El llamado Cuarteto Tunecino, las cuatro organizaciones de la sociedad civil que patrocinaron una salida dialogada a la aguda crisis política que vivía Túnez en 2013 y que amenazaba con dar al traste con el proceso de transición iniciada tras la primavera árabe en 2011 ha ganado este viernes 9 de octubre de 2015 el Premio Nobel de la Paz.
El Comité Nobel Noruego ha galardonado con el Premio Nobel de la Paz al Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez por su «contribución decisiva» a la construcción de una «democracia plural» en el país magrebí tras la revolución de 2011.
El Cuarteto, constituido en el verano de 2013, está formado por cuatro organizaciones de la sociedad civil: la central sindical UGTT, la patronal UTICA, el sindicato de abogados y la Liga Tunecina para los Derechos Humanos.
Estas organizaciones representan «diferentes sectores y valores» de la sociedad tunecina y, unidas, defendieron la transición política «en un momento en el que el país estaba al borde de la guerra civil», ha destacado el comité noruego para justificar el galardón.
El comité del Nobel ha justificado la decisión de otorgar el galardón al Cuarteto por su “contribución decisiva a la construcción de una democracia pluralista”. Su elección ha sido toda una sorpresa, pues los tunecinos no figuraban entre los favoritos. El Cuarteto Tunecino fue formado aproximadamente dos meses después del asesinato del diputado progresista Mohamed Brahmi, presuntamente a manos de una célula yihadista, el 25 de julio del 2013. El país se hundía en una grave crisis política, y no había apenas puentes de diálogo entre el Gobierno, liderado por el partido Ennahda y la oposición laica. La polarización social llegó a tal nivel, que se proyectaba sobre el país la siniestra sombra de un golpe de Estado, tal como había sucedido ese mismo verano en Egipto.
Las artes de mediación del Cuarteto fueron claves para rescatar la transición y recuperar el consenso del que había hecho gala la clase política en los meses siguientes a la caída del dictador Ben Alí, en enero de 2011. Tras varios meses de una compleja negociación, Ennahda aceptó abandonar el poder para dejar paso a un Gobierno tecnocrático encargado de pilotar el país hasta las elecciones legislativas y presidenciales de 2014.
A cambio, los partidos laicos acordaron desbloquear el funcionamiento de la Asamblea Constituyente, que llevaba varios meses estancada. Finalmente, el 24 de enero, los representantes del pueblo tunecino aprobaron con un consenso prácticamente absoluto la nueva Carta Magna, todo un hito en el mundo árabe. El texto fundamental establece la creación de un sistema democrático y laico, bajo un régimen semipresidencialista. La transición culminaría unos meses más tardes, con la victoria en las elecciones legislativas de la oposición laica, liderada por Nidá Tunis, y de su líder, Beyi Caid Essebsi, en las presidenciales. Ennahda aceptó su derrota en las urnas, y se produjo un traspaso de poderes pacífico.
El Cuarteto de Túnez sucede en el palmarés a la paquistaní Malala Yousafzai y al indio Kailash Satyarthi, premiados en 2014 por su lucha en favor de los niños y de la educación. La lista de los últimos años incluye también a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (2013); la Unión Europea (2012); Ellen Johnson Sirleaf, Leymah Gbowee y Tawakkol Karman (2011); Liu Xiaobo (2012) y Barack Obama (2009).
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