Ana María Larrea, subsecretaria General de Planificación para el Buen Vivir de la Senplades, participó en el panel ‘Territorio y políticas públicas’, con la ponencia ‘Planificación, territorio y desarrollo sustentable: experiencia Ecuador’. El acto se llevó a cabo en el último día de la Reunión del Comité Especial de la Cepal sobre Población y Desarrollo, que se realiza por primera vez en el país.
Larrea inició enfatizando que en el Ecuador, como algunos países de América Latina, las desigualdades territoriales se expresan con fuerza. Por ello, dijo, “nuestra labor es erradicar esas diferencias para lograr una cohesión social verdadera”. En este tema, Senplades y el Gobierno Nacional tienen un objetivo a largo plazo.
El Gobierno ecuatoriano lidera un proceso de transformación en el país. Uno de sus hitos es la aprobación de la Constitución de 2008, que plantea un cambio paradigmático en la forma de concebir al desarrollo, basado en el concepto del Buen Vivir (Sumak Kawsay). “Hablar del Buen Vivir es hablar de relaciones múltiples y diversas entre los seres humanos, de los seres humanos entre sí y de ellos con la naturaleza”, dijo.
El Buen Vivir nos plantea una nueva estrategia de acumulación y redistribución, para poner fin al modelo extractivista que ha primado en Ecuador y a su especialización en la exportación de materias primas. El objetivo es llegar a ser un país terciario exportador de bio conocimientos y servicios turísticos.
Para alcanzar este objetivo es indispensable fortalecer los territorios a través de la planificación. Para ello, el Gobierno nacional ha diseñado, a través de la Senplades, una estrategia territorial encaminada a construir una estructura nacional policéntrica (con varios polos de desarrollo), articulada y complementaria de asentamientos humanos.
Se busca apoyar el desarrollo de las ciudades intermedias y pequeñas. Como ejemplo de aquello, Larrea citó como uno de los proyectos más importantes del Ecuador a Yachay-Ciudad del Conocimiento, el cual se construye en Urcuquí (Imbabura). “Si queremos pasar a ser la ciudad del bio conocimiento tenemos que invertir en educación, en desarrollo científico y tecnológico”, señaló Larrea.
Sin embargo, para que el Gobierno pueda poner lo énfasis en donde el país lo necesita, la estrategia contempla la territorialización de la inversión pública. “Ahora no contamos solo con información territorial, sino además los proyectos de inversión son pensados desde el territorio y sus actores”, dijo Ana María Larrea. Los resultados de estas políticas se demuestran, por ejemplo, en la reducción de zonas afectadas este año por el invierto en Ecuador, frente a las del 2008. “Es un ejemplo de cómo la perspectiva territorial nos ayuda a prevenir efectos y a ahorrar dinero, ya que nos hubiera costado cuatro veces más si no hubiésemos invertido”.
Para garantizar una presencia efectiva del Estado en el territorio, el Gobierno ha impulsado un proceso fuerte desconcentración y descentralización. Se crearon nueve zonas de planificación que agrupan a provincias, de manera que permiten la generación complementariedades económicas territoriales. Estas zonas están dividas en circuitos y distritos administrativos, los cuales constituyen unidades de planificación que permiten tener territorios más homogéneos, invertir mejor y llegar con servicios directamente al ciudadano.
Estas y otras políticas han permitido que, tras 5 años de gestión, el Gobierno nacional cuente con logros trascendentales para la construcción de un nuevo país. El Ecuador ha disminuido la pobreza en 9 puntos porcentuales, se ha reducido la inequidad en 7 puntos. Alrededor de 650 mil ecuatorianos salieron de la pobreza en 2011. La tasa de desempleo es la más baja de los últimos años y de la región, el ingreso promedio familiar cubre el 85% de la canasta básica, la matrícula en educación media subió 14 puntos entre 2006 y 2011, lo que significa que ahora más niños, niñas y jóvenes asisten a escuelas y colegios. Además se ha duplicado la matrícula de indígenas y afroecuatorianos en educación superior.
Fuente: Senplades