La estrategia en ajedrez

Por: Wilson Zapata Bustamante / Maestro Nacional

Se conoce como estrategia ajedrecística al conjunto de planes que realiza un jugador para obtener ventaja en una partida a medio o largo plazo. Las decisiones estratégicas pueden influenciar el futuro de una partida durante muchas jugadas, o incluso en su totalidad.

La estrategia de ajedrez tiene que ver con la evaluación de posiciones de ajedrez y con la elaboración de objetivos y tácticas a largo plazo para los  movimientos futuros. Durante la evaluación, un jugador tiene que tener en cuenta el valor de las piezas en el tablero, la estructura de poenes, la seguridad del rey, la posición y control de casillas clave y de grupos de casillas (diagonales, columnas abiertas, debilidad de las casillas blancas o negras, etc.).

La estrategia  más básica es contar el valor total de las piezas de ambos bandos.

El Gran Maestro Garry Kasparov explica que «Estrategia es supervivencia táctica y es diseñar planeas alineados con el potencial personal».  Los tres elementos esenciales del mecanismo de decisión son el material, el tiempo y la calidad. Lo más complicado es la calidad. La calidad puede ser la estructura de peones, el espacio o las piezas activas. En definitiva, siempre se trata de ajustar la estrategia en términos de material, tiempo y calidad.

Para dar mayor fuerza a su teoría, Kasparov destaca que la estrategia es superior a la fuerza bruta del cálculo. El cálculo y la investigación –dice- pueden respaldar la estrategia, pero no reemplazarla. Cita un ejemplo práctico. “En 2003 jugué contra uno de los mejores programas de ajedrez del momento, el X3D. En la segunda partida, venía de una derrota estrepitosa. Como quería reencontrar mi juego, me esforcé al máximo por recuperarme. Tenía las piezas blancas y traté de crear una posición cerrada, porque estas posiciones le dan pocas posibilidades a la máquina de usar la potencia del cálculo. Yo pensaba a largo plazo, usaba una estrategia. La máquina no entendía lo que pasaba ni percibía mi plan. Lo interesante es que la máquina jugaba mejor que muchos buenos ajedrecistas, pero cualquiera de ellos podía darse cuenta de que la posición de la máquina empeoraba. Solo reconoció cuando era demasiado tarde y, apenas algunas jugadas después, los programadores renunciaron porque no querían sufrir una humillación mayor”.

Un ejemplo típico de decisión estratégica es la de eliminar piezas con el fin de alcanzar un final de partida. Esto puede ser ventajoso en diversas ocasiones. Por ejemplo, si se tiene ventaja material, dicha ventaja suele ser más fácil de explotar cuanto menos piezas existan. Por otro lado, si el contrario tiene la iniciativa o incluso un fuerte ataque, cambiar piezas puede también contribuir a que dicha iniciativa o ataque se disipe. La decisión estratégica de gran alcance debo cambiar piezas debe entonces llevarse a la práctica por medios concretos, tácticos.

En la estrategia ajedrecística se suelen definir dos tipos distintos de elementos. Por una parte, están los elementos estáticos, que influencian la partida durante largos períodos de tiempo. Por otro lado, están los elementos dinámicos, que influyen durante un período más breve. A menudo, las decisiones estratégicas consisten en elegir cuál entre todos los elementos es el más importante. Por ejemplo, regularmente es posible al principio de la apertura conseguir capturar un peón a cambio de un considerable retraso en el desarrollo de las piezas. La pregunta es cuándo la ventaja estratégica que supone el disponer de más material se verá compensada por la ventaja dinámica que confiere el tener un mejor desarrollo. Esta comparación entre ambas ventajas será lo que hará que un jugador se arriesgue o no a realizar la maniobra de captura.

Son típicas ventajas estáticas:

  • Disponer de más material.
  • Una mejor estructura de peones.
  • Controlar más espacio, especialmente en el centro del tablero.
  • Una mejor posición del rey.
  • Piezas móviles contra piezas constreñidas por peones fijados.
  • Pareja de alfiles contra alfil y caballo o dos caballos.

Son típicas ventajas dinámicas:

  • Mejor desarrollo, en la apertura.
  • Ganancia de tiempo.
  • Disponer de la iniciativa o poder iniciar un ataque.
  • Piezas mejor coordinadas.

Un concepto fundamental dentro de la estrategia ajedrecística es la formulación de un plan de juego en donde el jugador establece lo que desea obtener de una posición. Es en la ejecución de plan de juego, es decir, el paso de las ideas estratégicas generales a la ejecución táctica, donde surge el conflicto entre ambos jugadores.

A las decisiones estratégicas se las llama también decisiones posicionales, y al juego que se desarrolla sin obvios motivos tácticos, de forma lenta y progresiva, se le suele llamar juego posicional. Los jugadores también se suelen calificar como posicionales o tácticos, según cuál sea su punto más fuerte.

Relación entre táctica y estrategia

Para jugadores poco avanzados, la partida es simplemente una sucesión de episodios tácticos, a menudo no relacionados entre sí. Las partidas parecen ganarse o perderse casi por azar, por ejemplo al “hacer una mala jugada” que pierde material. Al avanzar en el juego, sin embargo, los jugadores adquieren un control tal que los errores más graves van desapareciendo. A partir de entonces, el juego a menudo se define a favor de quien posee una mejor comprensión de cómo jugar una determinada posición, un mayor entendimiento estratégico.

En general, puede decirse que la táctica es lo más importante para ser un jugador fuerte, dado que el cálculo de variantes concretas sin excesivos errores es esencial para poder jugar a un alto nivel. Sin embargo, la inmensa mayoría de posiciones de ajedrez son tan complicadas que el simple cálculo no basta para orientarse y por tanto, se debe recurrir en muchas ocasiones a evaluar las opciones existentes mediante una visión global de cómo va a desarrollarse la partida a medio y largo plazo.

Por tanto, un gran jugador será aquél que obtenga un buen equilibrio entre táctica y estrategia. Aun así, cada jugador tiene puntos fuertes y débiles. Incluso entre los campeones mundiales pueden señalarse algunos que poseían sobre todo una acertadísima y original visión posicional (José Raúl Capablanca, Mikhail Botvinnik, Tigran Petrosian, Anatoly Karpov) y los que destacan sobre todo por su extraordinaria capacidad táctica (Emanuel Lasker, Alexander Alekhine, Mikhail Tahl).

Es casi un tópico recordar que el término “estrategia” procede del ámbito militar, en el que se entendía como “el arte de proyectar y dirigir grandes movimientos militares” (Gran Enciclopedia Catalana, 1978) y, en este sentido, la actividad del estratega consistía en proyectar, ordenar y dirigir las operaciones militares de tal manera que se consiguiera la victoria. También en este entorno militar los pasos o peldaños que forman una estrategia son llamados “técnicas” o “tácticas”.

Son muchos los autores que han explicado qué es y qué supone la utilización de estrategias a partir de esta primera distinción entre una técnica -y una estrategia-. Las técnicas pueden ser utilizadas de forma más o menos mecánica, sin que sea necesario para su aplicación que exista un propósito de aprendizaje por parte de quien las utiliza; las estrategias, en cambio, son siempre conscientes e intencionales, dirigidas a un objetivo claro y preciso: dar ¡jaque mate! o lograr que el rival se rinda.

Esto supone que las técnicas puedan considerarse elementos subordinados a la utilización de estrategias; también los métodos son procedimientos susceptibles de formar parte de una estrategia. Es decir, la estrategia se considera como una guía de las acciones que hay que seguir, y que, obviamente, es anterior a la elección de cualquier otro procedimiento para actuar (Nisbet y Shucksmith, 1986; Schmeck, 1988; Nisbet, 1991).

PARTIDA PARA EL ESTUDIO

Blancas: Boris Spassky

Negras: Bobby Fischer

Match del Siglo (1972)

1. e4 c5, 2. Cf3 e6, 3. d4 cxd4, 4. Cxd4 a6, 5. Cc3 Cc6, 6. Ae3 Cf6, 7. Ad3 d5, 8. exd5 exd5, 9. O-O Ad6, 10. Cxc6 bxc6, 11. Ad4 O-O, 12. Df3 Ae6, 13. Tfe1 c5, 14. Axf6 Dxf6, 15. Dxf6 gxf6, 16. Tad1 Tfd8, 17. Ae2 Tab8, 18. b3 c4, 19. Cxd5 Axd5, 20. Txd5 Axh2+, 21. Rxh2 Txd5, 22. Axc4 Td2, 23. Axa6 Txc2, 24. Te2 Txe2, 25. Axe2 Td8, 26. a4 Td2, 27. Ac4 Ta2, 28. Rg3 Rf8, 29. Rf3 Re7, 30. g4 f5, 31. gxf5 f6, 32. Ag8 h6, 33. Rg3 Rd6, 34. Rf3 Ta1, 35. Rg2 Re5, 36. Ae6 Rf4, 37. Ad7 Tb1, 38. Ae6 Tb2, 39. Ac4 Ta2, 40. Ae6 h5, 41. Ad7 Blancas Abandonan.

Posición final de la partida (ver diagrama).

Fischer perdió las dos primeras partidas, la segunda por no presentarse. Parecía que Spassky retendría el título para el ajedrez soviético; pero Bobby venció en la tercera. La cuarta partida fue tablas y desde la quinta, se impuso rotundamente el gran maestro estadounidense. Después de un tenso desarrollo, Fischer venció a su rival tras 21 partidas (Spassky abandonó la partida decisiva mientras su contrincante dormía en el hotel) y se coronó campeón mundial el 1 de septiembre de 1972 con un total de 7 partidas ganadas, 3 perdidas y 11 tablas. Ha sido el único estadounidense en conquistar el título.

Más adelante escribiré un reportaje muy amplio acerca del Match del Siglo. Los jugadores de Primera Categoría de Quito, ubicamos un tablero gigante a la Plaza Mayor de la ciudad (Plaza de la Independencia) y comentábamos jugada a jugada todas las partidas que disputaron el ruso Boris Spassky y el norteamericano Robert Fischer.

Mañana no se pierda los Principios  básicos de la estrategia posicional.

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