La mañana de este miércoles tuvimos la confirmación de que la Séptima Reunión de Estados Parte de la Convención para la Salvaguarda de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, que se encuentra en la Unesco, incorporó, por unanimidad, al tejido del sombrero de paja toquilla en su lista representativa.
Tras cuatro siglos de ser acariciada por las manos de nuestros artesanos, el tejido del sombrero de paja toquilla se pone a la cabeza del planeta. Por lo tanto hoy no solo nos ponemos la camiseta del Ecuador, sino que también el sombrero.
La mencionada reunión se desarrolla en París hasta donde han llegado delegados del Ministerio Coordinador de Patrimonio y del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. En la lista de la Unesco existen más de 60 candidaturas, entre ellas el tejido tradicional de paja toquilla del Ecuador.
El reconocimiento del tejido tradicional del sombrero de paja toquilla ecuatoriano ayudará a que el sombrero deje de ser conocido como «Panama Hat», cuando es realmente «Jipijapa» («Xipixapa»), o «Montecristi».
Este reconocimiento se une a las declaratorias que la UNESCO ha concedido al país:
Quito, Patrimonio Cultural de la Humanidad (1978); las Islas Galápagos, Patrimonio Natural de la Humanidad (1979); el parque Nacional Sangay, Patrimonio Natural de la Humanidad (1983); Cuenca, Patrimonio Cultural de la Humanidad (1999); y el Patrimonio Oral y las manifestaciones culturales del pueblo Zápara, proclamada obra maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial (2001) e incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2008.
El reconocimiento de este patrimonio es un trabajo liderado por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, entidad que elaboró el expediente técnico, documento que fue remitido por el Ministerio Coordinador de Patrimonio ante la UNESCO por intermedio de nuestra Cancillería, cumpliéndose uno de los objetivos del Gobierno de la Revolución Ciudadana.
Origen
El origen del tejido del sombrero de paja toquilla se localiza en la provincia de Manabí. En 1630 el indígena Domingo Chóez conjugó esta materia prima con la forma de los sombreros españoles. La actividad toquillera se consolidó en el siglo XVII, cuando decae la producción de algodón y los europeos empiezan a demandar el sombrero de paja como un sustituto del de paño. Los tejedores de Montecristi y Jijipaja, se especializaron en la elaboración del sombrero bajo el modelo europeo.
En 1859, la Reina de España mandó que se organice en Aranjuez una compañía de infantería cuyo uniforme diario cuente con un «sombrero Jipijapa», haciendo relación a los sombreros de toquilla que se tejían en esa localidad. El auge exportador de sombreros generó una etapa de bonanza económica sin precedente; hacia 1863 se exportó desde el Puerto de Guayaquil la increíble cifra de 500.000 sombreros anuales; y para 1854 «el valor de la exportación del sombrero de paja toquilla superó al del cacao, siendo aquel año, el producto que mayores ingresos dio al Estado ecuatoriano» (Guerra Cáceres, 1998:76).
Momentos clave en los que se dio una notoria alza en la producción toquillera fueron la Exposición Mundial de París (1855), en la que se promocionó el sombrero ecuatoriano de toquilla, y a finales del siglo XIX cuando la construcción del Canal de Panamá generó una gran demanda.
Al ser el canal de Panamá una obra majestuosa de ingeniería en el mundo, su construcción incluyó un despliegue que incluía a los obreros usando el sombrero de paja toquilla, además de políticos como el Presidente Roosevelt. Este hecho llevó a la errónea denominación de «Panama Hat».
Beneficios de la nominación:
Reconocer esta manifestación a nivel mundial como un elemento representativo del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es una aspiración válida de las comunidades y grupos involucrados. En este sentido, la participación local así como el empoderamiento comunitario se consolidarán y fomentarán el diálogo intergeneracional. Se pone en acción medidas de salvaguarda para la artesanía, como difusión, talleres de formación o comunicación y entender al patrimonio inmaterial como una herramienta para el desarrollo.
Con Oficio No. MCP-MCPNC-2011-0929, de marzo 26 del 2011, el Estado ecuatoriano remitió el expediente «Tejido tradicional del sombrero de paja toquilla ecuatoriano» para iniciar el proceso. El Estado ecuatoriano ha dado seguimiento del proceso y ha cumplido las correcciones solicitadas. El trámite duró alrededor de un año y medio, (comenzó el 31 de marzo de 2011 y terminó en diciembre de 2012).
Procedimiento:
- Los Estados presentan candidaturas los Estados Parte de la Convención de Salvaguarda PCI
- Conforme los formatos establecidos, la inclusión puede ser en dos listas: una de ellas son las candidaturas que requieren medidas urgentes, que implica un cronograma acelerado; y otras son de trámite ordinario ( este es el caso del Ecuador)
- La evaluación de la propuesta de inscripción debe reunir cinco requisitos: que el elemento sea patrimonio inmaterial; que la inscripción ayude a que se torne conciencia y sea producto de la comunidad; que implique propiciar diálogo, poniendo así en videncia la manifestación a escala mundial; que tenga medidas de salvaguarda y que figure en el inventario nacional.
- El trámite de evaluación depende si se incorpora en la lista con medidas urgentes de salvaguarda, si es así, el procedimiento es enviado a un órgano consultivo.
- En el caso de Ecuador, se presentó un informe sobre la conveniencia de inscribir o no el elemento, o si se requiere información complementaria que ya fue incluida.
Se ha creado la Escuela Taller de Pile (Manabí) para transferir y mantener el conocimiento de la elaboración del sombrero fino de paja toquilla a 600 mil dólares. 26 estudiantes de 15 años en adelante forman parte de este grupo. Para el sábado 8 de diciembre se ha previsto un evento con la participación de tejedores de las provincias de Manabí, Azuay, Cañar y Santa Elena. En cambio, el jueves 27 de diciembre en la Circasiana se presentará el sello postal «El tejido del sombrero de paja toquilla, patrimonio inmaterial de la humanidad».