Complejidad y educación superior

Por: Dr. Juan Morales Ordóñez 

Ningún fenómeno se explica por si mismo de manera aislada. Cada acontecimiento en el universo involucra una multiplicidad de elementos que deben ser entendidos particular y sistémicamente desde su complejidad e interdependencia.

La complejidad, una posibilidad de explicación tan convincente, debe, como todo concepto, ser aplicada también en la vida de las personas que la defienden. Tiene poco sentido que se sostenga que la complejidad es el camino y que se excluya el pensamiento de los otros por considerarlo, a priori, como no pertinente. La complejidad incluye y construye desde la sinergia o validación de lo diverso.

Lo que se plantea tiene que ver con la necesaria sindéresis entre el individuo que genera el discurso y su propia forma de vida. Quien defiende el gran concepto de justicia, por ejemplo, debe permitir que ese principio forme parte de su ser individual, esto es que se muestre en su vida diaria y no solamente en el podio, en el estrado o en el texto. Si el diálogo o la democracia son criterios con los cuales alguien se identifica, es requisito sine qua non, que estos sean incorporados y definan la personalidad de esos individuos. No se puede teorizar sobre la complejidad, la justicia, el diálogo o la democracia, si es que no se las incorpora como formas de vida personales. Cuando esto pasa, se entra en el plano de la coherencia, fortaleciendo la individualidad y contribuyendo a la potenciación del todo.

La verdadera ilustración supera el conocimiento teórico, el dominio de una técnica y la elaboración del discurso. Se incorpora al individuo y se evidencia en su vida personal y social.

La gestión del sistema de educación superior ecuatoriano da muestras de apertura amplia y positiva frente al pensamiento foráneo. El modelo coreano influye en Yachay. El Proyecto Prometeo permite que nuevas mentes aporten al desarrollo del País. El CEAACES decide que dos agencias estadounidenses apoyen los procesos de evaluación y acreditación de las carreras técnicas de algunas universidades públicas y mantiene diálogos institucionales con otras, como la española ANECA. Se suscriben convenios con Alemania para fortalecer el funcionamiento de los Institutos Superiores y… la lista es larga para mostrar la relación con criterios y prácticas internacionales.

Ese mismo espíritu debe estar presente en el trato con universitarios y universidades ecuatorianas, que por supuesto, tienen mucho que aportar al mejoramiento del sistema. Lo que se está haciendo es muy bueno y debe fortalecerse y potenciarse con el concurso de los nativos, que teniendo el mismo compromiso con el País, pueden contribuir grandemente a la consecución de los altos objetivos de la educación superior nacional.

Deja una respuesta