Vargas se pregunta qué pasó con los cines de Guayaquil –como el Lido, el Marte, el Fénix, el Capitol- que de ser cines para adultos se convirtieron en templos evangélicos o supermercados. Considera que esos edificios, que son parte de nuestra arquitectura moderna, fueron mutando, convirtiéndose en zombies arquitectónicos, “un gigante remixeado y pirateado, típico de nuestro Guayaquil y su relación con el cine”, reflexiona Juanca Vargas.
Mientras que su curadora, Libertad Gills, juega a decir: “Érase una vez… Guayaquil con decenas de salas de cine en cada barrio. Ahora Guayaquil es un cementerio de salas, un mapa de rutas sin cine. Una noche de luna llena las salas enterradas bajo los centros comerciales e iglesias evangélicas comienzan a despertar. ¡Amanecen los cines zombies! Juanca Vargas se imagina una historia paralela en la cual el cine sobrevive a través de la imaginación, la reapropiación, el collage y la fantasía.
Artista-cachinero e investigador del color y de la forma, Vargas junta sus pasiones en este proyecto para invitarnos a un mundo donde el cine y sobre todo la sala de cine y los antiguos carteles de cine aún son capaces de despertar la creatividad. Más que nostalgia, Vargas nos hace creer en las posibilidades que aún palpitan en estos espacios, si solo nos detuviéramos a mirar. Pero, ¿cómo mirar? Lejos de la mirada capitalista y comercial con la que se suele escanear a las ciudades buscando plusvalía, Vargas propone una mirada juguetona, crítica y experimental. Una mirada al piso (“el reino de los suelos”), una mirada desde las ruinas, desde los descartes, en donde la mayoría solo ve basura o algo sin valor, Vargas encuentra una extraña belleza”.
El público de Guayaquil está invitado a acercarse a esta obra llena de visiones del Guayaquil que ya casi no existe. La muestra estará abierta hasta el 29 de septiembre de 2024, de lunes a sábado, de 09:00 a 17:00 (a las 16:30 es el último ingreso permitido), con ingreso libre para todo público.
www.EcuadorUniversitario.Com