Ronan es el nombre del único mamífero no humano que ha demostrado tener un ritmo preciso gracias a su entrenamiento para distinguir el compás de la música. El hallazgo de esta investigación, publicada en Nature, desafía la comprensión que se tenía sobre la biomusicalidad en animales.
La leona marina Ronan, procedente de California (Estados Unidos), alcanzó su fama mundial gracias a su habilidad para mover la cabeza al compás de la música. Ahora, vuelve a ser protagonista de un nuevo estudio que demuestra que su capacidad es mejor que la de los seres humanos.
Una investigación, liderada por la Universidad de California Santa Cruz (UC Santa Cruz) y publicada en Nature, confirma que el nivel de sincronización de este mamífero y su constancia para mantener la cadencia es muy preciso.
La diferencia de tiempo en reaccionar al compás de Ronan fue 15 milisegundos
La diferencia de tiempo en reaccionar al compás en Ronan fue de 15 milisegundos promedio en sus entrenamientos. Para comparar esto, se sabe que el pestañeo humano se produce a una velocidad de 150 milisegundos.
“Fue increíblemente precisa, con una variabilidad de tan solo una décima de parpadeo entre ciclos”, explica el investigador del Instituto de Ciencias Marinas de la UC Santa Cruz Peter Cook. “A veces, alcanza el ritmo cinco milisegundos antes, a veces diez milisegundos después. Pero básicamente da en el blanco rítmico una y otra vez”.
Autonomía sin castigo
Durante las pruebas, Ronan tiene control total sobre su participación y no se le priva de comida ni se la castiga por no participar, ya que su estructura de entrenamiento refleja autonomía.
Si decide retirarse en cualquier momento, puede regresar a su piscina sin consecuencias negativas
Una carrera musical de 15 años
Ronan nació en libertad en 2008, pero quedó varada repetidamente debido a la desnutrición. La Universidad de California en Santa Cruz la adoptó en 2010 y se convirtió en miembro permanente del Laboratorio de Pinnípedos.
Desde entonces, ha participado en al menos 2 000 ejercicios de ritmo, cada uno con una duración de 10 a 15 segundos. A veces, pasaban años entre estas sesiones mientras se centraba en otras áreas de investigación.
Ronan está en el percentil 99 en cuanto a confiabilidad para mantener el ritmo, es decir que ha superado al 99% de las pruebas.
“Definitivamente no está sobreentrenada”, expresa Cook. “Si sumamos la cantidad de exposición rítmica que Ronan ha tenido desde que está con nosotros, probablemente sea insignificante comparada con lo que ha escuchado un niño típico de un año”.
Ronan está en el percentil 99 en cuanto a confiabilidad para mantener el ritmo, es decir que ha superado al 99% de las pruebas. No obstante, con 77 kilos y 16 años, el equipo considera que Ronan está “crecida y en su mejor momento” para ser una leona marina en cuidados intensivos
Podría trasladarse a otros mamíferos
Peter Cook escucha con frecuencia la pregunta de por qué los perros no pueden bailar si suelen estar expuestos a la música. El investigador responde que la gente no suele entrenarlos para que se muevan de forma explícita y rítmica.
Lo que se busca comprende cómo evoluciona la cognición tanto en humanos como en animales
Según el autor, no se trata de enseñarles a los animales un truco para divertirse. Lo que se busca es comprender cómo evoluciona la cognición tanto en humanos como en animales.
“Este estudio destaca la importancia de la experiencia, la madurez y una formación muy detallada en un entorno de laboratorio controlado para evaluar estas cuestiones”, concluye.
Peter. F. Cook. Sensorimotor synchronization to rhythm in an experienced sea lion rivals that of humans. Nature Scientific Reports. 2025