Por: Wilson Zapata Bustamante / Maestro Nacional
Este artículo escribo en solidaridad a la Gran Maestra Internacional de Ajedrez, Carla Heredia ¡orgullosamente ecuatoriana!
La propagación del ajedrez en las sociedades democráticas a que dio origen la fuerza expansiva de la Revolución Francesa cuando aquellas se afirmaron definitivamente en la segunda mitad del siglo XIX, coincidiendo con una difusión extraordinaria de la cultura, benefició grandemente el progreso técnico del juego ciencia, pues le dedicó su atención un núcleo de jugadores mucho más numeroso e inteligente.
A partir del año 1851, en que el historiador inglés Stauton organizó en Londres, coincidiendo con la Gran Exposición Universal, un torneo internacional de ajedrez, el noble juego comienza entonces a dejar de ser una distracción aristocrática y a propagarse en la clase media y muy particularmente entre sus elementos intelectuales, que eran, naturalmente, los llamados a elevarlo al rango cultural que hoy ostenta y en el que todavía puede observarse una marcada tendencia ascensional.
Desde 1969, mi pasión por el ajedrez y mis prácticas estudiantiles en las escuelas de Quito (estudié en el Colegio Normal Juan Montalvo, para ser maestro de escuela) ha guiado el interés de llevar el juego ciencia a las escuelas, porque hemos considerado –y es una necesidad manifestada- que esta actividad debe ser universalizada, democratizada y puesta al servicio de la educación para que nuestros niños, niñas y adolescentes se beneficien de sus virtudes; por ejemplo, se les faciliten los procesos relativos al aprender a pensar organizadamente, el desarrollo de valores para la vida y su formación como mejores ciudadanos, aptos para la vida en sociedad.
Después de graduarme de periodista en la Universidad Central del Ecuador y de haber realizado un Diplomado Superior en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Navarra (Pamplona-España) comencé a escribir sobre ajedrez. Además, en esa época fui un jugador activo, un jugador de competencias nacionales e internacionales. También llegué a ser Secretario de la Federación Ecuatoriana de Ajedrez, Presidente de la Asociación Ecuatoriana de Ajedrez Universitario y Presidente del Comité de Ajedrez de Pichincha. Entrenador de ajedrez en varios colegios de la Capital de la República.
En más de dos mil informaciones, artículos, reportajes, entrevistas, comentarios y análisis de partidas que he publicado en los diarios El Tiempo de Quito, El Comercio, La Hora, el Magazine La Clave y las revistas especializadas Casilla 64 y Ajedrez Internacional, he realizado verdaderas campañas a favor de que el ajedrez sea materia oficial en escuelas y colegios. Hoy me ratifico, porque creo que tiene valores relevantes sobre todo para la formación del pensamiento estratégico.
Esta permanente actividad en pro de la difusión del ajedrez en las escuelas está íntimamente ligada a la naturaleza de esta disciplina y las múltiples aplicaciones que la misma puede tener en el ámbito de la educación y la formación de la personalidad.
El ajedrez tiene todas las cualidades para convertirse en una excelente herramienta pedagógica: está de acuerdo con el diseño curricular, responde adecuadamente a los objetivos generales que se consignan en él y se enseña jugando. El instinto de jugar es exclusivo para los niños y su desarrollo.
La experiencia cubana, con el ajedrez obligatorio en las escuelas, la rusa y alemana con la enseñanza del ajedrez a temprana edad, las matemáticas, las múltiples inteligencias y el ajedrez en las escuelas canadienses, han logrado un mejor desarrollo intelectual.
El ajedrez promueve el desarrollo de factores intelectuales, de aprendizaje y de personalidad:
• Intelectuales: desarrolla el razonamiento abstracto, la memoria y la imaginación creativa.
• Metodología: el aprendizaje y entrenamiento de la memoria fortalece la atención y la concentración así como el hábito de
organizar el propio tiempo y el propio trabajo.
• Culturales: La filosofía del ajedrez, la historia – legado cultural que tiene varios siglos- la adopción de nuevas
tecnologías, el uso de bases de datos, los lenguajes e idiomas, la inteligencia artificial incentiva y motiva a tomar
estudios superiores en un mundo intercultural.
Sin embargo, estimamos preciso aclarar que, el trabajo del ajedrez con los niños del preescolar no apunta hacia la formación de jugadores, sino a la utilización del ajedrez como estrategia pedagógica. La Federación Internacional de Ajedrez, FIDE, ha recibido reportes desde todas partes del mundo, en los que se destaca que docentes que han desarrollado cursos de ajedrez en este nivel, al poco tiempo de iniciados dichos cursos, han observado una mejora en la conducta en clase de sus alumnos al igual que un incremento apreciable en la atención y en la autoestima de los participantes.
El ajedrez, siendo un juego, puede ser aplicado como estrategia o recurso pedagógico para estimular en los niños y niñas el desarrollo de importantes habilidades cognitivas. Estas habilidades, tales como la verbal y la numérica, estimuladas adecuadamente, favorecen en ellos la participación en la construcción de su propio proceso de aprendizaje.
En tanto estrategia pedagógica, debemos tener en cuenta que los sujetos a los cuales está dirigida la propuesta, son niños y niñas cursantes del Preescolar al 7to grado de la escuela primaria o elemental, esto es, individuos con edades comprendidas entre los 4 y 12 años, aproximadamente.
Por ejemplo, en el caso del preescolar, el cerebro de los niños necesita, además del alimento equilibrado y reparador, de la estimulación, mucha estimulación para una adecuada adaptación al medio.
Psicólogos y pedagogos destacan que en esta edad los niños no distinguen siempre lo real de lo virtual o fantástico; juegan permanentemente -estando solos o acompañados por otro amigo o por adultos- y lo hacen con cualquier objeto que esté a su alcance: juguetes, papeles, arena, ropa, etc. Así construyen su propio mundo; establecen sus propias reglas en un universo de rica fantasía donde participan amigos “invisibles”, personajes de ficción y otros elementos o situaciones diferentes a la realidad.
Ellos, dicen los expertos, poseen memoria excelente para la identificación y clasificación de la información proveniente de su entorno, la atracción por la construcción de modelos, rápida capacidad de aprendizaje, trabajo por el logro de objetivos personales, establecimiento de relaciones entre causa y efecto, aplicar los conocimientos adquiridos y elaborar conclusiones propias.
Adicionalmente y aunque parezca sorprendente, algunas investigaciones estiman que en ocasiones, estos niños o niñas parecen estar habilitados para mantenerse al tanto de dos o más situaciones que ocurran al mismo tiempo; o sea, eventos que ocurren de forma simultánea.
Pero, probablemente sea esta la época donde la creatividad inicie sus primeros avances -para más adelante- manifestarse particularmente en la resolución de problemas académicos, científicos y de la vida diaria. Esta característica “creadora” tiende a manifestarse más frecuentemente en niños despiertos, vivaces y extrovertidos; niños y niñas que generalmente clasificamos como talentosos.
Es por lo anteriormente señalado que para la enseñanza del ajedrez a edades tempranas, los psicólogos y psicopedagogos recomiendan que tal aproximación se haga a través de canciones, poesías, dibujos, adivinanzas, pero sobre todo, mediante la lectura de un cuento, una leyenda o una historia, porque allí comienzan a tomar vida sus futuros amigos: el tablero y las pieza del ajedrez. Amigos que le acompañarán toda la vida, donde quiera que vaya.
Juego para el desarrollo intelectual
Ya sea como asignatura curricular o como actividad extraescolar el ajedrez es uno de los juegos más completos para el desarrollo intelectual de los más pequeños. A continuación se exponen algunas de las principales habilidades y capacidades que los niños pueden adquirir con su práctica, tal como recogen José María Olías en su obra ‘Desarrollar la inteligencia a través del ajedrez’ y Jorge Laplaza en ‘Habilidades intelectuales y ajedrez’, todas ellas extrapolables en el ámbito educativo a su aplicación general en las distintas áreas del conocimiento.
• Aumenta la capacidad de concentración: una de las causas más frecuentes con las que se relaciona el fracaso escolar es la falta de atención y concentración de los estudiantes, una capacidad que se puede fomentar fácilmente con la práctica del ajedrez, ya que requiere por parte del jugador un alto grado de concentración y observación para poder desarrollar la partida adecuadamente.
• Ejercita la memoria: ya sea la memoria a corto plazo, para recordar los movimientos que se han realizado durante la partida, o a largo plazo, para no olvidar otras partidas jugadas, la multiplicidad de alternativas a las que se enfrenta el jugador de ajedrez tiene como resultado una mejora en su capacidad de retener y recordar datos en la mente.
• Desarrolla el razonamiento lógico matemático: está demostrado que el razonamiento y el proceso de análisis utilizado en el juego del ajedrez es muy similar al que se usa en las matemáticas y, por tanto, su práctica puede ser beneficiosa para mejorar las aptitudes matemáticas de los alumnos.
• Mejora la capacidad de resolución de problemas y toma de decisiones: durante la partida el jugador de ajedrez se enfrenta a distintos problemas que debe resolver, analizando todas las soluciones posibles y eligiendo la más adecuada, incluso muchas veces bajo la presión del límite de tiempo para tomarlas.
• Incrementa la autoestima y el afán de superación: cada partida es un nuevo reto para el jugador, que intentará mejorar su habilidad para jugar cada vez mejor; asimismo, cada vez que gana una partida el ajedrecista aumenta su autoestima y valora su pericia en el juego. En el caso de perder contribuye a potenciar la autocrítica.
• Ayuda a aprender a reflexionar, planificar y prevenir: en cada movimiento el jugador debe reflexionar sobre todas las jugadas posibles y los ataques que puede recibir, de modo que pueda anticiparse a las respuestas del contrario y tener previstas con antelación las posibles líneas de juego.
No en vano la UNESCO recomendó oficialmente en 1995 a todos sus países miembro la incorporación del ajedrez como materia educativa tanto en la enseñanza primaria como en la secundaria. Esta incorporación se ha realizado de distintas maneras, mientras que en algunos países el ajedrez forma parte obligatoria del currículum de los alumnos, en otros, el ajedrez se incluye como asignatura optativa. Por esta segunda opción se han inclinado muchos centros educativos. Sin embargo, el uso más generalizado del ajedrez en las escuelas es su práctica como actividad extraescolar, promovida por las Asociaciones de Padres y Madres de los centros o por algún docente aficionado.
Sustituyen una hora de matemáticas por una de ajedrez
En otros lugares se han tomado medidas más originales, como en la ciudad alemana de Dresden, donde pusieron en marcha un proyecto en varias escuelas para sustituir una hora de clase de matemáticas semanal por una de ajedrez; una decisión que se adoptó después de verificar en las investigaciones llevadas a cabo durante más de cuatro años por la Universidad de Treveris que la capacidad matemática y de lectura de los ajedrecistas es el doble de buena que la del promedio de los alumnos, y que sus capacidades lingüísticas son tres veces mejores respecto a quienes no juegan al ajedrez.
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