Mijail Tchigorin aportó al desarrollo de las ideas ajedrecísticas

Por: Wilson Zapata Bustamante / Maestro Nacional

El 13 de marzo de 1917 Nicolás (zar de Rusia), alarmado por fin, se montó en su tren particular para reunirse con su familia en Tsarskoie Selo, en las afueras de Petrogrado. Pero los  trabajadores de ferrocarriles estuvieron parando y cambiando las rutas del tren en un viaje interminable y sin objeto por todo el país. Como Trotski comentó posteriormente:»Con sus simples peones de ferrocarril, la revolución había gritado «jaque» al rey» (R. Goldston, Los  Soviets, una historia ilustrada de Rusia comunista).

Y al año siguiente era ¡jaque mate!

Mijail Tchigorin (1850-1908) desarrolló una intensa actividad como organizador del ajedrez en Rusia, lo que le valió el reconocimiento de fundador de la escuela rusa de ajedrez. Su importancia en la historia del ajedrez es muy grande, no sólo porque se le considera el fundador de la escuela rusa de ajedrez, sino por su  extraordinaria calidad de su juego.

Los libros de biografías así como las enciclopedias de ajedrez no dudan en proclamar al  ruso Mijail Tchigorin  como otra figura del siglo XIX que tuvo una gran influencia en el desarrollo de las ideas ajedrecísticas. Representaba la contrafuerza dialéctica al dogmatismo científico de la escuela Steinitz-Tarrasch. Tchigorin fue de los pocos que osaron rechazar parte de las ideas de Steinitz, su opinión era clara: «Las mejores normas de juego están lejos de conocerse».

Para Tchigorin lo más importante era un rápido y correcto desarrollo de las piezas, lo que permitía lanzar ataques contra el enroque del rival con garantías de éxito. En realidad estas ideas se anticiparon a lo que sería la época del Hipermodernismo, a principios del siglo XX, con Richard Reti a la cabeza.

Era partidario del juego abierto que tanto predominó en la época de Morphy, y ante la nueva ola de aperturas cerradas, promulgadas por Steinitz, el ruso reaccionó con rebeldía. A dichas aperturas contestaba con jugadas que no estaban en la teoría y que parecían absurdas, pero que degeneraban en partidas cuyas posiciones se abrían como por arte de magia. Estudios posteriores han demostrado que estas jugadas no eran tan absurdas como parecían, de hecho supusieron un gran avance en la teoría de aperturas y fueron utilizadas por muchos teóricos de la escuela soviética. Algunas de estas ideas se siguen utilizando en la actualidad.

Tchigorin jugaba a la vez deslumbrantes gambitos y futuristas sistemas cerrados como la vieja defensa india. Así, en su tiempo, fue considerado como un defensor nostálgico de la tradición romántica; ahora podemos ver en él a un grande y original pensador que anticipó a la par la revolución hipermoderna y la escuela dinámica de hoy.

Rechazaba el dogma y buscaba siempre lo que era creativo en el ajedrez. Estudiaba las aperturas no para aprendérselas de memoria, sino para inventar; la defensa Tchigorin ahora popular contra la apertura española es solo una de sus muchas contribuciones.

Su línea contra la defensa francesa (1.e4, e6; 2.D2e) mostraba su originalidad de pensamiento (y probablemente le produjo a Tarrasch mucha consternación por estar “contra todos los principios”). Buscaba la excepción a la generalización aceptada y caballerosamente defendió al Caballo contra el culto de la superioridad del Alfil; no hay más que ver la defensa Tchigorin contra el Gambito de Dama: 1.d4, d5; 2. c4, Cc6; 3.Cc3,Ag5; 4. cd.

Tchigorín fue uno de los mejores representantes de la Escuela moderna de ajedrez a su pesar. Él admiraba el estilo romántico de Adolf Anderssen y Paul Morphy. Rechazó los principios teóricos de Steinitz, aunque sólo desde el punto de vista teórico. Fue amante de los gambitos y uno de los mejores especialistas de su tiempo del Gambito Evans. Pero este espíritu romántico chocaba frontalmente con su pragmatismo, y demostró conocer los principios de la Escuela moderna como nadie. Claro que esto nunca le impidió lanzarse a fantásticas combinaciones en cuanto podía.

Tchigorin dio nombre a diferentes variantes de apertura. La más importante fue la variante Chigorin de la Apertura española (1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Aa4 Cf6 5.O-O Ae7 6.Te1 b5 7.Ab3 d6 8.c3 O-O 9.h3 Ca5). También contribuyó al Gambito de dama con la Defensa Chigorin (1.d4 d5 2.c4 Cc6).

Fue un genio del ajedrez, original y creativo, pero su increíble irregularidad le impidió tener un lugar preferente en la historia. En sus partidas era capaz de crear una obra de arte o de cometer errores garrafales que le conducían a la derrota. También es necesario recordar las numerosas ideas innovadoras que aportó al ajedrez, su dominio del gambito Evans no ha podido ser igualado por nadie y ha alcanzado el rango de legendario.

Aportes y contribuciones de Tchigorin:

Su aportación al ajedrez fue determinante para que este deporte se hiciese popular en su tierra de origen, Rusia, ideas que sirvieron como base sobre la que se desarrolló la posterior escuela soviética. Por ejemplo, Tchigorin organizó el primer torneo por correspondencia en Rusia, también el primer torneo sólo para jugadores rusos (con sus ganancias fundó un periódico dedicado exclusivamente al ajedrez). Gracias a todo esto gozaba de gran popularidad entre sus compatriotas, como por ejemplo el gran escritor Leon Tolstoi, que confesó ser un enamorado de su juego.

Tchigorin influyó en el juego de muchos jugadores de distintas épocas. Por ejemplo, el campeón del mundo Alexander Alekhine comentó: «Tchigorin parece hallarse fuera de la serie de los maestros del pasado; ha sido una gran figura y su enorme talento posiblemente le sitúe entre los genios, pues la profundidad de sus ideas es a veces inescrutable para el simple mortal. No sé si alcanzaré el nivel del pensamiento de Tchigorin».

Pero sobre todo es admirado por rebelarse contra las ideas posicionales que empezaban a predominar en su época. Tchigorin demostró gran valentía al optar por la belleza como medio de obtener la victoria, un camino siempre más arriesgado y difícil de encontrar. Es una pena que tuviese sus famosos despistes que le llevaron a la perdición en demasiadas ocasiones.

Como muchos de los jugadores de esa época, colaboró en varias revistas de ajedrez, como «El heraldo de ajedrez» y «La hoja de ajedrez». Estas colaboraciones eran muy habituales entre los maestros, la falta de torneos hacía que los ajedrecistas desarrollasen su creatividad por otras vías.

Tchigorín llegó al ajedrez relativamente tarde. Aprendió a mover las piezas a lo 16 años. A los 24 años  se dedicó a jugar profesionalmente.

En 1878 derrotó a Emanuel Schiffers por siete a tres, hazaña que repitió en 1879 y 1880.

Aplastó por siete a tres, en un encuentro, a Simón Alapín, considerado entonces el mejor jugador ruso.

En 1881 quedó tercero en Berlín, por detrás de Blackburne y Zúkertort.

En el torneo de Londres de 1883 quedó cuarto, detrás de Zúkertort, Steinitz y Blackburne, y delante de Wináwer.

Sus éxitos le permitieron desafiar a Steinitz con el título mundial en juego. El encuentro se jugó en La Habana en 1889 y fue derrotado por 10 partidas perdidas, 6 ganadas y una tablas.

Ganó el torneo de Nueva York de 1890 y ganó en un encuentro a Gúnsberg.

Durante los años 1890 y 1891 jugó con Steinitz sendas partidas por telégrafo, y las dos las ganó Chigorín, por lo que volvieron a jugar por el título mundial en La Habana en 1892. La partida vigesimosegunda fue dramática para Tchigorín. Cuando llevaba una pieza de ventaja y posición ganadora se dejó dar un sencillo mate en dos. Totalmente desmoralizado perdió la siguiente partida, y a la postre el encuentro.

En 1893 empató un encuentro con Siegbert Tarrasch.

En 1896 quedó segundo en el torneo de Budapest, por detrás de Rudolf Charousek.

En 1899, 1900 y 1901 ganó los tres primeros torneos nacionales de Rusia.

Las estadísticas de Chigorin son:  409 victorias,  136 tablas y  244 derrotas. Con un promedio de 60’5 %.

Enfermo de diabetes se retiró a Lublin con su familia, donde murió.

PARTIDAS PARA EL ESTUDIO

BLANCAS: Tchigorin

NEGRAS: Stenitz

Gambito Evans

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ac4 Ac5 4.b4 Axb4 5.c3 Aa5 6.0–0 d6 7.d4 Ad7 8.Db3 Df6 9.dxe5 dxe5 10.Td1 h6 11.Aa3 Td8 12.Cbd2 Ab6 13.Ad5 Ca5 14.Db4 c5 15.Db2 Ce7 16.Cb3 Cxb3 17.Dxb3 0–0 18.Axb7 Cg6 19.c4 Cf4 20.De3 Ag4 21.Ad5 Tfe8 22.Ab2 Td6 23.Td2 Cxg2 24.Rxg2 Axf3+ 25.Dxf3 Dg5+ 26.Rh1 Dxd2 27.Dxf7+ Rh7 28.Tg1 1-0

BLANCAS: Tchigorin

NEGRAS: Steinitz

Gambito Evans aceptado

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ac4 Ac5 4.b4 Axb4 5.c3 Aa5 6.0–0 d6 7.d4 Ad7 8.Db3 Df6 9.dxe5 dxe5 10.Td1 h6 11.Axf7+ Dxf7 12.Dxf7+ Rxf7 13.Txd7+ Cge7 14.Rf1 Re6 15.Td3 Tad8 16.Ce1 Cc8 17.Re2 Cd6 18.f3 b5 19.a3 Ab6 20.Cd2 Ca5 21.Tb1 a6 22.Cc2 Cdb7 23.Txd8 Txd8 24.Cb4 Cc5 25.Cd5 Ca4 26.Rd1 c6 27.Cxb6 Cxb6 28.Rc2 Cbc4 29.Cf1 Td7 30.Ta1 Cb6 31.Ae3 Ca4 32.Te1 Cc4 33.Ac1 c5 34.h4 ½-½

BLANCAS: Steinitz

NEGRAS: Tchigorin

Defensa de los Dos Caballos

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ac4 Cf6 4.Cg5 d5 5.exd5 Ca5 6.Ab5+ c6 7.dxc6 bxc6 8.Ae2 h6 9.Ch3 Ac5 10.0–0 0–0 11.c3 Cb7 12.Da4 Axh3 13.gxh3 Dd6 14.d3 Cd5 15.Af3 Ab6 16.Dh4 Ac7 17.Td1 f5 18.Axd5+ cxd5 19.Cd2 Tf6 20.Rf1 e4 21.d4 Tg6 22.Dh5 Tg5 23.Dh4 Da6+ 24.c4 dxc4 25.f4 c3+ 26.Rf2 e3+ 0-1

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