Stephen O’Brien, secretario adjunto de la Organización de las Naciones Unidas –ONU- para Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencias, se encuentra en Manta junto con el Canciller de Ecuador, Guillaume Long con el propósito de evaluar el impacto del sismo y movilizar el respaldo de los donantes a las operaciones de socorro y de recuperación.
O´Brien se reunirá con comunidades siniestradas, altos funcionarios del gobierno y representantes de los servicios de emergencia y organizaciones humanitarias.
Entre las agencias de la ONU que trabajan en Ecuador se cuenta la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo personal llegó a Pedernales menos de 24 horas después del terremoto y confirmó que el 70% de la ciudad fue destruida.
El portavoz en Ginebra de la OMS, Tarik Jasarevic, afirmó en una rueda de prensa que el país tiene una buena capacidad de respuesta y las principales ciudades operan casi normalmente; sin embargo, añadió, el gobierno necesita apoyo dada la magnitud y complejidad de la emergencia.
El sistema sanitario se encuentra en estado de alerta, explicó.
“Una de las áreas por atender, además de la de heridos y traumatismo, es que Ecuador ha reportado zika, dengue y chikungunya, por lo que es importante trabajar con las autoridades en la implementación de medidas para controlar al vector, sobre todo en los albergues”, dijo Jasarevic.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó, por su parte, que ha despachado un convoy con víveres suficientes para 8.000 personas durante 15 días en las zonas más necesitadas tras el terremoto.
Este envío será seguido por asistencia alimentaria para 12.000 personas y mil pacientes de hospitales, agregó el PMA.
UNICEF indicó que trabaja para proteger a los niños de enfermedades y otros riesgos comunes en este tipo de emergencias.
El organismo cifró en un mínimo de 150.000 a los niños damnificados por el fenómeno y señaló que los datos oficiales preliminares reportan 119 escuelas dañadas –lo que afecta a 88.000 menores–, unos 805 edificios destruidos y 608 dañados, además de dos hospitales completamente colapsados en Portoviejo y Chone.
El gobierno de Ecuador ha confirmado hasta el momento la muerte de 443 personas y estima en 2.000 el número de heridos. Además, calcula que el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter causó daños por unos 3.000 millones de dólares o 3% del PIB del país.
O’Brien explicó que su misión es coordinar los esfuerzos y donaciones que saldrán desde los países miembro de las Naciones Unidas a través de ese canal. Por eso necesita primero visitar la zona del desastre para evaluar qué es lo que más se requiere, para que así la ayuda internacional sea focalizada y más útil.
El miércoles 20 de abril regresará a Quito en horas de la tarde, para inmediatamente coordinar el proceso de ayuda práctica.
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