Jerome R. Breitenbach, en su libro Cómo ser un estudiante, ha delineado la estrategia que te permitirá aprovechar los conocimientos que recibes y potenciarlos para siempre.
En primer lugar, dale a los estudios la importancia que se merecen, atendiendo siempre las clases y cumpliendo con las tareas, por muy simples o difíciles que estas sean. Desarrolla la autodisciplina y aprende a administrar tu tiempo. Aquellas cosas que no hiciste cuando lo planificaste, difícilmente lo podrás hacer luego con la misma calidad. Concéntrate en la materia.
La tarea
Bien quisieras que los deberes para hacer en casa se hubiesen terminado en el colegio. Pero estos seguirán tanto en la universidad como en los estudios superiores y tienen una razón de ser, pues en tu trabajo también te encontrarás con problemas por resolver. Encuentra la mejor hora para realizarlos, que no te gane el cansancio ni el sueño. Trabaja de manera ordenada, elimina lo innecesario y siempre revísalo una última vez. Investiga y aporta la clase con información útil que hayas podido conseguir.
Los exámenes
Prioriza los temas para el examen y concéntrate en estudiar los más importantes. Puedes reunirte con tus compañeros o estudiar solo, depende de cómo te sientas mejor. Si no puedes concentrarte en grupos, no te comprometas con nadie más. Estudia en los momentos del día en que tu concentración sea mejor, resume la materia en tus propias palabras, lo que no solo hará que hagas un extracto mental de la materia sino que te servirá para ¨dar una ojeada¨ antes del examen. Hazte preguntas, explora tus propias ideas y trata de entender la materia con todos sus detalles.
Ten claro que el estudiante exitoso es aquel que se esfuerza por entender. Incorpora los métodos de otras personas. Es común escuchar que la mejor manera de aprender algo es enseñándolo. Ponlo en práctica y verás cuán cierto es.