Estudio del pensamiento de Bolívar Echeverría

Por: José Vega Delgado 

Durante mis estudios de Filosofía en Berlín-Alemania (1983-1984), el Profesor del Seminario sobre Marxismo: Doctor Wolfgang Fritz Haug, me habló por primera vez de un compatriota, de quien nunca había oído hablar, y que fuera su alumno en la Freie Universitaet, años atrás, Bolívar Echeverría Andrade.

Ya en Ecuador, le conocí personalmente, en abril de 1987, cuando dio una conferencia en la Universidad de Cuenca. Más tarde, le tuve como tutor de uno de los Módulos de la Maestría, en Estudios Latinoamericanos, en noviembre del 2006; al mismo tiempo que dictaba un Seminario sobre LA ILUSTRACIÓN, para el IX ENCUENTRO ECUATORIANO DE FILOSOFÍA, celebrado en Cuenca simultáneamente.

El Módulo de la Maestría, versó sobre LA ESTÉTICA DE WALTER BENJAMÍN Y LAS VANGUARDIAS DEL ARTE CONTEMPORÁNEO. Sólo entonces hicimos una perdurable amistad.

Cuando ya Bolívar Echeverría ha cruzado el umbral de la eternidad, el presente estudio de su pensamiento, sea mi mejor homenaje a su memoria.

Hemos elegido dos ensayos, para tratarlos conjuntamente, no sólo por corresponder a un mismo autor –el filósofo ecuatoriano nacionalizado en México- Bolívar Echeverría, sino porque la temática se complementa: las cuestiones que abre el estudio “LA CLAVE BARROCA DE AMÉRICA LATINA”, se concretan en el tratamiento especializado de una de ellas, para el segundo, “LA RELIGIÓN DE LOS MODERNOS”. Veámoslos panorámicamente, que no en detalles.

El primer ensayo parte de una puesta en escena de la CULTURA MODERNA, y, al interior de ésta, de LA CULTURA POLÍTICA. El autor sienta como premisa, que no hay una sola cultura política moderna, LA CULTURA POLÍTICA DE LA DEMOCRACIA LIBERAL, sino “… por el contrario una variedad de culturas políticas diversas que hace… un panorama extremamente complejo y dinámico.” (Pág. 2).

Tan sólo desde la perspectiva de EL CAPITALISMO, podría pensarse en una única cultura política: “… esa apariencia se descompone frecuentemente, cada vez que en alguna parte de Occidente la simbiosis entre un estado y su nación se descompone y debe recomponerse. El PANORAMA REAL DE LA CULTURA POLÍTICA MODERNA SE DEJA VER ENTONCES TAL COMO ES: DIVERSO Y LLENO DE CONTRADICCIONES.” (Ibidem.)

A continuación Echeverría, en contrapunto con Max Weber y tras las huellas de Marx, declara “invivibles” a la “vida” y al “mundo de la vida” capitalistas, “… por la presencia de una contradicción insalvable entre DOS PRINCIPIOS ESTRUCTURADORES DIVERGENTES, entre DOS “LÓGICAS” INCOMPATIBLES; contradicción que haría de ellos, paradójicamente, UNA VIDA Y UN MUNDO DE LA VIDA INVIVIBLES.” (Pág. 3.)

Tales principios son el “natural” y –por contraposición-, el “artificial”, que estructuran la vida social; cuanto “valor de uso” (“valor social”) y “valor mercantil” (“valor capital”), que regulan la vida económica de la Modernidad Capitalista, con LA HEGEMONÍA DEL SEGUNDO RESPECTO DEL PRIMERO. La sociedad responde a LA DIALÉCTICA DEL CAPITAL, mediante un “ethos” –en el sentido clásico /weberiano del término, y en el específico según el concepto de Echeverría -. (Cf. Págs. 4-9). Cuatro son los “ethos” posibles: EL REALISTA, EL ROMÁNTICO, EL CLÁSICO Y EL BARROCO.

Tales “ethos” pueden ser representados, en el american way of life, en la edificación de las patrias nacionales, en un neoestoicismo fatalista o altruismo capitalista (terminología nuestra, no del autor del ensayo), y, en el Arte Barroco, considerado como una “puesta en escena absoluta”.

Cabe anotar que DE LOS CUATRO ETHOS MODERNOS, TAN SOLO EL BARROCO POTENCIA LO “SOCIAL” POR SOBRE LO “ARTIFICIAL”, Y DISCREPA DE LA LÓGICA DEL CAPITAL. El Barroco como Cultura Política y como Arte, es la Clave Hermenéutica de la América Latina. (Cf. Págs. 8-10).

“Jugando a ser europeos, imitando a los europeos, poniendo en escena lo europeo, LOS INDIOS ASIMILADOS MONTARON UNA REPRESENTACIÓN DE LA QUE YA NO PUDIERON SALIR, Y QUE ES AQUELLA EN LA QUE INCLUSO NOSOTROS NO NOS ENCONTRAMOS TODAVÍA. UNA PUESTA EN ESCENA ABSOLUTA, BARROCA: LA PERFORMANCE SIN FIN DEL MESTIZAJE.” (Pág. 9.).

El ensayo se cierra con unas muy interesantes meditaciones de Bolívar Echeverría, sobre lo que aún podría ser considerado DE IZQUIERDAS, y lo que significaría UNA POLÍTICA DE IZQUIERDA PARA LATINOAMÉRICA. (Cf. Págs. 9-10.).

Finalmente, EL ETHOS BARROCO ES UNA ESPERANZA DE HUMANIZACIÓN, MÁS ALLÁ DE LA ALIENACIÓN DE LA MODERNIDAD CAPITALISTA: “EL ETHOS BARROCO, TAN FRECUENTADO EN LAS SOCIEDADES LATINOAMERICANAS A LO LARGO DE SU HISTORIA, SE CARACTERIZA POR SU FIDELIDAD A LA DIMENSIÓN CUALITATIVA DE LA VIDA Y SU MUNDO, POR SU NEGATIVA A ACEPTAR EL SACRIFICIO DE ELLA EN BIEN DE LA VALORIZACIÓN DEL VALOR”.

Y en nuestros días, cuando la planetarización concreta de la vida es refuncionalizada y deformada por EL CACAPITAL BAJO LA FORMA DE UNA GLOBALIZACIÓN ABSTRACTA QUE UNIFORMIZA, EN UN GRADO CUALITATIVO CERCANO AL CERO, HASTA EL MÁS MÍNIMO GESTO HUMANO, ESA ACTITUD BARROCA PUEDE SER UNA BUENA PUERTA DE SALIDA, FUERA DEL REINO DE LA SUMISIÓN.” (Pág. 10.).

En “LA RELIGIÓN DE LOS MODERNOS”, su autor retoma lo que ha llamado LA VALORIZACIÓN DEL VALOR, esto es DE LA ESENCIA DEL CAPITALISMO: EL DOMINIO DEL PRINCIPIO “ARTIFICIAL” SOBRE EL “NATURAL/SOCIAL”; del “valor mercantil” (“valor capital”), respecto del “valor de uso” (“valor social”).

Lo que la Sociedad Moderno Capitalista ha entronizado, es LA ABSOLUTIZACIÓN DEL CAPITAL QUE SE REPRODUCE INDEFINIDAMENTE, dando razón a Max Scheler (1874-1928) de que el hombre cree “en Dios o en un ídolo” (“An Gott oder in einen Götzen”). Es el equivalente de lo que Karl Marx (1818-1883) denominara “el fetichismo de la mercancía”, lo cual conduce a que: “La socialidad en la modernidad capitalista es una socialidad que se constituye bajo el modo de la enajenación. (…).

El ateísmo de la sociedad civil capitalista resulta ser así, en verdad, un pseudo-ateísmo, puesto que implica UNA “RELIGIOSIDAD PROFANA” fundada en el “fetichismo de la mercancía capitalista”. EL DES-ENCANTAMIENTO DE-SACRALIZADOR DEL MUNDO HA SIDO ACOMPAÑADO POR UN PROCESO INVERSO, EL DE SU REENCANTAMIENTO FRÍO O ECONÓMICO. EN EL LUGAR QUE ANTES OCUPABA DIOS SE HA INSTALADO ALADO EL VALOR QUE SE AUTOVALORIZA”. (Págs. 1-2.).

El autor del ensayo saca TRES COROLARIOS, de la aproximación que hiciera Marx a LA RELIGIÓN DE LOS MODERNOS:

1º.- No toda política en apariencia Laica, es por necesidad Anti/Eclesiástica.

2º.- No toda Política aparentemente Eclesiástica, es necesariamente Anti/Laica.

3º.- “La política que obedece a la religiosidad moderna tiene que arreglárselas en medio de las políticas que obedecen aún a las sobrevivencias de la religiosidad arcaica.” (Pág. 4.).

Echeverría admite que la situación peor para LA IMPLANTACIÓN DE UN LAICISMO AUTÉNTICO, ES EL “CONTUBERNIO” DEL DIOS MODERNO CON LOS DIOSES ARCAICOS: “… a los que recicla y pone a su servicio mediante concertaciones y acomodos.” (Pág. 4.) Con la excepción de LA CONTRARREFORMA, AL INTERIOR DE LA CUAL SE UNIERON EL CRISTIANISMO CATÓLICO, EL JESUITISMO Y LA CULTURA DEL BARROCO, CON UNA INFLUENCIA DECISIVA EN LATINOAMÉRICA Y SU “ETHOS”.

“El proyecto de los Jesuitas, que se ofrecen como los más fieles siervos del Papa, implica en verdad una puesta del Papa al servicio de su proyecto de revolución y del catolicismo.

MODERNIZAR EL MUNDO CACATÓLICO Y AL MISMO TIEMPO REFUNDAR EL CATOLICISMO: ESE ES EL PROYECTO DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS. Reordenar la vida cotidiana de la sociedad occidental: pero no en obediencia a la dinámica “salvaje” de las transformaciones que la venían afectando y que la alejaban de la fe cristiana, sino DE ACUERDO A UN PLAN INSPIRADO POR ESA MISMA FE. CRISTIANIZAR LA MODERNIZACIÓN: pero no en una vuelta al cristianismo medieval, que había entrado en crisis y había provocado las revueltas de la Reforma protestante, sino AVANZANDO HACIA EL CRISTIANISMO DE UNA IGLESIA CATÓLICA RENOVADA DESDE SUS CIMIENTOS.” (Págs. 4-5).

Lo que diría en el siglo XX el jesuita galo Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955): “Hacer avanzar al mismo tiempo el dominio del mundo y el Reino de Dios”. El autor del ensayo concluye, empero, archivando EL PROYECTO JESUÍTICO EN LA UTOPÍA Y EN UNA NUEVA TEOCRACIA; abogando, en cambio, por una vuelta a los ideales de LA ILUSTRACIÓN, que según Immanuel Kant ( 1724-1804), nos piden: “La salida del hombre fuera de su autoculpable minoría de edad” (“Der Ausgang des Menschen aus seiner selbstverschuldeten Unmuendigkeit”).

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