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Aporofobia: la hipocresía del puritanismo y otros demonios (II)

Por: Shirley Ruiz
FSMET Col-Lat, Costa Rica

Se abre el telón y aparece el miedo, se cierra el telón, se abre el telón y aparece el miedo como nuestro peor enemigo, se cierra el telón… y así, una y otra vez frente a nuestros ojos el telón se abre y cierra y necesita encarnarse en la sociedad para ubicarse frente a nuestra vista y hacernos pensar en cómo podemos combatirlo mientras decimos: ¡Ojalá, no sea a mí la que me suceda!

Por un momento les invito a trasladarse a un templo (iglesia como parte influyente hoy en día en la sociedad) lleno de lujos donde el pastor con su corbata de 200 dólares comprada en equis tienda de renombre con su traje formal bien planchadito, su pelo recién cortado y su perfume de marca lo ponen en un lugar de privilegio mientras con toda su seguridad, por no decir prepotencia, abre su biblia y lee Juan 12:8 que dice: “A los pobres siempre los tendréis entre vosotros”, pero, por otro lado, ese versículo lo acompañan con frases de prosperidad para ilusionar a los oyentes y hacerlos creer que el dios que ellos predican no quiere que vivamos en pobreza y que por supuesto ser pobre sería una condición de maldición, de desobediencia y de rechazo.

Pero, no nos quedemos solo con la imagen del pastor prosperado, en esos mismos templos los que se sientan en las primeras filas del auditorio son los que pueden guardar sus carros bajo techo, pueden sentarse aunque lleguen tarde al culto porque tienen su lugar reservado y esas personas que con características muy parecidas a las de su líder (pastor) son el equipo más cercano que lo apoyan y acompañan en su gobierno.

Los creyentes, los pobres o mejor digamos “las ovejitas”, salen cada día del culto con la esperanza de  que al dar su diezmo y ofrenda como pacto de obediencia, algún día sean prosperados como su pastor o líderes y no seguir viviendo en maldición.

En medio de ese juego de sermones con distintas emociones vienen las contradicciones, ya que ese dios quiere prosperar a su pueblo, pero al mismo tiempo dice que los pobres siempre estarán en la tierra.

¿Quiénes se benefician de los pobres?

La religión siempre se ha presentado como un ente de misericordia, compasivo y amoroso, donde  le da la mano al necesitado, pero esa compasión termina siendo una fachada para oprimir, para que el vulnerable pierda fuerza y sienta que para vivir necesita de su amo, de lo contrario no tendrá para comer o no recibirá las promesas escritas para sus vidas.

Ahora, la religión ya no solo gobierna dentro de cuatro paredes, sino que abre sus puertas y hace pactos corruptos con lo político en sociedades capitalistas donde se necesita de los pobres para servirse de sus necesidades y lograr manipularlos para sus beneficios.

Les es más conveniente tener a la gente de rodillas en medio de “mentiras santas” que hacerlos creer que son libres y que no necesitan de ese dios amoroso y al mismo tiempo cruel que los tiene en maldición por su condición social.

Pero, exactamente: ¿Por qué odiamos y tenemos tanto rechazo a los pobres si al final ellos alimentan un estado capitalista y llenan los bolsillos de los corruptos que nos gobiernan?

Los prejuicios son la base que alimentan ese miedo hacia una clase social en la que no quisiéramos estar y que al mismo tiempo es una clase discriminada y pisoteada  la cual sentimos que es un enemigo, por lo que siendo nosotros también pobres nos ubicamos en una posición de superioridad y miramos debajo de nuestros hombros con desprecio a los demás para no sentirnos como iguales.

Eso nos lleva a buscar placebos en la religión que nos den una esperanza de prosperidad y libertad para algún día poder sentarnos en las primeras filas y no siempre estar en las filas últimas.

¿Xenofobia o aporofobia?

¡Sí! dentro de las iglesias existe la xenofobia, la aporofobia y el fascismo religioso.

Un ejemplo claro es el rechazo a los extranjeros, pero ¿A cuáles extranjeros?

Recuerdo cuando nos visitaban grupos de misioneros, principalmente misioneros de Estados Unidos, se recibían como recibir al dios mismo, se ubicaban en las mejores casas y en el periodo de su estancia siempre tenían transporte, buena comida y un acompañamiento las 24 horas, pero el trato no era el mismo si el extranjero era de otros países sin dólares en el bolsillo.

Entonces, hoy en día vemos que la xenofobia no es tanto al extranjero, sino al extranjero pobre, porque por un lado unos traen dinero y esos sí nos agradan, mientras los otros sin o menos dinero sentimos que vienen a quitarnos y a robarnos, por lo que en una sociedad con crisis económica, la moral y los valores nos hacen despreciar a los inmigrantes pobres porque ellos encarnan ese miedo que nos representa y excluye.

Convenientemente un estado temeroso representa en su seguridad el miedo y esto encamina a la democracia a perder derechos para que el autoritarismo gane y nos lleva a que no hay xenofobia sin aporofobia, así como no hay política sin ética de la responsabilidad y no hay religión sin manipulación.

En este caso la religión abraza una postura de ultraderecha y motiva a una dictadura del miedo haciendo creer que rechazar ciertas posturas o clases sociales es la forma de dejar de ser algo que tiene como resultado una condición de maldición causada por la desobediencia y que nos hacen ser débiles.

Nadie quiere ser pobre, mártir, ni inferior y mucho menos sentir desprecio porque eso nos asfixia y entonces es mejor entrar en un sistema lleno de promesas falsas que ser libres por miedo a las consecuencias que esa libertad nos puede traer, aún así, veamos frente a nuestros ojos que los únicos que viven bien son los que nos tienen bajo sus zapatos pero soñamos que algún día la bendición llegará si sigo fiel y hago lo que mi líder dice.

Según su lógica, la pobreza molesta y desnuda el fracaso y se ha hecho creer que una iglesia prospera es la que crece tanto en personas como en instalaciones lujosas y como a nadie le gusta sentirse fracasado ha llevado a la religión y sus líderes a hacer todo lo contrario y corrupto con tal de no ser parte de ese sistema de inferioridad  que les quita prestigio y poder.

Así que es muy simple, la aporofobia se encarna en las iglesias en relatos alarmistas y sensacionalistas que se relacionan con las personas de escasos recursos acusándolas de su condición,  haciéndoles creer que ellos y ellas son los mismos causantes de esa violencia económica que viven y así logran de una manera sutil presentando falsas promesas para robarles el dinero, y logran tapar la realidad donde estos pastores como mafia bien organizada son los que controlan su dinero, recursos y votos.

Tener controlada a las masas desde todos los ámbitos sociales, políticos, económicos y religiosos es más conveniente y como dijo Voltaire: “Si los pobres empiezan a razonar todo está perdido”.

 

Ubunto: Una ideología que une

 

Costa Rica

Es un viernes en la tarde, el frío indica que prontamente se acercan las heladas y nevadas de las montañas en el país de las mil colinas. Sí, te estoy hablando de Ruanda.

La alta elevación de Ruanda crea un clima muy frío pero eso no excluye que en cada persona en su diario vivir se encarnen todas las cualidades cálidas a las que ellos y ellas aspiran y se esfuerzan cada día para tener dentro de la sociedad.

Se puede llegar a cualquier esquina, cafetería, restaurante o simplemente encontrarte de frente con cualquier persona y con toda libertad preguntar: ¡Hallo! ¿Qué significa Ubunto?, y así, sin mayor esfuerzo te harán una lista de cualidades a las que cada día desde su infancia cada uno y una intentan vivir.

La compasión, generosidad, honestidad, magnanimidad, empatía, comprensión, perdón y solidaridad son solo algunas de las características que se pueden ilustrar dentro de la filosofía de Ubunto.

En los grupos lingüísticos “bantús”, ubunto se define como la esencia de cada “persona o la identidad personal”. Pero la filosofía de “ubuntu/botho” enseña más ampliamente a lo largo y ancho de su territorio y en cada rincón de la región que Ubunto es la base de la ética comunitaria, del discurso identitario e incluso de una ideología panafricana en pleno desarrollo.

Para cada persona, sin importar la edad, Ubunto encarna todas las cualidades humanas en las que les hace ocupar un sitio honorable en la sociedad y a la vez, les da la oportunidad para criticar y señalar fuertemente las doctrinas colonialistas basándose en su ideología humanista.

Para entender y ampliar un poco más esta filosofía de vida, les voy a contar una historia:

“Joe Mogodi, un hombre cuyos negocios iban viento en popa en Pietersburg en Sudáfrica, hizo gala de Ubuntu comprando 100 máquinas de coser durante una subasta, y las puso a disposición de los hombres y mujeres de la comunidad que estaban interesados en establecerse como sastres o como costureras, pero que no disponían del capital necesario. Honró su dignidad con un simple acuerdo verbal: le pagarían sus máquinas cuando hubiesen generado los beneficios suficientes para comenzar a reembolsar sin intereses”.

Pero para que la filosofía de Ubunto se diera, antes tuvieron que enfrentar formas de vidas inhumanas, dolorosas y de opresión como personas. Desde 1858, la constitución de los “Bóers de Transvaal” ya se había pronunciado por la exclusión de cualquier forma de igualdad entre blancos y negros en el ámbito administrativo y religioso.

El argumento dominante fue que los trabajos forzados habían sido decretados por Dios como un privilegio divino que daba a la raza blanca autoridad sobre la raza negra y se dan discursos colonialistas para “civilizar” a las culturas no occidentales.

El colonialismo con sus discursos se impone con falsas doctrinas humanistas para nutrir un capitalismo racista.

Capitalismo racista: es una teoría según la cual la raza determina las opciones de una persona y las oportunidades que tiene en la vida, ya se trate de trabajo, de residencia, de la elección de un esposo o de una esposa, de las escuelas a que asiste, etc.

Esto hizo que se aprobaran muchas leyes en contra de los negros y así obstaculizar e impedir derechos y beneficios que como personas podían obtener.

Paul Kruger, presidente de la República Sudafricana de la época dijo: “Nuestra Constitución no quiere la igualdad. La igualdad es por otra parte contraria a la Biblia, ya que las clases sociales también fueron aplicadas por Dios.” Tiempo después escribió en sus memorias: “(…) Allí donde sólo había un puñado de hombres blancos para imponer el orden a miles de negros, la severidad era indispensable. Hemos tenido que enseñarle al hombre negro que él venía en segundo lugar, que pertenecía a la clase inferior, buena para obedecer y aprender”. 

Y así, la religión y “La barrera del color” fueron parte de muchas leyes discriminatorias e injustas que restringieron los movimientos de los negros y los redujeron al estado de simples herramientas de producción argumentando que los trabajos forzados habían sido decretados por Dios como un privilegio divino que daba a la raza blanca autoridad sobre la raza negra.

Al caminar de los años El Estado colonial sudafricano se había basado en el darwinismo social, por lo que poco a poco empiezan a abrazar ideologías democráticas e independientes en un nuevo Estado y acá es donde nace e interviene la filosofía  ubuntu/botho.

Les ilustro con otra historia:

“Un antropólogo visitó un poblado africano. Quiso conocer su cultura y averiguar cuáles eran sus valores fundamentales. Así que se le ocurrió un juego para los niños.

Puso una cesta llena de frutas cerca de un árbol.

Y les dijo lo siguiente:

– El primero que llegue al árbol, se quedará la cesta con fruta.

Pero cuando el hombre dio la señal para que empezara la carrera, ocurrió algo insólito: los niños se tomaron de la mano y comenzaron a correr juntos. Al llegar al mismo tiempo, pudieron disfrutar todos del premio.

Se sentaron y se repartieron las frutas.

El antropólogo les preguntó por qué habían hecho eso, cuando uno sólo podía haberse quedado con toda la cesta.

Uno de los niños respondió:

– ‘Ubuntu’.  ¿Cómo va a estar uno de nosotros feliz si el resto está triste?”

“Ubuntu/botho” se impuso como una forma particular de humanismo africano, presente en ciertos aforismos bantús como motho ke motho ka batho babang o umuntu ngumuntu ngabantu: “Una persona es una persona a través de las otras personas”.

Otra forma de explicarlo sería decir que una persona encuentra su humanidad cuando se relaciona con los demás libremente sin una estructura opresiva sino más bien en abrazar en amor y cuido al otro-otra con el deseo de complementarse y realizarse cada uno con los dones que tienen para poseer un deseo incondicional de percibir lo único y diferente en cada uno: “Soy porque nosotros somos, y porque somos, soy”.

Tienen muy en claro que dentro de su subjetividad humana predomina el bien de la comunidad por encima del bien individual y que al estar la comunidad bien cada uno y una estarán individualmente bien.

Una ideología que une

Muchos temían, como es normal hoy en día donde lo nuevo asusta y se prefiere seguir con sistemas opresivos para ir a la “segura” y no aventurarse a otros caminos de inclusión y amor posibles, por lo que pensaban que la filosofía de ubunto iba a prohibir toda posibilidad de historicidad creativa, pero al contrario, ubunto aparece como una ideología en la historia política de Sudáfrica que trae armonía a una visión de un nuevo imaginario nacional tras vivir tantos años de opresión y ubunto se convierte en una virtud que abraza y trae esperanza a una nueva consciencia nacional que aporta y deshace las estructuras opresivas del pasado a favor de un sistema de valores fundado en principios de derecho y en la dignidad incondicional de la persona humana creando un nuevo sentimiento de identidad nacional.

Como en todo, hay personas que han criticado fuertemente esta ideología y la han puesto en un lugar de una ética inventada, incoherente y desprovista de historia, pero hay que recordar lo que alguien dijo: “las ideologías no preceden a la historia, nacen en respuesta a cuestiones que se plantean en una época determinada a fin de contrarrestar, corregir o erradicar una cierta mentalidad o una ideología anterior”.

“Ubunto” es todo un desafío que logra trascender una moral exclusiva y discriminatoria de una sociedad y sus prácticas para impulsar una necesidad de reconciliación, perdón, comprensión y unidad abrazando juntos y juntas un nuevo imaginario nacional con valores que dignifiquen la vida integral de las personas y los lleve a una crianza mutua para un buen vivir.

“Ubunto” es toda una revolución de ternura que lleva a cada persona a beber de su espíritu mientras se van creando nuevos caminos solidarios y amorosos teniendo en claro que para sentir una verdadera pertenencia debemos reconocer la interconexión de la humanidad  porque: “Yo soy porque nosotros somos”.

 

El futuro se hizo presente, otros caminos posibles

 

Por: Shirley Ruiz
Poeta (Costa Rica)

Habitamos un mundo que día a día se vive más envuelto en un sistema globalizado donde enfrentamos múltiples crisis sistémicas, problemas como la apatía del Estado, la desigualdad, la pobreza, el deterioro ambiental, la muerte de líderes y lideresas sociales, etc., son temas que nos golpean en la cara y nos llevan a una realidad donde debemos buscar caminos alternativos que nos permitan pensar y replantear el poder vivir una vida buena en armonía entre humanos y naturaleza.

En una entrevista a Oswaldo Guayasamín le preguntaron que ¿Cómo definía su arte? y el respondió: “Una vez lloré porque no tenía zapatos hasta que vi a un niño que no tenía pies, por lo que considero que mis pinturas son para herir, para arañar y golpear en el corazón de la gente y la sociedad”

Entonces, de pronto nos damos cuenta que de nada nos ha servido el vivir nuestro comportamiento basado en los valores éticos y morales de cada uno y una, sino que, debemos pensar más en una vida en comunidad donde la ternura, el respeto, la ayuda y otros factores sean los motores que nos lleven a armonizar y crear una diversidad de formas y modos de vida.

Yayo Herrero una mujer Ecofeminista española dice que ya no podemos detener el desastre que está sucediendo mundialmente y que además debemos ser conscientes que las crisis mundiales irán aumentando, pero lo que sí podemos decidir es: cómo, con quién y de qué forma enfrentar las crisis presentes y venideras.

Ante la explotación de la Pachamama (madre Tierra), y de los seres humanos en general es urgente encontrar otras formas de vivir bien con nuestro entorno y con nuestra esencia de paz y humanidad.

Pero, ¿Será posible que siendo el ser humano el causante de muchos de los problemas que hoy en día enfrentamos, sea el mismo ser humano el que los solucione?

Nuestros ancestros nos enseñan y hablan del futuro, un futuro construido con las memorias del pasado que abraza y acompaña nuestro presente, un futuro que se deconstruye para volver a nuestras raíces donde el pasado y el futuro van de la mano porque no hay pasado sin futuro y no hay futuro sin un presente, por lo que en nuestro presente estamos construyendo nuestro futuro. El futuro es hoy.

Aunque esto parece un trabalenguas, es necesario poder pensar en caminos que ya han existido, en caminos que tienen una historia contada, ya sea para cambiar y ser mejores personas o para seguir la cadena y ejemplo de buenos vivires.

Volver a lo vivido es parte de construir una forma de comunicación donde vemos, sentimos, percibimos, olemos, palpitamos en nuestro mundo interno para proyectar nuestra cosmovisión al mundo externo, por ejemplo, el “suma qamaña” nos enseña la importancia de saber escuchar, de reconocer mi voz  y también la voz de los demás, es un escucharse mutuamente, es escuchar la vida, la naturaleza, los colores, etc., y así entender lo que la Madre Tierra nos quiere decir y hacia donde nos quiere guiar, “el que escucha aprende y cambia”.

Nacemos como seres individuales donde empezamos a construir nuestros pensamientos, ideologías, creencias, pero no nos podemos quedar encerrados en un mundo individual y egoísta, el “suma qamaña” también nos habla de saber compartir, porque en el compartir aprendemos a dar y recibir, es reconocernos en los demás como hermanos y hermanas, amigos y compañeros de caminos, hijos e hijas de una sola madre donde dejamos de competir para complementarnos los unos con los otros.

Un encuentro inesperado, un abrazo fuerte, un reír y llorar juntos y juntas, un acompañar al desconocido para dar alegría, consuelo, esperanza, y muchas otras formas de convivir son experiencias que se escriben en un solo verso de nuestra historia, donde es necesario reconocer que todos y todas nacimos para vivir y vivir bien, donde podemos mirar el cielo de otras ciudades y apasionarnos con las nubes, sentir el vuelo de los pájaros o emocionarnos al saber qué movimientos hacen las florecitas al despertarse cada mañana.

Necesitamos humanizarnos más, no es suficiente mirar noticias y llorar por cómo el mundo cada día se desmorona, necesitamos sentir, pero también es necesario salir y ponernos en los zapatos de los demás, comprender su alegría, pero también sentir su hambre, escuchar sus necesidades y no solo dar una palmadita de consuelo, sino que también podamos actuar y llevar alimento, trabajo, techo, etc.

Debemos pensar y construir nuevos paradigmas, porque habitamos un mundo que se maneja por el valor monetario donde vale más el dinero que la vida, debemos sustituir esos valores negativos que han dejado de lado la relación armoniosa con los otros y otras al punto de llevar a un sometimiento al que menos tiene,  hay que crear caminos armoniosos con los ciclos de la vida, del cosmos, de la historia, para lograr un equilibrio con toda forma de existencia que nos rodea y habita.

Estamos enfrentando impactos que nos han llevado a una involución, a una degradación que nos confronta y nos hace un llamado a una profunda transformación integral, donde revertir lo caminado es todo un reto gigantesco porque debemos hacer fuertes cambios de hábitos y de consumo, articularnos con otras propuestas alternativas, donde no solo estamos viviendo para satisfacer nuestras necesidades materiales, físicas o emocionales,  sino que también el dar-recibir-atribuir es parte fundamental de la reciprocidad e intercambios para tejer la vida y reconstruir lazos sociales entre las personas.

Caminamos los días hacia una búsqueda más consciente que genere nuevas iniciativas que influyan en diversos aspectos de la vida y el planeta, debemos buscar adherirnos a pensamientos y vivencias que nos lleven juntos y juntas a mostrar gentileza y respeto, a buscar la sabiduría y practicar la gratitud, a ser conscientes que el buen vivir representa  un nuevo paradigma para reencontrar equilibrio y alternativas posibles para soñar en una posible sociedad post-capitalista.

El pueblo quechua nos enseña que  “El principio Sumac Causai (vida en armonía) orienta la interrelación al interior de la sociedad quichua y de ésta con la naturaleza. Significa vivir en armonía en las relaciones sociales, es decir entre todos los miembros de la comunidad, es vivir en armonía con la naturaleza, con los dioses, y los espíritus protectores de las vidas existentes en la tierra, los bosques, los ríos y lagunas”

“UBUNTU” una hermosa filosofía de vida africana que nos dice y nos enseña: “Yo soy porque nosotros somos”, es un modo de vida enfocada en el respeto, la lealtad y cuidado de las personas y las relaciones de estas con la comunidad, es la capacidad humana para comprender, aceptar, y dar un buen trato al prójimo, siendo semejante a los mandamientos de Dios de amar al prójimo como a sí mismo.

Uyway (“criar”), Uywanakuyku (“nos criamos”): Nos enseña una relación de crianza mutua, no se trata de una relación de tipo causal, sino de crianza; es decir, que un ser es criador de una criatura al mismo tiempo que es criatura en otro tiempo y espacio, la palabra aymara uywaña hace referencia a la crianza, al cuidado, al cariño, al respeto, al amor, las relaciones entre padres e hijos, entre pastores y sus llamas, y entre los seres vivos y los seres antiguos,  nos crían, nos cuidan, y nosotros cuidamos de ellos y a la vez nosotros criamos a nuestros hijos y ellos nos criarán cuando seamos ancianos. Nosotros criamos las semillas, los animales y las plantas y ellos también nos crían. En ese mismo sentido, la crianza implica conversación, diálogo, entendimiento, pactos, negociaciones, reciprocidades, intercambios y acuerdos entre entes humanos y no humanos. Así, la crianza envuelve el flujo constante de fuerzas, sentimientos, amor, cariño y respeto entre humanos, no humanos, antepasados, animales y plantas (parafraseando a: Gabriel Martínez 1989, Arnold 2016, Justo Oxa 2005, Cadena 2009, Lema 2013).

Los buenos vivires y la crianza mutua no deben pasar como una “moda” más de un tiempo determinado, sino que debe ser una revolución cultural que nos lleve a minimizar las consecuencias negativas del individualismo y el consumo desaforado y empecemos a vivir e incorporar a nuestra vida un lenguaje más humano donde cada persona se encuentre consigo misma y la vez se vea reflejado en los demás seres humanos y el mundo natural para así crear otros mundos armoniosos y posibles.

“Si alguien te pide agua, no se la niegues, porque quien niega el agua, muere ahogado”.