Jóvenes cuencanos apuestan por proyectos de innovación tecnológica como parte de su formación académica. Robots, paneles electrónicos, impresoras en 3D, entre otras innovaciones en las que se mezcla el ingenio y el compañerismo, dan como resultado nuevas creaciones.
Creaciones
En esta ciudad se efectuaron dos concursos para premiar la innovación tecnológica.Ese es el caso de Patricio González, Pedro Urigüen, Andrés Cabrera y Vanessa Serrano, universitarios que ganaron en el concurso nacional de aplicaciones académicas NI Academic Day organizado por Data Lights.
Ellos crearon un robot explorador que se asemeja a una araña. Serrano explicó que el invento cuenta con un sensor ultrasónico que impide que el robot se choque contra obstáculos.Se controla desde un teléfono inteligente con pantalla táctil, que hace que el robot incline sus patas hacia diferentes direcciones, por lo que puede usarse en situaciones de rescate o para introducirse en zonas de difícil acceso al ser humano.
El teléfono inteligente envía la información del giroscopio (sensor de giro que tienen los “smartphones” o teléfonos inteligentes), lo que hace que el robot camine en la dirección hacia la que se inclina el teléfono.
Estos estudiantes universitarios no son los únicos que apostaron por las innovaciones como parte de su formación académica también lo hicieron Mateo Valverde y sus amigos José Parra y Mathews Castillo quienes participaron en el concurso organizado por Innpulsar Incubadura del Austro crearon una impresora que transforma los objetos virtuales de 3D en una muestra idéntica en plástico.
Esta impresora fue construida en base a los conocimientos en mecatrónica y electricidad; su función es industrial. “Si se rompe alguna pieza en las áreas industriales, en la computadora se ingresa las medidas y la máquina imprime en un tiempo aproximado de 30 minutos”, explicó Valverde. (SEV).
FOTO: Vanessa Serrano, Andres Cabrera, Pedro Urigüen y Patricio González, estudiantes de la UDA, durante el proceso de mejoramiento del robot que crearon.
Por: Rocío Elizalde | El Tiempo