Este viernes 03 de marzo se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre, por lo que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), destacó que las aportaciones de las comunidades indígenas en la preservación de la vida silvestre son fundamentales para conservar la biodiversidad y asegurar la sostenibilidad de los medios de vida rurales.
La Directora de la División de Políticas y Recursos Forestales de la FAO, Eva Müller, indicó que el empoderamiento de estos grupos, junto a sus conocimientos y su capacidad de planificación a largo plazo, es fundamental para garantizar la supervivencia de las generaciones futuras, tanto de la humanidad como de la vida silvestre.
Estas reflexiones forman parte de la publicación forestal trimestral de la FAO, que explora la relación entre los humanos y la vida silvestre.
El texto aborda la problemática y presenta soluciones sobre los daños que la fauna silvestre puede causar a la agricultura y ganadería, situación que provoca riesgos para la seguridad alimentaria y el bienestar de las personas.
La FAO también indicó que una correcta gestión de la caza deportiva puede desempeñar un papel positivo en el apoyo de la conservación y los medios de subsistencia de las personas pobres en las zonas rurales.
Los esfuerzos mundiales por proteger la vida silvestre deben cobrar fuerza. El año 2015, los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen metas específicas para poner fin a la caza furtiva. La Asamblea General de la ONU también acordó por unanimidad una resolución para limitar el tráfico ilícito de fauna y flora silvestres. Estas elocuentes expresiones de la voluntad política de poner fin a esos crímenes sumamente destructivos deben comenzar a traducirse en medidas sobre el terreno, lo que supone poner en práctica esfuerzos colectivos en todos los países del mundo.
Para proteger ese patrimonio natural esencial para esta generación y las generaciones futuras, los principales agentes deben hacer mucho más, en todos los continentes y en todos los sectores. En particular, es preciso incorporar en los esfuerzos de conservación a las comunidades que viven en estrecha proximidad con la vida silvestre, tal como lo sugiere hoy la FAO.
Se está acabando el tiempo de poner fin a la crisis de la caza y pesca furtivas que amenaza a algunas de las especies más emblemáticas del mundo. Para combatir la caza y pesca furtivas y el tráfico de especies protegidas es fundamental encarar tanto la oferta como la demanda de productos ilícitos de la fauna y flora silvestres mediante los objetivos, las metas y los instrumentos internacionales convenidos, como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Durante demasiado tiempo, el mundo ha visto imágenes desgarradoras de la matanza masiva de elefantes para obtener sus colmillos. Según la CITES, la matanza de elefantes africanos y la trata de su marfil siguen siendo alarmantemente frecuentes. Los elefantes asiáticos también son objeto de una caza furtiva cada vez mayor.
Muchas otras especies, como chitas, pangolines, rinocerontes, tortugas de mar, tiburones, tigres, ballenas y maderas nobles, se ven expuestas a una variedad de problemas diferentes, derivados de, entre otros factores, el cambio climático, la sobreexplotación o el tráfico ilícito.
En este Día Mundial de la Vida Silvestre, exhortamos a todos los ciudadanos, las empresas y los gobiernos a desempeñar el papel que les corresponde en la protección de los animales y las plantas silvestres. Las medidas que adoptemos cada uno de nosotros determinarán el destino de la fauna y flora silvestres del mundo.
¡El futuro de la vida silvestre está en nuestras manos!
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