Primero fue Iván Vasco quien renunció a la presidencia del Deportivo Quito meses atrás. Hoy en día, Fernando Mantilla sigue sus pasos, en un momento crítico para el equipo y sin responder por las deudas que adquirió en su gestión.
“Lo más fácil es renunciar e irse”, señaló el portero Fabián Carini, al ser consultado sobre el tema. Mientras los dirigentes se han lavado las manos en esta temporada, son los jugadores quienes dan la cara por una institución, que con la administración que tiene, pierde lo que ha ganado en cancha.
Pasivos que ascienden a los $ 3.300.000, sumados a la mala relación entre el ex – presidente y equipo, terminaron con la relación que los unía.
Mantilla aseguró que los jugadores tienen el derecho de reclamar por sus salarios, pero al momento, no existe ninguna figura de la directiva, que les pueda responder. Denunció además un “boicot” de parte de la plantilla, en los partidos jugados contra Barcelona de Guayaquil y Deportivo Cuenca. Todo ello, colmó su paciencia.
El caso del Deportivo Quito debe ser investigado a fondo por la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), organismo que deberá regular el gasto anual de los equipos, para evitar que este exceda con su presupuesto. Equipos como El Nacional y Barcelona Sporting Club, han ventilado también problemas económicos, de manera que urgen leyes que eviten estos inconvenientes temporada tras temporada.