Con un soporte investigativo prolongado por unos cinco años, se ha concretado esta novela con intertextos históricos que combina el documento de archivo, algo de bibliográfico, y la ficción necesaria para verterla en la producción literaria que aquí se presenta. Protagonistas y demás personajes, con nombres propios, decurren por estas páginas. La vida colonial ligada al obraje de San Ildefonso (Pelileo) y los ‘Atroces Agravios a los Indios’, las sublevaciones sofocadas y calladas por el oficialismo histórico y las conductas de los administradores realistas desde la Audiencia de Quito; así como un gran jirón de la vida Hispanoamericana, se cuentan en esta producción de querencia a la Patria que nos entrega el Historiador y Magíster en Lingüística Hispánica, Pedro Arturo Reino Garcés. Leyendo esta obra publicada por la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Tungurahua, el lector redimensionará su conciencia étnica, su criterio histórico y su goce estético.
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El Español José María Ruiz Gutiérrez, al comentar esta novela nos dice:
“Leer a Pedro Reino es casi como estar a su lado y escucharle contar historias. Su dominio del lenguaje y su conocimiento pleno del alma de sus paisanos y compatriotas le permite y le autoriza a contar la auténtica historia de los pueblos. No es tarea fácil ésta, sobre todo cuando se tiene muy a mano el tópico al que muchos otros recurren con el fin de impresionar a sus lectores o simplemente de aleccionarle en el puro acontecer. El caso de Pedro Reino es muy distinto. Su literatura es emocional, por lo que se hace merecedor del calificativo de “testimonial”.
Presentar los hechos no es literatura, es simplemente “saber hacer” de escribano, “novelar” los hechos es tarea creativa difícil y comprometida. Esa es la esencia, a mi entender, del “realismo fantástico”, género al que todos reconocemos que tuvo su cuna en Latinoamérica. Porque no hubiese podido ser de otro modo, si de lo que se trataba es de contar la historia, que en la mayoría de los casos los que mandaban no dejaron de escribir en los libros de historia. Posiblemente la auténtica historia de los países de “la conquista” se deberá seguir escribiendo a través de este género literario del que creo que Pedro Reino es un maestro”
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