San José de Costa Rica, enero 29 de 2015.- Tal como estaba previsto, pocos minutos después de las 13:00 de este jueves 29 de enero de 2015, el mandatario de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, traspasó la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) a su colega ecuatoriano Rafael Correa, a quien le entregó una bandera como símbolo de la transición.
Solís destacó el trabajo realizado por su país, agradeció a todos los funcionarios involucrados y deseó éxitos a Ecuador.
Por su parte, el presidente Rafael Correa anotó en su discurso: «Hemos avanzado, pero tenemos que ir mucho más rápido». Añadió que el desarrollo no es un problema técnico, sino básicamente político. «El problema fundamental es quién manda en la sociedad: las élites o las grandes mayorías, el capital o los seres humanos, el mercado o la sociedad», enfatizó.
«Nuestros pueblos esperan de nosotros manos visibles y acciones concretas», señaló. Propuso que más allá del Plan de Acción 2015, en el mediano plazo, la Celac trabaje en los próximos años en 5 grandes ejes: reducir la pobreza extrema y las desigualdades; educación, ciencia, tecnología e innovación; medio ambiente y cambio climático; financiamiento para el desarrollo, infraestructura y conectividad; y desarrollar y potenciar el rol como bloque.
De esta manera, los gobernantes latinoamericanos y caribeños cerraron este jueves dos días de reuniones en Costa Rica con acuerdos que van desde un espaldarazo a las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos, hasta las acciones conjuntas para frenar el cambio climático y la pobreza.
La III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) emitió una declaración de más de 90 puntos y 25 declaraciones especiales sobre temas diversos.
Los Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) ratificaron hoy a la región como «Zona de Paz», totalmente libre de armas nucleares. Reconocieron a la paz como un valor supremo de la convivencia universal y ratificaron el compromiso permanente con el desarme nuclear y la proscripción de las armas de destrucción masiva.
Los dirigentes reconocieron también su responsabilidad para con el bienestar de la región y el desarrollo sostenible, y certificaron su decisión de luchar por la paz, el Estado de Derecho, la justicia, la educación y los derechos humanos.
Entre los principales compromisos asumidos por los mandatarios aparecen, además, el apoyo al multilateralismo, la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza y el respeto irrestricto a la independencia y a la autodeterminación de los pueblos.
Asimismo, la Celac expresó su categórico rechazo al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones porque atenta contra la dignidad humana, la convivencia pacífica y civilizada. En el documento final, los Jefes de Estado y de Gobierno señalaron que el crimen organizado es una amenaza importante a las democracias y el desarrollo y se comprometieron a hacer todos los esfuerzos para controlar y erradicar este flagelo.
La Celac luchará hasta el cansancio para lograr que el territorio latinoamericano y caribeño no solo sea una zona de paz sino una región libre de violencia, precisa la declaración.
La III Cumbre de la CELAC, que se celebró en la localidad costarricense de Belén, 15 kilómetros al oeste de San José, fue convocada bajo el lema «Construyendo Juntos» y el principal objetivo de diseñar una estrategia para erradicar la pobreza extrema de la región.