Homenaje a la música

Por: Dr. Gustavo Vega Delgado

Ex Presidente del Consejo Nacional de Educación Superior

Confucio, hace ya muchos siglos, declaró que la música sale del corazón humano, está unida a los orígenes de la actitud humana y que por esta cualidad, es socio-formativa.

Para Aristóteles la música es una imitación inmediata de sensaciones morales y para San Agustín, el arte de los movimientos bien realizados. La Música es el arte de un alegre modular, dice Censorius; y en el siglo XVII Juan Catton asegura que es el debido movimiento de las voces. Mientras que el filósofo Leibnitz ve en ella un movimiento aritmético oculto, para el compositor Rameau es sencillamente la ciencia de los sonidos. A esta opinión se adhiere en el siglo XIX Combarieu, diciendo que la música es el arte de pensar con sonidos, mientras que para Debussy representa un total de fuerzas disueltas. Para el músico Ricardo Strauss traduce impresiones y sentimientos, y para otro músico, Strawinsky, es incapaz de expresar nada. Un psicólogo tan profundo como A. Ehrenzweing, al buscar una definición de la música nos dice que es el lenguaje simbólico del entendimiento inconsciente, cuyo simbolismo no estaremos nunca en condiciones de analizar.

Según Congreves “La música tiene atractivos que pueden apaciguar a un pecho salvaje”. Hindemith se ocupa de dicha cuestión y niega a Boecius, para el cual “La música tiene el poder de corregir o rebajar” y prefiere sumarse a la opinión de San Agustín, que dice: “La música ennoblece sólo a aquellos que se someten al esfuerzo moral de ser nobles”; para Hindemith el cultivo del gusto artístico no es suficiente; los bárbaros rebajan la música a su nivel.

Sería asombroso que fuese cierta la teoría de J. Handschin, para quien cada tipo de música coincide con un cierto tipo humano, al que refleja y al que se dirige. También Handschin dice que el músico en ejercicio realiza una movilidad técnica de espíritu y alma.

En definitiva, el arte es descripción de los sentimientos o emociones de una persona y se lleva a cabo por medio de una acción que intenta despertar en otros, idénticas emociones.

Se está de acuerdo en desear poner en movimiento la acción social entre compositor, intérprete y oyente. Para ello se utilizan a veces expresiones técnicas musicales como: apoyatura, síncopa, cromatismo agudo, polirritmo y otras análogas, pero ¿a qué puede conducir algo así? ¿A placer, deleite o satisfacción? ¿Puede influenciar la unión de los hombres, su integración? Con seguridad que no; sólo un hecho único puede servir a la música para establecer estas relaciones: la sensación de la música. Sólo ella puede establecer esferas culturales, puede ser eficaz, puede ser social.

La música es actualmente un tema de vastas proporciones. Constituye no uno, sino múltiples temas; no es un campo único de actividad, sino de muchísimas actividades.

La música es un arte, una ciencia, una literatura, una de las humanidades y un campo de erudición.

Es una asignatura de enseñanza y aprendizaje desde el jardín de infancia hasta los cursos superiores; es un oficio, un negocio, un artículo de comercio. Es objeto de compraventa. Es un poderoso instrumento al servicio de la publicidad y es un agente de propaganda. Recuérdese el uso político que hizo Hitler de Wagner en cuanto su aporte a la ópera en relación a la mitología germana. Tanto como “usó” a Hegel, Shopenhauer y Nietzche, en cuanto idealismo, voluntarismo y concepción del Super-hombre, respectivamente.

La investigación sobre las diversas manifestaciones del sonido podría ser el punto de partida de la educación musical moderna, del mismo modo que el color es el punto de partida para la educación artística moderna. Probar las delicias del mundo sonoro tanto si son el canto de los pájaros, el ruido del viento en las hojas, el ruido de pasos familiares (recuérdese la película “Tacones lejanos” de Almodovar) o sonidos que vienen de instrumentos exóticos; producir sonidos vocalmente o de otra manera, capturarlos, mezclarlos y manipularlos gracias a los métodos electrónicos modernos, llevarían a una percepción más fina de la calidad del sonido. El mejor período para este género de experiencias es cuando el oído es tan receptivo como el cerebro. El único sentido, de los cinco que nace maduro, es el oído. Los únicos huesos calcificados al nacer son los huesecillos del oído. Ningún otro está maduro; solo aquellos que nos permiten escuchar la más sagrada de las artes: la música, y cuando un ser humano fenece, tras su humante vida, el único y el último en morir es precisamente el oído; el más frágil, la vista. Tarda el ser humano en ver, mucho más en mirar; pero maduro al nacer el oído, y tardío a morir, el oído es el que nos permite degustar la maravilla de sonidos que salen de los diversos instrumentos musicales o de la voz humana, esa laringe que tiene cuerdas de guitarra, de violín; esa laringe que tiene cuerdas vocales para hacer de la voz humana, como la de Piedad Torres, esposa de Paco Godoy, el más sagrado de los instrumentos musicales, y por cierto también, el violín inventado por el ser humano que junto con el piano son dos instrumentos reyes.

Y Pitágoras decía que la música es matemática inconsciente, es que nos revela el diástole, el sístole de este corazón que se resiste a odiar y que quiere amar cada vez más; ese ritmo, ese compás de la biología del corazón que se traduce en la inconsciencia del ritmo y de la música es el efecto como Pitágoras decía la matemática inconsciente. Pero los ecuatorianos hemos sido, no precisamente como traduce la lingüística, lo que es la Universidad: alma mater –madre nutricia-, porque muchos de nuestros artistas, maestros, hombres de cultura, mujeres de arte han debido migrar. El Ecuador es uno de los países que más ecuatorianos pone afuera. Somos madrastras y padrastros. Juan Campoverde, un joven compositor vive en Chicago; Mesías Mayguashca, uno de los grandes de la composición musical ecuatoriana está radicado en Alemania; Arturo Rodas, en Londres. Y a veces codificamos bien las ciencias, varias artes y poco la música. Del maestro Luis Humberto Salgado sólo conocemos un veinte por ciento de su creatividad. Francisco Paredes Herrera, el músico más creativo que ha tenido este Ecuador con más de mil creaciones de su inspiración, tuvo que migrar de su patria madre, de Cuenca hacia el manso y caudaloso Guayas, para que una nueva tierra le acoja y pueda hacer de su creatividad cuna y expresión de su sabiduría.

La familia hace músicos y la música hace familias. Ya saben ustedes que la familia Bach tiene más de cuarenta músicos reconocidos. Y por cierto que puede estar en los genes, puede estar en la enseñanza, mejor en ambos a la vez, cultura y naturaleza. En el caso de Paco Godoy no es la excepción ese árbol totémico que viene de sus padres y abuelos, y que ha hecho de la música su cadena helicoidal del ácido desoxirribo-nucleico, traducido en arpegios mordentes, abalanzastes, diminuendos, crechendos, calderones, esos silencios largos y pausas que como en la vida nos hace saltar mejor ante los acontecimientos inéditos que nos depara la vida.

Cuando se escucha el concierto de corno inglés de Mozart, uno se despierta solo con las pausas, y esas súbitas pausas disparan el futuro, cuán importante es el silencio en la vida. Hablamos demás, lo estoy haciendo ahora. Sólo el silencio es profundo, sólo el silencio, el inefable silencio, traduce ese cambio filosófico a un acontecer del más allá y la música sabe de la profundidad de la pausa y del silencio.

Se inventaron los instrumentos musicales, los de percusión, los de tecla, los de viento, los de cuerda; quizás el piano es esa rara excepción que naciendo del clavecín, del clavicordio pura cuerda; de pronto el golpe sobre la cuerda produce una sinergia de un instrumento novicio, de un instrumento donde esa potenciación y sinergia de dos herramientas primigenias generan el salto cualitativo inmenso que es el piano.

Y claro está, la combinación creativa de esas patentes hacen nuevos instrumentos. Wagner creó como treinta instrumentos musicales combinando flautas, combinando oboes, clarinetes hasta desembocar en diferentes formas; y el belga Sax inventó junto a una treintena de instrumentos el saxofón como lo conocemos ahora y que hasta el ex Presidente norteamericano Bill Clinton y Woody Allen el cineasta excéntrico lo tocan. Y sin saxofón no hay jazz, y sin afro ecuatorianos, americanos en Nueva Orleans, Chicago y Nueva York; sin africanos migrados cimarrones, esclavos o libertos, no hay góspel, no hay espirituales, tampoco hay el reggae y el blues, esa tristeza puesta en música. El blues, expresión profunda del negro americano, permanece vivo al margen de los tiempos. Y Milton Tadeo, el ecuatoriano compositor de la bomba en el Chota, muerto recién, no hubiese creado toda una dinámica distinta de hacer música afro americana; y sin africanos en el Perú no tendríamos el landó; y sin africanos en el Caribe o en el Brasil, tampoco el juego de abalorios, la dimensión extraordinaria de la fantasía y la imaginación no se hubiera traducido en el fetiche, en el susto, el espanto, que deben ser exorcizados a través precisamente de la música.

Hemos vivido momentos alucinantes y lo seguiremos viviendo con la música de Paco Godoy, él, pertenece a una familia de músicos, compositores y virtuosos. Es difícil ser ambas cosas. Si se es virtuoso del piano no es fácil ser buen compositor. Es difícil asociar talentos. Se dice que el mejor pianista de la historia fue Liszt; Rubinstein y Paderewsky le siguen de lejos. Pocos en la historia han sido buenos virtuosos y a la vez buenos compositores: Mozart, Chopin, por ejemplo, Liszt v.g. impresionante virtuoso fue un buen compositor: puso en dos pianos una versión de la Novena Sinfonía de Beethoven deslumbrante, y recién descubierta, como también varias obras de esta América todavía inexploradas. Siguen de pronto descubriéndose obras de música sacra, barroca, perdidas en archivos no codificados.

Hay que hacer mucho con la cultura. Ya lo dijo Miguel Rojas Mix: “Universidad sin Cultura en América Latina no es Universidad”. En Europa quizás hay tantos organismos que hacen cultura: museos, centros culturales y la propia Universidad. Pero en América Latina la cultura es una necesidad imperativa del quehacer universitario, por eso, hoy día, estamos de plácemes, entregamos una obra hermosa, un conjunto de partituras en esta publicación , mimada y acariciada por Wilson Zapata Bustamante, un gestor cultural extraordinario que con Paco Godoy y sus partituras han logrado poner en línea la creatividad de su corazón, de sus diástoles y sístoles cuando hacen juntos el ritmo y el compás y acompañan una versión que podemos disfrutarla, porque en América Latina sin música no somos latinoamericanos. Ventajosamente para el Ecuador nuestro segundo himno nacional es el pasillo Sombras. No es sólo ecuatoriano ya que de la pluma de esa yucateca extraordinaria Rosario Sansores, un pichinchano llamado Carlos Brito Benavides se inspiró y creó lo que es este pasillo trágico-cómico, de lágrimas y risas, de desventuras, celos y arrebatados pensamientos. Nuestro pasillo Sombras muestra que sólo el amor profundo traduce pasión.

Y no hay como imaginar Bolivia sin bandas de pueblo; y si vamos a Oruro, fácilmente encontramos mil, dos mil, cuatro mil músicos en escena y desfile, con su percusión andina, retumbando los tímpanos, mostrándonos lo que es la música del altiplano. América Latina es sobre todo música y en eso, sí está integrada, dado que en la política, hemos fallado.

Las partituras musicales  que publica EcuadorUniversitario.Com  los días lunes y jueves de cada emana, trae un sinnúmero de obras musicales para: pianistas, tenores, cuartetos de cuerda (violín I, violín II, viola, violoncello), quintetos de cuerda (violín I, violín II, viola, violoncello, contrabajo, coros, bandas sinfónicas, bandas de pueblo, bandas militares, etc.).

El estilo de las obras musicales abarca desde la música eminentemente académica hasta la música popular con un tratamiento muy depurado, logrando que este repertorio sea de factura universal.

El tarbajo de Paco Godoy  está dirigido a todos los músicos profesionales y en formación, de los diversos Conservatorios de Música, Academias Musicales, Escuelas de Música y Artes, Bandas, Sinfónicas, etc. Además de traer las partituras para el Director de la Orquesta, adjunta las partichellas para cada uno de los músicos, facilitando así la inmediata ejecución de las obras.

Como Presidente del CONESUP apoyé y respaldé el trabajo de Paco Godoy. Hoy, creo que es un acierto de EcuadorUniversitario.Com  presentar una obra que recoge la producción de este ecuatoriano extraordinario, este riobambeño universal: Paco Godoy.

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