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Borrajas para el olvido. Foto: JMCaste.
Perversidad
Ayer vi pasar por la calle treinta años
cubierto de harapos de sonrisas quebradas
que ocultaban furiosos oleajes de penas,
desvainando crueles sables de rencor
en concilium perverso de almas desalmadas.
Ayer sentí cómo las palabras
se queman a fuego de egoísmos,
cómo la sensibilidad se marchita con el daño,
cómo la comprensión se macera en odio,
cómo la amistad se resquebraja a espaldas,
cómo el desamor es fragua de infierno.
Ayer recordé que solo amor con amor se paga,
lo demás, borrajas para el olvido.
José Manuel Castellano
Tenerife, Islas Canarias, diciembre