Hacer ‘payasadas’ no es algo malo o vergonzoso para un clown hospitalario. Todo lo contrario, estos payasos voluntarios utilizan la risa con el objetivo de aliviar y sanar a pacientes crónicos. Bajo este concepto se formó el nuevo Club Happy Clown UTE Quito, conformado inicialmente por 19 estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud ‘Eugenio Espejo’ de la Universidad Tecnológica Equinoccial.

“La relación médico-paciente es fundamental para nuestra profesión. Por esta razón, buscamos formar clowns hospitalarios capacitados que puedan servir y ayudar a sus pacientes con empatía”, explica Carolina Logroño, estudiante de décimo semestre de Medicina en la UTE.

Explica que esta iniciativa se remonta al famoso médico Patch Adams que en 1971 fundó el Instituto Gesundheit. Este centro especializado introdujo al mundo el concepto de los payasos humanitarios y la revolucionaria idea de utilizar la risa como un tratamiento para pacientes enfermos.

“Tratamos de desmitificar que el médico no debe vincularse afectivamente al paciente y dejar de verlos solo como una ficha técnica, ávidos de salud pero también de cariño”, comenta Mauricio Rodríguez, Psicólogo Clínico y Clown Hospitalario certificado que forma parte de la Fundación Manantial de Vida.

Rodríguez ayudó a crear el Club Clown de Santo Domingo hace aproximadamente 10 años y ahora lidera la formación de los nuevos clowns de Quito. Este proyecto contará con tres fases, con una duración de dos meses. La primera constará de dos charlas informativas para captar la atención de más voluntarios en la Facultad de Ciencias de la Salud ‘Eugenio Espejo’.

Una vez registrados, los interesados tendrán una capacitación sobre los pilares de la risoterapia y el clown hospitalario. “En este taller de tres horas se trabajará sobre inteligencia emocional, conceptos, herramientas de comunicación con el paciente y control de nuestras emociones; claves para poder ser un clown hospitalario”, agrega Logroño.

Los futuros voluntarios capacitados realizarán sus actividades en diferentes hospitales de Quito, con los que la UTE mantiene convenios. Entre estos se encuentra el Hospital Pablo Arturo Suárez, Eugenio Espejo, Enrique Garcés, SOLCA, y otros centros de salud. Para poder servir las necesidades de estos centros se espera lograr reunir un gran número de clowns de la UTE. Por lo que la tercera fase abrirá la convocatoria a toda la Comunidad Universitaria.

“Como en Santo Domingo esperamos que administrativos, docentes y estudiantes de todas las facultades sean parte de este Club para poder llegar a más personas y cambiar sus vidas”, comenta Logroño.

Al momento el Club ya cuenta con el apoyo de la Facultad de Comunicación, Artes y Humanidades, que a través de su carrera de Diseño de Modas ayudaron con la creación de los coloridos mandiles de payasos que los caracterizan y hace únicos.

“Es una gran oportunidad de vincular a los jóvenes de la UTE para no solo graduar profesionales de alto nivel sino seres humanos vinculados a servir”, afirma Rodríguez.

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A pesar de ser consumida durante siglos en América latina, en la última década la quinua ha aumentado su popularidad a nivel mundial. Esto se debe a que es uno de los pocos alimentos de origen vegetal que posee todos los aminoácidos esenciales, destacándose como fuente de proteína de alta calidad. Utilizando este ‘súper alimento’, un grupo de investigadores de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), la Escuela Politécnica Nacional (EPN) y la Universidad Técnica de Ambato (UTA), se han propuesto potenciar las características nutricionales y crear un valor agregado a este producto andino. Su proyecto pretende descubrir aplicaciones tecnológicas en semillas y pseudocereales para el desarrollo de nuevos alimentos.

“La quinua no ha tenido un aprovechamiento nutricional óptimo. Con esta iniciativa buscamos dar un valor agregado único a nivel productivo e investigativo”, mencionó Jenny Rúales, Docente Investigadora de la EPN.

Como explican los investigadores, la propuesta multidisciplinaria reunirá a especialistas en alimentos, biotecnología, investigación y visibilización científica. “El objetivo es el desarrollo de aditivos o ingredientes que contengan las propiedades nutricionales, biológicas, físico-químicas, sensoriales y reológicas óptimas de la quinua, amaranto y chía”, comentó Rúales.

Al aislar las proteínas se realizará hidrolizados enzimáticos que pueden secarse y convertirse en polvos para el uso gastronómico. El Decano de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería e Industrias de la UTE, Juan Bravo, explicó que una vez se tenga este aditivo o ingrediente se procederá a realizar pruebas sensoriales con un grupo objetivo para analizar la aceptación de los nuevos alimentos.

A través del Centro de Investigación de Alimentos (CIAL) de la UTE se trabajará en conjunto con Chefs de la carrera de Gastronomía para crear estas nuevas propuestas. “Además de lograr una aceptación sensorial de sabor, este proyecto busca que el aditivo sea un modificador de textura”, agregó Carlota Moreno, Sub decana de la Facultad.

La investigación durará un año y cuenta con el apoyo de la Red Nacional de Investigación y Educación del Ecuador (Red CEDIA). Al ser uno de los proyectos ganadores de la XI Convocatoria del Concurso Ecuatoriano de Proyectos en Redes Avanzadas (CEPRA) tendrá un financiamiento de aproximadamente USD 60.000.

“Es una gran oportunidad poder participar en un proyecto multidisciplinario que nos permitirá potenciar el expertise de cada institución con el fin de producir nueva ciencia”, comentó Rúales.

Desde su primera convocatoria en el 2009, la Red CEDIA se ha adjudicado un total de 44 proyectos, con la participación de 23 instituciones miembros. Esto ha permitido generar 43 publicaciones por parte de los investigadores participantes, contribuyendo al desarrollo científico y académico del Ecuador.

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Lía Padilla, estudiante de octavo nivel de la carrera de Diseño de Modas, representó a la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) en uno de los eventos más importantes de moda del Ecuador, la VIII edición del Designer Book 2017.

Padilla que fue una de las selectas diseñadoras invitadas a presentar sus colecciones en este evento, comentó: “Fue un reto para mí ya que es una de las plataformas más exigentes a nivel de moda en Ecuador. Es un gran oportunidad de conocer otros diseñadores y que ellos conozcan mi trabajo”.

En esta ocasión, Lía presentó una propuesta original que desarrolló por aproximadamente seis meses. Su colección ‘Sangre’ fue inspirada en elementos abstractos influenciados en su historia personal y formas orgánicas del cuerpo.

“Tenía la necesidad de hacer algo con ese color particular y las forma de la sangre ya que invocan algunos problemas médicos que tuve en mi niñez”, precisó Lía.

Además los diseños fueron inspirados en elementos de culturas andinas precolombinas. Entre estos predominó el uso de fibras naturales como la lana, alpaca, lino y algodón.

Sus nueve trajes integran lo que se conoce como alta costura Avant-Garde. Esto quiere decir que no son propuestas comerciales sino estéticas de alto nivel técnico y artístico, ya que el 80% es hecho a mano. A su vez las modelos utilizaron piezas externas de cerámica que hacen una alusión a partes de un cuerpo descompuesto.

Para esta colección tuvo el apoyo de 12 pasantes de la carrera de Diseño de Modas de la UTE, quienes trabajaron junto a Padilla durante un mes para lograr una presentación que asombró a la audiencia.

La estudiante de la UTE fue una de las seis profesionales ecuatorianas que se sumaron a los tres diseñadores internacionales de Colombia, Italia y Chile. Bajo el eje de la ‘innovación’, esta iniciativa organizada por la ex Miss Ecuador María Susana Rivadeneira, conectó a varios sectores de la moda ecuatoriana a través de un show de moda, conferencias y eventos paralelos.

La estudiante de la UTE ha sido invitada a presentar su trabajo en el Mercedes-Benz Fashion Week 2017 en Rusia este octubre, en reconocimiento a su talento y esfuerzo demostrado. Además, entre sus planes está graduarse y continuar sus estudios en una de las capitales de la moda internacional en Europa o Estados Unidos.

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En el marco de la investigación sobre enfermedades metabólicas realizado por el Centro de Investigación Biomédica (CENBIO) de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), Erika Muñoz, Técnica de Laboratorio del Centro, realizará una pasantía de investigación durante tres meses en la Universidad de Illinois. El objetivo será determinar, a nivel celular, los beneficios del chocho en pacientes con Diabetes Tipo II.

Muñoz trabajará junto a la reconocida doctora mexicana, Elvira de Mejía, profesora de Ciencias de la Alimentación y Nutrición en la Universidad de Illinois en Estados Unidos y experta en bio-activos vegetales. En el laboratorio Edward P. Madigan, se analizará el mecanismo de acción hipoglucemiante del lupino (chocho) en modelos celulares.

“La dificultad de conseguir los reactivos en Ecuador debido a los costos y permisos es muy alta por lo que logramos acordar con la Universidad de Illinois para poder utilizar sus instalaciones y equipos”, comenta Muñoz.

Este trabajo es parte de una investigación más grande realizada por otros investigadores de CENBIO, en la cual se pretende analizar la eficacia del chocho andino en el tratamiento de pacientes con Diabetes Tipo II.

En una investigación previa sobre tratamientos complementarios con snacks hechos con dicha leguminosa, Manuel Baldeón, Director de CENBIO, explica que dividieron a “81 pacientes con Diabetes T2 en dos grupos. Al primero se les dio la dosis completa de metformina (fármaco antidiabético) y al otro, una dosis menor añadiendo el snack de chocho”.

Los resultados probaron que el consumo del chocho generó una respuesta positiva reduciendo los niveles de glucosa, lo que podría servir como un complemento al tratamiento de pacientes con Diabetes Tipo II.

Por esta razón Muñoz tendrá la ardua tarea, desde agosto a octubre del 2017, de determinar qué causa esta reducción. Su experiencia como laboratorista le permitirá realizar técnicas de western blot (técnica analítica usada en biología celular y molecular) en dos tipos de células para determinar el consumo y producción de glucosa. Una vez finalizado su trabajo, el resultado de esta investigación será la publicación de un artículo académico con coautoría de ambas instituciones.

Tambien se espera que en futuras instancias puedan continuar la investigación en modelos animales, para indagar aún más sobre el efecto de lupinos y enfermedades metabólicas.

Esta iniciativa de la nueva Universidad Tecnológica Equinoccial y la Universidad de Illinois es un resultado de las redes de investigación puestas en acción por los docentes y expertos.

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El jueves 3 de agosto se realizó la Rendición de Cuentas de la Universidad Tecnológica Equinoccial –UTE- correspondiente al ejercicio 2016. El informe fue presentado por el Rector Ricardo Hidalgo Ottolenghi y contó con la presencia de todas las autoridades universitarias, docentes, y personal administrativo de la institución.

“En este nuevo ciclo, la UTE ha buscado mejorar su desempeño institucional como parte del ejercicio de la autonomía responsable y de nuestro compromiso de ofrecer una formación profesional de calidad”, comentó Hidalgo.

Durante la presentación se abordaron seis ejes claves para la Universidad durante este año de gestión: la docencia y estudiantes, investigación y desarrollo, vinculación con la sociedad, proyectos emblemáticos, gestión institucional y desafíos para el 2017.

Sobre el primer punto, se destacó que en 2016 la UTE alcanzó una matrícula de 16.062 estudiantes, distribuidos en tres sedes y seis facultades. Se incrementó en un 52% la matrícula en carreras vinculadas a la planificación nacional y necesidades de desarrollo del país.

“Son cada vez más los estudiantes que cursan carreras en los campos de la información y comunicaciones (TIC’s), ingeniería, agricultura, arquitectura y salud”, agregó Hidalgo.

Por otro lado, el rector de la UTE destacó el trabajo para que más estudiantes continúen sus estudios hasta alcanzar su título profesional. Trabajo que se visibilizó en el incremento de 8% en la Tasa de Retención Inicial (de 61 en 2015 a 69% en 2016). Aunque todavía “falta trabajo por hacer” para lograr la meta del 85% de retención inicial esperada en 2021.

Sobre los profesores, la UTE en el 2016 aumentó el porcentaje de docentes con Maestría o PhD. del 78% al 97%. “Esto aportó al incremento significativo de producción científica que es el pilar para la creación de conocimiento que brinde una educación de calidad”, afirmó Hidalgo.

De igual manera, se resumió las actividades y logros más importantes de las diferentes facultades entre los cuales se encuentra la inauguración del Núcleo de Apoyo Contable y Fiscal (NAF) con el apoyo del SRI; participación en la Bienal de Venecia y Habitat III; obtención de premios internacionales y nacionales; y acreditación de la carrera de Odontología entre las mejores del país, como también la aprobación del 100% de los estudiantes de Medicina y Odontología en el Examen de Habilitación para el Ejercicio Profesional en el 2016.

Sobre la investigación se destacó el trabajo realizado por los docentes y equipo de investigadores que publicaron 22 artículos indexados y 46 artículos en revistas regionales. Además de inaugurar nuevos Centros de Investigación en Ciencias de la Salud, Ingeniería y Ciencias Administrativas.

También se presentó los resultados del nuevo formato de Vinculación con la Sociedad a través de la VIII Convocatoria de Proyectos que en su primer año logró un total de 51.134 participantes entre estudiantes, docentes y miembros de las comunidades intervenidas.

Para finalizar, Hidalgo hizo una recapitulación de los proyectos emblemáticos: el exitoso lanzamiento del primer nanosatélite hecho por una Universidad con el apoyo de la UESOR y el proyecto del Hospital Universitario, el mismo que tendrá como objetivo “mejorar los niveles de salud de la población, mediante la prestación de servicios especializados, de alta cualificación y complejidad, calidad y eficiencia”.

En 2017, la nueva UTE tiene presentes nuevos logros y desafíos entre los cuales se destacan ampliar la oferta académica, implementar un sistema de arancel diferenciado, mejorar la eficiencia académica, incrementar la producción científica y continuar fortaleciendo la posición financiera institucional.

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