Por: Camilo Ponce Enríquez
«El 9 de Octubre de 1820 es una de las gestas históricas más grandes del Ecuador. Sin el 9 de Octubre de 1820, habrían quedado frustrados los esfuerzos del 10 de Agosto de 1809, habría sido estéril la sangre de los próceres en el Cuartel Real de Lima, pues se la incorporó al carro triunfal de la victoria y actualizó ese holocausto heroico».
«El 9 de Octubre tiene tesis que no pueden desaparecer y que no desaparecerán del alma nacional y de la vibración del espíritu del Ecuador entero. El 9 de Octubre significó la libertad de Guayaquil, del Guayaquil independiente y libre, con sus tres estrellas, con la estrella de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad, con las estrellas del idealismo, del patriotismo y del vigor cívico».
«Ese Guayaquil independiente del 9 de Octubre de 1820 significó que desde aquí mismo se movilizó el patriotismo ecuatoriano; y el Mariscal Sucre lanza sus ejércitos a la conquista de la libertad de la Sierra; poco después, la Batalla del Pichincha sonando en los fastos históricos como un colosal eco de los próceres de Octubre. De ahí que el 9 de Octubre constituya una de las bases de la nacionalidad; de ahí que esa fecha fortifica nuestra forma de ser autónoma, libre, consciente e independiente».
«Pero el hecho no queda allí. Allí se habría quedado si el 9 de Octubre no tuviese mera función trascendental para la Patria Ecuatoriana; es que va mucho más allá, es que desde Guayaquil se proyecta el heroísmo guayaquileño sobre el Sur del Continente Americano, y desde Guayaquil se engendran las grandes Batallas que dieron plena libertad a América: la Batalla de Junín y la Batalla de Ayacucho. !América libre,el Ecuador constituido, merced y gracias al 9 de Octubre de 1820!
Extracto del discurso pronunciado en Guayaquil el 9 de octubre de 1957, por el Presidente de la República de ese entonces, doctor Camilo Ponce Enríquez