Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva

Es una hermosa pirámide natural, desde la cual se puede divisar todo el cantón Quito y, especialmente, nuestro valle constituye una de los cuatro puntos de observación que poseían en la época preincaica, a este cerro se le atribuye un sin número de leyendas que sobrepasan el aspecto natural. Constituye a la vez un excelente lugar para acampar. Las aguas de este cerro abastecen a Yaruquí.

Desde la pirámide natural Kotohurco se puede divisar todo el valle, a más de ser un excelente lugar para acampar. Para subir, se lo puede hacer en bicicleta, es duro, pero, se logra llegar a coronar, a la cúspide que se asemeja a un león dormido. Para llegar a la cumbre hay que caminar el último tramo. Lo que más encanta es el descenso hacia el valle, de esta ruta natural.

Rutas turísticas.- Existe, actualmente, la ruta: Tababela – Oyambarillo – Kotohurco, para los turistas que llegan al Aeropuerto Mariscal Sucre. Desde Pifo o Yaruquí se puede subir a la cumbre del Kotohurco, luego, los turistas bajan a la línea del tren, cerca de Yaruquí.

La flora y la fauna.- Constituye una ruta increíble, de zonas de tierra con piedra suelta, flora fabulosa con especies endémicas y bosque nativo, fauna local, que incluye conejos, gavilanes, picaflores y otros que, según los lugareños, existen pumas.

La gente de las lomas.- Pero, lo mejor, es la gente, los habitantes de las lomas, la gente del páramo, la que convive con el pajonal, que se guarece a cobijo de los arrayanes centenarios, que junta esfuerzos en una muy antigua forma de trabajo comunitario (la Minga), con el fin de lograr grandes obras en beneficio de las comunidades.

Parque Ancestral.- Este proyecto, que tiene como dirigentes a Jorge Morales y Miriam Gómez, permitirá conservar el agua del páramo, con plantas del medio, su fauna y flora, logrando un parque ancestral.