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Indios y Estado-Nación

Por: SEGUNDO E. MORENO YÁNEZ

Sin negar una geografía pluriregional y una historia ecuatoriana multicultural, es importante analizar el concepto de Estado-Nación y sus relaciones con las organizaciones de la sociedad civil, llámense clases sociales, grupos étnicos, pueblos o nacionalidades.

El concepto de Estado tiene una larga tradición, pues se remonta a Aristóteles, quien lo identificó con la “polis”, como la forma superior de la sociedad. Para el efecto conviene rememorar la afirmación de Nicos Poulantzas (en: “Poder político y clases sociales en el Estado capitalista” México, 1973), sobre la función general del Estado que es mantener la cohesión de la totalidad social, para lo cual interviene en sus diversos niveles. De allí la importancia de descifrar dónde y cómo se encuentran las contradicciones internas de la formación social y cuál es el papel de los agentes económicos y estratégicos.

La sociedad ecuatoriana ha comprobado una historia india de resistencia, la que se inició con rebeliones, huidas forzosas a regiones inhóspitas y ha seguido con varias formas de asociación política. En el momento actual somos testigos de la existencia de un conjunto de organizaciones indígenas y “nacionalidades” con personería jurídica reconocida por el Estado. Su origen no es ancestral y tiene un primer intento en la FEI instituida, en agosto de 1944, bajo el control del partido comunista.

En el mismo año el vicariato salesiano de Méndez y Gualaquiza firmó un convenio con el gobierno, que garantizaba que la zona señalada como “tierra de los shuar” no podía ser enajenada a los colonos. El P. Juan Shutka, salesiano huido de Eslovaquia, inició en Méndez la formación de líderes con el apoyo del joven shuar Miguel Tankamash, para defender las tierras amenazadas por la colonización. Fruto de su testarudo trabajo fue la fundación, en enero de 1964, de la Federación de Centros Shuar: organización autónoma, que se desligó de la misión y sirvió de modelo a posteriores organizaciones indígenas.

Con el correr de los años y por influjo de la Antropología social que buscaba definir al Estado-País como multiétnico y pluricultural y, ante el fracaso de considerar a los indios como campesinos proletarios, se planteó el término de “nacionalidad” como una reivindicación táctica que de ningún modo cuestionaba a la unidad del Estado-Nación.

En este nivel aclara T. Bustamante (en: Los Indios y el Estado-País, Quito, 1993), “la nacionalidad es una formulación política que da ventajas para negociar y luchar por reivindicaciones”, y en ningún modo es una entidad jurídica formada por el conjunto de habitantes de un país regido por el mismo gobierno: el Estado-Nación. Ya en 1992 un Presidente se dirigió a los líderes indígenas con estas palabras: “Ustedes están sometidos como todos los ecuatorianos, sin privilegio alguno, a las mismas leyes y a la misma Constitución”.

FUENTE: EL COMERCIO
Viernes 06 de diciembre 2019

El Estado del Ecuador

Por: Segundo E. Moreno Yánez

Con desconocimiento de la Historia, la Asamblea Nacional ha declarado el 11 de septiembre “Día de la República del Ecuador”. Conocida la disolución de la Colombia bolivariana por la separación de Venezuela y varias provincias de Nueva Granada, los habitantes de Quito (13 de mayo de 1830), Guayaquil (19 de mayo), Cuenca (20 de mayo), Loja (26 de mayo) y de la provincia de Manabí (31 de mayo) se pronunciaron “por constituir un Estado libre e independiente con los pueblos comprendidos en el Distrito del Sur”. Conociendo que “El Sur fue el último de los pueblos de Colombia en seguir el torrente de las circunstancias”, el 31 de mayo, Juan José Flores convocó al Congreso Constituyente del Sur de Colombia, a reunirse en Riobamba el 10 de agosto de 1830, el que se instaló el 14 del mismo mes, con 16 diputados electos: número mayor a las dos terceras partes requeridas para su instalación.

Después de escuchar el mensaje del Jefe de Estado, “en el Nombre de Dios, Autor y Legislador de la Sociedad”, los representantes dieron inicio a la aprobación de la “Constitución del Estado del Ecuador”. Consta la misma de 75 artículos y fue, jurídicamente, “dada en la sala de las sesiones del Congreso Constituyente en Riobamba el 14 de septiembre de 1830”. Para el conocimiento de los lectores, conviene citar sus dos primeros artículos: “Art. 1º. Los departamentos del Azuay, Guayas y Quito quedan reunidos entre sí formando un solo cuerpo independiente con el nombre de Estado del Ecuador.

Art. 2º. El Estado del Ecuador se une y confedera con los demás Estados de Colombia para formar una sola nación con el nombre de República de Colombia”. Coherente con los artículos mencionados, el Congreso Constituyente designó, el 19 de septiembre, las armas y el gran sello del Estado: “Art. 1º. Se usará en adelante de las armas de Colombia, en campo azul celeste con el agregado de un Sol en la equinoccial sobre las fases, i un lema que diga El Ecuador en Colombia”. (Cfr. “Fundamentos constitucionales del Estado del Ecuador, 1830”. Quito, 1980).

El Ecuador debía soportar un lustro de conflictos con la sucesora de Nueva Granada, Colombia, e incluso la pretensión de algunos políticos de anexar el Ecuador a la nación colombiana, para que se convocara a la Convención Nacional que se reunió en Ambato el 22 de junio de 1835. Esta asamblea promulgó el 13 de agosto la segunda carta política en la que, finalmente, se declaraba la República del Ecuador y se abandonaba el sistema de tres departamentos a cambio de la división territorial en siete provincias y el Archipiélago de Colón. (Cfr. Trabucco F.: “Constituciones de la República del Ecuador”. Quito, 1975). Vicente Rocafuerte fue nombrado Presidente por la Convención Nacional. En realidad, su gobierno representa el momento inicial de afirmación del Ecuador como República.

FUENTE: EL COMERCIO
Miércoles 18 de septiembre 2019