La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, lamentó profundamente el anunció de que Estados Unidos se retira de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
La decisión fue notificada este 12 de octubre de 2017 por el secretario de estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, a través de un comunicado oficial enviado a la UNESCO.
Bokova destacó los numerosos objetivos comunes compartidos por la UNESCO y los Estados Unidos de América, especialmente en un momento en que los conflictos continúan destruyendo las sociedades de todo el mundo.
Aunque la nación norteamericana decidió suspender el pago de sus contribuciones al organismo de la ONU en 2011, Bokova destacó que desde ese año aumentó la colaboración entre ese país y la UNESCO, y jamás había sido tan significativa.
“Hemos trabajado juntos para proteger el patrimonio cultural de la humanidad frente a los ataques terroristas y para prevenir el extremismo violento a través de la educación y la alfabetización”, destacó.
El Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, se sumó al sentimiento de tristeza de Bokova “dado el importante papel que los Estados Unidos han desempeñado en la UNESCO desde su fundación”.
La retirada estadounidense será efectiva a partir del 31 de diciembre de 2018.
ECUADOR CONSIDERA PREOCUPANTE EL RETIRO DE EE.UU
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador señaló que es “preocupante” la decisión de Estados Unidos y de Israel de retirarse de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La Cancillería se sumó a la consideración de que esta salida supone una pérdida para el multilateralismo, tal y como advirtió la directora general de la Unesco, Irina Bokova, con la que también coincidió en la necesidad del respaldo y participación en la organización especialmente en el actual momento de violencias extremistas y odios que precisan de una acción decidida en materia de educación y diálogo intercultural.
Ante esta situación, la Cancillería solicitó a Estados Unidos y a Israel una nueva evaluación del caso y destacó la necesidad de que los dos países sigan unidos y contribuyan a la Unesco.
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