La cooperación entre la universidad y el sector productivo aún es mínima en lo que se refiere a la investigación, y es relativamente mayor en lo relacionado al desarrollo tecnológico.
Los mecanismos de cooperación se dan también por medio de la prestación de servicios que pueda realizar la universidad, a través de sus tres funciones sustantivas: Investigación – Docencia y Preservación y difusión de la cultura. En esta dirección, los esfuerzos para reforzar la vinculación entre la universidad y la empresa son importantes, y el reto es reforzarlos y ampliarlos.
El futuro de las empresas –hay que subrayar- va encaminado a la mejora de la competitividad, la calidad y la productividad, y para ello los distintos agentes sociales, como las cámaras de la producción y los sindicatos de trabajadores, deben plantearse una perspectiva multidisciplinaria, liderazgo, ética profesional y habilidades de comunicación.
La creación de empresas no es una tarea fácil, debido a las múltiples trabas burocráticas y financieras; sin embargo, con una actitud positiva acompañadade una buena aplicación es posible crear empresas exitosas.
Una real vinculación entre la universidad y la empresa comienza con la educación impartida en las universidades, educación que no solo se fundamente en una buena preparación académica, sino también en acercar al alumno a las distintas expresiones del arte y la cultura, y en las actividades diversas, que se generan cotidianamente en el seno de las universidades.
Los procesos de globalización en el mundo ya entraron hace tiempo a nuestro país. El lenguaje de las ventajas competitivas es el acicate moderno de las empresas. Estamos viviendo un extraordinario fenómeno de reacomodo, de ajuste y cambio continuos que están implicando una reestructuración a fondo en los perfiles laborales: nuevos conocimientos y habilidades, métodos y tecnologías de gestión aparecen en los distintos planos de la economía nacional.
La necesidad de contar con una mano de obra calificada que responda a los retos de la globalización es irremplazable. La universidad tiene que asimilar las nuevas exigencias, pero de una manera crítica, propositiva y si bien la tecnología es hoy uno de los grandes temas del desarrollo nacional, la fortaleza de sus recursos humanos en un país como el nuestro es imprescindible para darle orientación y el sello correspondiente a los nuevos esquemas de excelencia y calidad.
Ahora que está de moda el diálogo, el encuentro Universidad – Empresa, es una necesidad vital para buscar precisamente discutir elementos que ayuden a redefinir la vinculación entre universidad e industria en el campo que compete a las universidades: el humanístico donde, en todo caso, la prioridad no sea la adaptación del hombre a la tecnología, sino a la inversa.
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