Papa Francisco en Vigilia Pascual 2018 Foto: Daniel Ibáñez – ACI Prensa |
30 de marzo de 2024 / 02:41 AM
Hoy es Sábado Santo y la Iglesia Católica, después de haber conmemorado la Pasión y Muerte del Señor, se prepara para celebrar a Jesús Resucitado. La mayor de esas celebraciones es la Vigilia Pascual.
Según la Enciclopedia Católica, el Sábado Santo marca el final del tiempo “de Cuaresma y penitencia y el principio del tiempo Pascual, que es uno de regocijo”. En ese sentido, estos son los tres grandes significados de esta celebración tan importante:
Sábado Santo: Duelo transformado en esperanza
Ciertamente son horas de espera, pero no de soledad. La Madre de Dios, María, acompaña a sus hijos en este trance, en el que Dios parece ausente. La Virgen permanece firme al lado de la tumba de su Hijo, fortaleciendo la fe, la confianza y la esperanza de todos sus hijos.
La Vigilia Pascual es la celebración por excelencia de la victoria definitiva de Cristo sobre el mal, el pecado y la muerte.
El segundo se da en la celebración dentro del templo. Allí se entona el Pregón Pascual, poema del siglo IV que proclama el cumplimiento de todas las promesas en Cristo, quien recibe la gloria y el honor para siempre.
La Liturgia de la Palabra se articula en una secuencia de siete lecturas en las que se recuerda la historia de la salvación, desde la Creación del mundo hasta la Resurrección del Señor.
Esa acción divina fue primicia de lo que sucedería después: Dios salvaría de nuevo a su pueblo, pero esta vez lo hará entregando a su Hijo amado.
El tercer momento se produce cuando los fieles renuevan las promesas bautismales, renunciando a Satanás, a sus seducciones y obras. Esto se lleva a cabo frente a la pila bautismal -o un recipiente adecuado que haga las veces- y se cantan las letanías invocando a todos los santos, como expresión de la unidad de la Iglesia militante con la Iglesia triunfante.