Quito cuenta su historia en nueva sala del Museo de la Ciudad

Imágenes, instrumentos y elementos interactivos permiten trasladarse a la ciudad que vivió el proceso de independencia y una irreversible transformación social. Esto es lo que se encuentra al visitar la flamante sala de exposición temporal “Un nuevo orden social se abre paso: Quito del Siglo XIX”, en el segundo piso del edificio del Museo de la Ciudad.

En uno de los espacios está el Proceso Independentista de Quito, (1795-1808), que cuenta los ideales de autonomía y libertad que circularon en Quito, así como el propósito de conformar un gobierno autónomo y libre con iguales derechos para todos.

También están los pormenores de la destitución del Conde Ruiz de Castilla, presidente de la Real Audiencia, su restitución posterior en el cargo y la persecución a los insurrectos que culminó el 2 de agosto de 1810, con la muerte de los líderes de movimientos civiles.

Sin embargo, las ideas independentistas subsistieron pese a la represión realista española y el 24 de mayo de 1822, al mando de Antonio José de Sucre, las tropas libertarias resultaron victoriosas en una batalla en contra de los soldados de la Corona que marcó un nuevo rumbo en la historia de Quito.

La sala habla también de la Gran Colombia que no pudo subsistir más allá de una década y de la promulgación de la primera Acta de Constitución del Estado del Ecuador.

En este contexto se apreciará la organización social que apareció con el surgimiento del nuevo Estado. Las personas se diferenciaban según su origen, adscripción étnica, fortuna, vestimenta y lenguaje. Las relaciones desiguales de poder se mantuvieron en espacios públicos y privados.

Igualmente, se conocerá cómo el paisaje natural de Quito, la meseta y los valles circundantes cambiaron debido al crecimiento poblacional y la necesidad de agua, madera y tierra. A mediados del siglo XIX Quito contaba con siete parroquias: El Sagrario, Santa Bárbara, San Sebastián, San Roque, San Blas, San Marcos y Santa Prisca. Allí se concentraban pequeños negocios artesanales y familiares que dinamizaban la economía de la ciudad: herrerías, zapaterías, verdulerías, sastrerías, sombrererías, confiterías y otros.
Los oficios de Quito

Esta es también una temática abordada en la sala “Un nuevo orden social se abre paso: Quito del Siglo XIX”. Hasta entonces Quito contaba con arrieros y a lomo de mula trajinaban bienes y productos agrícolas para los mercados. Eran, en su mayoría, indígenas provenientes de Chillogallo, Tumbaco, Pifo, Nayón, Zámbiza, San Antonio y Calacalí.

En la Plaza Grande y la de Santo Domingo se ubicaban las cajoneras; se las llamaba así debido al mueble que utilizaban para comerciar un sinfín de objetos. Este mueble tenía muchos cajones y compartimentos. Las cajoneras llegaban muy temprano por la mañana para ocupar un buen
espacio en las plazas y poder vender sus productos.

Golpe a golpe los herreros ayudaban a forjar la ciudad. Abastecían al ejército de armas y a la ciudad de objetos cotidianos que hacían la vida más fácil. El dulce aroma de las colaciones y otras golosinas formaban parte del cotidiano de la ciudad. El confitero desempeñaba una ardua labor; la paila y la fuerza de sus brazos eran sus herramientas principales.

Los músicos interpretaban géneros musicales de raíz indígena -yaravíes, yumbos y sanjuanitos- y danzas criollas como albazos y tonadas. Utilizaban arpas, guitarras, pingullos, rondadores y
tambores. Las bandas surgieron después de la Independencia y ofrecían, a través de retretas públicas,  un variado repertorio de música.

Eso y mucho más es lo que el visitante podrá admirar en este nuevo espacio, que el Museo de la Ciudad ha abierto para conocer profundamente cómo se fue forjando con el tiempo la identidad social, cultural y humana de esta ciudad.

Las personas que recorran esta amplia sala, podrán en breves líneas escritas en inglés, español y quechua leer el contenido de las 16 cédulas que describe ligeramente la historia de la ciudad. Esta exposición permitirá también que los no videntes con solo utilizar audífonos personales que se encuentran colocados en cada uno de estos espacios puedan tener acceso a esta información.

ANDES

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