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Didier Queloz, Premio Nobel de Física en 2019: “Estamos en los inicios de la exploración acerca de cómo la materia se transforma en algo vivo“

El astrofísico suizo mide el balanceo de las estrellas para detectar el paso de planetas que se encuentran muy lejos del sistema solar. Este catedrático en Cambridge y en Zúrich encendió la mecha de la ‘revolución de los exoplanetas’, como él la llama, y sigue buscando algún mundo parecido a la Tierra, lo que podría explicar nuestros propios orígenes. En esta entrevista, habla con pasión de su oficio.  

Didier Queloz

Didier Queloz, astrofísico y Premio Nobel de Física en 2019, retratado en el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, durante el Festival Internacional de Ciencia Passion for Knowledge, organizado por el Donostia International Physics Center. / P4K / Javier Larrea.

Didier Queloz (Suiza, 1966) sabe que en ciencia hay “proyectos de vida”, como los llama, porque duran una generación entera y abarcan la existencia completa de una persona. El suyo comenzó cuando era doctorando en Ginebra y detectó por primera vez fuera del sistema solar la señal de un exoplaneta orbitando en torno a una estrella similar al Sol. En aquel verano de 1995, su tutor de tesis, Michel Mayor, le animó a que continuaran investigando juntos, aunque aquel planeta gigante recién descubierto no se ajustaba a las características que podían esperarse con los conocimientos de aquella época.

De ahí que pasaran más de dos décadas hasta que aquel gran descubrimiento fuera reconocido con el Nobel de Física (que compartieron con el canadiense James Peebles). Así, en 2019, a través del galardón, la comunidad científica confirmaba que con el hallazgo del exoplaneta 51 Pegasi b se había iniciado una nueva era en la investigación astrofísica.

Aunque todavía el instrumental disponible no permita la observación directa de objetos celestes tan lejanos, Queloz y Mayor habían demostrado que era posible traducir el ‘balanceo’ de las estrellas distantes en el paso de planetas por delante de ellas. Esa pionera técnica de la velocidad radial, para la que desarrollaron novedosas herramientas tecnológicas, ha resultado determinante en el rastreo de exoplanetas, junto al estudio de las variaciones periódicas en el brillo de las estrellas cuando estos pasan por delante.

Tuve la suerte de tener unos padres que me dejaron hacer lo que quería y la de vivir en un país que me permitió estudiar gratis

Actualmente Queloz, catedrático de Filosofía Natural en Cambridge (Reino Unido) y profesor de Física en Zúrich (Suiza), sigue trabajando en la detección y medición de sistemas planetarios, con el fin de estimar su estructura y comprender su formación y evolución.

Este diálogo con el Nobel fue posible gracias a su reciente visita a San Sebastián, para asistir al festival de ciencia Passion for Knowledge, organizado por el Donostia International Physics Center.

Usted parece ser un astrofísico que mira su objeto de estudio desde muchas perspectivas.

Creo que nací científico porque soy extremadamente curioso. Además, tuve la suerte de tener unos padres que me dejaron hacer lo que quería y la de vivir en un país que me permitió estudiar gratis, como es Suiza. Diferente sería si estuviéramos en Estados Unidos…

¿Por qué habla en sus conferencias de una ‘revolución de exoplanetas’?

Lo que ocurre es que, a grandes rasgos, podemos decir que se está produciendo una revolución porque ahora sabemos que hay millones de planetas. Todavía no entendemos bien qué está pasando en sus estructuras o sus atmósferas, pero eso no importa. Comprenderlo es solo cuestión de tiempo. Podemos hacerlo.

¿Eso significa que la tecnología ya lo hace posible, por un lado, y, por otro, que se ajusta a las predicciones de la física teórica?

Podemos detectar planetas y medir su atmósfera: no podemos hacerlo todo, pero hay progresos. Y no hay ninguna ley de la física que haga imposibles estos estudios. Así que quizá necesitemos un telescopio más grande.

Mientras se construyen nuevos instrumentos, como el ELT en Chile —del que España es uno de los socios impulsores— contaremos con las herramientas actuales. Pero, sí, en el futuro podremos detectar planetas como la Tierra. Vamos a medir su atmósfera, no mañana, sino pasado mañana. Eso va a ocurrir.

Estamos en el proceso de reunir hechos, en el mismo punto de lo que sucedió en otros inicios, como el de los físicos de finales del siglo XIX

Al mismo tiempo, los químicos han hecho extraordinarios progresos en los últimos diez años sobre el origen de la vida. Ahora disponemos de experimentos muy desarrollados para explicar los aminoácidos, los nucleótidos, los lípidos, todos los componentes básicos de la vida.

Además, la planetología está experimentando una revolución y también la aeronáutica hace progresos. Ahora tenemos misiones a la Luna y Marte, por ejemplo, y podemos traer muestras. Estamos en un momento en que el conocimiento se valora en nuestra sociedad.

¿Encontrar planetas con condiciones similares a las de la Tierra nos ayudará a comprender nuestros propios orígenes?

Eso es. Podemos preguntarnos objetivamente por la existencia de vida en otros lugares y por su aparición basándonos no en ideas filosóficas o porque esté escrito en la Biblia, sino en hechos.

Estamos en el proceso de reunir hechos, en el mismo punto de lo que sucedió en otros inicios. Hay que remontarse a los comienzos de la física, a finales del siglo XIX, cuando la gente empezó a ocuparse en comprender que existía un átomo con neutrones, que tenía electrones, que tenía protones, etcétera.

Se necesitaron 100 años para comprender la complicadísima formación de la estructura de la materia bariónica [la ordinaria que forma todo lo que nos rodea]. Así que estamos al principio. Somos como los físicos del siglo XIX, ahora en el proceso, no de explorar la naturaleza de la materia, sino de explorar la transformación de la materia en algo vivo.

La vida como “manifestación obligatoria de la materia”, citaba usted en su conferencia. Pero, yendo a lo concreto, usted descubrió un exoplaneta y encendió la primera chispa de esta revolución…

Lo hicimos en 1995. La gente no se lo creía, e insistía en que no podíamos ver los planetas lejanos. Los detectamos indirectamente, así que siguieron diciendo que no podía ser, que se trataba de un efecto óptico de la estrella. Fue duro para mí.

¿Por qué era tan difícil que le creyesen?

Porque los planetas que encontramos eran tan extraños que resultaba difícil que los demás creyesen que lo habíamos podido confirmar [la presencia de un exoplaneta orbitando alrededor de su estrella] disponiendo de los cálculos de un tránsito.

Los ‘Júpiter calientes’ [gigantes gaseosos ubicados demasiado cerca de su estrella] no existirían según la teoría de la formación de planetas. Hay que recordar que la teoría de la formación planetaria fue el tema de los años 60, y se gastaron miles de millones de dólares en enviar sondas al sistema solar que confirmaran aquella teoría.

Así es como, en los 80, todo el mundo estaba convencido —incluidos nosotros— de que todos los planetas se parecían a los del sistema solar.

Durante los primeros años tras el descubrimiento nos pedían que hiciéramos una relectura de los cálculos. Y nosotros respondíamos que no podíamos interpretar esos datos de otra manera que con la existencia de un planeta pasando delante de su estrella. Confirmábamos su existencia, mientras éramos perfectamente conscientes de que ese exoplaneta no se podía explicar por el proceso de formación estándar de los planetas del sistema solar.

¿Te explico por qué estudié física? Es porque no sabía qué hacer. Me dije que, de todas formas, en la física aprendes a ser curioso

A veces, los grandes hallazgos tardan años en ser reconocidos. Aquello no fue fácil. Pero, afortunadamente, yo estaba seguro de lo que había hecho.

El Nobel llegó por esa osadía…

Tardaron años en entender lo que hacíamos. Por eso ganamos el Premio Nobel al final, cuando la gente se dio cuenta de que habíamos hecho un trabajo enorme. Pasaron 25 años hasta que nos dieron el galardón. Podríamos haberlo obtenido antes [ríe].

Sobre la detección de la presencia de un planeta delante de su estrella, cuando es imposible la observación directa del mismo, un neófito comprende que se puede medir la ligera reducción del brillo de la estrella, pero hay otro indicador más difícil de entender: la velocidad radial…

La otra variable es cuando detectamos el movimiento de la estrella. Cuando el planeta orbita la estrella, la estrella se balancea un poco por la gravedad del planeta, que la empuja y la atrae.

Imaginamos que detrás de ello hay mucha teoría y cálculos matemáticos…

Matemáticamente, la teoría de la física para detectar planetas es bastante simple, es casi Newton y Einstein. No es una física complicada. Lo que es complicado es llevar a cabo la medición tecnológica de esos movimientos.

Resulta muy difícil de medir, por lo cual hay que ser muy creativo. Estamos utilizando nuevos métodos, como la fibra óptica —no es realmente astronomía—, nuevas ópticas y, sobre todo, cálculos informáticos para extraer la información del instrumento. Luego viene mi trabajo de transformar eso en datos valiosos.

¿Transformar qué información específicamente?

La luz. Hay que imaginar la luz que llega al telescopio. Se dispersa en un detector y con esa información tenemos que calcular la velocidad. Nos tomó varios años de trabajo.

¿Cree que había más creatividad en la especulación teórica que ahora que hay que echar mano de un instrumental que aún no está del todo desarrollado?

La creatividad está ahí. A veces, la creatividad reside en el desarrollo de la propia máquina, que es un espectrógrafo. Se llama Elodie.

Porque, al fin y al cabo, ¿qué significa ser creativo? Es hacer algo que nunca se ha hecho antes. Y eso es lo que hacemos todos los días.

Como mirar a través de un telescopio…

Yo veo lo que capta el telescopio a través de la pantalla de un ordenador.

¿Cuándo estaba en la facultad estudiando física pensó que algún día diseñaría una máquina, como un ingeniero, para estudiar las estrellas?

¿Te explico por qué estudié física? Es porque no sabía qué hacer. Me dije que, de todas formas, en la física aprendes a ser curioso y a descubrir el universo. Pensé: “esto me puede servir”.

Me encantó y, luego, es verdad que siempre me ha gustado construir cosas. Además, me siento muy cómodo con los ordenadores y puedo imaginar muchas cosas. Hay gente que se siente más a gusto imaginando ecuaciones. En mi caso, por mi cabeza pasan los medios para conseguir hacer máquinas únicas, extraordinarias. Esa es realmente la motivación.

Una motivación entre los dos grandes límites de la física: el universo y el átomo.

No hay diferencia. Son la misma cosa. No hay nada más que el universo. Cuando uno ve el todo, o la parte más pequeña, es el mismo universo. Todo es parte del tejido del universo, porque son todos sus elementos.

Ante los próximos pasos en astronomía, ¿qué esperan del telescopio espacial James Webb?

Vamos a ver planetas pequeños, así que avanzaremos. El problema del Webb es que solo puede registrar tránsitos breves de algunas horas de duración [mientras la vuelta completa de un planeta en torno a su estrella puede durar varios días]. Nos gustaría quedarnos a observar la atmósfera durante días y días, tal vez ver las estaciones. En eso vamos a estar bastante limitados, aunque seremos capaces de hacer algunas cosas: podremos medir la atmósfera, pero será prácticamente para planetas que sean un poco más grandes que la Tierra o que tengan configuraciones muy especiales alrededor de una estrella fría. Eso ya es un paso. El paso definitivo será tener la posibilidad de tomar imágenes.

Yo no sueño. Intento hacer las cosas. Y sé que tenemos que cambiar la forma en que buscamos los planetas

Hay que tener en cuenta que el James Webb es un pequeño telescopio de seis metros. Está previsto que el diámetro del telescopio ELT que se construye en Chile sea de 42 metros. Ese tamaño se ha elegido específicamente para contar con los medios que posibiliten hacer imágenes de estrellas con planetas próximos. Esto lo hace un instrumento único en el mundo, y para la próxima década.

¿Cuál es el siguiente paso?

El siguiente paso es un gran telescopio espacial. Pero ya hablamos de la generación siguiente.

¿Cuál es su sueño?

Yo no sueño. Intento hacer las cosas. Y sé que tenemos que cambiar la forma en que buscamos los planetas. Quiero encontrar un planeta como la Tierra. Ahora conocemos que es a través de la velocidad radial, pero tenemos que buscar más sistemáticamente.

Por eso participo en una experiencia nueva: con el consorcio Terra Hunting Experiment instalaremos un espectrógrafo [el Harps-3, en el Telescopio Isaac Newton de La Palma] en las Islas Canarias. Vamos a ponerlo en marcha en los próximos dos años e IAC es uno de los socios; la ‘primera luz’ la tendremos a inicios de 2025. Luego necesitaremos 10 años de programas sistemáticos para una treintena de estrellas. Se podrá medir la velocidad de las mismas, de una manera mucho más precisa. Y vamos a ser capaces de analizar la luz con mucho mayor detalle.

¿Intentarán encontrar otra ‘Tierra’, o sea, un planeta con condiciones similares?

Eso es. Y encontrarla en los próximos años. Me parece frustrante que hayamos empezado hace 30 años y todavía no hayamos encontrado ninguna Tierra. Cuando hayamos detectado varios de estos planetas alrededor de estrellas cercanas, tendremos una idea de la probabilidad de tener sistemas similares a la Tierra. Y entonces será el primer paso para que la futura generación desarrolle máquinas para tomar imágenes. Puede ser que esos planetas sean todos Venus (demasiado calientes). En cualquier caso, ese será mi último gran programa.

¿Hay alguna otra razón capital para encontrar otra ‘Tierra’?

Esto sería interesante intelectualmente, porque nuestra supervivencia está en peligro. Creo que nuestra especie va a desaparecer. Nadie se esfuerza por combatir el calentamiento global. Seguimos arrastrando un problema que se conoce desde hace 50 años. La biodiversidad está en peligro, estamos convirtiendo el planeta en un desierto. La vida continuará en el planeta, pero nosotros, no.

Quizá nosotros fuimos un error de casting en el desarrollo de la vida. Nuestra conciencia nos ha dado demasiado poder y no podemos controlarlo.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Ana María Cetto, física de la Universidad Nacional Autónoma de México: “La mecánica cuántica es una descripción muy elegante de lo que está por encima de lo que vemos”

La catedrática mexicana conjuga su actividad en el laboratorio y la difusión de los postulados de la física cuántica con su compromiso ciudadano. Durante la Guerra Fría participó en el movimiento contra el armamento nuclear y hoy insta a que las instituciones de investigación recuperen el control de la ciencia que producen.  

Ana María Cetto durante el evento sobre ciencia abierta celebrado en Madrid

Ana María Cetto durante el evento sobre ciencia abierta (4th Open Science FAIR Conference) celebrado en Madrid. / FECYT

La biografía de Ana María Cetto (México, 1946) indica que es la primera mujer doctorada en Física en México. Catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y profesora de biofísica de la Universidad de Harvard, su área de investigación es la mecánica cuántica.

Ha escrito 25 libros y cientos de artículos en revistas especializadas, pero su vida excede las paredes del laboratorio, porque está comprometida con la ciencia que afecta a los ciudadanos, con el antibelicismo y con el acceso público y justo a los avances en investigación. Ve al mundo como un lugar rico frente al que hay que plantar una cara optimista.

Se define a sí misma como “una científica informada, que ha participado en el movimiento antinuclear”, tanto “por el lado gubernamental» como «por el no gubernamental”. Lo aclara mientras recuerda su activismo en las Conferencias Pugwash por la eliminación de todas las armas de destrucción masiva, durante la Guerra Fría.

También cree que las mujeres “obligadas a actuar o a rendir a la par con los hombres cuando entran al medio científico”, suelen “dejar a un lado valores que ellas promoverían de forma natural”, lo cual significa “una especie de renuncia” que lamenta.

Hablamos con ella durante la 4th Open Science FAIR Conference, un evento sobre ciencia abierta organizado por OpenAIRE y FECYT en el marco del la presidencia española del Consejo de la Unión Europea a finales de septiembre de 2023, en el museo Reina Sofía de Madrid.

¿Se suele pensar primero en lo que se quiere investigar y luego se busca financiación, o sucede a la inversa?

En Europa y en Estados Unidos, todo es muy mercantil. Este es un proceso que se inició después de la Segunda Guerra en EE UU y ha tenido influencia en el resto del mundo, porque ha llegado en paralelo el avance de la ciencia con el crecimiento de la investigación institucionalizada. Así, los mecanismos de financiación se han convertido en parte del sistema científico mismo. Y no era así en la mitad en la primera mitad del siglo pasado.

Parece que en Latinoamérica rige más el valor del saber que el del mercado: consideramos que cualquier conocimiento y, en particular, el generado con bienes públicos (aunque no solamente) debe estar accesible a todos, para beneficio de todos y de la ciencia misma.

En Latinoamérica rige más el valor del saber que el del mercado: consideramos que cualquier conocimiento, sobre todo el generado con bienes públicos, debe estar accesible a todos

Aquí hay dos sistemas en conflicto: el europeo y el latinoamericano. En el contexto de la ‘ciencia abierta’ y de las recomendaciones de la UNESCO, se usa cada vez más la noción de un ecosistema de ciencia abierta. Pero si queremos un verdadero ecosistema tenemos que tomar en cuenta estos conflictos y qué valores son los que van a regir. 

¿Cómo se logra menos peso del mercado si los avances científicos se publican en revistas privadas cuyo modelo de negocio es difundir el conocimiento conseguido con apoyo público?

Sin dejar de insistir en que las sociedades científicas y las instituciones de investigación o las universitarias recuperen el control de la comunicación, ¿por qué lo han cedido? Esto es un contrasentido, producto de la mercantilización.

Los científicos debemos ser conscientes de ello y buscar que lo que no está funcionando empiece a hacerlo, que esto se corrija.

En América Latina, todavía la tónica es pensar primero en qué queremos investigar, antes de buscar financiación. Por ejemplo, está el caso de un proyecto de ‘ciencia ciudadana’ que inicié en México, reuniendo a un grupo multidisciplinario (pero pequeño) de expertos en iluminación y en sus impactos.

¿Nos puede detallar más sobre este proyecto?

Lo llamamos Luces sobre la ciudad, con la intención de contribuir con nuestro conocimiento a una buena iluminación urbana en la ciudad de México. Allí confluían muchos problemas: hay contaminación lumínica, se desperdicia energía, no hay luz donde debiera y hay demasiada en donde no hace falta, malas luminarias, etcétera.

Lo iniciamos poco antes de la pandemia; luego llevé la iniciativa a la Secretaría de Ciencia y Tecnología del gobierno de la Ciudad de México, quienes se mostraron interesados. Ni siquiera pensamos en términos de financiación en un inicio, pero deliberamos acerca de dónde había que aportar más investigación.

Colaboraron expertos que no se conocían porque vienen de diferentes ramas. Poco después, fue emitida una ley federal contra la contaminación lumínica. Esa fue la oportunidad para que nos dirigiéramos a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que era la responsable de elaborar la normativa.

Así, este grupo tuvo la motivación de saber que el trabajo que están haciendo va a redundar en las recomendaciones de una nueva reglamentación. Y buscamos financiación nada más que cuando tuvimos necesidad de contar con equipos más precisos de medición.

Usted hace investigación en el Instituto de Física de la UNAM y, además, da a conocer lo que estudia en un momento en que de física cuántica se habla quizá demasiado y no siempre con fundamentos ciertos. ¿Qué es lo que cree que habría que explicar mejor de su disciplina?

Es bueno que me pregunte esto, porque esa es una motivación muy profunda que tengo. Con mi colega y esposo estamos escribiendo un nuevo libro sobre mecánica cuántica para estudiantes. Damos conferencias y cursos, también.

Y, precisamente, a lo que nos hemos dedicado durante más de 50 años es a encontrar la fundamentación física de la mecánica cuántica. Porque hay preguntas abiertas y todo tipo de interpretaciones; algunas que van en contra de los principios más básicos de la física y, sin embargo, se habla de «la nueva física», pero no.

Circulan todo tipo de interpretaciones entre gente del público, aunque también entre colegas míos físicos… algunos hasta con premio Nobel, que afirman que un objeto puede estar en dos lugares al mismo tiempo o en dos estados al mismo tiempo. Son barbaridades desde el punto de vista de la física.

Decir que un objeto puede estar en dos lugares o en dos estados al mismo tiempo son barbaridades desde el punto de vista de la física

Entonces, nos hemos dedicado a entender qué hay detrás de la mecánica cuántica, qué es lo que nos está diciendo realmente, pero para entenderlo bien tenemos que ir por debajo de la mecánica cuántica, entender de dónde surge, de dónde salen todos estos postulados de los que está llena la teoría.

¿Qué es lo que hay debajo… o por qué se interpretó tan mal esto de los dos lugares o los dos estados al mismo tiempo?

Porque tuvo demasiado éxito cuando emergió la mecánica, como un formalismo con enorme éxito matemático, y con aplicaciones y comprobaciones experimentales también, sin entender realmente qué es lo que da lugar al fenómeno cuántico.

La gente no se detuvo a pensar, o a buscar las repuestas para estas preguntas. Las hicieron de lado y empezaron a dar a interpretaciones muy subjetivas, como que la mecánica cuántica nos dice cuál es la nueva realidad. La realidad no nos la da la mecánica cuántica. Esta es una descripción eficiente, muy elegante, de lo que está por encima de lo que se ve. Pero no nos dice cómo se cuantiza la materia.

¿Qué sería lo verdadero de la mecánica cuántica, lo que se puede explicar de la cuantización?

Verdad es un término más bien filosófico, porque la ciencia busca entender mejor la realidad. Nunca vamos a entenderla completa porque es infinita, pero queremos entenderla mejor, para tener una visión más objetiva.

La ciencia busca entender mejor la realidad, aunque nunca vamos a entenderla completa porque es infinita

Eso es importante no solamente para los especialistas, también para el público: saber que hay una realidad que es enorme, y simplemente tenemos diferentes visiones de ella y que entre todos podemos aportar para entender mejor.

Ana María Cetto durante su ponencia en el marco del encuentro ‘Open science for next generation’, en el Museo Reina Sofía de Madrid (25 al 27 de septiembre de 2023). / FECYT

Por eso la mecánica cuántica tiene que ser mejor explicada al público general, pero no sobre la base de simples postulados o de todas estas interpretaciones raras (a veces, algunas medio mágicas). Se trata de visiones de una realidad que se nos escapa porque es muy compleja.

La mecánica cuántica tiene que ser mejor explicada al público general, pero no sobre la base de simples postulados o interpretaciones raras, a veces medio mágicas

Es como si tuviéramos diferentes microscopios y cada uno nos dice algo del mismo objeto, pero ninguno nos da la realidad completa.

Entonces, la idea de la mecánica cuántica aúna diferentes maneras de medir (o leer) la realidad…

De interpretarla. Incluso diferentes formalismos nos dicen cosas distintas, pero ninguno llega al fondo. Entonces, tenemos la intención de, al menos, tener una visión clara para saber de dónde vienen estos postulados de los que ahora están llenos los libros de texto. Se postula el principio de indeterminación o se postula la ecuación de tal o cual, pero una teoría completa no puede estar construida a base de postulados. Hay que entender de dónde vienen esos postulados.

¿Habría, pues, algunos postulados verificables y otros, no?

Verificables todavía no, porque se necesitarían tiempos muy breves (más breves de estos con los que contamos ahora en el laboratorio), pero, teóricamente, algunos postulados forman un conjunto congruente de explicaciones. Por ejemplo, lo que te permite entender este carácter aparentemente dual de la materia. Los electrones siguen siendo partículas, los átomos están hechos de partículas (de electrones, de protones), pero tienen un carácter ondulatorio, cuando se les analiza estadísticamente.

Y eso se debe a que esas partículas —elementales o no— están en permanente contacto con un campo de radiación de fondo que les imprime características ondulatorias, porque los campos sí están hechos de ondas. Entonces, esas propiedades ondulatorias de las partículas son adquiridas por ellas porque están en permanente contacto con un fondo ondulatorio.

¿Esta interacción con un ambiente ondulatorio es lo que hace que las partículas aparenten ser duales, o una cosa y la otra a la vez?

Exactamente, eso es. Aparentemente es la palabra que nos permite entenderlo. Y que haya no localidades: son aparentes. No es que el mundo sea no local; los fenómenos físicos son perfectamente locales, pero cuando tienes a las partículas interaccionando con ondas, aparecen esas no localidades. Porque las ondas transmiten (o median) la información de un lado a otro, entre partículas. Eso es lo que permite entender el fenómeno de entrelazamiento cuántico, que está ahora muy de moda por su uso en las telecomunicaciones.

Los fenómenos físicos son perfectamente locales, pero cuando tienes a las partículas interaccionando con ondas, aparecen esas no localidades

Finalmente, tanto la propia existencia como el medio ambiente y la ciencia se explican por las interacciones…

Sí, que además tienen efectos recíprocos para ambas partes. Por eso es importante pensar en un átomo como un sistema: no es que el átomo esté formado nada más que por el núcleo y los electrones; está formado también por el medio en el vive, con el que está interaccionando, y eso es lo que lo cuantiza.

¿Podría tratarse de una excelente metáfora de la vida: lo que cuantiza es la interacción?

Cuantizar sería lo que nos hace diferentes. Somos los mismos, pero al interaccionar formamos parte de un conjunto, sometido a las reglas del conjunto.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons 

 

Julio Moreyra: La educación como camino de vuelta a los derechos y la dignidad

El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, ha sido galardonado con el Premio de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas 2023.

 

El activista uruguayo Julio Pereyra recibió el Premio de los Derechos Humanos 2023 en reconocimiento a su labor como educador de la escuela ambulante Caminos de tiza, un proyecto con el que brinda alfabetización inicial y apoyo escolar y de salud a niñas y niños de comunidades vulnerables, rurales y aldeas indígenas en Misiones, Argentina.

Julio Manuel Pereyra es un activista uruguayo de los derechos de las personas con discapacidad, los pueblos originarios, los niños y los derechos humanos y educador comunitario de la escuela ambulante Caminos de tiza, la cual proporciona formación y ayuda a niñas y niños de comunidades vulnerables, colonias rurales, basurales y aldeas indígenas Mbya y guaraní en Misiones, Argentina. 

En concreto, la escuela proporciona apoyo escolar, alfabetización inicial, estimulación temprana, atención primaria de la salud, educación sexual integral y armado de material terapéutico y ortopédico.

Pereyra resultó ganador del Premio de las Naciones Unidas en la Esfera de los Derechos Humanos en 2023, y a unos días de recibir el reconocimiento, Noticias ONU conversó con él para conocer qué le motivó a emprender su labor.

¿Qué lo motivó a involucrarse en la defensa de los derechos humanos, especialmente de niños, niñas, personas con discapacidad y de aquellas personas que pertenecen a comunidades más marginalizadas?

Julio Manuel Pereyra: El motivo del activismo fue encontrar niños con analfabetismo comiendo, trabajando y viviendo la basura y personas con discapacidad sin oportunidades reales de acceder a derechos y dignidad. Visibilizar eso fue el objetivo, como una forma de denuncia y protesta, que luego se transformó en una forma de educar y de poder generar políticas públicas.

El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, durante una entrevista con Noticias ONU, tras ganar el Premio de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas 2023.
Cortesía de Julio Pereyra
El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, durante una entrevista con Noticias ONU, tras ganar el Premio de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas 2023.

 ¿Puede compartir un momento o aquella experiencia crucial que dio forma a su compromiso con los derechos humanos y de alguna manera alimentó su pasión por generar un cambio positivo?

Julio Manuel Pereyra: Sí; encontré a un niño con discapacidad no institucionalizado que tenía zoonosis y parasitosis y por quien nunca nadie había velado, y cuyos derechos nunca habían sido consagrados en base a que ni siquiera tenía identidad.

Eso creo que fue lo que disparó esta lucha de reivindicar. Quería visibilizar y mostrar la necesidad de que hay que reconocer a las personas primero en su dignidad humana y, luego, a través de los derechos consagrados tanto a nivel internacional, como a través de los marcos normativos y legales nacionales y provinciales.

Pero, sí; un caso específico fue el que disparó toda la tarea de trabajar con los chicos a los que fuimos encontrando. Trata de personas, trabajo infantil, desnutrición… terminó generando una red de activismo en favor de los derechos.

Su trabajo ha tenido un impacto significativo en la vida de muchas personas. ¿Podría describirnos alguna historia de éxito o algún logro específico del cual usted esté particularmente orgulloso?

Hay que reconocer a las personas primero en su dignidad humana.

Julio Manuel Pereyra: Cuando la comunidad de guaraníes me nombra Vera Mirí y se crea la escuela en Kaaguy Porá, que los chicos volvieran a estar reinstitucionalizados dentro del sistema, fue significativo. Creo que lloré ese día al saber que la reinstitucionalización implicaba muchas cosas.

Primero que nada, acceso a la identidad, después acceso a la salud. Estar en el sistema educativo formal en Argentina implica tener documento de identidad, vacunas, acceso a políticas públicas de alto impacto y ya no solo acreditación y certificación de saberes, sino iniciar una trayectoria que permite que el Estado esté presente en contextos donde hay mortalidad infantil, trata de personas, narcotráfico.

Creo que es muy importante esa escuela intercultural bilingüe, donde uno va aprendiendo una segunda lengua y van llegando hijos de colonos y personas con discapacidad. Creo que generó un cambio significativo en mi mirada… el valor que tenía generar espacios de encuentro desde la pedagogía y no desde el asistencialismo.

Y la defensa de los derechos humanos, ¿implica enfrentar desafíos y obstáculos? ¿Cómo se mantiene resiliente y motivado frente a esa adversidad?

Julio Manuel Pereyra: Sí, censuras, amenazas. Situaciones bastantes complejas que uno denuncia tanto frente a la justicia como a nivel mediático, desmotivan.

Pero el logro de los chicos (y cuando digo chicos me refiero a los grandes también)… cuando uno ve los primeros pasos de una persona, cuando uno ve que acceden a la salud, que vuelven a ser parte de un entramado social, que no están sujetos a la explotación laboral, ni pueden llegar a perderse en cuestiones como la prostitución infantil, ser víctimas del narcotráfico o del tráfico de órganos, eso me motiva.

Creo que  me veo en cada uno de esos chicos cuando era pequeño y los identifico como lo que quisiera mañana para mis hijos y me motiva saber que en un futuro alguno puede ser otro Julio Pereyra cambiando otras realidades.

El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, trabaja con niños de comunidades vulnerables, pueblos originarios y discapacitados.
Cortesía de Julio Pereyra
El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, trabaja con niños de comunidades vulnerables, pueblos originarios y discapacitados.

La colaboración es esencial en el ámbito de los derechos humanos. ¿Cómo ha creado alianzas de trabajo con otras personas para lograr sus objetivos? ¿Ha colaborado con las Naciones Unidas o lo tiene previsto?

Julio Manuel Pereyra: Sí, se generan redes solidarias de pertenencia. Porque uno no hace para, hace con y desde las comunidades. Los hace partícipes de otros referentes para que haya un proceso de identidad que nos trascienda, que quede la capacidad instalada en las comunidades cuando uno no esté.

Nosotros no tenemos el síndrome de el salvador, nosotros lo que buscamos es dotar de herramientas desde un abordaje pedagógico, educativo y social y que cada comunidad entienda y atienda sus propias problemáticas y busque estrategias para afrontarlas.

Buscamos formas de articular propuestas a nivel internacional y aprender de aquellas otras que se encuentran en este tipo de espacios como las Naciones Unidas, para no caer en prácticas viciadas. Se trata de tener una mirada externa que ayude a mejorar lo que hacemos y aprender de otras experiencias para tomar lo mejor de ellas, para potenciar lo que estamos haciendo en este momento.

Que cada comunidad entienda y atienda sus propias problemáticas y busque estrategias para afrontarlas.

 Muchas personas luego lo consideran un modelo a seguir. ¿Cómo utiliza su plataforma para crear conciencia sobre cuestiones de derechos humanos e inspirar a otros y otras a actuar?

Julio Manuel Pereyra: Yo creo que los tres preceptos básicos son concientizar, sensibilizar e informar. Creo que las redes sociales nos dan una oportunidad a aquellos que estamos lejos de los medios de ponerle un nombre, un rostro, una historia y un lugar a lo que acontece. Y eso genera una movilización.

Creo que utilizar las redes sociales para visibilizar realidades a partir del activismo positivo no es una crítica pasiva. Nosotros buscamos que desde esta forma de militancia por las políticas públicas se generen reflexiones sobre lo que está aconteciendo y que muchas veces no sale en algunos contextos.

Yo no creo que sea un ejemplo, solo decir que los ejemplos están en los libros de lengua. Pero sí busco que Caminos de tiza, que es el proyecto que desarrollo, más allá de los errores e imperfecciones de Julio Pereyra, se transforme en una forma de acción que más que quejarse de lo que no está, promueva propuestas para que llegue lo que falta.

El camino de un defensor de derechos humanos continúa. ¿Cuáles son sus planes o proyectos futuros para seguir avanzando en su trabajo en derechos humanos?

Julio Manuel Pereyra: Yo creo que esto de la capacidad instalada y de compartir experiencias, generar saberes y conocimientos a partir de la praxis que permitan que otros activistas tomen referencias de cómo se puede llegar a intervenir, más allá de que, por supuesto, las adapten, las potencien y las readecúen a su contexto.

Mi objetivo hoy, desde Caminos de tiza, que es el proyecto que lidero (y que entiendo que uno debe generar una alternativa o un complemento a lo existente), se centra en dejar herramientas, estrategias y abordajes que puedan ser replicadas, particularmente en este momento, a refugiados, zonas de comunidades trashumantes, desplazados, y eventualmente, la educación paliativa y la pedagogía de emergencia en contextos de guerra.

El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, con algunos de sus alumnos.
Cortesía de Julio Pereyra
El educador comunitario y activista de los derechos humanos, Julio Pereyra, con algunos de sus alumnos.

 ¿Qué consejo le daría a los y las jóvenes activistas y a las personas que quieran involucrarse en la defensa de los derechos humanos?

Julio Manuel Pereyra: Que no se trata del otro, se trata de uno mismo. Defender los derechos del otro implica defender los derechos propios. La vida da muchas vueltas. Quizás mañana otros le van a dar voz a mi lucha, como yo se la doy a los que hoy no la tienen. Yo creo que esto no se trata del otro, no es los derechos humanos como algo abstracto, sino simplemente los derechos, entendidos como aquello que nos da la dignidad.

Esto no es lineal. Va a haber momentos de plenitud y va a haber momentos en que esto decae, pero que sigan adelante. Uno nunca sabe el impacto real de cuántas vidas puede llegar a salvar simplemente con levantarse un día y decir “quiero hacer esto”.

¿Cómo se enteró del premio Derechos Humanos de la ONU? ¿Por qué decidió ser nominado? ¿Cómo se siente al recibir el premio de Derechos Humanos de Naciones Unidas?

Julio Manuel Pereyra: Es complejo, porque no entiendo ni cómo llegamos ahí. Que alguien valore nuestro trabajo, que alguien haya referenciado nuestra práctica, que alguien se haya tomado la molestia de examinar, ver toda la documentación que respalda lo que nosotros hacemos, trazar el impacto. Es significativo.

Uno se siente raro cuando recibe este tipo de reconocimientos, porque tengo la oportunidad de potenciar mi voz, gritar más alto, que me escuche más gente. Pero, a la vez, recibo un reconocimiento por hacer una cosa que no debiera ni siquiera existir. Es complejo.

Lo valoro porque me permite tener acceso a más oportunidades para mis comunidades. Que mis niños tengan cinco minutos de cámara que permita que otra gente vea que aquí también se necesitan recursos. No solo hacen falta en otros contextos, que uno sabe que son mucho más complejos, quizás.

A veces estamos ocultos detrás de la democracia. Sin embargo, acá también los chicos mueren. Las guerras sociales se dan, y quizás no les mata un arma, pero les mata la desidia y la negligencia. Hacer visible esto es necesario.

 

Alícia Pérez-Porro, investigadora en biodiversidad: “No vamos a solucionar la crisis climática a base de tecnologías“

Además del secuestro de los gases de efecto invernadero de la atmósfera, hay que apostar por restaurar la naturaleza, según Alícia Pérez-Porro, coordinadora científica del CREAF. El énfasis, señala, tiene que ir más allá del clima, para atender también otras necesidades como lo que vamos a respirar, comer o beber. 

Alícia Pérez-Porro señala que el hecho de que la COP28 comenzara con la aprobación del fondo de ‘pérdidas y daños’ supone un buen inicio. / Foto cedida por la entrevistada

Alícia Pérez-Porro es licenciada y doctora en Biodiversidad por la Universidad de Barcelona. Tras su etapa de formación —que incluye un paso por la Universidad de Harvard (EE UU), para investigar sobre esponjas marinas y un máster en Relaciones Internacionales y Diplomacia en la Fletcher School (EE UU)—, cofundó el colectivo Ellas Lideran, en defensa de la igualdad de género y la justicia social en la acción climática.

Hoy, como coordinadora científica del Centro de Investigaciones Ecológicas y Aplicaciones Forestales (CREAF), trabaja en el apoyo de la ciencia a las políticas públicas. De ahí que en estos días se encuentre en la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que se celebra hasta el 12 de diciembre, en la ciudad de Dubái, de los Emiratos Árabes Unidos. Desde allí nos atiende.

Frente a las negociaciones de las cumbres, se menciona el hecho de apostarlo todo a los mecanismos que incluyen instrumentos financieros, soslayando el objetivo de dejar de contaminar, ¿cuál es su posición?

Pienso que no vamos a solucionar esta crisis a base de tecnologías que se dediquen a la absorción y secuestro de carbono. La mitigación tiene que basarse sí o sí en no usar combustibles fósiles. Si hablamos de mitigación, hoy resulta imprescindible dejar de liberar a la atmósfera emisiones de la quema de esos combustibles.

Tampoco podemos dejar de lado las soluciones basadas en la naturaleza. Nuestra supervivencia como especie va mucho más allá del clima. No solo hay que calcular que las temperaturas no aumenten, sino pensar qué vamos a comer, qué vamos a beber, cómo vamos a respirar. Tenemos que poner a la naturaleza en un lugar central, nosotros somos también naturaleza.

Sería un error (como ponerse orejeras de burro) estar mirando solamente la descarbonización de la economía o la de la industria y la de nuestras ciudades

Conservar, restaurar los ecosistemas y su funcionalidad resultan cruciales, porque los servicios ecosistémicos también forman parte de nuestro futuro. Sería un error (como ponerse orejeras de burro) estar mirando solamente la descarbonización de la economía o la de la industria y la de nuestras ciudades. Dejemos de tener esta visión de túnel únicamente hacia las emisiones de carbono y empecemos a poner el foco en todo lo que pasa con la biodiversidad.

En esta COP28, ¿cómo se enfrentan los científicos a las reclamaciones que hacen distintas organizaciones de ir más allá de la protección del 30 % de los hábitats de la Tierra para 2030?

A día de hoy, probablemente el 95 % de los jefes de Estado saben que la ciencia apoya y corrobora que la crisis climática viene de la quema de combustibles fósiles. Entonces, hasta me parece anecdótico que el presidente de la COP28 haya dicho esto [que no hay ciencia que demuestre la necesidad de acabar con los combustibles fósiles].

Ya prácticamente nadie lo niega, pero… justamente, ¿por qué es controvertida esta COP? Porque estamos en uno de los principales países productores de petróleo y quien ejerce de presidente es una persona muy relevante en la industria del gas y del petróleo. Entonces, no me esperaba menos. A nadie le sorprende, pero es un caso aislado. Aunque este tipo de cosas no tendrían que pasar.

En las COP sí se dan pasos adelante: por ejemplo, ahora los gobiernos subnacionales se organizan y hacen sus propios acuerdos. Esto es ambición climática

¿Qué tienen que hacer las delegaciones de los Estados que están allí negociando para contrarrestar el escepticismo de la opinión pública frente a las cumbres?

Aumentar la ambición climática y empujar. Hay muchos Estados que están en ese papel, pero todas las cuestiones se toman por consenso en la ONU. Esto no quiere decir que las COP no sirvan o que no estemos haciendo progresos. Voy a destacar, en este sentido, el papel de los gobiernos subnacionales, a los que al principio no se les dedicaba ni un minuto y que cada vez tienen más voz en este tipo de foros. Porque aunque sean los Estados los que deciden, quienes implementan son los gobiernos subnacionales (los locales, los regionales), y ahora ya hay muchas voces que están pidiendo que se aumente el papel de estos gobiernos en este tipo de encuentros. Este paso adelante se refleja en que los gobiernos subnacionales ahora se organizan al margen de la COP y hacen sus propios acuerdos. Esto es ambición climática también.

¿Podría darme algún ejemplo de su actuación en esta cumbre?

Hace unos días se presentó una alianza Mediterranean Climate Action Partnership (MCAP).  En torno al MCAP se han asociado 14 regiones del mundo con clima mediterráneo, para pasarse tips, información científica, compartir buenas prácticas y pensar conjuntamente cómo solucionar problemas comunes. Porque tienen el mismo clima y porque se ha demostrado que la mediterránea es la segunda región del mundo más afectada por el calentamiento global después del Ártico. El clima de la región mediterránea se está calentando un 20 % más rápido que la media mundial.

¿El calentamiento acelerado de la región mediterránea tiene que ver con la condición de los ecosistemas o con la concentración de emisiones?

Es por la tipología del clima. Porque tiene unas características que están siendo alteradas. Sus cuatro estaciones bien definidas y su régimen de lluvias se está alterando de una manera drástica.

¿Cuáles son las expectativas de mínimos y de máximos que tienen los científicos con esta COP?

Que se va a acabar la quema de combustibles fósiles, por supuesto, pero esto sería una gratísima sorpresa que ya se diluyó el año pasado. Un tema importante es la presentación de la evaluación global acerca de cómo vamos, cómo lo estamos haciendo (lleva 5 años desarrollándose) y esto va a marcar la ruta hacia el texto final, en función de los resultados que se han ido obteniendo con la acción climática de los últimos años.

Las mujeres estamos más afectadas por los efectos del calentamiento global, al tiempo que estamos menos representadas en empresas y negocios clave para la transición ecológica

Lo posible, lo viable, es que haya una mención a los combustibles fósiles. También es posible que salga el tema de la financiación, quién lo paga, cómo se paga, y cómo vamos a reforzar el sistema económico para llegar adonde tiene que llegar. Los esfuerzos se están poniendo ahí.

Usted ha trabajado en temas de igualdad de género contra el cambio climático, ¿Cómo se puede contribuir a esa causa con una sociedad más igualitaria?

Es una conexión múltiple: las mujeres estamos más afectadas por los efectos del calentamiento global, al tiempo que ocupamos menos posiciones y estamos menos representadas en empresas y negocios clave para la transición ecológica.

Días atrás, hubo aquí indignación colectiva tras un acto en el que se percibió claramente esa pátina de sexismo que conocemos. En esa sesión participaba la expresidenta de Irlanda, Mary Robinson, a quien no se dejaba hablar, se la interrumpía todo el tiempo.

¿Si las mujeres estuviéramos mejor representadas habría más concreciones hacia la mitigación de los efectos del calentamiento global?

Es lógica aplastante: si no tienes al 50 % de los cerebros pensantes de la humanidad involucrados en buscar y crear soluciones, e implantar mecanismos, está clarísimo que nos faltan ideas. Hacen falta ideas variadas y para tenerlas hace falta diversidad de perfiles, no solo en cuanto al género, también en cuanto a experiencias de vida, nivel económico, etcétera.

¿Qué se ha avanzado hasta el día de hoy en esta Cumbre del Clima?

La primera semana de las COP es muy técnica. Sin embargo, en temas de financiación, los expertos están con sensaciones positivas, porque el hecho de que la Conferencia comenzara con la aprobación del fondo de ‘pérdidas y daños’ significa un buen inicio. La semana que viene se va a empezar a teclear el texto del acuerdo.

Algo que me gustaría destacar es que el nivel de contaminación de Dubái es estratosférico: resulta muy significativo que estemos celebrando una COP en un lugar en el que cuesta respirar.

Derechos: Creative Commons

 

Susana Borràs, experta en derecho ambiental“Te nemos que empoderar a los activistas que defienden el medio ambiente y los derechos fundamentales”

Hacer más operativa la justicia y dotarla de nuevas herramientas para una adaptación climática más efectiva es uno de los objetivos principales del trabajo de Susana Borràs. Esta profesora de derecho ambiental estudia aspectos de esta emergencia, como la justicia climática, los derechos humanos ambientales y el de las personas que defienden el medio ambiente.  

Susana Borràs Pentinat

Susana Borràs Pentinat, profesora e investigadora de derecho ambiental. / Foto cedida por la autora

Las migraciones climáticas, los derechos humanos ambientales y la justicia climática con perspectiva de género son temas fundamentales para abordar la emergencia climática que afecta ya a todo el planeta.

Susana Borràs, que ha viajado esta semana para participar en diferentes eventos en la COP28 de Dubái, es investigadora y profesora en derecho ambiental en la Universitat Rovira i Virgili y miembro del Grupo de Investigación en Derecho Ambiental, Ciudadanía y Sostenibilidad, reconocido por la Generalitat de Cataluña.

En el marco de estas cumbres del clima, se reivindica la justicia climática y la reparación de daños por parte de los países. ¿Cómo se articulan estas peticiones y qué es lo que reclaman?

En la inauguración de esta la COP28 ya se consiguió un paso importante en este sentido, aunque no suficiente. Se dotó de financiación al Fondo de daños y pérdidas, que se aprobó en 2013 como mecanismo de Varsovia. Lo que se intenta es establecer o reconocer las responsabilidades de la crisis climática y compensar a los países más vulnerables, que son los que menos contribuyen al calentamiento global y tienen menos capacidad para hacer frente a sus consecuencias, sin embargo, están en la primera línea de los efectos de esta crisis. El año pasado en Egipto ya se aprobó la creación de este fondo y ahora en Dubái se tenía que dotar de financiación.

¿Cuál es el acuerdo anunciado?

Los Emiratos Árabes hicieron la declaración la semana pasada de dotar de 100 millones de dólares a este fondo, también lo hizo Alemania con la misma cantidad, y la Unión Europea en conjunto con unos 225 millones de dólares. Evidentemente, esto es una buena noticia, pero es insuficiente. Según los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), las subvenciones a los combustibles fósiles en el 2022 alcanzaron los siete billones de dólares. España, por ejemplo, destinó 11.500 millones al petróleo, gas y carbón de acuerdo con estos datos.

Las subvenciones a los combustibles fósiles en el 2022 alcanzaron los siete billones de dólares. España destinó 11.500 millones al petróleo, gas y carbón

¿En su opinión, por qué no es suficiente este esfuerzo para el Fondo de daños y pérdidas?

Es un paso adelante de financiación, pero evidentemente no va a cubrir todas las pérdidas y daños que están sufriendo los países más vulnerables, que precisamente son aquellos que están más afectados por los impactos del cambio climático y que los más empobrecidos.

Se está contabilizando la deuda climática de los países más responsables en más de 19 billones de dólares, por tanto, no estamos alcanzando la meta necesaria para cubrir esas necesidades y las responsabilidades, sobre todo de los países más emisores. De ahí los reclamos de la justicia climática, que exigen cubrir esta financiación para asumir las responsabilidades y para generar un marco de responsabilidad suficiente. Sobre todo, se está reclamando que nos falta un marco de rendición de cuentas, no solamente tiene que haber este ‘ecoblanqueo’ o greenwashing. Debe establecerse una solución seria de responsabilidad.

Los países del Sur Global también piden, precisamente, que se les condone la deuda…

Claro, porque aparte de la deuda climática que tienen los países responsables, tenemos la deuda que están pagando los países del Sur Global y que les impide llevar a cabo acciones climáticas. Ya tienen bastante como para pagar la deuda económica y con intereses. Billones de dólares cada año están ahogando a los países del sur, que, además, tienen que cubrir sus necesidades tanto económicas como sociales, y esas pérdidas climáticas que ellos no han contribuido a generar.

Nos falta un marco de rendición de cuentas, no solamente tiene que haber este eco blanqueo o greenwashing. Debe establecerse una solución seria de responsabilidad

¿Por qué es importante tener en cuenta la perspectiva de género en las negociaciones?

Piensa que en las negociaciones oficiales de la COP solo hay un 30 % de mujeres en las delegaciones. Tenemos que reivindicar nuestro espacio y que se reconozcan nuestros derechos.

Su último estudio se centra precisamente en la migración climática de género…

Hay estudios tanto de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), así como de la Organización Internacional de las Migraciones y otras instituciones que demuestran que todo el proceso migratorio es un proceso de género. Las mujeres son uno de los colectivos, entre otros, más afectados por los impactos del cambio climático. Esto no quiere decir que los hombres no estén impactados, sino que como las poblaciones del Sur global están en esa primera línea, las mujeres, por el hecho de serlo, sufren un impacto diferencial.

¿Cómo se constata esta especial incidencia en las mujeres y niñas?

Amnistía Internacional en un informe que publicó en el 2020 ponía de manifiesto que las mujeres están a cargo del 60 % del trabajo a escala mundial vinculado a tareas agrícolas y de cuidados. Están produciendo más del 50 % de los alimentos y también proveen de combustible y de agua a sus comunidades y familias. En cambio, solamente poseen el 1 % de la titularidad de la propiedad, tienen menos capacidad económica. Eso conlleva a que sean los colectivos en una situación de menor capacidad de resiliencia ante los impactos del cambio climático. De hecho, el centro de Naciones Unidas que se encarga de la reducción de riesgos de desastres ya hizo un informe de cómo en el tsunami del 2004 del sudeste asiático, el 80 % de las víctimas eran mujeres.

En las negociaciones oficiales de la COP solo hay un 30 % de mujeres en las delegaciones

Están también sometidas a determinados patrones culturales y sociales que les impiden, por ejemplo, tener cierta autonomía, acceder a la educación. Al no poder haber ido a la escuela o aprender a nadar, por ejemplo, muchas de ellas se encontraron atrapadas en sus casas y eso les impidió huir y salvarse en ese desastre. La Organización Internacional de las Migraciones nos dice que el 80 % de los desplazamientos internos vinculados a desastres son de mujeres.

¿Por qué es tan complejo que se reconozca la figura del refugiado climático?

A escala internacional, no está jurídicamente aceptado porque la Convención de Ginebra de 1951, que regula el estatus de refugiados, indica que una persona refugiada es aquella que es perseguida como consecuencia de nacionalidad, raza, religión, pertenencia a grupo político u opinión política y, como consecuencia de alguno de estos factores políticos, cruza fronteras internacionales porque su Estado no es capaz de protegerlo o, porque a veces, es cómplice de esa persecución.

No encontramos ni los motivos ambientales ni climáticos como un factor que permita proteger las migraciones internacionales sobre la base del Estatuto de los Refugiados. Por eso, muchas personas que piden refugio no lo hacen diciendo que son refugiadas climáticas, sino que intentan encontrar un factor político para ser protegidas. Pero ha habido avances significativos en los últimos años.

Muchas personas que piden refugio no lo hacen diciendo que son refugiadas climáticas, sino que intentan encontrar un factor político para ser protegidas

¿Como cuáles?

En 2020 hubo un pronunciamiento del Comité de Derechos Humanos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Se manifestó que, si bien la Convención de Ginebra no protege a las personas que se encuentran en estas, en los próximos años, a medida que el calentamiento global se intensifique, los Estados se verán obligados a no devolver a aquella población que haya entrado en su territorio y que huya por los efectos de fenómenos extremos. Por ejemplo, si una pequeña isla estado está desapareciendo, porque significaría una grave violación de sus derechos. El dictamen nos es vinculante, pero sí tiene mucha autoridad.

Tribunales internos, por ejemplo, de Italia, Francia y Alemania ya lo han utilizado. También Argentina el año pasado adoptaron un programa de visados humanitarios para personas de Centroamérica que huían de los efectos derivados de El Niño.

¿Unas medidas que con los cambios políticos recientes podrían cambiar?

Es una cuestión compleja. Nos encontramos en un momento de resurgir de políticas de extrema derecha en muchos países, que son xenófobas y estigmatizan y criminalizan a la migración. Pero apuntar que, incluso desde el año pasado, tenemos un nuevo Relator sobre Derechos Humanos y Cambio Climático que en su primer informe ya ha puesto de manifiesto la necesidad de trabajar en la adopción de un nuevo protocolo o tratado internacional para regular la movilidad vinculada a los efectos del cambio climático. Veremos cómo evoluciona.

Nos encontramos en un momento de resurgir de políticas de extrema derecha en muchos países, que son xenófobas y estigmatizan y criminalizan a la migración

¿Qué importancia tienen, en este contexto de reivindicaciones jurídicas, los litigios climáticos contra Estados –incluido España– acusados de inacción?

Son importantes porque están promovidos por grandes grupos de ciudadanos y especialmente por personas jóvenes que pueden ver frustrado su futuro por las decisiones insuficientes que se están adoptando en materia climática. Además, permiten forzar a sus Estados a asumir mayores niveles de ambición. Hace unos días salió en Bélgica la sentencia promovida por Affaire Climat y hay más casos. A través de los jueces se está consiguiendo obligar a los estados. Ya no hay excusas políticas para evitar la responsabilidad. Es uno de los instrumentos, pero no debería ser el único.

¿Qué opinión le merecen las penas de cárcel a científicos que se han convertido en activistas climáticos por sus actuaciones en ese sentido?

Es un tema que he trabajado bastante, el de las personas que defienden el medio ambiente. Existe un organismo internacional, Global Witness, que junto a otros hacen un seguimiento de todas estas violencias y asesinatos. Es muy preocupante y tiene mucho que ver con la situación de impunidad de las empresas extractivistas y de los Estados que las encubren. Pero también tenemos que seguir acompañando y empoderando a las personas activistas, no solo poblaciones originarias, sino también a la comunidad científica o personas jóvenes que intentan defender el medio ambiente y los derechos fundamentales. Así como contrarrestar las difamaciones que existen contra ellas y la estigmatización.

En la COP28 estaremos defendiendo esta posición: la necesidad de que el derecho ambiental ponga a la naturaleza en el centro

Defiende también el paso del Antropoceno actual al Ecoceno. ¿En qué consiste esta propuesta?

En la COP28 estaremos defendiendo esta posición: la necesidad de que el derecho ambiental ponga a la naturaleza en el centro. Se habla mucho de las soluciones basadas en la naturaleza, pero son discursos que salen del capitalismo.

La propuesta ecocéntrica se centra en proteger a la naturaleza por su valor intrínseco, es decir, reconocerla como sujeto de derecho y defenderla reconociendo nuestra ecodependencia. Es decir, que todos los daños que se produzcan deben generar una responsabilidad en términos de restauración de la naturaleza, que no sirvan para reclamar indemnizaciones individuales simplemente. En esta cumbre nos vamos a centrar sobre todo en los océanos.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE ESTA COP28

¿Qué es lo que se discute anualmente en estas cumbres del clima de la ONU?

Lo que cada año se celebra es la Conferencia de las Partes, que es la reunión al máximo a nivel ministerial de los Estados (partes) que han firmado, tanto la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, como el Acuerdo de París. Estos son instrumentos jurídicamente vinculantes que establecen el marco general de actuación. El artículo 2 del Convenio Marco consiste en mantener la estabilidad de las concentraciones de gases de efecto invernadero a un nivel que permita garantizar la estabilidad climática.

¿Cuándo se adoptó ese marco general y con qué objetivo?

Se adoptó en 1992 a través del Convención Marco y ha sido desarrollado en los siguientes años, primero por el Protocolo de Kioto, y ahora con el Acuerdo de París. Este último es jurídicamente vinculante y establece un objetivo más cuantitativo y concreto que el artículo dos de la Convención Marco. Nos dice que todos los estados se tienen que comprometer a adoptar todas las medidas para evitar el incremento de temperatura global por encima del grado y medio, en primera instancia, o de los dos grados de temperatura respecto a los niveles preindustriales. Este es el límite que estableció la comunidad científica para garantizar la permitir la estabilidad de la vida en la Tierra.

¿Cómo se establece o se desarrolla ese compromiso?

Mediante lo que se llaman las contribuciones determinadas a nivel nacional que son los planes nacionales. Las COP, estas reuniones anuales, lo que permiten es ir adoptando decisiones para desarrollar esos objetivos que están en los tratados internacionales que son jurídicamente vinculantes, porque en las COP no se adoptan a objetivos jurídicamente vinculantes, porque se supone que son el desarrollo del mismo objetivo, es decir, que todas esas decisiones van a atender a la aplicación de ese objetivo que es común y es vinculante. Pero evidentemente cada país pues establece un nivel de compromiso mediante los planes nacionales para la consecución de ese objetivo común de acuerdo.

¿Hay penalizaciones por incumplimiento de los países firmantes?

Las declaraciones y los documentos en sí no son instrumentos, es decir, no tienen una naturaleza jurídicamente vinculante, sino que son el desarrollo del Acuerdo de París y se dirigen a contribuir a los objetivos que son vinculantes.

Uno de los principales problemas que tiene el derecho internacional, pero también cualquier norma jurídica, es su eficacia. La efectividad, en definitiva, depende de cómo se realiza el control del cumplimiento.

¿Qué recoge el Acuerdo de París sobre esta COP28 de Dubái?

El Acuerdo de París establece que se debe hacer el balance oficial a escala global de cómo se han desarrollado todos los aspectos desde su entrada en vigor. El Acuerdo establece que esta evaluación tiene que servir para preparar la siguiente tanda de planes nacionales, que se tienen que basar dos principios: de progresividad y ambición. Es decir, que los nuevos planes de nacionales, que se presentarán en el 2025, no pueden establecer límites inferiores a los que se establecieron en la primera tanda. Tienen que ser ambiciosos y esto es un hecho jurídicamente vinculante.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Pere Roca-Cusachs, investigador principal del Instituto de Bioingeniería de Cataluña: “Hemos descubierto un mecanismo que podría usarse para frenar el avance de los tumores de mama”

Este experto en mecánica celular acabó trabajando en este campo casi por casualidad. Ahora, es uno de los científicos más reconocidos en este ámbito. Pere Roca-Cusachs ha recibido una ayuda Avanced Grant del Consejo Europeo de Investigación para encontrar terapias y métodos de diagnóstico frente a distintos tipos de cáncer y enfermedades como la fibrosis, basadas en los últimos hallazgos de su laboratorio.

Pere Roca-Cusachs, cáncer de mama

Pere Roca-Cusachs, director del grupo de Mecanobiología Celular y Molecular en Instituto de Bioingeniería de Cataluña. / IBEC

Pere Roca-Cusachs (Barcelona, 1977) es físico de formación. Según cuenta en esta entrevista con SINC, al finalizar la carrera, andaba “bastante perdido sin saber bien que hacer”. Pero un día, un anuncio en la Facultad de Física de la Universidad de Barcelona (UB), en el que buscaban a gente para trabajar en biofísica, en mecánica celular, encaminó su rumbo.

Este investigador principal del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), con sede en el Parque Científico de Barcelona, realizó su tesis sobre mecánica celular en la UB y un postdoctorado de mecanobiología molecular en la Universidad de Columbia (Nueva York).

A su regreso, creo su propio grupo de Mecanobiología Celular y Molecular en el IBEC, campo en el que destaca como uno de los mayores expertos mundiales.

Además, este año Roca-Cusachs ha recibido una ayuda Advanced Grant del Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés). Su laboratorio recibirá 2,5 millones de euros durante cinco años para investigar posibles terapias basadas en los procesos biofísicos que se esconden tras la progresión del cáncer y otras enfermedades.

Habéis publicado recientemente un estudio en Nature Materials sobre la influencia que podría tener una proteína llamada laminina para frenar el crecimiento del tumor en cáncer de mama. ¿Nos puedes explicar en qué consiste este hallazgo?

Las células son capaces de transformar cambios mecánicos en respuestas biológicas. Este proceso, denominado mecanotransducción, tiene una función clave en la evolución de los tumores sólidos, como el cáncer de mama.

En los tumores mamarios sabemos que un cambio mecánico habitual es el endurecimiento de los tejidos. Es decir, a medida que el tejido se endurece, el tumor aumenta de tamaño, se altera el estroma y el entorno celular, y todo empeora.

Nosotros hemos estudiado este proceso, pero además hemos visto que a medida que el tumor crece, no sólo se hace más rígido, sino que las componentes de la matriz extracelular, que es como una malla que da soporte físico al tejido –formada por polímeros ligados entre ellos–, también cambia de composición.

Así que investigamos qué pasaba con la respuesta celular cuando el tejido se endurecía y la composición se modificaba. Y encontramos que uno de los tipos de proteínas que conforman esta matriz extracelular, denominada laminina, previene la respuesta celular a este endurecimiento y protege a las células contra el crecimiento tumoral.

Encontramos que una proteína llamada laminina, un elemento fundamental de la membrana basal en tejido mamario sano, protege a las células contra el crecimiento tumoral

Así que esta proteína actúa como una protección frente al cáncer de mama.

La laminina es uno de los componentes principales de esta matriz extracelular que, de hecho, en el tejido mamario tiene un nombre más específico: membrana basal, esto es, el soporte físico que envuelve las células epiteliales de mama.

Esta proteína es, como decía, un elemento fundamental de esta membrana basal en tejido sano y se va perdiendo con el tiempo. Así que la explicación es que el tejido sano tiene este mecanismo de protección que hace que las células no alteren su comportamiento ni respondan a cambios mecánicos, sino que se sigan comportando de la forma que deberían hacerlo y esto realmente puede ser un mecanismo de protección contra la progresión del tumor.

Este estudio, publicado hace unos meses, lleva seis años de trabajo detrás y una participación muy destacada de nuestra investigadora posdoctoral Zanetta Kechagia, primera firmante del artículo. La investigación tuvo una financiación de 7 millones de euros dentro del proyecto europeo Mechano·Control, que ya ha finalizado, y cuyo objetivo era, precisamente, entender el papel de factores mecánicos en el cáncer de mama.

¿Qué modelos de laboratorio se han utilizado en este trabajo?

Nuestro trabajo es básicamente in vitro, o sea, en modelos celulares. Pero hemos analizado también muestras de pacientes y hemos visto que las propiedades que tienen las células dentro de los tumores coinciden con nuestra hipótesis: es decir, cuanta más laminina hay, menos respuesta celular se produce y menos deformado está el núcleo de las células. Esta proteína normalmente está en el tejido, pero cuando se tiene un tumor se va perdiendo.

Hemos analizado muestras de pacientes y hemos visto que las propiedades que tienen las células dentro de los tumores coinciden con nuestra hipótesis: es decir, cuanta más laminina hay, menos respuesta celular se produce y menos deformado está el núcleo

¿Cuál sería la siguiente fase?

Bueno, para empezar, ver si realmente esta información [que la laminina disminuye cuando existe un proceso tumoral] puede ser utilizada en el ámbito clínico como una nueva herramienta de diagnóstico.

Por otro lado, nuestro estudio demuestra que la protección mecánica del núcleo –es decir, el hecho de que el núcleo celular esté o no sometido a fuerzas– es un elemento crucial del funcionamiento de la célula. Entonces, si esto fuera algo que pudiéramos modular o regular, podría dar lugar a nuevas terapias.

¿Este tema de generar futuros tratamientos con vuestra investigación de mecánica celular es por lo que has recibido un proyecto Advanced Grant del ERC?

Sí, se llama MechanoSynth.  El ERC nos ha concedido este año una financiación de 2,5 millones para un proyecto que va a estar precisamente centrado en generar mecanismos para controlar qué pasa mecánicamente en el núcleo como forma de dirigir qué es lo que hace una célula o no. Y esto podría llevar a potenciales terapias en un futuro, basadas en nuestros resultados recientes.

El proyecto del ERC se va a centrar en generar mecanismos para controlar qué pasa mecánicamente en el núcleo como forma de dirigir qué es lo que hace una célula o no. Y esto podría llevar a potenciales terapias en un futuro, basadas en nuestros resultados recientes

No sé si es una tontería lo que voy a preguntar: ¿Por qué es tan importante el estado mecánico del núcleo?

¡Qué va, no es ninguna tontería! Nosotros llevamos años investigándolo. En este estudio en Nature Materials, y en otros previos, comprobamos que el factor fundamental que cambia cuando tienes una célula en un entorno blando o en un entorno rígido es que en el rígido la célula es capaz de aplicar mucha más fuerza en el entorno y deforma su propio núcleo.

Al deformar el núcleo, la membrana que lo separa del citoplasma cambia sus propiedades, específicamente los nucleoporos, que son los agujeros que conectan el núcleo con el citoplasma, modifican su forma, y esto hace que el transporte entre ambos cambie, lo cual produce que factores de transcripción entren en el núcleo y activen genes específicos, lo cual podría desembocar, como comentaba, en futuros tratamientos.

¿En qué otras áreas estáis trabajando?

Mi grupo está enfocado a la mecanobiología, es decir, el estudio de cómo los factores mecánicos afectan al comportamiento celular y de tejidos: la mecanotransducción. Esto lo estamos enfocando, por ejemplo, a cáncer de mama, pero también tenemos proyectos en los que investigamos el papel de esas fuerzas mecánicas en cáncer de páncreas y estudiando también a nivel más fundamental sin una aplicación de enfermedad concreta.

Estudiamos cómo los factores mecánicos afectan al comportamiento celular y de tejidos: la mecanotransducción. Esto lo estamos enfocando a cáncer de mama, pero también se podría aplicar a otros cánceres y a fibrosis

Este es el caso del proyecto de ERC que te estaba comentando para controlar el estado mecánico del núcleo, que es un proyecto general, que se podría aplicar a otros tipos de cáncer y a enfermedades como la fibrosis.

¿Cuánta gente sois en tu laboratorio y de qué áreas?

Últimamente, está entrando y saliendo mucha gente, pero ahora mismo seremos unos 13. Yo soy físico de formación, pero tenemos desde biólogos moleculares a químicos. Nuestro trabajo es fundamentalmente experimental, pero incluye también una parte computacional.

¿El tema computacional, de qué forma lo usáis?

En análisis de datos y de imágenes, que hemos usado también en otro proyecto que cuenta con financiación local y europea para el diseño de fármacos, otra área en la que estamos trabajando.

¿Y en que consiste este proyecto?

Se trata de ver las posibles aplicaciones de nuestro hallazgo, respecto a la respuesta celular a rigidez del tejido o a fuerzas mecánicas.

Al aumentar la rigidez del tejido, se incrementa también la fuerza transmitida a muchas moléculas dentro de la célula. Hay una proteína específica que responde a la fuerza desplegándose, y al desplegarse expone un dominio de unión a otra proteína, desencadenando un proceso de señalización.

Entonces, estamos diseñando fármacos para inhibir esta respuesta que, en principio, deberían ser capaces de detener el proceso de respuesta mecánica y parar esta respuesta del núcleo que he explicado. La idea, si funciona, es utilizarlo para crear un compuesto en terapia de cáncer. Este sí que es un proyecto aplicado, aunque esté en una fase aún inicial.

Otro de los proyectos en los que estamos trabajando es en el diseño de fármacos, basados en nuestro hallazgo sobre la respuesta celular a rigidez del tejido o a fuerzas mecánicas

¿Qué características podría tener este fármaco?

El principio es el que he explicado: debería ser capaz de parar o como mínimo hacer más lento el crecimiento de tumor y revertir el estado mecánico del estroma, que es el tejido alrededor del tumor, que también está muy alterado en cáncer.

¿Y cómo un físico acaba trabajando en estas cuestiones?

Es una buena pregunta. Acabé la carrera y, durante un tiempo, estuve bastante perdido sin saber que hacer, hice incluso un máster que no tenía nada que ver con esto sobre temas aeroespaciales [risas], pero después un día vi un anuncio en la Facultad de Física de la Universidad de Barcelona, en el que buscaban a gente para trabajar en biofísica, en mecánica celular, que en este momento era un campo muy nuevo. Respondí y ahí empecé mi tesis en la Universidad de Barcelona sobre este tema y hasta hoy.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Adrián R. Krainer, genetista del Laboratorio Cold Spring Harbor (EE UU): “Un bebé al que daban seis meses de vida pronto cumplirá 10 años gracias a la terapia ARN antisentido”

Con el fármaco desarrollado por este experto mundial en corte y empalme de ARN, un niño con atrofia muscular espinal, una enfermedad rara que ataca a las motoneuronas, ha logrado montar en triciclo y salir adelante. Adrián R. Krainer nos lo ha contado en Málaga, durante el reciente Congreso Interdisciplinar de Genética Humana.

Adrián R. Krainer en el IV Congreso Interdisciplinar de Genética Humana

Adrián R. Krainer en el IV Congreso Interdisciplinar de Genética Humana celebrado en Málaga. / Foto cortesía de los organizadores.

Su campo de investigación se ha movido desde la bioquímica hasta la genética molecular, al igual que su vida, desde su Uruguay natal hasta EE UU. Hijo y nieto de migrantes judíos desplazados desde Europa, Adrián Robert Krainer (Montevideo, 1958) recibió una beca para estudiar en la Universidad de Columbia, donde se licenció en Bioquímica. Después continuó su carrera en Harvard y, en 1986, llegó al Laboratorio Cold Spring Harbor, dirigido en aquel momento por James Watson, codescubridor de la estructura de doble hélice del ADN junto a Francis Crick.

Desde entonces no ha abandonado ese laboratorio situado en el estado de Nueva York, donde hoy ocupa la cátedra de la Fundación St. Giles. Su mentor fue quien llegaría ser premio Nobel, Richard J. Roberts, por sus investigaciones sobre los intrones (fragmentos no codificantes de los ácidos nucleicos) y el splicing o ‘corte y empalme’ de ARN. Basándose en este proceso, Krainer ha sido pionero en el desarrollo de terapias para tratar enfermedades raras como la atrofia muscular espinal, con las que ha obtenido galardones tan prestigiosos como el Premio Breakthrough en Ciencias de la Vida.

El científico uruguayo-estadounidense ha viajado a España para participar en el IV Congreso Interdisciplinar de Genética Humana, celebrado en Málaga entre el 15 y 17 de noviembre, donde más de 700 expertos han analizado los avances en este campo, sus aplicaciones clínicas y los retos que quedan por delante. Hemos aprovechado esta ocasión para entrevistarlo.

¿Qué es exactamente el splicing de ARN?

Es un proceso natural que usan la mayoría de los genes para expresar la información genética. En el núcleo de la célula, el ARNm (mensajero) inicialmente tiene la misma estructura del gen, es decir, que tiene segmentos codificantes (exones) y otros no codificantes (intrones). El splicing es ese proceso de corte y empalme que quita los intrones y une los exones. Así se forma el ARNm que pasa al citoplasma celular, donde se traduce para formar proteínas.

En las vacunas de ARNm contra la covid –reconocidas con el Nobel de Medicina de este año– ocurre algo parecido, pero en ese caso el ARN ya se sintetiza sin los intrones y se introduce directamente en el citoplasma, sin pasar por el núcleo. Todo el mundo sabe lo necesarias que han sido para combatir la pandemia.

Pero, en su caso, aplican el splicing para estudiar y tratar otras enfermedades, ¿verdad?

Sí. Nosotros investigamos el mecanismo que permite hacer este corte y empalme del ARNm con gran precisión, pero también lo que puede no estar funcionando bien en algunas enfermedades, ya sea debido a alguna mutación o porque algunos factores celulares no están en la proporción adecuada. El resultado es que surgen defectos en el splicing de uno o varios genes, dando lugar a enfermedades genéticas o cáncer, y nosotros desarrollamos fármacos para corregirlos.

Como el medicamento que han desarrollado para tratar la atrofia muscular espinal (AME). ¿Qué ocurre en esta enfermedad?

Es una enfermedad rara (aunque dentro de estas, una de las más frecuentes), que afecta sobre todo a pacientes infantiles, aproximadamente a 1 de cada 10.000 recién nacidos. Aprovecho para recordar que el cribado neonatal es muy importante para diagnosticar esta y otras enfermedades genéticas antes de que comiencen los síntomas.

El cribado neonatal es muy importante para diagnosticar esta y otras enfermedades genéticas antes de que comiencen los síntomas

En el caso de la AME, se carece o está inactivo un gen llamado SMN1. Entonces se pasa a depender de otro, SMN2, que expresa menor cantidad de proteína funcional y deriva en una pérdida de motoneuronas en la médula espinal. Esto hace que se vayan debilitando los músculos y se atrofien. La enfermedad se suele manifestar antes de los seis meses de edad y la expectativa de vida era muy corta, para pacientes con la llamada AME tipo 1. Tan solo uno o dos años, o si los niños o niñas sobrevivían, requerían asistencial respiratoria. 

¿Y cómo actúa el fármaco?

Se trata de un tipo de molécula llamada oligonucleótido antisentido (ASO, por sus siglas en inglés). Es un ácido nucleico pequeño, con solo 18 nucleótidos, dirigido a unirse al ARNm del gen SMN2, que tiene un problema: durante el splicing se salta a menudo un segmento codificante (el exón 7, pasándose del 6 al 8) y la proteína resultante no es estable. Entonces, lo que logra el fármaco es cambiar ese patrón, de manera que el exón 7 se utilice con mayor eficiencia y, por tanto, produzca mayor cantidad de proteína funcional, como lo haría el SMN1 si estuviera activo.

La denominación genérica del medicamento es nusinersen y lo comercializa la farmacéutica Biogen con el nombre de Spinraza. Se aprobó en 2016 en Estados Unidos para los cuatro tipos de AME y un año después, en Europa. Actualmente hay más de 13.000 pacientes que reciben este tratamiento.

¿Cómo se aplica?

Al tratarse de una enfermedad progresiva, es importante iniciar el tratamiento cuanto antes. Así la eficacia del medicamento también es mayor. Se administra por punción lumbar directamente al líquido cefalorraquídeo, para que tenga un efecto prolongado durante varios meses en el sistema nervioso central. Inicialmente se dan más inyecciones para elevar rápidamente la concentración del fármaco, pero luego es suficiente con tres anuales. Biogen está estudiando la posibilidad dar dosis más altas y reducir su frecuencia.

Al tratarse de una enfermedad rara, supongo que será un tratamiento muy caro. ¿Cuánto cuesta?

Es un tema delicado e importante. El precio de lista cuando se aprobó en EE UU era de 125.000 dólares por inyección, pero creo que se ha negociado con gobiernos de diferentes países para abaratarlo. A veces lo pagan instituciones gubernamentales; otras, las compañías de seguros. En cualquier caso, el tratamiento de enfermedades poco comunes como esta indudablemente es caro, por lo menos durante el periodo que cubren las patentes. Es el sistema para que estos desarrollos tengan interés comercial para las farmacéuticas, ya que hay pocos pacientes y no pueden vender centenas de miles o millones de dosis.

El tratamiento de enfermedades raras es caro (hasta 125.000 dólares por inyección para la atrofia muscular espinal), pero es el sistema para que este tenga interés comercial para las farmacéuticas. Es un tema delicado

No hay que olvidar el gasto en investigación, ensayos clínicos, estudios de toxicología, seguridad, etcétera, y tampoco lo que costarían las hospitalizaciones, los cuidados del paciente discapacitado… Con los fármacos pueden tener una vida más normal, ser más productivos cuando crezcan y pagar impuestos. Son muchos factores, es un tema complicado y no soy experto en economía. Nos hemos encontrado con este problema al desarrollar fármacos ASO para enfermedades ultrarraras, donde hay solo centenares de pacientes o menos, y nos ha resultado imposible que compañías farmacéuticas se interesen. 

Afortunadamente, en el caso de la atrofia muscular espinal, muchos pacientes ya se benefician del fármaco. En el congreso ha puesto el ejemplo de un niño, Cameron Harding.

Conocí al chico y su familia de Carolina del Sur. A las cinco semanas de nacer, le dieron el diagnóstico y dijeron a sus padres que había poco que hacer: viviría solo unos seis meses. Sin embargo, lograron que enseguida ingresara en un ensayo clínico de fase 2 para el medicamento nusirensen y ha continuado desde entonces. Los suelo ver casi todos los años en un congreso sobre AME y este chico ha ido progresando. Ha logrado hasta montar en triciclo y ahora en diciembre ya cumplirá 10 años, gracias a esta terapia ARN antisentido. Aún necesita una silla de ruedas, pero no motorizada, y tiene una vida bastante normal. Cameron es impresionante, muy trabajador, se esfuerza en mejorar su función motora, en la terapia, como muestran los vídeos grabados por sus padres.

Luego de la aprobación del fármaco, y gracias al cribado prenatal o neonatal, ya hay muchos pacientes que han podido iniciar el tratamiento a los pocos días de edad, antes de que aparezcan los síntomas de la AME y logrando un desarrollo motor normal, sin verse afectados por la enfermedad.

¿Qué otras terapias génicas estáis investigando?

Hemos probado fármacos para varias enfermedades que funcionan bien en ratones, aunque todavía no hemos hecho los ensayos clínicos. Una es la disautonomía familiar, un trastorno hereditario que afecta a los nervios. Hay muy pocos pacientes, pero tenemos perspectivas de llevar a cabo un estudio con uno de ellos el año que viene, en la Universidad de Nueva York, una vez que tengamos el permiso de la FDA. Otra es el glioma difuso intrínseco de tronco, un cáncer cerebral pediátrico que se diagnostica a unos 300 pacientes cada año en EE UU.

¿También con la idea de introducir un fármaco ASO por punción lumbar?

Sí, para que llegue al cerebro y tenga una acción prolongada. En otros proyectos también se trata de aplicar para varios tipos de enfermedades genéticas y de cáncer, como el de páncreas o de hígado, e incluso en algunas clases de epilepsia. Hace un tiempo fundé la compañía Stoke Therapeutics en la que desarrollan una plataforma con la cual, cambiando el patrón de splicing, logran aumentar la cantidad de proteína requerida a partir de genes sanos, aunque haya otros mutados. Ahora, por ejemplo, están trabajando en un medicamento para el síndrome de Dravet, una forma de epilepsia genética muy severa. De momento, han terminado los estudios clínicos de Fase 2 con muy buenos resultados, ya que se reduce la frecuencia de la epilepsia y se producen mejoras cognitivas.

¿Cómo ve el futuro de la genética y la genómica en la salud, uno de los asuntos tratados durante el congreso de Málaga? ¿Qué retos quedan por delante?

Estamos en un momento fundamental gracias a los últimos avances en genómica, como la secuenciación del genoma humano, que ha facilitado mucho la posibilidad de hacer medicina personalizada, encontrar las causas de diversas enfermedades y generar terapias. Todo esto avanza a gran velocidad, pero el problema en España es que todavía no se reconoce la especialidad de genética. Me parece importante alinearse con el resto de la Unión Europea, para que los profesionales puedan hacer intercambios entre diferentes países al mismo nivel. El conocimiento aquí existe, pero para llevarlo a la práctica tiene que ser oficial esta especialidad, para así tomar ventaja de todos estos avances que están ocurriendo y poder beneficiar a los pacientes.

En España todavía no se reconoce la especialidad de genética, y sería importante alinearse con el resto de la Unión Europea

Para terminar, ¿alguna reflexión desde la genética sobre los eternos conflictos entre humanos, como la II Guerra Mundial que sufrió su padre, o el actual entre Israel y Palestina? 

Sí, mi padre al cumplir 18 años, en una Rumanía aliada de los nazis, tuvo que realizar trabajos forzados por ser judío. Luego, cuando terminó la guerra, escapó del comunismo soviético a Italia y desde allí a Uruguay. Respecto al conflicto israelí-palestino, sería bueno que yo tuviera una solución, pero es más una cuestión de diplomacia. Los genes nos muestran que todos somos más similares de lo que la gente cree pero, por supuesto, no hay una base genética detrás de todos estos problemas, que son más de tipo social, del medio que nos rodea, de tolerancia, de educación… Es triste que en tanto tiempo no se haya llegado a una solución pacífica, pero tarde o temprano se conseguirá, y cuando ocurra, se darán cuenta de que lo podían haber logrado mucho antes y haber salvado muchísimas vidas.

Una petición desde el Congreso de Genética Humana

Las siete sociedades científicas (AEGH, AEDP, SEAGEN, SEGCD, SEFF, SEBIBC y ASD) que han organizado el IV Congreso Interdisciplinar de Genética Humana en Málaga, en nombre de los más de 2.000 biólogos, médicos, químicos, bioquímicos, farmacéuticos, bioinformáticos y técnicos a los que representan, han reclamado de manera unánime la incorporación de la Especialidad Sanitaria de Genética en el Sistema Nacional de Salud de España.

La falta de esta especialidad “afecta a la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares, al generar un agravio comparativo a la hora de acceder a los servicios genéticos dependiendo de la comunidad autónoma donde residan”, como en el caso del cribado neonatal: “Nacer en un sitio u otro supone que a un bebé se le analicen siete patologías o hasta más de 40 enfermedades detectables y tratables”, cuando todos los recién nacidos deberían tener acceso a las mismas pruebas de detección de enfermedades genéticas, reclaman las siete sociedades.

Los presidentes de las siete sociedades científicas que han organizado el IV Congreso Interdisciplinar de Genética Humana. / Foto cortesía de los organizadores

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Jonathan Rodríguez, científico de la Universidad de Santiago de Compostela: “Es importante fortalecer las políticas de bioseguridad, especialmente en países con un alto flujo de personas y mercancías”

El declive global de insectos produce un desequilibrio en los ecosistemas y afecta a la seguridad alimentaria por la ausencia de polinizadores. El biólogo Jonatan Rodríguez, junto con varios colaboradores, acaba de publicar un libro que recopila la información más actualizada sobre cómo influyen las especies exóticas en la diversidad de estos seres vivos. El texto incluye tanto casos de estudio concretos, como evidencias globales.      

Jonatan Rodríguez, científico de la Universidad de Santiago de Compostela

Jonathan Rodríguez durante el congreso de la AEET en Almería. / Foto cedida por el autor.

Actualmente, estamos viviendo un proceso de crisis climática debido a las actividades humanas. Esto se traduce en que factores como el calentamiento global, la contaminación, la degradación y fragmentación de los hábitats, las especies exóticas invasoras, o incluso el uso indiscriminado de pesticidas, son algunas de las principales amenazas para la conservación de insectos.

Para el caso concreto de las especies exóticas invasoras, existe una gran incertidumbre acerca de cuál es su papel en este declive. Partiendo de esta base, los investigadores Ana Novoa y Petr Pyšek, del Instituto de Botánica de la Academia Checa de Ciencias, y Jonatan Rodríguez, de la Universidad de Santiago de Compostela, han compilado evidencias para poder inferir cuál es el rol de las invasiones biológicas en el declive de insectos. El resultado es la publicación del libro Invasiones biológicas y disminución global de insectos.

En Europa, ¿qué insectos son los que están sufriendo de manera más acuciada la aparición de especies invasoras?

Existen varios ejemplos de casos en los que la introducción de especies invasoras ha provocado una marcada disminución en las poblaciones de diversos grupos de especies, incluso llevando a la extinción de algunos taxones. Uno de los más sonados es la extinción del escarabajo Carabus clathratus (Carabidae) que llegó a desaparecer debido a la depredación directa del cangrejo rojo americano Procambarus clarkii. Igualmente, se ha comprobado que este cangrejo puede afectar a insectos acuáticos como los odonatos, porque sus larvas sirven como alimento al cangrejo invasor. Al igual que este animal, otros depredadores acuáticos, como el sapo gigante Rhinella marina y el galápago de Florida Trachemys scripta, depredan sobre las larvas de insectos acuáticos mermando de forma severa sus poblaciones.

¿Y en los hábitats terrestres?

En ese caso, las plantas invasoras tienen un papel importante alterando y modificando muchos tipos de hábitats, donde los mayores perjudicados suelen ser los insectos especialistas que dependen de las plantas nativas. Por ejemplo, se sabe que los fresnos (Fraxinus spp.) han sufrido una disminución generalizada en Europa debido a la invasión del hongo patógeno asiático Chalara fraxinea y el escarabajo barrenador esmeralda del fresno Agrilus planipennis. Por tanto, es razonable suponer que los insectos herbívoros nativos que dependen del fresno en este continente estarán experimentando descensos poblacionales. De la misma manera, la importación de olmos chinos (Ulmus parvifolia) y siberianos (Ulmus pumila) como árboles ornamentales a Europa ha favorecido la introducción accidental de hongos invasores, como Ophiostoma ulmi y Ophiostoma novo-ulmi, que produce la enfermedad conocida como grafiosis. En consecuencia, estos hongos han devastado los olmos nativos y los insectos que dependen de ellos.

Otro ejemplo es el ectoparásito de la abeja Varroa destructor en muchas partes de Europa, que se ha expandido como polizón al mover abejas domésticas para su uso como polinizadoras de cultivos por todo el mundo. Este ácaro invasor afecta de forma severa a las colonias de abejas melíferas, causando graves pérdidas económicas por daños en los apiarios.

Se calcula que una colonia de Vespa velutina consume una media de 97.000 presas (11,3 kg de insectos) por temporada, pero también especies de arañas y restos de vertebrados

En España preocupa el impacto de las avispas velutinas, ¿qué características hacen que sean tan temidas?

La expansión de esta avispa asiática está relacionada con su comportamiento, al depredar e interrumpir la actividad de alimentación de las colonias de abejas. También puede tener un impacto directo por la depredación de insectos pertenecientes a otros grupos. Se calcula que una colonia de Vespa velutina consume una media de 97.000 presas (11,3 kg de insectos) por temporada, pero también especies de arañas y restos de vertebrados.

¿Cómo afecta a la biodiversidad de especies la presencia de invasoras?

Representan una amenaza significativa para la estabilidad de los ecosistemas. El último informe del IPBES, publicado en septiembre de este año, destacó que las especies exóticas invasoras son una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad. En nuestro trabajo, enfatizamos este punto y señalamos que, si bien es cierto que algunos ecosistemas naturales pueden demostrar cierta resiliencia frente a algunas perturbaciones (incluida la introducción de especies invasoras), esta irrupción no solo afecta directamente a las especies existentes, sino que también puede provocar extinciones en cascada.

Jonatan Rodríguez y Ana Novoa, coautores del libro "Invasiones biológicas y disminución global de insectos"

Jonathan Rodríguez y Ana Novoa, coautores del libro «Invasiones biológicas y disminución global de insectos»

¿Con qué consecuencias?

Los impactos negativos se manifiestan a través de la competencia, la depredación, la hibridación, la transmisión de enfermedades, el parasitismo, la toxicidad y la alteración del equilibrio biológico, así como conllevar cambios en el funcionamiento de los ecosistemas. Esto puede suponer el riesgo de reemplazo de especies autóctonas por foráneas.

¿Y en la agricultura y otros usos que hace el ser humano de la naturaleza?

Cuando consideramos cómo esto puede afectar nuestra calidad de vida y los beneficios que obtenemos de la naturaleza, se hace evidente que las invasiones biológicas pueden reducir drásticamente los beneficios proporcionados por los servicios ecosistémicos. Estos incluyen la disponibilidad y calidad del agua, la productividad agrícola, la salud del suelo, la salud humana y la seguridad alimentaria, así como impactos en las infraestructuras y otros aspectos relacionados con el ocio y la estética del paisaje. Estas consecuencias conllevan pérdidas económicas significativas, alcanzando cifras millonarias.

Se estima que el comercio mundial de especies de fauna y flora registradas por CITES ha superado los 16,75 millones de registros comerciales en las últimas cuatro décadas

En el libro dedican un capítulo al tráfico de especies exóticas. ¿Cuál es la situación actual?

La bioseguridad engloba un conjunto de normativas y medidas diseñadas para prevenir la introducción y propagación de organismos perjudiciales, como microorganismos, plantas y animales, que puedan tener un impacto negativo. Este tema cobra gran relevancia debido al notable aumento en el movimiento de especies entre países y continentes en los últimos años, a menudo sin un control adecuado. Se estima que el comercio mundial de especies de fauna y flora registradas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) ha superado los 16,75 millones de registros comerciales en las últimas cuatro décadas. Es importante señalar que esta cifra podría estar subestimada, ya que la mayoría de los países no distinguen entre los diversos taxones incluidos en la CITES.

¿Por qué hay tanta divergencia en las legislaciones internacionales?

Las diferencias de políticas entre países complican la regulación internacional. Cada región establece sus propios criterios para la importación de especies, teniendo en cuenta el impacto de sus agentes patógenos en seres humanos u otros huéspedes vertebrados. La normativa legal en torno al uso de insectos varía de un país a otro, y falta, en gran medida, una regulación precisa sobre seguridad, comercialización y bienestar animal. Por tanto, sería importante fortalecer las políticas de bioseguridad en numerosos países, especialmente en aquellos con un alto flujo de personas e intercambio de mercancías.

¿Qué pasos deberían darse para evitar las importaciones?

Sería fundamental destinar más recursos a combatir las especies invasoras en la fase inicial de introducción. Por ejemplo, se deben aplicar acciones legislativas para mejorar la certificación sanitaria antes de la exportación o distribución de organismos, la integración con los servicios de inspección y cuarentena existentes, el control de enfermedades, o la inclusión de la evaluación del riesgo medioambiental como condición previa a que sean importadas.

Sería fundamental destinar más recursos a combatir las especies invasoras en la fase inicial de introducción

Hay algunos países, como Australia, que tienen un control más estricto. ¿Por qué en Europa no es así?

Históricamente, las introducciones no intencionadas de especies han sido una constante. Por ejemplo, la de 87 especies de arañas en Europa entre el año 1850 y 2000, se cree que están relacionadas principalmente con el comercio global de mercancías. Esto es especialmente preocupante dado que diversas especies introducidas en Europa en las últimas décadas, como la avispa asiática Vespa velutina o la hierba de la pampa Cortaderia selloana, ya están causando graves daños en los ecosistemas europeos. Pero sí existen ejemplos exitosos de medidas preventivas gracias a la implementación de medidas de bioseguridad y puestos fronterizos en varios países de Australasia. Los rigurosos controles de importación han demostrado ser efectivos, como es el caso de la reducción de la propagación de la chinche Halyomorpha halys.

¿De qué forma se restaura un ecosistema invadido por especies exóticas?

En general, un enfoque proactivo orientado hacia la prevención suele ser la opción de gestión más rentable. La erradicación completa de una especie invasora solo es viable cuando su propagación aún está localizada y se aborda de inmediato. Además, para poner en contexto, la erradicación de especies invasoras y la restauración de áreas afectadas suelen ser más factibles en islas que en continentes. De hecho, existen registros que indican que se han realizado con éxito más de 1.000 erradicaciones de especies exóticas invasoras en islas en todo el mundo.

Cuando una especie invasora ya se ha extendido ampliamente en una zona, los esfuerzos de gestión deberían centrarse en la reducción de sus efectos negativos, dado que las opciones de erradicación son limitadas.

Existen registros que indican que se han realizado con éxito más de 1.000 erradicaciones de especies exóticas invasoras en islas en todo el mundo.

También recogen soluciones basadas en Ciencia Ciudadana. ¿Cuáles son estas propuestas?

Con la colaboración de la sociedad y la utilización de las nuevas tecnologías se vuelve factible involucrar a las personas en la observación de la biodiversidad, ya sea para identificar nuevas invasiones, como para llevar a cabo inventarios de diversidad de especies, como por ejemplo organizando actividades de observación de la naturaleza enfocadas en las comunidades de insectos.

En los últimos años, ha habido un notable aumento en este tipo de proyectos. Por ejemplo, en Portugal, están llevando a cabo programas de control biológico, donde se recurre a actividades de ciencia ciudadana y a la colaboración del público para monitorear y evaluar la efectividad del agente biológico para reducir la producción de flores y, en consecuencia, de semillas del árbol australiano Acacia longifolia.

¿Cómo deben actuar los responsables políticos y los ciudadanos ante esta problemática?

Se requiere asignar más recursos para explorar nuevas medidas comerciales, elaborar bases de datos de especies invasoras, directrices comerciales y protocolos de actuación, así como considerar la implementación de aranceles. Estas medidas podrían sensibilizar a los comerciantes y al público en general sobre los costes asociados a sus acciones y motivarlos a adoptar normas de bioseguridad adecuadas. Una forma de promover la gestión de las especies invasoras es resaltar los beneficios intangibles de las nativas y la importancia de la salud de los ecosistemas.

De no tomar medidas adecuadas, la creciente introducción de invasoras podría llevar al declive, e incluso extinción, de numerosas especies de insectos.

Fuente: SINC
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Covadonga Astorga, científica del Joint Research Centre de la CE: “Con la normativa Euro 7 la medición de emisiones de vehículos se hará en condiciones reales”

Cuando entre en vigor la próxima legislación, ya no servirán las estimaciones de un laboratorio sino los gases liberados por los coches circulando en carretera, según adelanta esta experta española del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea. La química considera que ella y su equipo son el ‘brazo’ científico del órgano ejecutivo continental, anticipando problemas que permitan avanzar hacia una mejor calidad del aire.  

Covadonga Astorga

Covadonga Astorga está a cargo de una sección de medición de emisiones de vehículos, desde donde se da asesoramiento científico a la Comisión Europea. / Álvaro Muñoz Guzmán (SINC).

Tener una buena calidad de aire no es barato. Sin embargo, la inversión en esta materia resulta literalmente vital y debe abarcar varios frentes. En efecto, los contaminantes atmosféricos provienen de diversas fuentes, pero el transporte es el segundo sector más contaminante en Europa y el primero, a nivel nacional. En el conjunto de la UE, el transporte representa el 25 % del total de emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que en España ese porcentaje asciende a casi el 30 %.

Tratándose de una condición para la vida resulta prioritario invertir en infraestructuras (que eviten que la mayor parte del transporte de mercancías se haga por carretera, por ejemplo), en financiación de nuevas flotas de vehículos y, también, en el control y una correcta medición de los gases de los motores a combustión que ‘ensucian’ el aire que respiramos. La ‘limpieza’ no es barata, aunque resulta una tarea ineludible porque la contaminación atmosférica incide en el medio ambiente pero, también, especialmente, en la salud humana, de un modo cada día más contrastado por la evidencia científica.

De ello, hablamos en esta entrevista con Covadonga Astorga, una experta española del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (EC-JRC por sus siglas en inglés: Joint Research Centre). El diálogo se produjo en el marco de la jornada ‘Ciencia para las políticas públicas’, dentro del ámbito de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Astorga está a cargo de una sección de medición de emisiones de vehículos, en la localidad italiana de Ispra, en el norte de Italia, más precisamente en Lombardía, a orillas del lago Maggiore.

Su centro somete a pruebas los motores de vehículos para medir los gases y diferentes tipos de partículas que liberarán estos, antes de que salgan al mercado

En Ispra trabajan más de 1.500 personas, aunque el JRC tiene más de 3.000 empleados en cinco países (Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y España -Sevilla-), que dan asesoramiento científico independiente a la Comisión Europea en diferentes asuntos que despejan el paso a políticas y normativa continental en materia de salud, emisiones, ciberseguridad, IA, entre otros. 

En el caso de esta doctora en química y su equipo, su misión consiste en someter a pruebas los motores en sus laboratorios y calcular las maneras de medir los gases y diferentes tipos de partículas que liberarán los vehículos a punto de salir al mercado. Así, brindan argumentos científicos a la legislación, al tiempo que establecen los modos de producir y supervisar a los que tendrá que atenerse la industria.

Con todo, a veces, los factores económicos o los grandes conflictos bélicos se interponen en las mejores estimaciones y los plazos. Sin ir más lejos, la inflación actual y algunos otros condicionantes en la zona euro han hecho que se retrase a 2027 la entrada en vigor de la normativa Euro 7, que permitirá que las emisiones de gases contaminantes de los coches se midan en condiciones reales, para prevenir trampas o malentendidos, al tiempo que se allana la transición hacia 2035, año del fin de la fabricación de coches con motores a combustión en Europa.

¿Cuál es su función en el Joint Research Centre de Ispra?

Trabajamos en la dirección que lleva energía, movilidad y cambio climático. Concretamente, en un laboratorio de emisiones de vehículos, en el que damos soporte y asesoramiento científico a la Comisión Europea para la preparación de nuevas propuestas que se trasladan al Parlamento y al Consejo, así como en el posterior en diálogo entre los tres órganos.

Nuestro laboratorio de emisiones de vehículos damos soporte y asesoramiento científico a la Comisión Europea para la preparación de nuevas propuestas

Allí se hacen experimentos de matrices de coches, que orientan las nuevas legislaciones que se preparan en cuanto a emisiones del transporte. Los coches actuales están dentro del estándar de emisión Euro 6, por ejemplo, en el que trabajamos desde 2012.

El JRC también sigue la implementación de las políticas; un ejemplo es lo que se llama ‘vigilancia del mercado’ –de vehículos que ya están en carretera, para ver si están siguiendo los límites marcados–.

¿Cómo son los procedimientos de investigación que llegan a sostener una nueva normativa?

Inmediatamente después de que entra en vigor una legislación sobre emisiones y calidad del aire, en el laboratorio comenzamos a trabajar en el nuevo estándar. Ahora estamos trabajando en el Euro 7, que es la nueva propuesta de la Comisión Europea y cuya puesta en marcha está en plena discusión.

En general, empezamos detectando necesidades. Le decimos a la Comisión: “aquí hay algo que necesita atención”. Y esa primera señal se pasa a una dirección general de tipo político.

Evaluamos qué se puede medir (cuáles son los compuestos peligrosos y las razones), en qué condiciones se puede medir y quién lo puede hacer. Participamos en todo el ciclo técnico y político, desde el desarrollo de la propuesta hasta la redacción del texto, la elaboración de mapas, tablas y experimentos. Todo eso es trabajo científico.

Y prevemos los coches que vamos a analizar con mucho tiempo de antelación.

Ahora estamos trabajando en el estándar Euro 7, que es la nueva propuesta de la Comisión Europea y cuya puesta en marcha está en plena discusión.

¿Cuál es el beneficio de contar dentro de la CE con un órgano de investigación propio en lugar de echar mano de los trabajos que proveen las universidades y otros centros?

Una cosa no excluye a la otra. El JRC estructuralmente cuenta con programas de trabajo bianuales enfocados y alineados con los programas de la Comisión. Se trata de dosieres que, de una forma transversal, dan forma a las prioridades de las políticas de la CE, como el Green Deal, por ejemplo.

Nosotros somos un ente completamente independiente que trabajamos directamente para ellos y anticipamos preocupaciones o alertas. Entre los primeros detectores que tenemos están las personas que miden emisiones: puede que el primero que alerte de algo sea un becario que está recogiendo las muestras, y esta información va ‘subiendo’.

Sin ir más lejos, en el año 2012 ya estábamos estudiando lo que se denominó ‘dieselgate’, que se destapó en 2015. En 2013, nosotros ya habíamos publicado en abierto algo acerca de un comportamiento anómalo que detectamos en las mediciones.

Esta es una de las razones que justifica tener un ‘brazo’ de la Comisión haciendo ciencia: ir anticipando problemas. Porque, de hecho, en ciencia, las cosas no se pueden improvisar, hace falta una experimentación previa.

¿El JRC publica, habitualmente, para todo tipo de público, en revistas científicas?

Sí, se publica en abierto, en revistas científicas o en otros formatos. Hay en el JRC un editorial board que revisa la calidad científica de las publicaciones, para que queden claros los proyectos, dentro de qué programas y qué resultados arrojan con revisión interna por pares.

Por ejemplo, en mi caso, trabajé muchos años en los efectos de las bajas temperaturas en la generación de emisiones. Buscamos los coches y los combustibles que queríamos analizar (incluyendo etanol y efuels). Preparamos un paper para una revista internacional.

Los investigadores colaboramos con Estados miembros y también tenemos reuniones con productores de vehículos. Muchas de estas discusiones se hacen globalmente y auspiciadas por Naciones Unidas

Nuestros resultados se recogen en diversos artículos publicados en revistas científicas de alcance mundial. Solemos publicar en Environmental Science and Technology, Environmental PollutionAtmospheric Environment, entre otras.

En cuanto a la vigilancia del mercado, ¿participan los investigadores en las reuniones de alto nivel con los productores de automóviles y pueden revisar sus procesos?

Los investigadores colaboramos con Estados miembros y también tenemos reuniones con productores de vehículos. Muchas de estas discusiones se hacen globalmente y auspiciadas por Naciones Unidas, para elaborar reglamentaciones técnicas globales.

Hay cosas muy específicas que requieren la presencia de investigadores. Por ejemplo, aquellas reuniones sobre los problemas de emisiones por bajas temperaturas tenían que ver con que el comportamiento del motor a frío no es óptimo. O en discusiones acerca de los problemas del amoníaco, o de las condiciones del catalizador, que también influyen en la cantidad de gases que emite un coche. Planteamos la instrumentación de las mediciones, cuántas repeticiones se harán de una prueba, etcétera.

Sobre Euro 7, la normativa cuya aplicación se retrasa de 2025 a 2027 ¿cuáles son las novedades en cuanto a próximas restricciones?

Será de los últimos pasos que da la CE respecto a estos motores, porque está previsto que los vehículos de combustión ya no se podrán producir a partir del año 2035 en la UE.

Antes las emisiones se medían en laboratorio, pero el coche se comporta de otra manera en carretera, dependiendo de las vías, de los conductores o la velocidad a la que se circula

Lo más importante de Euro 7 es que todas las emisiones se medirán en condiciones reales. Esta es la clave que resuelve y previene todas las cuestiones a las que nos hemos enfrentado estos años. Antes las emisiones se medían en laboratorio, pero el coche se comporta de otra manera en carretera, dependiendo de las vías, de los conductores o la velocidad a la que se circula.

Ahora se han desarrollado sistemas de emisión portátiles que se instalan en el coche y que permitirán medir los niveles de óxidos de nitrógeno, CO2 y partículas. Y con mecanismos equiparables tanto a la circulación por vías rurales como a las carreteras urbanas.

En cuanto a los retrasos en su aplicación, todo depende de la situación económica.

¿Qué pasará con estas investigaciones cuando dejen de producirse motores a combustión?

Hay vida después. Nuestra unidad se está reformulando en función del mercado eléctrico. Porque aún quedan los coches híbridos, que también tienen un motor a combustión, y que van a seguir emitiendo (menos), pero esto tiene que estar prelegislado.

También hay camiones, por cierto, incluidos en la Euro 7. En cuanto al transporte pesado, allí se estudia el hidrógeno y otros combustibles alternativos no fósiles como los efuels; este también es el caso de los aviones.

La electrificación de las motos es sencilla, porque se pueden recargar en cualquier sitio y son de corto recorrido.

Y en cuanto a los coches, hay que acelerar el tiempo de recarga eléctrica y ampliar la red de recarga.

Se han desarrollado sistemas de emisión portátiles que se instalan en el coche y que permitirán medir los niveles de óxidos de nitrógeno, CO2 y partículas

¿Cómo llevan la tolerancia a la frustración los investigadores ligados a decisiones políticas de amplio alcance?

Partimos de una formación absolutamente científica, pero en el trayecto entras en un diálogo que tiene que ser multilateral y muy respetuoso: estás hablando con un interlocutor que tiene una formación muy buena en su campo. Comunicar es más fácil si estás hablando con otro científico y, si no, es un reto.

En esa interlocución tienes que hacer un gran esfuerzo para transmitir el mensaje y comunicar su importancia. Es mi obligación con respecto a la sociedad, porque la CE tiene que devolver estos esfuerzos a los ciudadanos.

Por esto, ni siquiera creo que haya frustración, siempre que hayas conseguido transmitir el mensaje.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Common

Rhett A. Butler, fundador de Mongabay: “No vamos detrás del clic, nuestro periodismo busca mejoras reales en el medioambiente”

Mongabay empezó como un pequeño blog sobre selvas tropicales. Ahora, cuenta con una red de 800 colaboradores en más de 80 países y sus artículos han logrado frenar amenazas contra la biodiversidad en todo el mundo. Además, este medio digital sin ánimo de lucro ha sido galardonado por el premio Biophilia de la Fundación BBVA. Nos lo cuenta Rhett Butler, su fundador.

Rhett Butler, fundador de Mongabay

Rhett Butler, fundador de Mongabay, en unas turberas en Indonesia en 2014 / Foto cedida por el entrevistado

Desde niño, las vacaciones familiares de Rhett A. Butler (EE UU, 1978) tuvieron destinos fuera de lo común, como Botswana, Ecuador o Zimbabwe. Ya como adolescente, un suceso marcó al incipiente viajero y naturalista. Poco después de visitar una increíble selva de Borneo (Malasia), fue destruida para utilizar su madera.

Indignado, el incidente motivó a Rhett a escribir un libro sobre la importancia de conservar las selvas tropicales. Su objetivo no era ganar dinero, sino “generar impacto” y por eso lo compartió gratis en la web. Era 1999 y aquel fue el inicio de Mongabay, donde durante 10 años publicó en solitario miles de artículos y fotos.

Ahora, la Fundación BBVA ha reconocido a este medio estadounidense sin ánimo de lucro con el premio Biophilia de Comunicación Medioambiental. Uno de sus logros: crear una red de 800 periodistas, científicos y colaboradores en más de 80 países y en seis idiomas.

¿Qué supone este reconocimiento para Mongabay?

Es un gran honor y una validación de todo el esfuerzo que hemos puesto en concienciar sobre la protección de la biodiversidad.

¿Qué logro le hace estar más orgulloso de estos 20 años?

El crecimiento de la organización, en cuanto a la capacidad para cubrir temas a nivel internacional. Cuando comencé Mongabay era un pequeño proyecto, solo en inglés y centrado en bosques tropicales. Hoy cubre una amplia gama de temas en la intersección entre personas y naturaleza. Además del inglés, tenemos reportajes originales en indonesio, español, portugués, francés e hindi. Tenemos capacidad de impacto en temas importantes, que a menudo no se cubren demasiado en medios generalistas.

Además del inglés, tenemos reportajes en indonesio, español, portugués, francés e hindi y capacidad de impacto en temas clave, que no se cubren habitualmente en medios generalistas

Cuando empezó el proyecto como un blog, ¿imaginó que llegaría a convertirse en una red de 800 periodistas en 80 países?

Realmente, no tenía ni idea de que iría en esta dirección. El crecimiento ha sido muy serendípico. Hemos buscado dónde tendría más impacto nuestro periodismo. Eso nos ha hecho crecer y lo hemos hecho manteniendo la calidad de nuestro trabajo y la integridad de la organización.

¿Cree que el interés por el periodismo medioambiental ha aumentado?

Sí. Creo que los efectos de la degradación ambiental son más evidentes que nunca. Es el caso de los incendios, las olas de calor, el impacto de las tormentas… El hecho de que estos impactos sean tan graves hace que esta información sea más relevante para la gente.

A veces es difícil empatizar con situaciones lejanas. ¿Por qué deberían interesarnos los abusos medioambientales en lugares lejanos, como Gabón o Indonesia?

Para conectar con estos problemas, los vinculamos a la vida cotidiana. Una manera es hablar de los productos básicos de consumo. Plantemos de dónde vienen el café o los muebles que utilizamos y cuál es el impacto para las personas de sus lugares de origen.

También hablamos de la degradación ambiental. Por ejemplo, si se tala el Amazonas, puede afectar a patrones de lluvia no solo en Río de Janeiro, sino también en el norte global.

Y pensamos en nuestra audiencia. Si tratamos llegar a alguien que trabaja en finanzas, planteamos una historia incidiendo, por ejemplo, en las implicaciones financieras de la deforestación del Amazonas sean relevantes para alguien que trabaja en una compañía de seguros en Zúrich, por poner un ejemplo.

Vinculamos nuestros temas con la vida cotidiana. Y si queremos llegar a alguien que trabaja en finanzas, podemos plantearlo incidiendo en las implicaciones financieras de la deforestación del Amazonas

Algunos artículos de Mongabay han sido motores de grandes cambios. ¿Podría dar algunos ejemplos?

Sí. Una parte crucial de lo que hacemos es que nuestro periodismo contribuya a cambios reales. No solo buscamos alcanzar al público general, sino también a las personas que toman decisiones, para que tengan los datos para tomar decisiones informadas.

El año pasado, publicamos un trabajo que nos llevó dos años sobre una flota de pesca de atún, de propiedad china. Nuestras historias se centraban en que era un trabajo forzado en alta mar. Las personas solicitaban un tipo de trabajo y luego acababan en un barco durante años en muy malas condiciones. A partir ahí, descubrimos que esta flota estaba involucrada en capturar tiburones para cortar sus aletas. El gobierno de EE UU utilizó nuestra información para imponer sanciones a la compañía.

Otro ejemplo, hace dos años, en Gabón, África, había un bosque ancestral que se había mantenido sano y productivo durante generaciones y una maderera china consiguió una concesión para talarlo. Uno de nuestros reporteros locales hizo un artículo que llamó la atención de un alto funcionario del Ministerio de Medio Ambiente, que visitó el lugar y revocó el permiso de la empresa, reconociendo el derecho de la población local a gestionar el bosque. Fue un precedente en el país para posteriores proyectos de conservación liderados por comunidades.

En Gabón, África, una maderera china logró una concesión para talar un bosque ancestral. Un reportaje nuestro llamó la atención de las autoridades ambientales, que la revocaron y reconocieron el derecho de los locales a gestionar el bosque

 ¿Y qué se puede hacer cuando los gobiernos no persiguen los delitos medioambientales?

Este es un gran problema. Después de la pandemia, ha habido un colapso en la gobernanza en muchas partes del mundo. Hacer cumplir la ley ambiental o mantener áreas protegidas ya no es una prioridad, especialmente en zonas fronterizas.

Los medios podemos ayudar informando al sector privado, que puede estar abasteciéndose de materias primas de áreas donde se llevan a cabo actividades ilegales. Si las empresas cambian sus prácticas de abastecimiento, mandan un fuerte mensaje tanto a los gobiernos como a las entidades productoras, a las que les será más difícil vender esas materias primas.

Otro mecanismo es aumentar la presión sobre el gobierno para hacer cumplir la ley. Si se están causando daños atroces a comunidades indígenas, bosques, vida silvestre… y eso se muestra en las noticias internacionales, eso puede obligar a un gobierno a hacer cumplir la ley o tomar acciones. Si nadie le presta atención, no hay tantos incentivos para abordar un problema.

Mongabay no tiene una redacción física. ¿Cuáles son los retos de crear un proyecto internacional en remoto?

Nunca hemos tenido redacción física. Parte del valor de Mongabay es que tenemos tanto a reporteros locales como a editores, que conocen ciertos temas muy bien y que pueden guiar al periodista en su historia y establecer alianzas con otros medios.

Por ejemplo, en Perú tenemos una colaboración con El Comercio, un importante medio nacional, y hacemos investigaciones conjuntas donde hay reporteros de ambos medios. Esto genera colaboraciones muy interesantes. Quizás el periodista local no tiene experiencia en mirar imágenes de satélite y nuestro editor puede aportar esos datos, ligarlo a la deforestación histórica o compararlo con áreas donde no hay deforestación.

Uno de nuestros puntos fuertes es esta organización virtual, que ofrece un amplio campo para generar colaboraciones.

Uno de nuestros puntos fuertes es esta organización virtual, que ofrece un amplio campo para generar colaboraciones

¿Y qué hay de las diferencias culturales? Imagino que debe suponer un desafío que en la redacción haya tan procedencias diversas como EE UU, Congo o India

Es un buen punto. Muchos de nuestros trabajos se realizan dentro de una misma región. Si comparamos alguien en Lima con una persona en una comunidad indígena hay enormes diferencias. Incluso mayores que entre alguien en Lima y alguien en Nueva York. Por eso abordamos estos proyectos con la mentalidad abierta y la voluntad de entender que hay muchas formas de hacer las cosas. Mongabay trata de incorporar la perspectiva local para dialogar con ella, en lugar de realizar enfoques de arriba a abajo, que suele ser más tradicional en los medios.

En cuanto a la logística, tenemos una redacción virtual, a modo de plataforma de gestión de proyectos. Una ventaja de esto es que nos permite trabajar de forma asíncrona, sin estar en la misma zona horaria, para avanzar en una historia.

Un beneficio de contar con esta red internacional de periodistas locales y nuestros editores es que las historias locales se elevan a la discusión del ‘big picture’. Por ejemplo, tenemos un montón de reporteros que cubren historias muy locales sobre proyectos REDD+, que luego podemos incluir como ejemplos en una pieza más amplia sobre los mercados de carbono.

Para Mongabay es prioritario desarrollar la capacidad de los periodistas locales. Tenemos un programa de becas remuneradas, para que los periodistas en el sur global avancen en sus carreras.

Nos interesa la contribución de nuestro periodismo al mundo. Si nuestros artículos aparecen en los principales medios de comunicación, donde obtienen más tráfico que Mongabay, cumplimos nuestra misión

Mientras medios como National Geographic reducen su plantilla, Mongabay crea una nueva redacción en África. ¿Qué hacéis bien que no hacen los demás?

No tenemos un modelo ‘heredado’ que depende en gran medida de la publicidad. Mongabay tuvo publicidad, pero optamos por un modelo sin ánimo de lucro en 2012. Esto nos dio la capacidad de no perseguir clics y centrarnos en el impacto. De este modo, podemos casi regalar nuestro contenido. Cualquiera puede usarlo con o sin fines comerciales, porque no nos preocupa monetizarlo.

Nos interesa la contribución de nuestro periodismo al mundo. Si nuestros artículos aparecen en los principales medios de comunicación, donde obtienen más tráfico que Mongabay, cumplimos nuestra misión, que es llegar a quien toma las decisiones y a audiencias clave. Vemos otros medios como potenciales colaboradores en lugar de como competidores. Si solo persiguiéramos clics, los incentivos serían muy diferentes.

En lugar de buscar anunciantes, parte de mi función es recaudar dinero de personas que creen que el periodismo de Mongabay es un servicio público del que todos deberían beneficiarse. Es un modelo muy diferente al de National Geographic. 

Somos una organización sin ánimo de lucro. Actualmente, el 60% de nuestros fondos provienen de fundaciones

¿Y de dónde viene vuestra financiación?

Somos una organización sin ánimo de lucro. Actualmente, el 60% de nuestros fondos provienen de fundaciones. Por ejemplo, la Fundación Packard que puede financiarnos para proyectos como hacer 400 historias sobre el aceite de palma y la deforestación en Asia en diferentes lenguas.

Luego, un 30% de nuestros fondos provienen de particulares. Esto puede variar desde unos pocos cientos hasta miles de dólares. También tenemos una subvención del gobierno, que es alrededor del 5-6 % del presupuesto y obtenemos una pequeña cantidad de ingresos por publicidad, especialmente en video, porque Google añade anuncios en YouTube. Esto sería menos del 1%. El resto se completaría con las pequeñas donaciones, por debajo de los 100 dólares.

Como medio de comunicación, no podemos tener influencia editorial de los donantes, tenemos un cortafuegos. Hay muchos financiadores con los que no podemos trabajar, porque quieren tener mayor influencia.

Entonces, ¿los donantes pueden financiar proyectos concretos?

Mongabay cubre una amplia gama de temas en la intersección entre personas y naturaleza, pero hay subtemas. En un día normal, podemos trabajar con unas 50-100 propuestas periodísticas, pero siempre hay brechas. Por ejemplo, durante mucho tiempo tuvimos una carencia en la cobertura de océanos, entonces contactamos con los donantes para solicitar financiación para estos proyectos.

Muchos de los temas que cubrimos acaban financiados por becas o subvenciones. Para aquellos que no podemos cubrir de esta forma, buscamos otras fuentes de ingresos.

En un día normal, podemos trabajar con unas 50-100 propuestas periodísticas, pero hay brechas. Por ejemplo, teníamos una carencia en la cobertura de océanos, entonces contactamos con los donantes para financiar estos proyectos

La financiación individual tiende a ir menos destinada a proyectos. Por ejemplo, estamos haciendo trabajos sobre la contaminación (plásticos, químicos…) donde no tenemos apoyos institucionales y sacamos adelante el trabajo gracias a las donaciones de individuos. Nuestra ambición sería que una vez que tengamos suficientes historias que demuestren los impactos de esta contaminación, consigamos que algunos donantes institucionales apoyen nuestras propuestas sobre esta materia.

¿Cuál es la audiencia de Mongabay?

Algunos ejemplos de nuestras audiencias clave son: las administradores de recursos naturales. También, personas que trabajan en el Ministerio de Agricultura, Bosques, Medio Ambiente, Pesca o similares.

Además, nos siguen las agencias. En EE UU, sería USAID, que destina una gran cantidad de fondos a la conservación mundial. Asimismo, hay equivalentes en países como Noruega, Gran Bretaña o Alemania. En paralelo, está la gente que trabaja en el ámbito multilateral, como el Banco Mundial o la ONU.

Por supuesto, los periodistas que leen nuestro contenido y luego lo usan como ideas para sus propios reportajes o como información su reportaje. Y los profesionales de la conservación, comunidades locales e indígenas, académicos, investigadores, ONG, y personas en el sector privado, específicamente en la gestión de cadenas de suministro de productos básicos –como el caso del aceite de palma o la madera– que tienen responsabilidad ambiental con sus inversiones.

Mongabay ya no está en Twitter / X…

Sí, de hecho, perdimos nuestra cuenta principal de Twitter en marzo y nuestra cuenta para América Latina está silenciada (shadowban).

Incluso si nuestras cuentas no hubieran sido bloqueadas o silenciadas, he visto una gran disminución en engagement y un estudio de este año reveló que muchas personas que se identifican como ambientalistas han reducido drásticamente su uso de Twitter. Y eso probablemente también nos está afectando.

Solíamos depender mucho de las redes sociales, pero eso está cambiando muy rápidamente. Muchas plataformas están penalizando o quitando las noticias… Es un momento muy confuso para las redes sociales.

Muchos públicos no entienden lo que es real y lo que no es real. La mayoría de la gente está más interesada en el contenido que no cuestiona su visión del mundo y menos en los hechos. Un ejemplo es el cambio climático

Finalmente, ¿cuáles son los principales retos de Mongabay de cara en al futuro?

Las tendencias en el consumo de noticias y el ecosistema de información. Llegar a nuestras audiencias cada vez es más complicado.

Muchos públicos no entienden lo que es real y lo que no es real. Mucha gente está más interesada en el contenido que no cuestiona su visión del mundo y menos en los hechos.

En un tema como el cambio climático –donde en algunas afiliaciones políticas no creen en la ciencia o en los científicos o no importan las cuestiones ambientales– se vuelve mucho más difícil llegar a esas audiencias. Y se deben encontrar otras maneras de llegar a ellos e involucrarlos. Creo que ese es probablemente el mayor desafío que para Mongabay y otros medios.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons