Por: Dr. ABDÓN RAMIRO MORALES ANDRADE
Músico Profesional, graduado en el Conservatorio Superior Nacional de Música de Quito, especialidad flauta traversa
Por la década de los años ochenta, ingresé un día a la Iglesia de la Compañía de Jesús, una iglesia jesuita situada en el centro histórico de Quito, bellísima en su interior, con una larga nave central, decorada de forma exquisita con pan de oro, yeso dorado y trabajos de madera, lo que la hace la iglesia más ornamental de nuestra ciudad capital. El
templo es uno de los ejemplos más destacados de arquitectura barroca española en América y está considerada la más hermosa de Ecuador.
Nada más traspasar la imponente mampara de la entrada de la iglesia, por esas casualidades de la vida, quedé atónito al oír el órgano tubular Roosevelt y escuchar cómo sonaba cada nota. Al instante, creí que quien tocaba este monumental instrumento era uno de los grandes maestros de la música del Ecuador. Impulsado por mi curiosidad trepé al coro de la iglesia y me encontré con la sorpresa de que el que ejecutaba el órgano, era un niño de apenas, 11 o 12 años, y lo hacía con la destreza de un maestro consumado. Sus pequeños dedos emanaban magia en el teclado y los pedales, apenas se discurrían en su extremidad inferior.
El órgano tubular está situado en el coro de La Compañía de Jesús, sobre la entrada principal, y es el de segundo mayor tamaño en Quito que aún está en funcionamiento. El instrumento, del que se hace uso en especiales festividades, se construyó en los Estados Unidos por la casa musical Frank Roosevelt, entre 1886 y 1887 y llegó a nuestra ciudad el 2 de marzo de 1887 y cuenta con 1104 tubos en total. Fue el primero de su tipo que llegó a Quito.
Aquel día, al que hago referencia, marcó mi enorme admiración y amistad por este niño prodigio, el insigne maestro Byron Francisco Godoy Aguirre, el querido PACO GODOY, el artista admirado en el Ecuador y el mundo, ya que su música ha trascendido y trasciende en todos los rincones de la patria chica y allende las fronteras.
A no dudarlo, estamos ante el músico más importante del Ecuador de los finales del siglo XX y principios del siglo XXI, con un vasto acervo de su creación, que es parte de la herencia musical que corre en sus venas.
Paco Godoy es la figura cimera de la música del Ecuador. Personaje de múltiples y variadas facetas, es compositor, arreglista, pianista, acordeonista, organista y director musical. Es uno de los grandes de su generación y de la música nacional y mundial.
Nació en Riobamba el 6 de noviembre de 1971 y a los cinco años de edad se convirtió en protagonista de la música y de la vida artística al ofrecer su primer recital de piano en el Consejo Provincial de Chimborazo. Como solista del piano, órgano y acordeón viene grabando desde la edad de 11 años.
Sus estudios musicales los realizó con la Orquesta Sinfónica Nacional (Centro de Difusión Musical) 1980-1982, en el Instituto de Música Sacra »Jaime Mola» 1982-1983 y entre los años de 1984 y 1989 en el Conservatorio Nacional de Música.
Este brillante ser humano de tantas cualidades es polifacético. Por nombrar de manera breve, diré que es autor de Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, poema sinfónico, que consta de tres movimientos, y que fue estrenado por la Orquesta Sinfónica Nacional de Ecuador, dirigida por el Director Alemán, Wilfer Miterrrand.
Citaré también un cuarteto de cuerdas denominado Galápagos, que fue estrenado en Estados Unidos en la ciudad de Stanfort por el Cuarteto Americano Ariston en el Teatro Risforum.
El Quinteto de Cuerdas “Mil violines en el firmamento” que fue estrenado y dirigido por el concertino de la Orquesta Sinfónica de la ciudad de Guayaquil, el Maestro Ecuador Pillajo, y es un pasillo ecuatoriano, obra académica para dos violines, una viola, un violonchelo y contrabajo.
Paco Godoy nos ha entregado obras corales como el pasillo Renunciamiento; Manantial Sin Fin, en ritmo de yaraví; marchas militares, como Héroes de Gloria Inmortal; pasillos de concierto; boleros; salsas y tangos, como Riobamba en Buenos Aires, grabado por la Orquesta Típica Señor Tango, en la capital de Argentina; el pasacalle emblema del pueblo lojano, Qué Viva Loja; música para bandas de pueblo.
La gama de estilos y géneros musicales, demuestran su versatilidad y espiritualidad. Desde los públicos más exigentes hasta nuestro pueblo han disfrutado de su obra, pues obsequia al mundo música en varios formatos.
Mi música eres tú, estrenado por el Quinteto de Metales de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador; los pasillos de concierto Éxtasis de Amor y El brillo de tus ojos, estrenados por la pianista rusa Masha Terterian; la música interpretada por los principales maestros del Ecuador, como Edgar Palacios, Gustavo Velásquez, Alexei Martínez, Flor Zambiceña, para banda de pueblo; Más allá del Infinito, que ganó el premio que otorga el Municipio de Quito en el concurso de composición nacional “Luis Alberto Valencia” en 1980; el pasillo Ensueño, que consta en el álbum Música de las Esferas, evidencian el nacionalismo del maestro Paco Godoy, como grandes nacionalistas lo fueron Astor Piazzola, Gerardo Guevara, Héctor Villalobos, José Pablo Moncayo, y muchos otros más.
Como Director musical, compositor y acompañante, ha compuesto más de un centenar de obras en formato sinfónico, música sacra y música popular en la mayoría de los ritmos nacionales como internacionales. Ha musicalizado a poetas como Medardo Ángel Silva, Juan Bautista Aguirre, Gabriela Mistral, Rubén Darío, Ernesto
Cardenal, Federico García Lorca, José Ángel Buesa, entre otros.
Esto que he mencionado, es apenas una muestra pequeña de la obra monumental del compositor de oficio, que viene creando desde los cinco años de edad.
El maestro musical Daniel Stratzing del Conservatorio de Viena eligió las composiciones de Paco Godoy para mostrarlas a sus alumnos, lo cual es un gran honor para el maestro y para nuestro país.
Paco Godoy ha exhibido su arte en escenarios de Asia, Europa, Estados Unidos, América Latina y en todas las provincias de Ecuador. En 2021, en plena madurez, nos regaló otra obra de su genial autoría: Las partituras de Música Infantil, una colección de canciones escritas y musicalizadas por él que vienen acompañadas de
las respectivas partituras para los músicos, y de los audios e ilustraciones para el disfrute de los niños.
En abril de 2021 cumplió 45 años de estar en activo y parece que fue ayer cuando debutó a los cinco años de edad cuando ofreció un recital de piano en el Consejo Provincial de Chimborazo.
Paco Godoy ha recibido muchísimos premios y galardones, entre los que destacamos el Doctorado Honoris Causa, otorgado por la universidad ecuatoriana, y la Condecoración “Dr. Vicente Rocafuerte” que la Asamblea Nacional le otorgó en el 2018.
Su obra, ha sido prologada por el Dr. Gustavo Vega Delgado, Sor María Valdiviezo Eguiguren, Maestro Gerardo Cilveti, entre muchos otros admiradores del arte y genialidad de Paco Godoy.
En fin, Paco Godoy, es el ser luminoso y carismático, que igual, se ha presentado en el Carnigie Hall de Nueva York, La Catedral de Notre Dame en París o La Basílica de Guadalupe en México, así como en las cumbres del Chimborazo; en eventos masivos como en reuniones familiares, derrochando alegría y jolgorio. Sus acordes tienen desde la más compleja de las armonías, hasta la más simple de las notas, pues es un músico asiduo y disciplinado que con mucho esfuerzo ha logrado situarse como el referente del pentagrama de esta hermosa patria el Ecuador.
El musicólogo colombiano Jaime Rico Salazar incluyó la biografía del maestro Paco Godoy en la enciclopedia “Cien años del Bolero”, obra cimera de la música romántica, en donde Paco Godoy se codea con figuras como Agustín Lara, Los Panchos, Armando Manzanero, entre otros.
Reconfortante resulta saber que su hija Siboney Godoy, la sexta generación de la dinastía Godoy, sigue los pasos de su padre, realizando estudios superiores de música en EEUU y desde donde se proyecta al mundo con su virtuoso violín.
El Presidente de los Estados Unidos, JOHN F. KENNEDY, dijo durante su gobierno: “Ciudadano del mundo: No preguntes lo que tu país puede hacer por ti: pregunta lo que tú puedes hacer por tu país”. El trabajo artístico del Maestro Paco Godoy refleja a las claras que él ha hecho mucho y seguirá haciéndolo por el Ecuador.
Considero un acierto que www.EcuadorUniversitario.Com y la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina hayan tomado la extraordinaria iniciativa de publicar y ofrecer al mundo -en código abierto- toda la producción del genial maestro Paco Godoy. Esta inconmensurable obra del Maestro Paco Godoy constituirá un
precioso material para la historia musical del Ecuador, y un gran aporte para la formación de sus compatriotas, principalmente para la juventud que necesita de ejemplos positivos, porque hoy está un poco desorientada en sus valores. Por eso necesitamos de su guía y liderazgo. La música contribuye al desarrollo integral de la persona,
entendiéndolo como el conjunto formado por el desarrollo físico, afectivo, social y cognitivo.
Dado que los primeros años de la infancia son decisivos para su desarrollo posterior, es fundamental la presencia de la música en la educación infantil, ya que los estímulos sensoriales que el niño recibe a través de ella contribuirán al desarrollo de la inteligencia, además de satisfacer algunas necesidades primarias como el descubrimiento de los sonidos y los ritmos.
Para tratar de demostrar estas y otras cuestiones relacionadas con los beneficios de la educación musical temprana, el genial Paco Godoy, Ecuador Universitario y la Editorial -CES-AL- nos entregaron la magnífica publicación de Partituras Infantiles de Paco Godoy, porque están convencidos que es la vida y la fuerza vital de la música, la que crea y sostiene relaciones sociales, en el más amplio sentido de la palabra.
Confucio, hace ya muchos siglos, declaró que la música sale del corazón humano, está unida a los orígenes de la actitud humana y que por esta cualidad, es socio-formativa.
Sería un gran acierto del Señor Presidente Guillermo Lasso si le concede el Premio Nacional Eugenio Espejo al genial Paco Godoy. El país entero lo aplaudiría. !Se lo merece!