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El Pacto Ribbentrop Mólotov

Por: Rodolfo Bueno

Como resultado de la Gran Crisis del capitalismo, que comenzó en 1929 y afectó al mundo de la postguerra como ningún otro fenómeno económico, se inició la lucha por el nuevo reparto colonial del mundo. Japón atacó a China, Alemania a Austria y Checosloaquia e Italia a Etiopía. A la sazón, se podía dividir al mundo en potencias imperialistas agresoras y potencias imperialistas agredidas, tal como lo analiza Stalin. Las primeras, que nada tenían y lo exigían todo, atacaban a las segundas, que lo poseían todo; para ello, Alemania, Italia y Japón abandonaron la Liga de Naciones, conformaron el bando beligerante del Eje y firmaron el Pacto Anticomintern.

Las potencias agredidas, pese a que eran económica y militarmente mucho más fuertes que las agresoras, cedían y cedían posiciones. La razón de esta conducta tan extraña era darle aire a la agresión hasta que se transformase en un conflicto mundial. Incitaban a las naciones del Eje a atacar a la URSS con la esperanza de que la guerra agotase mutuamente a ambos bandos. Entonces les ofrecerían sus soluciones y les dictarían sus condiciones. Los países beligerantes, cuyas fortalezas se encontrarían destruidas como consecuencia de un largo batallar entre ellos, no tendrían más opción que aceptarlas. Una forma fácil y barata de conseguir sus fines.

Los políticos burgueses de las potencias agredidas esperaban que Hitler cumpliese con su promesa de liquidar el comunismo, presionaban a los alemanes para que vayan cada vez más lejos en dirección al Este, le abrían a Hitler la posibilidad de atacar a la Unión Soviética a través de los países del Báltico, para, al mismo tiempo, quedar ellos al margen de un eventual conflicto germano-soviético, y le daban largas al asunto de emprender la creación de un sistema de seguridad colectiva a la agresión nazi-fascista. Con este propósito comenzaron una campaña calumniosa de descrédito contra el Ejército Rojo, la Fuerza Aérea Soviética y, en general, contra la URSS.

Este juego peligroso terminaría muy mal para los que propugnaban el anticomunismo como política de Estado. Es que los gobiernos de Londres y París, ofuscados por el odio acérrimo al comunismo, no podían y no querían ver el peligro que el nazi-fascismo representaba para ellos mismos.

Inmediatamente después de que en Münich, Inglaterra y Francia entregaran Checoslovaquia a Alemania, Hitler le exigió a Polonia la devolución del Corredor Polaco, la entrega del puerto de Dánzig, Gdansk en polaco, y que le cediera facultades extraterritoriales para construir autopistas y líneas férreas por territorio polaco. Después, Alemania anuló el pacto de no agresión firmado con Polonia, luego renunció al convenio naval anglo-alemán, posteriormente comenzó a reclamar las colonias que le fueron arrebatadas por Francia e Inglaterra luego de la Primera Guerra Mundial, finalmente, Italia se apoderó de Albania.

El 23 de julio de 1939, Molótov, Ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Soviética, con el propósito de lograr un acuerdo que impidiera la agresión alemana a Polonia, propuso a Gran Bretaña y Francia el envío de una comisión militar a Moscú. Sin el mínimo apresuramiento, pese a que la guerra estaba al borde de estallar, el 11 de agosto, diecinueve días después, la misión arribó a Moscú. Estaba encabezada por personajes poco desconocidos, que no tenían ni las atribuciones ni los poderes para discutir nada ni firmar ningún convenio militar concreto.

La delegación nunca contestó a la inquietud fundamental de Moscú: Para poder enfrentarse con Alemania, las tropas soviéticas tenían que pasar por el territorio polaco o el rumano, sin esta condición se hacía imposible la participación de la Unión Soviética en una alianza militar con Inglaterra y Francia.

El 14 de agosto, el Almirante Drax, Jefe la Misión, debió reconocer: “Creo que nuestra misión ha terminado”; sin embargo, las conversaciones se prolongaron para ver si era posible obtener la aprobación polaca al paso de las tropas soviéticas. Por último, Drax informó no tener noticias de Londres y propuso una nueva reunión para después de tres o cuatro días. El 23 de agosto, Voroshilov, Ministro de Defensa de la URSS, advirtió a la comisión: “Nosotros no podemos espera a que Alemania derrote a Polonia para que después se lance contra nosotros. Mientras tanto ustedes estarían en sus fronteras reteniendo a lo mucho diez divisiones alemanas. Necesitamos un trampolín desde el cual atacar los alemanes, sin él no podemos ayudarlos a ustedes”. Ante el comprometedor silencio de los delegados añadió: “No hemos hecho nada en once días. El año pasado, al encontrase Checoslovaquia al borde del abismo, no obtuvimos una sola señal de Francia. El Ejército Rojo estuvo listo para atacar, pero esa señal nunca llegó. Nuestro gobierno y todo nuestro pueblo estuvieron ansiosos de ayudar a los checos y por cumplir con nuestras obligaciones dimanantes de los tratados. Ahora los gobiernos de Francia e Inglaterra han prolongado inútilmente y durante demasiado tiempo estas conversaciones político militares. Por ello no se debe excluir otros acontecimientos de índole político. Fue necesario obtener una clara respuesta de Polonia y Rumania sobre el paso de nuestras tropas a través de sus territorios. Si los polacos hubiesen querido responder positivamente a esta pregunta, es lógico pensar que hubiesen participado en estas negociaciones”. Poco después se iniciarían unas negociaciones, que son criticadas por quienes desconocen o pretenden desconocer el preámbulo anterior, que condujeron a la firma del Pacto de no agresión entre la Unión Soviética y Alemania.

A partir del fracaso de las conversaciones con Inglaterra y Francia, el gobierno soviético aceptó la propuesta alemana de concluir un acuerdo de no agresión que, desde mayo de 1939, Alemania le había propuesto en reiteradas ocasiones. El 23 de agosto de 1939, la URSS firmó el Pacto de no Agresión con Alemania, aunque esto no estuvo previsto en los planes de la diplomacia soviética antes de que Inglaterra y Francia frustraran las negociaciones de Moscú. La URSS actuaba con mucha cautela para impedir verse arrastrada a un conflicto que no buscaba ni deseaba. La conducta de Francia e Inglaterra en las fracasadas negociaciones le daban a entender que estos países procuraban involucrarla en un enfrentamiento armado con Alemania. Conocía además que las potencias europeas sostenía simultáneamente conversaciones secretas con Alemania con la finalidad de concluir un acuerdo dirigido en contra de la Unión Soviética.

Al firmar el pacto de no agresión, el gobierno soviético no se hacía ilusiones. El Mariscal Zhukov sostiene que se partía del supuesto de que el mismo no libraba a la URSS de ser agredida y añade: “En ningún momento escuché a Stalin palabras tranquilizadoras en relación al Pacto de no Agresión”. Después del 23 de agosto, la URSS estaba dispuesta a seguir las negociaciones con Gran Bretaña y Francia, pero estos países se negaron a ello.

Las críticas al pacto Ribbentrop-Mólotov tienen la finalidad de absolver a los verdaderos culpables del estallido de la guerra; posteriormente, cuando los EE.UU. Inglaterra y la URSS conformaron la coalición antinazi, muchos políticos relevantes de Occidente valoraron de manera positiva la firma del mismo. Quien en 1944 fuera Subsecretario de Estado de los EE.UU., Sumner Welles, escribe: “Desde el punto de vista práctico, cabe la posibilidad de lograr ventajas que -dos años más tarde, al producirse la agresión alemana, desde hacía mucho tiempo esperada-, tuvieron mucha importancia para la Unión Soviética”.

La coalición antifascista se hizo solo posible luego de que Alemania Nazi derrotara y ocupara Austria, Checoslovaquia, Polonia, Dinamarca, Noruega, Belgica, Holanda y Francia. Por fin, estás derrotas hicieron ver a los EE.UU. e Inglaterra la amenaza que el nazi-fascismo representaba para ellos y se sentaron las premisas que posibilitaron la formación de esta coalición. Pero incluso durante toda la guerra, tanto en los planes que se forjaron durante la contienda como en los que se forjaron para la posguerra, se sintió una actitud ambigua hacía la URSS de parte de los países aliados.

En los medios gubernamentales de Gran Bretaña y los Estados Unidos, con más virulencia a partir del fallecimiento del Presidente Franklin D. Roosevelt, se buscó siempre debilitar a la Unión Soviética. Por eso dilataron la apertura del Segundo Frente en Europa, por eso demoraron los suministros de material de guerra a la URSS, por eso se negaron a mandar tropas al frente soviético-alemán, porque procuraban preservar y acumular fuerzas con el fin de imponer a Moscú, cuando terminara la guerra, las condiciones de paz y las reglas de comportamiento en la arena internacional. Dichos planes se vieron alentados por el desarrollo de los trabajos tendientes a la fabricación de la bomba atómica, que los círculos gobernantes de los Estados Unidos pensaban utilizar como instrumento de imposición y hegemonía para el resto del globo terráqueo.

EPN está celebrado sus 145 años de fructífera existencia

Por: Wilson Zapata Bustamante
Director de EcuadorUniversitario.Com

La Escuela Politécnica Nacional (EPN), la institución promotora de la cultura científica nacional y por ende de su desarrollo, está celebrado los primeros 145 años de su fundación.

En el Ecuador, es indudable que entre las instituciones de mayor prestigio se encuentra la Escuela Politécnica Nacional que constituye la Universidad más prestigiosa en el ámbito de la enseñanza y de la investigación científica del país. Fue fundada el 27 de agosto de 1869, mediante Decreto expedido por la Convención Nacional y por iniciativa del Presidente Gabriel García Moreno, quien encarnó los ideales, ideó, preparó, fundó, mantuvo y defendió la primera Escuela Politécnica Nacional.

“Los gastos de su equipamiento serán más que retribuidos por la utilidad y la honra que darán a la República “, escribió para la posteridad, el Presidente Gabriel García Moreno. !No se equivocó!

La Politécnica fue concebida como el primer centro de docencia e investigación científica, como órgano integrador del país, como ente generador del desarrollo nacional. De Alemania vinieron los profesores, los aparatos, los laboratorios e instrumentos necesarios para la enseñanza. Tuvo como docentes a sabios de la jerarquía de Juan Bautista Menten, Teodoro Wolf y Luis Sodiro, quienes llegaron a Quito en agosto de 1870.

Juan Bautista Menten fue el primer Decano Director de la Escuela Politécnica Nacional, catedrático de Astronomía, Geodesia, Hidrotécnica y Alemán. Se encargó de la construcción e instalación del Observatorio Astronómico de Quito y de la publicación de su Boletín, equipándolo con los mejores instrumentos de la época y que siguen funcionando hasta la presente fecha. Fue director de Obras Públicas y elaboró el plano de Quito.

Teodoro Wolf fue catedrático de Geología, Mineralogía, Minería e Idiomas. Escribió la Geografía y la Geología del Ecuador y formó el Museo Mineralógico. Fue Geólogo del Estado y Ciudadano de Honor del Ecuador. A Teodoro Wolf se deben nuestras investigaciones y trabajos geográficos y geológicos. La Carta Geográfica del Ecuador, obra del sabio Jesuita es el mejor y más inobjetable testimonio de su extraordinaria estatura científica y sus relevantes servicios brindados a la patria.

Luis Sodiro fundó el famoso Jardín y Museo Botánico.

Luis Dressel fue Subdecano de la Politécnica Nacional, catedrático de Química, Farmacia, Geología, Mineralogía. Analizó el petróleo y las aguas minerales del Ecuador.

José Kelberg fue catedrático de Arquitectura, Construcción de Caminos, Ferrocarriles y Puentes, Mecánica Práctica; y, autor del libro “Nach Ecuador”.

El cuadro de profesores principales estuvo conformado por los Padres Jesuitas alemanes José Kolberg, Emilio Muellendorf, Luis Dressel, Armando Wenzel, Cristian Boetzkes, José Epping, Eduardo Bruguier, Luis Heiss, Alberto Claessen, P. Clemente Faller y el seglar José Honshteter.

Kolberg y Bruguier instalaron la primera luz eléctrica de Quito.

Los docentes e investigadores alemanes estudiaron los problemas de las distintas zonas y regiones del Ecuador, exploraron y trazaron las vías de comunicación que, en el futuro, han de unirlas: tal el caso de Menten viajando a Manabí, Wolf explorando las Galápagos, Sodiro buscando y descubriendo incesantemente nuevas especies de la flora ecuatoriana para incorporarlas al Catálogo Universal de la Botánica. Estas actividades convirtieron a la Escuela Politécnica Nacional, dentro del ámbito científico que le corresponde, en una verdadera Universidad, en factor vital de transformación del medio geográfico y humano en que se halla inserta, sin dejar de mantener un nivel de investigación científica compatible con las circunstancias.

García Moreno fundaba en la Escuela Politécnica Nacional las esperanzas de su Patria, y para convencernos de ello basta ver el interés con que supervigilaba su marcha y progresos, la asiduidad con que asistía a los exámenes, principalmente en química, que había estudiado en París (Francia).

La Escuela Politécnica Nacional fue clausurada después de la muerte del Mandatario fundador y restablecida por el presidente José María Velasco Ibarra.

Sus rectores han sido: Padre Juan Bautista Menten, ingeniero Pedro Pinto Guzmán, Padre Alberto Semanate, Sr. Luciano Andrade Marín, Dr. Jaime Chávez Ramírez, ingeniero Rubén Orellana Ricaurte, ingeniero Alfonso Espinosa Ramón, ingeniero Rodrigo Arrobo Rodas, ingeniero Vinicio Baquero Ordóñez, ingeniero Marcelo Jaramillo Carrera y el ingeniero Jaime Calderón, quien dirige actualmente la EPN.

En general, todas las épocas de la vida de la Escuela Politécnica Nacional se han caracterizado por conservar incólume no solo su prestigio sino por avanzar cada día más en marcha ascendente, interviniendo activamente en la eficaz formación de sus alumnos, en la verdadera investigación científica y tecnológica y buscando a base de la ciencia, la utilización racional de los recursos naturales del Ecuador.

Hoy, la Escuela Politécnica Nacional es la mejor Universidad del Ecuador, junto a la ESPOL y la USFQ. Su misión es generar, asimilar y adaptar, transmitir y difundir, aplicar, transferir y gestionar el conocimiento científico y tecnológico, para contribuir al desarrollo sostenido y sustentable de nuestro país, como resultado de una dinámica interacción con los actores de la sociedad ecuatoriana y la comunidad internacional. Para ello ofrece carreras en 15 ingenierías: Agroindustrial, Ambiental, Ciencias Económicas y Financieras, Civil, Eléctrica, Electrónica y Control, Electrónica y Redes de Información, Electrónica y Telecomunicaciones, Empresarial, Geología, Matemática, Mecánica, Petróleos, Sistemas Informáticos y de Computación, Química. Además, oferta 4 Tecnologías: Electrónica y Telecomunicaciones, Electromecánica, Aguas y Saneamiento Ambiental, Análisis de Sistemas Informáticos.