Estructura machista y violencia de género son algunos de los obstáculos para la participación y representación política de las mujeres

Las mujeres constituyen un 50% de la población mundial; sin embargo, tienen poca participación en la toma de decisiones en temas de interés social, económico y político. Según datos de ONU Mujeres, para enero y febrero de 2019 solo un 24,3% ocupaban cargos parlamentarios y el 20,7% cargos ministeriales, lo que significa un aumento muy lento desde 1995 con un porcentaje de alrededor del 11,3%.

Con el objetivo de analizar las desigualdades y dificultades entre mujeres y hombres al momento de querer acceder a un cargo de representación política en América Latina, el 11 de noviembre  la Universidad Internacional SEK –UISEK- y la Red de Politólogas, organizaron la Mesa Redonda: ¿Por qué a las mujeres les cuesta más hacer política que a los hombres?

Reconocidas politólogas, nacionales e internacionales que forman parte de la Red de Politólogas, como Jennifer Piscopo, experta en política y género en América Latina; María Paz Jervis, decana de la facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la UISEK; Line Barreiro, cofundadora del Centro de Documentación y Estudios –CDE- de la coordinación del Paraguay; y, Virginia García, especialista en comunicación política y liderazgo con perspectiva de género; aportaron ideas de construcción para una sociedad incluyente y afirmativa en la cual, a las mujeres se las incluya en los diferentes espacios de poder. También señalaron las posibles causas de que esta problemática se encuentre aún latente e identificaron algunos de los limitantes para que las mujeres no accedan a cargos políticos.

María Paz Jervis, destacó el uso del tiempo como otro limitante. En la última encuesta del uso del tiempo realizada en 2016, se indica que el trabajo no remunerado de las mujeres representa el 75% del monto total que genera este tipo de actividades, es decir, las mujeres desde los 12 años en adelante dedican en promedio 31 horas de trabajo no remunerado. “Debemos partir del reconocimiento de que ser mujer tiene una carga y exigencia específica, pero no todas vivimos las mismas condiciones”, comentó Jervis.

Nadia Rodríguez, rectora de la UISEK, recalcó que el momento para analizar estos temas es muy especial, dada la coyuntura actual en los EEUU, donde por primera vez en la historia de este país fue elegida como Vicepresidenta una mujer y de origen afro descendiente. Por tal motivo, los “techos de cristal” como los nombra Nadia, deben romperse para evidenciar el rol importante que tienen las mujeres en la vida pública. Sin embargo, señala que hay sectores de la política donde todavía es difícil romper estos paradigmas, espacios que han sido masculinizados.

Para concluir con la mesa redonda, Karen Garzón, directora de Relaciones Internacionales de la UISEK, resaltó que hay que fortalecer la democracia y la gobernabilidad para la construcción de sociedades más justas e igualitarias y para ello se debe promover la participación y representación política de las mujeres. Aunque existen avances en cuanto a paridad de género en procesos de elección popular en América Latina, la realidad es que el camino continúa siendo desproporcional para las mujeres, quienes deben enfrentar múltiples obstáculos.

La academia cumple el importante rol de mostrar a los estudiantes y la ciudadanía los cambios que pueden hacerse desde todos los espacios. La UISEK, por muchos años ha tomado en cuenta la asignación de cargos de poder a mujeres, sin embargo, el puesto de rector siempre había sido para hombres y no es hasta hace pocos años donde las mujeres ya son parte de este escenario. Además, la facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas invita a más mujeres a interesarse en estos ámbitos profesionales en donde se crean áreas de decisiones y participación política.

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