El Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador, a través de la Subsecretaría de Memoria Social, emprendió un ambicioso proyecto para la re-conceptualización integral de los espacios y discursos del Museo Nacional, ubicado en Quito en el edificio de la Casa de la Cultura Benjamín Carrión.
La intervención museológica se inició con el desmontaje de las salas expositivas y durará aproximadamente un año para la consolidación del nuevo Museo Nacional como uno de los espacios fundamentales en el desarrollo turístico y educativo del país; y además como pieza clave en el fortalecimiento de las identidades ecuatorianas.
Ana Rodríguez, viceministra de Cultura y Patrimonio, sostiene que además de los cambios en los guiones museológicos, museográficos y educativos. “En cuanto al discurso curatorial, el museo no ha podido renovarse con una visión historiográfica contemporánea y actualmente persiste una narrativa de la historia cronológica y lineal”, sostiene Rodríguez. Además, la curaduría de la exposición permanente incorporará la colección del Siglo XX de la Casa de la Cultura.
La readecuación para el nuevo Museo Nacional es entendida como un proceso global de transformación profunda y participativa de espacios, paradigmas, discursos, relatos, colecciones y contenidos acorde a los desafíos de la sociedad y la cultura contemporánea del país. Este primer paso atiende a los retos de construcción colectiva de patrimonios, memoria y de la museología actual.
De esta manera, la propuesta derivada de un estudio y de los requerimientos del espacio, busca construir un museo seguro, abierto, educativo, lúdico, que invite a diversas reflexiones sobre la ciudadanía, las identidades y la plurinacionalidad. El Ministerio de Cultura y Patrimonio es consciente de su importancia en el contexto cultural, social y económico del Museo Nacional creado en 1969 por el Banco Central del Ecuador y a cargo del Ministerio de Cultura desde el 2010.
El nuevo concepto de distribución de las colecciones tendrá un recorrido diferente que incluirá una oferta cultural diversa y permanente con espacios para exposiciones temporales y áreas para talleres educativos, además la tienda del museo, cafetería y librería.
El proceso de desmontaje de las piezas históricas del Museo Nacional se realizó la semana pasada y contó con un plan para protección de colecciones que incluyeron metodologías, equipos de trabajo y protocolos de seguridad. “Hemos tenido a cargo un procedimiento técnico exitoso para desplazar los bienes culturales a reservas tras 20 años de estar en este sitio y están a buen recaudo”, señaló Karen Solórzano, funcionaria de la Dirección de Museos.
De esta forma el nuevo Museo Nacional potenciará el uso social y educativo al convertirse en un espacio de conocimiento, debate, vínculo social y participación ciudadana. Su voluntad será mostrar la expresión artística más allá de límites cronológicos y, a su vez, generar nuevo conocimiento, fruto de la investigación y el trabajo de varios agentes culturales. Al mismo tiempo se convertirá en un centro de investigación de prácticas y estudios sobre museos a nivel regional.
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