Por: Rodolfo Bueno
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Lo increíble, en eso del pinchazo a Victoria Nuland, aunque esperado, es que la prensa mundial se vaya por la tangente. Sus comentarios van desde que los rusos son culpables por este innoble proceder hasta que se trata de un exabrupto mal entendido, el que la Sra. Nuland mandara un poco más allá de lo deseable a sus aliados europeos. Pero nadie toca el tema de fondo, la intervención más descarada en los asuntos internos de Ucrania, un antiguo país, fundador de la ONU, al que se supone soberano.
¡No! Ni por broma el pueblo ucraniano debe decidir su destino. Si alguien sueña lo contrario, sería mejor que se vuelva a dormir, porque eso lo decide el Departamento de Estado de los EE.UU., que es quien manda en estos asuntos, por lo menos de eso están persuadidos. Esto se deduce del pinchazo a la conversación entre la Secretaria Adjunta de dicho organismo, Nuland, y el Embajador de los EE.UU. en Kiev, Pyatt, a quien ella imparte instrucciones acerca de qué líder de la oposición proponer al Presidente Yanukovich para que integre un nuevo gobierno.
Le dice que en el poder debe estar Yatseniuk que “tiene experiencia en economía y experiencia en gobernar. Él es el hombre” y no el ex boxeador Klichko, que es hombre de Merkel; además hay que mantener lo más lejos posible a Tiagnibok, que por ser nazi los pone en una situación muy incómoda. Luego acuerdan la táctica a seguir para obtener resultados favorables e, incluso, en cómo involucrar a la ONU para que actúe a favor de EE.UU. y sobre qué hacer para atarle las manos a Rusia.
De la conversación queda bien claro que a la OTAN le importa un pepino los intereses de Rusia, por más que ella esté hermanada con Ucrania por una historia común. Por eso a Merkel le resbala lo de “¡Que se joda la UE!”, aunque diga que eso es “completamente inaceptable”, porque lo que está en juego, según el Wall Street Journal, es “una pugna geopolítica por la influencia destinada a desarmar la capacidad de Moscú para controlar Ucrania política y económicamente”. Por eso Merkel se siente orgullosa de que la UE tenga los “mismos objetivos” que los EE.UU.
La UE y los EE.UU. rechazan la posibilidad de que Ucrania ingrese a la Unión Aduanera, organizada por Rusia, para eso le tendieron la trampa, la firma del acuerdo con la UE, porque ello implica que ese país no va a formar parte de la OTAN, que es lo único que les interesa. ¡La presa se les escapa de las manos!
Vale la pena recordar que la UE y los EE.UU. son más persuadidos que piojo sobre caspa, por eso que los compre quien no los conoce.
Quito, 17 de febrero del 2014