muerta/o de hambre.-

Esto de la política es un caso. La tenemos hasta en la mesa. En la misma sopa… Al no poner en práctica el famoso Manual de Manuel, podemos “meter la pata” y quedar como mal educados. Recuerdo que una amiga, me refería de la plática mantenida con unos compañeros de trabajo. Al hablar, precisamente, de estos modales, uno de ellos decía a toda voz: -Yo como con cuchara, soy socialista. Sólo esos de derecha, esos pelucones, se complican la vida con tenedores y cuchillos -Mi amiga se quedó de una pieza y dijo: Y eso, que tiene que ver con el socialismo. Yo soy socialista y uso todos los implementos necesarios, porque es parte de la buena educación familiar. Si comes con cuchara o cucharón es tu decisión, pero no metas en esto al socialismo… Bueno y parece que se iba armando el gran berrinche, sólo por esta preferencia del susodicho.

Y en realidad, esto de la política como que tiene un ingrediente culinario: el picor…el ají, el picante. Hay quienes necesitan de este intenso sabor para darle gusto a la comida. Hasta hay aquel dicho: “Comida mala con ají resbala”. La política requiere unas veces de salsa, otras de picante. Yo, quedaría a la espera del postre para que este encuentro gourmet concluya con algo poético al decir: el pastel de piña es como el cielo comiéndolo por cucharadas. Bueno, pero finalmente lo hice con la cuchara para que el “compañerito socialista” no ponga mala cara.

Por si acaso, yo pretendo ser humanista. En esto de la política hay que hilar muy fino, porque puede mal interpretarse e inmediatamente, surgen los comentarios. Nosotros aquí estamos en un ambiente de comen sales y no quiero comen zar una discusión por sólo haber referido esta anécdota de la cuchara.

En los aspectos de la vida familiar, social, empresarial y profesional, es bueno tener presente esto de la política, como sinónimo de diplomacia, principios, cortesía, habilidad, corrección. En el otro significado, el de gobierno, allí si, el tema es tormentoso, pues como decía el General Alberto Enríquez Gallo: “La política devora a los hombres”.

El sectarismo en la política

Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva

Posiblemente, el sectarismo en Alianza País (AP), señala la causa de la derrota electoral en el 2014.

Se entiende que cuando no se ve posibilidades ciertas que un candidato gane una Prefectura o Alcaldía: hay que hacer alianzas. En algunas provincias faltó esta política. Hubo cambios de camiseta de muchos socialistas que, ahora, corrieron por el oficialismo, vestidos de verde, pero, la ciudadanía no se engaña, simplemente, no vota por ellos. En Imbabura, Jorge Martínez, perdió su identidad, porque era Alcalde socialista en su primer período y, de pronto, se hace oficialista y se olvida de su pasado. Un verdadero político es aquel que respeta a su Partido y logra convencer a sus partidarios de su programa de trabajo basado en sus principios. A pesar de esto, oficialmente, el Partido Socialista respaldó la candidatura de Martínez. Fue un grave error, porque no le gustó a nadie.

Si la AP se considera un movimiento político de izquierda, sus alianzas debían ser con esta tendencia, es decir, con los Partidos: Socialista – Frente Amplio, Pachakutik y demás de izquierda. Hay también el criterio de que AP se ha derechizado, porque le ven más cerca a la derecha.

El partido de gobierno debía hacer alianza con partidos afines. Si hay partidos cercanos,la alianza natural era con ellos, tener Ministros de esa tendencia y llegar a un entendimiento, pero, esto no se dio. El gobierno de AP en lugar de escoger a los mejores socialistas para que le ayuden a gobernar, les hace a un lado. En medio de tantos Ministros que no representan a la izquierda, el gobierno de AP debía tener Ministros que den prestigio a su gobierno, como lo hizo la Ministra socialista Guadalupe Larriva, fallecida en un accidente aéreo que no termina de investigarse a fondo.

El Partido Socialista –Frente Amplio debe caminar hacia el futuro alejándose del partido de gobierno, siguiendo el ejemplo de socialistas de toda la vida como: Manuel Agustín Aguirre, Telmo Hidalgo, Emilio Uzcátegui, entre otros.

“Algo no hemos hecho bien”, indicó el Presidente Correa, quien se preguntó por qué esa fuerza política no cerró una alianza nacional con Avanza, formación con la que tiene un acuerdo en el parlamento. “Probablemente por sectarismo”, dijo Correa, quien agregó que estos “remezones” son positivos “para no anquilosarnos” y para “seguir siendo revolucionarios”. (Quito/EFE).

Es la hora de evaluar los resultados de las elecciones y hacerse crítica y autocrítica, con el fin de salir adelante. Todos los Partidos Políticos deben evaluar sus resultados electorales, con el fin de tener una clara visión para el futuro. El país necesita de verdaderos políticos.