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Expresidente Rafael Correa dice que deja un país transformado, pero aún en proceso

Pasadas las 16:00 de este lunes 10 de julio de 2017 viajó a Bégica el exPresidente de la República, economista Rafael Correa Delgado, junto a su esposa, Anne Malherbe y su hijo Miguelito. Cientos de personas estuvieron en los exteriores del Aeropuerto Mariscal Sucre, en Tababela, para despedirlo y expresar su respaldo al exmandatario que gobernó el país entre enero de 2007 y mayo de 2017. Durante una década lideró el proyecto político, ganó once procesos electorales –entre elecciones presidenciales, referéndum, seccionales y consultas populares- y concretó un importante proceso de transformación social e institucional en el país.

“Llegó el día, Patria querida. Debo partir. Dejamos un país transformado, pero aún en proceso”, manifestó el expresidente Rafael Correa, antes de partir hacia Bélgica en donde se radicará temporalmente junto a sus hijos y su esposa belga, Anne Malherbe.

“Lo sembrado es tanto y tan profundo que no debemos temer por lo efímero que se llevará el viento. Nada de lo mediocre y desleal permanecerá”. «Por mi no se preocupen, cuiden su país, defiendan lo ganado», dijo en su último mensaje a sus seguidores.

Parafraseó a Juan Manuel Serrat: «Es hermoso partir sin decir adiós, serena la mirada, firme la voz».

El vicepresidente Jorge Glas estuvo a despedirlo.

!LA REVOLUCIÓN CONTINÚA!

En reconocimiento a su gestión y liderazgo, al término de la ceremonia de relevo de Guardia que se realiza los lunes en el Palacio de Carondelet y en la Plaza de la Idependencia, el presidente de la República, Lenín Moreno, deseó éxitos al exmandatario Rafael Correa. “Gracias a nombre del pueblo ecuatoriano por todos los logros de esta década, principalmente en beneficio de los más pobres y desprotegidos”, dijo Moreno desde el balcón del Palacio de Gobierno.

Agregó que “la Revolución continúa; la Revolución sigue adelante”. «Hay un cambio de estilo, sí. Ratificaremos todo lo positivo y aquello que haya que cambiar, lo cambiaremos, siempre hacia adelante”, enfatizó Lenín Moreno.

“Vuelvo a recalcar, y les pido a todos un aplauso cariñoso para nuestro expresidente, Rafael Correa”. “Que Dios te bendiga y que bendiga a tu familia. Mucho éxito y hasta la vuelta, compañero”, precisó Lenín Moreno, quien acompañó como vicepresidente a Correa en la fórmula electoral que llegó al poder en las elecciones de 2006 imponiéndose al magnate bananero Álvaro Noboa e instaurando el periodo de la Revolución Ciudadana.

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El caso Odebrecht

Por: Rafael Correa Delgado
Expresidente de Ecuador

Creer que las detenciones y allanamientos de la madrugada del 2 de junio, son fruto de poco más de una semana de trabajo -con feriado incluido-, es ingenuidad extrema o abierta mala fe.

La verdad es que mientras unos hacían charlatanería y demagogia con algo tan serio y sensible como la lucha contra la corrupción, desde hacía varios meses nos reuníamos cada semana con el Servicio de Rentas Internas (SRI); la Unidad de Análisis Financiero (UAF); la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain) -todas ellas instituciones dependientes del Ejecutivo-; y con la propia Fiscalía, para seguir todas las pistas posibles, fruto de viajes de altos funcionarios a Estados Unidos, Brasil y Perú, cooperación penal con España y Suiza, así como de información de ejecutivos de Odebrecht, exfuncionarios de gobierno, y varias “listas” que circulaban por doquier.

Mientras tanto, con fines políticos, teníamos un bombardeo mediático tratando de hacer creer a la ciudadanía que se estaba ocultado la supuesta lista, la cual, sin pruebas, no representaba absolutamente nada, y que en realidad nunca existió. Lo que existe son delaciones de empresarios corruptos, información que las correspondientes autoridades brasileñas iban a dar a conocer tan solo el 1 de junio, debido a un acuerdo de confidencialidad con los delatores. Para esa fecha, el Gobierno y la Fiscalía buscamos tener todo listo para que la justicia pudiera actuar con contundencia. En función de aquello se investigaron movimientos financieros, tributarios, las empresas relacionadas, se mantuvo bajo vigilancia a los sospechosos y se ubicaron sus domicilios y oficinas, para poder actuar inmediatamente con las detenciones y allanamientos. Sí molesta y ofende la falta de mención de todo este trabajo de meses, haciéndole el juego a la oposición sobre que se quiso ocultar algo. Prometimos una revolución ética y cumplimos. Ya no existe la corrupción institucionalizada de antaño, cuando, descaradamente, se repartían las aduanas; se llevaban en peso las telefónicas; se toleraba antros de corrupción y maltrato como el viejo Registro Civil o las cortes penales; se hacían negociados con el almacenamiento del gas o la compra de electricidad carísima a barcazas particulares; o, incluso, cuando se robaba “legalmente”, como fue el caso de la Ley AGD y del Feriado Bancario, consecuencias de un poder político totalmente capturado por intereses particulares.

Los lamentables casos de corrupción que hemos enfrentado en los últimos meses, han sido investigados y sancionados. El caso Refinería de Esmeraldas ya cuenta con sentencia en varios de los procesos iniciados, pero como se demostró que el cabecilla era el socialcristiano Charlie Pareja Cordero, exsecretario privado de León Febres-Cordero y jefe de varias campañas socialcristianas, y, dicho sea de paso, también vinculado con Odebrecht, la prensa ha hecho ‘mutis’ por el foro. El único “pez gordo” del anterior Gobierno fue Carlos Pareja Yannuzzelli, el cual trabajó en el sector petrolero con varios gobiernos, y que, para tratar de asegurar su impunidad apoyó descaradamente a la derecha en las últimas elecciones. Al perder impacto político el caso Refinería, apostaron totalmente a especular con el caso Odebrecht, pese a que conocían perfectamente que hasta el 1 de junio era muy difícil actuar. Las detenciones que se dieron en Colombia y Perú fueron fruto de delaciones, no del acceso a la información de Brasil, y, en este último país, el acuerdo al que se llegó con la empresa, sería imposible en el marco jurídico ecuatoriano, pues es garantizarle prácticamente impunidad absoluta.

Pese a que el caso Odebrecht se extiende a doce países, en Ecuador la politiquería ha atacado a la propia institucionalidad del Estado, pretendiendo, como siempre, hacernos creer que somos los peores y que aquí nada funciona.

En democracia habrá que soportar ilustres desconocidos que llenos de vanidad y odio a la Revolución Ciudadana, se autodenominen “Comisión Nacional Anticorrupción”. Lo que sí sorprende es que se nombren oficialmente comisiones ad hoc, y, más aún, se pida “ayuda” a organismos internacionales, claudicando en lo avanzado todos estos años en cuanto a institucionalidad y soberanía se refiere.

Por supuesto, dada la presión mediática, cualquier comisión ad hoc, para ser “autónoma” y “creíble”, deberá estar también contra la Revolución Ciudadana.

Hace algunos años estalló un caso muy similar de corrupción por parte del consorcio alemán “Siemens”. Las investigaciones arrojaron que la multinacional, que empleaba cerca de medio millón de personas en 190 países, había entregado más de 400 millones de euros en sobornos alrededor del mundo, incluyendo varios países europeos. A su presidente ejecutivo, Heinrich von Pierer, la nueva canciller Angela Merkel le había ofrecido el Ministerio de Economía, y, al no aceptarlo, lo puso al frente del Consejo para la Innovación. No recuerdo que por esto alguien haya llamado “corrupta” a Ángela Merkel, o que, en España, donde también operó dolosamente Siemens, se haya llamado a la ONU o nombrado comisiones ad hoc. Todo se investigó y sancionó dentro de la institucionalidad del Estado.

La clave del desarrollo es crear capacidades y creer en ellas. La politización de la lucha anticorrupción y las respuestas fuera de la institucionalidad del Estado, no nos fortalecen, nos debilitan. Confiemos en el nuevo país que tenemos.

¡Venceremos a la corrupción!

FUENTE: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/punto-de-vista/1/el-caso-odebrecht.
www.eltelegrafo.com.ec

Quito 6 de junio de 2017

Fidel y su Revolución trascendieron en el espacio y trascenderán en el tiempo

Por: Rafael Correa Delgado
Presidente de la República del Ecuador

Dirigentes mundiales,delegaciones extrajeras y diversas personalidades estuvieron presentes este martes 29 de noviembre de 2016 en la Habana para participar en las honras fúnebres en homenaje al Comandante Fidel Castro. La primera intervención de la noche estuvo a cargo del Presidente Rafael Correa Delgado. El diario francés Le Point reseñó las palabras del jefe de Estado ecuatoriano.

Esto dijo Correa:

“Pueblos de nuestra América y del mundo, Fidel ha muerto. Murió invicto. Solo el inexorable paso de los años lo pudo derrotar. Murió el mismo día en que 60 años antes, con 82 patriotas, partió de México para hacer historia. Murió haciendo honor a su nombre, Fidel, digno de fe. La fe que puso en él su pueblo y toda la Patria Grande, fe que nunca fue ni siquiera decepcionada, peor aún traicionada.

Los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos, Fidel seguirá viviendo en los rostros de los niños que van a la escuela, de los enfermos que salvan sus vidas, de los obreros dueños del fruto de su trabajo. Su lucha continúa en el esfuerzo de cada joven idealista empeñado en cambiar el mundo.

En el continente más desigual del planeta nos dejaste el único país con cero desnutrición infantil, con la esperanza de vida más alta, con una escolarización del cien por ciento, sin ningún niño viviendo en la calle.

Evaluar el éxito o fracaso del modelo económico cubano, haciendo extracción de un bloqueo criminal de más de 50 años, es pura hipocresía. Cualquier país capitalista de América Latina colapsaría a los pocos meses de un bloqueo similar. Probablemente, por tu formación jesuita, entendiste muy bien, como decía San Ignacio de Loyola, que en una fortaleza sitiada cualquier disidencia es traición. Para evaluar su sistema político hay que entender que Cuba ha vivido una guerra permanente: desde el inicio de la Revolución existe una Cuba del Norte, allá en Miami, acechando permanentemente a la Cuba del Sur, la libre, la digna, la soberana, la mayoritaria, en la Tierra Madre, no en tierras extrañas. No han invadido Cuba porque saben que no lograrán vencer a todo un pueblo.

Aquí, en esta isla maravillosa, se han construido murallas, pero no de la que construyen los imperios, sino de dignidad, de respeto, de solidaridad. Cuba saldrá adelante por sus principios revolucionarios, por su extraordinario talento humano, pero también porque la resistencia está integrada en su cultura, y con el ejemplo de Fidel jamás el pueblo cubano permitirá que su país vuelva a ser colonia de ningún imperio.

No hay ser humano ni acción trascendente que no tenga detractores, y Fidel y su Revolución trascendieron en el espacio y trascenderán en el tiempo. Contigo se cumple lo que nuestro Viejo Luchador, el general Eloy Alfaro, amigo de Martí, solía decir: Si en lugar de afrontar el peligro hubiera cometido la vileza de pasarme al enemigo, habríamos tenido paz, mucha paz, la paz del coloniaje. Cuba fue solidaria con la Revolución Liberal Alfarista de fines del siglo XIX y ha sido solidaria con nuestra Revolución Ciudadana del siglo XXI. Muchas gracias Fidel, muchas gracias pueblo cubano.

La mayoría te amó con pasión, una minoría te odió, pero nadie pudo ignorarte. Algunos luchadores en su vejez son aceptados hasta por sus más recalcitrantes detractores, porque dejan de ser peligrosos. Pero tú ni siquiera tuviste esa tregua, porque hasta el final tu palabra clara y tu mente lúcida, no dejaron principios sin defender, verdad sin decir y crimen sin denunciar. Bertolt Brecht decía que solo los hombres que luchan toda la vida son imprescindibles. Conocí a Fidel y sé que jamás buscó ser imprescindible, pero sí que luchó toda la vida. Nació, vivió y murió con la necedad de lo que hoy resulta necio, la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio. Nosotros seguiremos jugando a lo perdido, y tú seguirás vibrando en las montañas con un rubí, cinco franjas y una estrella.

Nuevas tormentas enfrenta nuestra América, quizá más fuertes que aquellas que desafiaste durante 70 años de lucha, primero como estudiante y en el Moncada, luego como guerrillero en la Sierra Maestra, y finalmente al frente de una revolución triunfante. Hoy, más unidos que nunca, pueblos de nuestra América.

Querido Fidel, tu honda convicción martiana te llevó a estar siempre no del lado en que se vive mejor, sino del lado en que está el deber. Revolución es sentir el momento histórico, es cambiar todo lo que debe ser cambiado, es igualdad y libertad plenas, es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos, es emanciparnos con nuestro propio esfuerzo, es desafiar poderosas fuerzas dominantes, es defender los valores en lo que se cree al precio de cualquier sacrificio, es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad, en no mentir jamás ni violar principios éticos, es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas.

Contigo, Comandante Fidel Castro Ruz, con Camilo Cienfuegos, con el Ché, con Hugo Chávez Frías, aprendimos a creer en el hombre nuevo latinoamericano, capaz de librar con organización y conciencia la lucha permanente de las ideas liberadoras para construir un mundo de justicia y de paz. Por esas ideas seguiremos luchando, lo juramos.

Un abrazo solidario a Dalia, a Raúl a tus hijos, ¡hasta la victoria siempre Comandante!”.

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El problema urbano

Rafael Correa Delgado
Presidente de la República del Ecuador

América Latina es la región más urbanizada del planeta, como consecuencia del abandono del campo y la concentración de recursos materiales, humanos y financieros en las ciudades, fruto particularmente de equivocados conceptos de desarrollo a partir de la posguerra, cuando se creía que lo tradicional, y dentro de ello lo rural, era malo, y que lo urbano era sinónimo de modernidad.

En 1955, 45% de la población latinoamericana estaba en la ciudad. Para 2015, tenemos 81%. La expulsión de habitantes del campo y la exclusión de los mismos en las ciudades fueron factores determinantes que generaron las invasiones en Ecuador, las favelas en Brasil, los eufemísticamente llamados pueblos jóvenes en Perú o, sencillamente, las barriadas.

En las invasiones los pobres viven peor y pagan más. No se puede hacer obra pública porque los terrenos no están legalizados; el agua en tanquero cuesta cinco veces más que el agua entubada; y están en manos de traficantes de tierra, verdaderas mafias que, además de estafarlos, les cobran hasta por los servicios de seguridad.

Es tan común esto en Latinoamérica, que muchos lo consideran parte del paisaje, cuando en realidad es consecuencia de la miseria y de la exclusión. Todavía pagamos, y muy caro, la novelería de los ‘modernizadores’.

El mal desarrollo urbano para Ecuador es un problema tan grave, que lo pusimos como un nuevo eje de nuestro programa de gobierno al ser reelectos en 2013. Como política pública declaramos a finales de 2010 cero tolerancia a las invasiones y, aunque hemos tenido grandes avances, el problema sigue.

Frecuentemente, por desalojar asentamientos ilegales o reubicar familias en situación de riesgo, somos nosotros los que tenemos que enfrentar juicios, denuncias de atentados a los derechos humanos, y un largo etcétera de tonterías. Todavía pareciera ser que a nivel político, en Ecuador, el que cumple… ¡pierde!

No es solo una cuestión de pobreza y desorden, es también un problema cultural. Se tornó costumbre asentarse en cualquier lado, incluso en -literalmente- espejos de agua, y luego a cualquier costo exigir relleno, servicios básicos y, en general, la intervención del Estado. A su vez, la politiquería se vale de esta tragedia humana para el asistencialismo, explotando el atavismo cultural de la victimización, cuando básicamente se argumenta: “Como somos pobres y sin casa, podemos asentarnos donde queramos”.

Para cambiar esta realidad hay dos problemas cruciales: la falta de capacidades de los municipios y la exclusión, producto del sistema de mercado.

En nuestro país, la dependencia de los ingresos municipales con respecto a asignaciones del Gobierno central es del 82%.

Se llaman gobiernos autónomos descentralizados, cuando la principal autonomía debería ser la financiera. Las ciudades más grandes, Quito y Guayaquil, dependen del 55% y 58%, respectivamente, pero hay municipios, como el de Taisha, en la provincia de Morona Santiago, con una dependencia del 99,8%.

Con el retorno a la democracia, el número de municipios pasó de 118, a finales de los setenta, a 221 actualmente. Pese a que, con excepción de la región amazónica, la ley siempre estableció tener al menos 50.000 habitantes para poder crear un municipio, el 70% no llega a ese mínimo, incluso después de varias décadas de creados.

Esta falta de capacidades hace difícil el cumplimiento de sus competencias, entre las que se destacan los planes de ordenamiento territorial y controlar el uso y ocupación del suelo (art. 264, numerales 1 y 2, de la Constitución de la República).

A esto se añade, no pocas veces, como mencionamos anteriormente, la falta de voluntad política para cumplir estas competencias, incluso cuando hay asentamientos en zonas de riesgo, con claro peligro para la vida humana.

Por otro lado, los pobres -excepto como mano de obra barata- no existen para el mercado, porque sencillamente no tienen capacidad adquisitiva. Casi no hay oferta espontánea de vivienda social. Siempre será más fácil y rentable construir una vivienda de 200.000 dólares, que 10 de 20.000. Algo similar ocurre con respecto al crédito, al que tampoco pueden acceder por falta de garantías.

Por eso debe intervenir el Estado. No se trata solamente de justicia social. Se trata de evitar graves desestructuraciones sociales, nuevas formas de pobreza, tráfico de tierras, ocupación ilegal del suelo, hacinamiento y precariedad en nuestras principales ciudades, lo que los economistas llamamos ‘externalidades negativas’.

En Ecuador hemos cerrado el circuito de apoyo otorgando a través de la banca pública financiamiento a los constructores de vivienda social, y a las familias se les entrega un subsidio directo más financiamiento, especialmente a través del cooperativismo.

Todas estas medidas nos han dado muy buenos resultados. Al inicio del Gobierno el déficit habitacional era de 23,2%. En 2015 llegó a 13,4%, lo que significa que se ha disminuido 9,8%. En esta década ganada hemos construido 371.964 viviendas dignas.

Aunque el programa ha sido exitoso, falta mucho por hacer, y hay que acelerar los procesos. Con voluntad, decisión política y poniendo al ser humano como prioridad, invirtiendo anualmente 1% del PIB entre sector público y privado, en 10 años tendríamos resuelto el déficit de vivienda.

El Derecho a la Ciudad permite a sus habitantes ocupar, usar y producir en un entorno justo, inclusivo y sostenible. Ecuador es uno de los pioneros en reconocer este derecho en su Constitución. Construirlo es tarea de todos.

Esta nota fue publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/el-problema-urbano

FUENTE: www.eltelegrafo.com.ec