Acciones que ayudan a bien vivir

Por: Luisenrique Coloma

El doctor Francisco Silva, traumatólogo del centro médico CENDIAVIA, que tiene convenio con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, le dijo a mi madre, María Inés Pérez García, con cédula de ciudadanía 0200076370, de 85 años de edad, que ella era la única persona que él conocía a quien se la haya realizado una operación de cadera en tres ocasiones diferentes.

Señaló, además, que luego de haberla operado de “artroplastia de revisión de cadera”, sentía como que él se había graduado con esa intervención, por la serie de inconvenientes que esa operación había representado, ya que el daño producido en la cadera por la prótesis que reemplazaba a la cabeza del fémur, era mayúsculo. La cirugía demoró cinco horas, y mi madre, de avanzada edad, gracias a la eficacia de la intervención y a los cuidados pos operatorios, pudo soportar y salir con bien del tan lamentable estado de postración en el que se encontraba. La operación y posterior rehabilitación fue practicada por el doctor Silva en la clínica El Batán.

Dos meses antes fue operada de cataratas en sus dos ojos, gracias también a otro convenio del I.E.S.S. con clínicas privadas. En esta ocasión, en la clínica oftálmica LARCOVISIÓN, fue eliminada la causa que podía haber llevado irremediablemente a la paciente a la ceguera. La cirugía fue practicada por el doctor Marcelo Larco, quien, gracias a sus conocimientos y experiencia, puso nuevamente en la vista de mi madre la luz que le permite seguir viendo. Fue necesario colocarla lentes intraoculares.

De no haber sido atendida tan eficientemente en las dos ocasiones, mi madre estaba condenada a pasar los próximos años en una silla de ruedas, en una silla cualquiera, o en su cama. Esto, sin contar con que tal vez se habría convertido en una persona invidente.

Esto se logró gracias al Seguro Social Ecuatoriano y a su política de derivar pacientes a clínicas privadas. Mi progenitora, económicamente depende únicamente de su pensión como profesora jubilada, de manera que, por su situación económica, nunca habría podido hacerse operar y su situación de salud se habría agravado y no estaría en capacidad de seguir viviendo dignamente, lo que demuestra que, incluso, sin tomar en cuenta los enormes beneficios económicos que presta la más noble de nuestras instituciones, estar afiliada o afiliado al I.E.S.S., “es el mejor negocio que puede hacer una ciudadana o un ciudadano de nuestra nación.

Y pensar que años atrás querían privatizar nuestro Instituto.

EcuadorUniversitario.Com

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